Capítulo Extra 8
Iris
Abrí los ojos y entonces sentí como la vergüenza comenzó a invadir, no podía creer que había entrado en pánico, pensé que ya lo tenia todo controlado sin embargo me equivoqué pero más que eso, ¿cómo demonios le conté algo como eso a Lex? Era algo que ni siquiera mi familia ni mucho menos Dominic, nadie sabía acerca de esto más que el propio Korden y solo lo sabía porque había estado presente, todo esto es un completo fiasco, ¿Cómo lo voy a mirar a la cara ahora? Además ... Espera un momento, ¿que hago en mi casa? Me levanté para mirar alrededor, me di cuenta que traía pues mi pijama, mire nuevamente alrededor bastante confundida y mi atención se fijó en la puerta aunque más específicamente a la persona que entró a la habitación, Lex me miró y se acercó con para sentarse a mi lado, yo desvíe la mirada pues no sabía cómo encararlo, ¿por qué le conté todo eso? ¿En qué demonios estaba pensando?
—Prepare el desayuno, también algo de te de manzanilla como te gusta y compré tu postre favorito.
Normalmente algo como eso me había emocionado pero, en este momento ni siquiera sabía cómo reaccionar, yo le había dicho a este hombre todo lo que me atormentaba. Sentí como tomo mi mano y trate de alejarme pero él la acercó más a su lado y sentí como me planto un beso.
—Recuerda lo que te dije Iris, lo único que me importa es que estés bien y quiero que lo estés... ¿Mi presencia te incomoda? Puedo irme y volver hasta que tú lo decidas.
Sentí como intento soltar mi mano pero yo me aferre a él, no podía dejarlo ir, no cuando le había dicho todo eso y no porque fue en un momento de debilidad, de alguna forma confiaba en este hombre y quería descubrir el porqué. Cuando comencé a salir con él pensé que solo sería algo de cuestión de semanas pero de alguna forma todo esto se estaba tornando bastante serio y ese hecho me incomodaba pero estaba comenzando a asustar.
—No, espera... No quiero estar sola.
Él asintió, se acercó con cautela y me abrazó para palmear mi cabeza sentí como planto un beso en mi cabeza y fue bastante reconfortable, nunca había sentido esta seguridad con nadie y eso era tan aterrador, ¿me estaba volviendo dependiente de alguien? ¿Y si me dejaba? ¿Y si él también se iba? No, Iris mantén la calma, estás muy sentimental por lo sucedido ayer, si, solo era eso. Respire hondo y solté una aire para aferrarme más a Lex, me encantaba respirar su aroma, no se que perfume usaba pero era tan refrescante, olía tan bien, levanté un poco el rostro para respirar mejor su aroma, sentí como se removio un poco y note como su piel se había erizado, sonreí con cierta maldad mientras me separaba un poco más de él para poder levantar un poco más y entonces besar su rostro, sentí sus labios besarme con tanta ternura y delicadeza pero, ahora mismo no necesitaba eso de Lex, así que coloqué mi mano en su pecho para comenzar a desender lentamente.
—¿No quieres comer primero?—pregunto mientras se alejaba un poco pues sabía muy bien que era lo que quería.
—Sabes que me encanta empezar por el postre primero.
Lo escuché soltar una risa y entonces me tumbó en la cama lo ví colocarse arriba de mi teniendo el cuidado de no aplastarme con su peso, se quitó su camiseta y lo ví quitarse el cinturón de una manera que me pareció tan sexy, trague en seco cuando colocó sus manos en la orilla de mi ropa comenzó a subir mi blusa con una lentitud que me era tan agobiante, lo ví sonreir con burla y aunque me molesto me pareció tan tierna esa sonrisa suya, cuando estaba a punto de quitarme la camiseta se detuvo en mis manos, llevo estas arriba de mi cabeza y senti como apreto mis manos con mi camiseta antes de decender para quirtarme el sosten y entonces solte un sonoro gemido cuando atrapo uno de mis pezones entre su boca, sentí su lengua juguetear para luego morder con cuidado, aquella acción si que me había quitado el aliento nunca pense que él fuese a hacer eso, este hombre realmente me estaba volviendo loca.
—Lex—le llamé entre gemidos pero, él solo levanto la mirada para dejarme ver su sonrisa cuando volví a gemir al sentir sus dedos en mi parte baja, ni siquiera supe en que momento me habia quitado la ropa y me habia sometido de tal manera. En ese momento que nuestras miradas se cruzaron y él sonrió yo me perdí por completo, incluso hubo un momento en el que olvide mi nombre.
Ahora me encontraba en la cama tratando de calmar mi respiración, ni siquiera supe que pasó bueno si se pero, ¿en qué momento se volvió tan hábil hasta el grado de dejarme sin aliento? Gire a verlo pero ni siquiera podía pronunciar algo, mis piernas seguían temblando y mi mente tratando de procesar todo lo ocurrido.
—¿Desde cuándo te volviste tan bueno en esto?—pregunte por fin tras un largo silencio. Sentí como me estremecí cuando él paso sus dedos por mi pecho, una sonrisa burlona se dibujo en su rostro y se encogió de hombros.
—No te vi por varios días, te había estado extrañando y en verdad me eres tan tentador.
—No quiero saber lo que harás de mí si desaparezco un mes.
—¿Por qué habrías de irte por un mes?
—Solo es una suposición. Es decir esto me fue tan...—ni siquiera tenía palabras para describirlo, solté un largo suspiro y le mire—me sentí tan bien, incluso por un momento olvide ni nombre, incluso mis piernas no dejan de temblar.
—Me alegro que lo hayas disfrutado.
—Más que eso, fue tan... Ni siquiera tengo palabras, enserio, ¿Cómo lo haces? ¿Cómo es que mejoraste tanto? ¿Acaso tienes a alguien más?
Pregunte en un tono cómico pero la verdad es que eso sí me preocupa. Lo ví negar, se acercó más a mi lado para besar mi mejilla.
—Soy observador y desde nuestro primer encuentro ví todo lo que te gustó que hiciera y donde te estremecias más antes mi toque.
Su confesión me dejó sin palabras, gire a verlo y me aleje un poco, note la confusión de mis acciones.
—¿Solo me satisfaces a mi? ¿Que hay de ti? ¿Hay algo que te guste?
—Cuando dices mi nombre entre gemidos.
Golpee su hombro un tanto avergonzada para negar.
—Hablo enserio, no puedo ser la única que reciba placer.
—Me es placentero verte disfrutarlo. Además no necesitas hacer algo especial —se acercó a mi para susurrar en mi oído algo como si fuese un gran secreto—además cuando estoy en tu interior y tú estás muy exitada me aprietas de una manera bastante exquisita en tu interior.
Aquel comentario me robó el aliento y me lleno de vergüenza, no podía creer que Lex hubiera dicho algo así, me aleje de él para negar pero volví a verlo, nunca pensé verlo sonreír tanto, en verdad lo había disfrutado tanto como ellos. No cabe duda que este hombre se vuelve un sin vergüenza en la intimidad.
—¿Tienes hambre?—yo asentí en respuesta y el sonrió nuevamente para plantar un beso en mi cabeza —Bien, iré a calentar el almuerzo y después de eso te lo traeré en la cama.
—No hace falta.
—¿No dijiste que te tiemblan las piernas? Vuelvo enseguida.
Este sin vergüenza y pensar que meses atrás el ni siquiera quería tocarme, aún así lo había disfrutado bastante.
—Despues de almorzar, ¿podemos continuar?
—Por supuesto.
Este hombre últimamente me ponía bastante nerviosa.
Solté un largo suspiro mientras me acomodaba en el pecho de Lex, después de tanta actividad si que necesitaba una ducha, nunca pensé que ambos podríamos caber tan bien en esta tina, mire las burbujas mientras sentía como Lex colocaba besaba mi cabeza. Estaba extrañamente bastante dulce conmigo hoy y me molestaba de alguna forma que fuese por lo ocurrido ayer.
—No hemos tenido una cita desde hace varias semanas, ¿hay algo que quieras hacer?
—Debemos trabajar.
—El señor Bell te dió unos días descansó obligatorio y yo me tomé unos días.
Me levanté un poco para girar a verlo.
—¿Estás haciendo todo esto por lo ocurrido ayer? No necesito que nadie me cuide como si fuese un ni...
—Lo hago por qué te quiero—me interrumpió y aquello me dejó muda, ¿él me quiere? —Hago esto porque en verdad quiero pasar tiempo contigo, te extrañe y mucho, creo que te necesito más de lo que me gustaría admitir.
—¿En serio me quieres?—pregunte aún tratando de asimilar sus palabras, él sonrió y aquello me hizo temblar.
—Si, te quiero más de lo que alguna vez pude imaginar, incluso creo que a veces quererte queda corto por todo lo que siento por ti.
Me mire incrédula pero, si había algo que Lex no tenía era el ser un mentiroso, él simplemente no se le daban las mentiras no le gustaba, no era propio de él así que si decía quererme mucho era la verdad, no pude evitar ceder al llanto y es que la última vez que alguien de verdad me importa y me dijo que me quería fue tan doloroso, no quería volver a pasar por esto, no quería volver a querer a alguien y ser dejada, Lex se acercó y me abrazó pero yo negué mientras trataba de alejarme inútilmente, estoy en una tina y no es como si pudiera ir muy lejos.
—¿Cómo puedes quererme?
—¿Por qué no habría de hacerlo?
—Soy tan rara y extraña, no soy tan bonita como otras mujeres, ni soy tan refinada, no tengo modales y soy todo un imán para problemas... Yo estoy mal, no estoy bien, estoy rota por dentro y yo... Ya sabes lo que soy.
—Si, se que eres una persona increíble, tienes tantas cualidades que me es difícil de enumerar todas, eres como el cálido sol que llega después de un cruel invierno, eres tan dulce, brillante, amable, dondadosa, inteligente, con un carisma, tienes una risa que es tan contagiosa y tú sonrisa es hermosa. Eres una persona tan alegre que cuesta creer que tienes tantas tristezas, no estás rota Iris, estás herida que es diferente y creeme que todo eso algún día va a sanar, porque eres alguien fuerte y valiente. Y no eres rara ni extraña, creo que eres demasiado bueno para las personas que tienen tan poco... Y en cuanto a ser bonita —lo escuché soltar una pequeña risa burlona mientras me acercaba más a él para sentir su erección —no te imaginas cuanto autocontrol debo de tener contigo, eres la mujer más hermosa que e visto, de hecho eres la única mujer bonita para mí,nunca antes había pasado por tantos problemas con algo como esto, solo tu me exitas de esta manera, ya ni siquiera puedo pensar en ti sin tener tantas dificultades.
Respire hondo, gire para ver a Lex mientras seguía sintiendo su virilidad entre mis glúteos.
—¿Realmente solo yo te parezco hermosa?—pregunte sintiéndome como una tonta, ¿cómo puedo preguntar algo como eso?
—Nadie me parece hermosa más que tú.
Aquello me hizo sonreír, comencé a frotarme sobre él y sonreí cuando me incline para delante, solté un suspiro cuando senti como me penetraba, comencé a temblar debido a la sensación que él me provocaba como pude me sostuve de la orilla de la tina pero mientras él más se movía en mi interior yo no podia soportarlo más, me solte debido a la exitacion que sentia y me fui de enfrente cayendo sobre el agua.
—Iris.
La voz de preocupación de Lex se hizo presente me tomo entre sus brazos para levantarme y yo no pude evitar reír a carcajadas lo escuché suspirar con alivio y yo solo me recargue en su pecho.
—Te digo que soy un imán para los problemas y justo cuando estábamos llegando a la mejor parte.
—Bueno, podemos continuar pero, mejor girate.
Dijo mientras me daba la vuelta, lo ví a los ojos y sonreí, bese sus labios sintiendo toda su calidez, no entendía como alguien como él podía quererme tanto en tan poco tiempo.
🌼🌼🌼
Toque el timbre del departamento de Lex, espere un par de segundos antes de que la puerta fuese abierta, le sonreí cuando lo ví y note su mirada de confusión mientras me miraba aunque más específicamente mis maletas.
—Sorpresa, voy a vivir contigo, por favor no me heches.
—¿Sucedió algo?—pregunto confuso mientras abría la puerta dándome el paso a la entrada de su casa a lo cual yo entre con todas mis maletas.
—Muchas en realidad pero, en resumen Gabriel se quedó sin dónde vivir y pensó que era buena idea vivir conmigo, es mi amigo pero, no lo soporto y no quiero terminar matandolo mientras duerme, eso y encuentro poco apropiado vivir con él cuando estoy saliendo contigo y no lo digo porque vaya a suceder algo entre esa escoria y yo, mas bien por el hecho de que ya no tendremos privacidad en mi departamento.
—Comprendo, entonces, bienvenida a mi departamento.
—Gabriel dijo que solo sería por unos días pero, conociendolo se va a poner cómodo y va a retrasar su salida de mi departamento.
—No te preocupes, puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
—¿No te es incómodo que esté aquí?
—¿Por qué tendría que serlo?
—Bueno eso de vivir juntos es un gran paso.
—Nuestra relación va bien, además pasamos más tiempo en el trabajo que en casa y en nuestro días libres si no estaba yo en tu casa tu estabas en la mía, no considero que algo vaya a cambiar mucho.
—Te doy la razón en ello. Bueno, me iré a poner cómoda y me voy a adueñar del espacio de tu armario.
—Hay cajones vacíos del lado izquierdo, por cierto, ¿Ya comiste? Estaba por preparar algo.
—Aún no he comido —menti mientras me dirigía a su habitación, lo primero que había hecho antes de venir era comer sin embargo me gustaba cuando Lex cocinaba para mí.
Al entrar a su cuarto me dirigí al lado izquierdo del armario para abrir los cajones que efectivamente estaban vacíos, abrí una de mis maletas para comenzar a guardar mi ropa, colgué algunas prendas en el armario y me causo cierta gracia ver lo colorido que era mi lado, Lex si que era bastante básico en su armario, creo que le iba a regalar algo azul, considero que ese color se le va a ver muy bien.
Una vez que termine de acomodar todas mis cosas salí del cuarto para ir a la cocina donde Lex ya estaba sirviendo mi plato, bese sus labios rápidamente antes de tomar asiento, el beso mi cabeza para poder tomar asiento frente de mi.
—Tendré turnos dobles está semana así que no estaré en casa pero no te preocupes —dijo mientras me entraba unas llaves—tengo copias de la casa así que no tendrás que preocuparte por como entrar.
—No te preocupes, también tengo turnos dobles—menti, no pensaba estar sola en este lugar, quería estar a su lado asi que haría horas extra—aún así gracias, las usaré.
—¿Crees poder estar libre el dieciocho del mes que viene?—pregunto y yo traté de pensar en mi horario.
—Creo que si podría pedir ese día libre, ¿vas a invitarme a una cita?
—Es la boda de mi hermano.
—¿Tan pronto? Si apenas se comprometieron.
—Así es mi familia, en cuanto dan el anillo preparan la boda con prontitud.
—Vaya, en mi familia se toman su tiempo, bueno eso y porque esperan a que el bebé nazcan. Mi madre se comprometió cuando estaba embarazada de mi hermano y después de caso y mi hermano siguió sus mismos pasos, se comprometió embarazo a su esposa y luego se casaron—chasquee la lengua mientras negaba— Que mal ejemplo, y se supone que nosotros los ingleses somos los refinados.
Lo ví sonreír para negar mientras seguía comiendo, le mire y me sorprendió que no sacará el tema de un futuro compromiso, hasta cierto punto si me asusta recibir un anillo de su parte tan pronto pero por su tranquilidad no parecía que fuese a ser pronto, seguí comiendo en silencio al igual que él y le mire, ¿No sé querrá comprometer conmigo? Pero que cosas dices Iris Shuster, esto es una completa locura.
—¿Hay algún color en especial que debo llevar?
—Mi hermano quiere que lleve una corbata color roja, no sé si quieras ir de ese color, realmente no me dijo nada en específico respecto a tu vestimenta. Solo me dijo no lo arruines, nuestra familia tiene que ver qué si lograste conseguir una novia.
Aquello me hizo reír, realmente era algo que su hermano diría, aún recuerdo todas las advertencias que el le dijo cuando anuncio nuestra relación más que su familia parecía la mía.
—¿Y ya tienes la corbata?
—No, pensaba ir después a comprarla.
—Bueno, yo no tengo un vestido rojo, ¿Que tal si vamos juntos de compras?
—Claro, ¿hay alguna tienda en específico que quieras visitar?
—Casi no salgo de compras aquí, me parece que es mas práctico pedir por internet pero, podría preguntarle a tu hermana, estoy segura que me va a recomendar muy buenos lugares.
Saque mi celular del bolsillo para enviarle un mensaje a la hermana de Lex quien a los pocos minutos respondió.
—Vaya, eso sí que fue rápido, ya me contestó.
—Terminando el desayuno, ¿quieres ir de compras? Podemos también comer afuera, puede convertirse en una cita.
—Me agrada la idea. Entonces terminemos de almorzar y después una ducha juntos.
Note una breve sonrisa para después negar, sabía muy bien que quería más que una ducha pues me habia vuelto alguien muy inquieta con él en el baño, sinceramente me gusta ver mucho lo que provocó en ese hombre.
Una vez que logramos salir del baño y vestirnos para salir nos dirigimos a la tienda que la hermana de Lex nos recomendó y vaya que eran bastantes refinadas, me hacía recordar mis días cuando tenía que ir de compras con mi abuela.
—Lex, necesito algo de ayuda—le dije asomando mi cabeza del probador, lo ví dejar los zapatos que estaba viendo para acercarse a mi y adentrarse conmigo al probador para ayudarme a subir el cierro—Y, ¿Que te parece? ¿Es lindo?
—Lo es pero, no lo creo apropiado.
—¿Por qué? No me digas que eres celoso y no quieres que nadie me vea.
—Lo digo por el hecho de que deja al descubierto mucha evidencia —sentí sus manos en mi espalda la cual estaba al descubierto, gracias a que el probador tenía mucos espejo pude ver las marcas que Lex había dejado, gire a verlo para negar.
—Eres un salvaje, según tu no me muerdes en el cuello para no dejar marcas pero mira como tienes mi espalda.
—Bueno, no es algo que sueñes mostrar, ¿O si?—yo negué con una sonrisa él se acercó para bajar el cierre lentamente —Vi otro vestido que me gustaría que probaras, ¿puedo traerlo?
—Claro.
Me quite el vestido para poder colgarlo Lex entro al probador note como me miró por un momento antes de ayudarme a ponerme el otro vestido, tenía el cuello estilo halter, sin mangas con una pequeña abertura en el pecho, sentí sus dedos en mi piel mientras me ayudaba con el cierre de atrás y aunque dabia que tenia que ver cómo me quedaba el vestido solo podia verlo a él.
—Estas hermosa.
—Y dime, ¿podrás contenerte?
Lo escuché soltar una pequeña risa mientras plantaba un beso en mi cabeza.
—Haré mi más grande esfuerzo.
—De acuerdo, entonces me llevo este.
—¿No te quieres probar más vestidos?
—No, me gusta este en especial porque tú lo escogiste para mí.
Note una pequeña sonrisa en el, me encantaba cuando lo hacía, mi novio en verdad que tenía un lado lindo y me encantaba ser la única a la que él le demostrará ese lado suyo.
A pesar de que ya habíamos comprado el vestido y la corbata no pude evitar seguir yendo a comprar más cosas, me gusta que él me dijera que me veía linda y creo que también estaba odiando está parte de mi, en verdad creo que m estoy volviendo dependiente de él, debo cambiar eso pero, lo haré después por el momento solo iba a disfrutar de sus mimos.
Al volver a casa colgue mi ropa al igual que la camiseta azul de Lex, no podía creer de lo había convencido de usar otro color que no fuese blanco, negro o beige.
—¿No vas a dormir?—le pregunté al ver que tomo un libro.
—Necesito reunir información para un caso.
—Puedo ayudarte.
—No hace falta, realmente es algo sencillo pero él consejo insistí en escuchar más opciones.
—El director Bell no deja de molestarte, ¿Verdad?
—Solo es extricto en su trabajo.
—¿Extricto? Si claro,es malo y solo contigo. Me alegra que el directo John J ya se está recuperando, no puedo esperar a que llegue el día en que vuelva a Londres.
—Y hablando de volver a Londres, ¿no piensas visitar a tu familia?
—¿Me estás hechando?
—Iris, no es así. Sabes muy bien a lo que me refiero, tal vez trabaje en el mismo hospital que mis padres pero no comparto mi tiempo con ellos y por eso trato de visitarlos cada quince días... Me dijiste que no has vuelto a Londres desde tus estudios, ¿no los extrañas?
—Lo hago pero... Ya sabes—note como dejo el libro para verme— todos no dejan de decir lo mucho que me parezco a mamá y creo que es difícil para mí papá, llora mucho por las noches además van a querer que trabaje alla y no se pueda hacerlo—le mire y sonreí —ademas mi guapísimo novio está aquí, ¿Cómo podría dejarlo?
Él me miró se levantó y me abrazó, sabía muy bien que tras una confesión quería verle el lado cómico a todo pero con él ya no funcionaba está táctica, el sabía que estaba herida y que quería llorar así que se había convertido en mi consuelo.
—Vayamos a dormir.
Se acostó en la cama junto conmigo para abrazarme para olvidar su trabajo por mi y lo admito que hacía sentir muy especial cuando hacia estos detalles por mi.
A mí mitad de la noche abrí los ojos, podía sentir el sudor recorrer mi frente, me levanté con cuidado para no despertar a Lex, mi pecho subía y bajaba sin parar eso significaba solo una cosa había tenido una pesadilla, limpie las lágrimas que habían brotado y trate de guardar la calma pues no quería despertar a Lex.
—Iris—lo escuché llamarme entre la oscuridad, sentí como se removio en la cama—¿Estás bien?
—Si, no es nada... Solo algo de insomnio, vuelve a dormir.
—¿Cómo podría hacerlo cuando se que no estás durmiendo?
—No te preocupes, ya se me irá y volveré a dormir.
Asegure mientras me volvía a recostar en la cama, sentí como Lex me tomo de la cintura para acercarme más a él, me abrigo mejor entre las sabanas y me envolvió entre sus brazos, respire su aroma haciéndome sentir más tranquila, sentí como comenzó a palmear mi cabeza.
—¿Te gustaría que te contará un cuento?
—¿Sabes contar historias?
—Soy pésimo pero, podría intentarlo.
—¿Por qué lo harías?
—Recuerdo que dijiste que tú madre te contaba historias para dormir, puede que eso te ayude a descansar.
Sonreí mientras me acomodaba mejor en el pecho de Lex.
—Si está bien, quiero escuchar un cuento.
Esa noche descubrí algo y es que efectivamente Lex es pésimo contando historias sin embargo me era bastante tranquilizador escucharlo, ni siquiera supe en qué momento me quedé dormida, solo que desperté debido a sus besos cosa que me encantó, me gustaba desayunar con él, prepárame para ir a trabajar e ir con él al trabajo pero, también había descubierto que extrañaba mucho el verlo, estar lejos se había vuelto algo agobiante. Pensé que iba a soportar el no estar con él puesto que lo veía a la lejania en el trabajo pero no era lo mismo, realmente necesitaba de sus abrazos y besos pero Lex era tan estricto respecto a la conducta en horarios laborales así que no me dejaba ni siquiera darle un pequeño beso, este hormbre es difícil.
—¿Dónde está el doctor Lex Cooper?—le pregunté a una enfermera al ya no soportar más ya no verlo.
—Se encuentra en cirugía, está en la sección D.
—Muchas gracias.
Comencé a encaminarme para ir a verlo, me conformaba con verlo desde la sala de observación para ver cómo opera. Entre en silencio para tomar asiento, no había nadie así que podía verlo perfectamente sin ningún distracción, se veía tan concentrado en lo que sea que estuviera haciendo.
—Florecilla—la voz de Gabriel captó mi atención gire para verlo—te e estado buscando por todas partes. Ten un agradecimiento por haberme permitido quedarme en tu casa—dijo mientras me lanzaba un paquete de galletas las cuales tomé en el aire.
—Claro, no hay problema.
—Sin embargo, pudiste darme cualquier otro departamento, si no mal recuerdo tu abuela te regalo ese edificio cuando te graduaste en Harvard y le dijiste que harías tus prácticas por ahí cerca.
—Quieres vivir de gratis entonces quedate en mi departamento, ¿Por qué ocupar un espacio que alguien puede hacerlo y pagarme por ello?
Él soltó una risa.
—A mi se me hace que querías una excusa para irte a vivir con tu novio, ¿realmente debe encantarte ese hombre?
—La razón por la que me fui con él es por tu bien, porque conociéndote me hubieras artado y yo te habría asesinado por la noche.
Él nuevamente soltó una carcajada para negar.
—Si claro, excusas y mas excusas, te conozco desde que somos niños y una vez que algo te encanta y te tiene fascinada no quieres soltarlo, en verdad que me apiado por tu novio.
—Eso no es cierto, ¿y que demonios insinuas? ¿Que soy asfixiante y posesiva?
—Digo que estás locamente enamorada del doctor Lex Cooper.
—¿Y a ti que? ¿Ya no tenemos diez como para que me estés molestando por estás cosas?
—Realmente no entiendo cómo puedes salir con alguien como él, ¿Que demonios tiene? Es decir comparado a tus otros novios él es bueno, nah.
—¿Cómo que nah?—me levanté para golpear su hombro, no podía creer que hubiera utilizado ese tono de desprecio con él—No vuelvas a dirigirte a él de esa manera. Yo tengo por novio al hombre más atractivo de este hospital, es amable, bondadoso, cariñoso sin mencionar que tiene una hermosa sonrisa, es inteligente, brillante,todo un genio y un gran médico sin mencionar que es todo un caballero cosa de la cual tu decareces —dije volviendo a golpear su hombro —el es la persona más linda que e conocido así que no vuelvas a dirigir a él de esa forma, es más si fueses una chica me tendrías envidia porque tengo por novio a alguien como él.
Miré a Gabriel y volví a golpearlo al no sentirme satisfecha.
—Pero que violenta, ahora me preguntó cómo él decidió salir con alguien como tú.
—¿De que hablas? Soy hermosa, es más el me dijo que soy la mujer más linda y hermosa ante sus ojos, la única... Él si que tiene buenos gustos y es respetuoso no como otros que andan por ahí tomando todo lo que se mueve.
Gabriel estalló a carcajadas, incluso yo era consciente de las estupideces que estaba diciendo.
—Nunca pensé verte querer a alguien así, en verdad debe ser alguien bueno.
—El es un hombre maravilloso y claro que lo quiero mucho y como no hacerlo, es como ese viento refrescante en el verano.
—Que asco oírte hablar de esa manera pero, bueno, ¿Que haces aquí?
—Vine a verlo, tenía días sin hacerlo y extrañaba ver su linda cara pero, en vez de eso estoy aquí viendo tu horroroso rostro y...—me calle cuando note que las enfermeras que estaban en la cirugía parecían reír al igual que los otros médicos, Lex levantó la mirada por un momento para negar antes de continuar en lo que sea que estaba haciendo —espera, creo que se estan riendo de nosotros, ¿estaré gritando mucho?
Gabriel miró alrededor, se levantó de dónde estaba recargado y lo escuché soltar un quejido antes de presionar un botón.
—Uy creo que encendí el micrófono cuando entre.
Podía sentir como mi rostro se sonrojaba por completo, la vergüenza me estaba consumiendo él había escuchado todo, mire a Gabriel molesta mientras el retrocedió lentamente.
—¿Recuerdas lo que tú abuelo solía decir todo el tiempo?
—¿Hablas sobre irse al infierno?
—Si, bueno ahí te voy a mandar.
Gabriel salió corriendo y yo fui detrás de él, este maldito me las iba a pagar y muy caro. Mis ganas de verlo habían desaparecido, ahora no quería ver a Lex por un tiempo hasta que mi vergüenza se fuera.
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