Capítulo Extra 2

Lex

En cuanto entre en el hospital me detuve para escuchar como varias personas reían, levante la mirada para observar a la doctora Shuster quien era seguida por un grupo de personas de la tercera edad, parecía que les estaba contando algún tipo de chiste pues ella no dejaba de hacer varios gestos. Seguí con mi camino cuando desapareció de mi campo de visión. Desde que esa chica llegó a este hospital las cosas se volvieron diferentes, un tanto caótico debo admitir pero más que eso también bastante alegre, a cada paso que esa chica da las risas la acompañan.
Me detuve para observar el mural que ella había hecho de una manera improvisada en el área de pediatría, continúe mi camino para ir a la sala de consultas de mi área para observar a los internos quienes me miraron expectantes a que dijera algo.

—Doctor Cooper, llegó el nuevo director y acaba de convocar una junta de emergencia con todos los médicos principales —anunció una enfermera lo cual era algo malo.

—Están de suerte. Tienen tiempo para descansar de mi. Enfermera Alice, asigna a estos internos a cualquier médico que no haya sido llamado a la reunión.

—Si, doctor Cooper.

Me di la vuelta para ponerme en marcha para ir a la sala de juntas, en el camino me tope a la doctora Shuster quien estaba cubierta por confeti en el cabello.

¿Como es que terminó de esa manera?

—¿No debería estar presentable en la junta con el nuevo director, doctora Shuster?

—Solo es un remplazo en lo que el director John J. se recupera de su accidente.

—Aún así es un médico de este hospital y debe dar una buena imagen.

—Escucharte hablar es como escuchar a mi hermano —comentó mientras se sacudía el cabello —pero al menos tu no me gritas y ese acento americano tan refinado suaviza las cosas.

—¿Se supone que es un halago?

—Puede decirse que si, como una chica inglesa se lo que importante del habla con fineza.

—Sin embargo no lo aplica.

—En efecto. No es lo mío ser alguien dulce y delicada que toma té por las tardes. Aunque estoy segura que no hace falta mencionarlo pues ya es consiente de ello.

Abrí la puerta de la sala y ella me agradeció para entrar pero se detuvo en la entrada cuando su mirada se cruzó con la de un hombre en traje y tras soltar una maldición continuó su camino, fui detrás de ella y note como ella de alguna forma se escondía detrás de mí, incluso tomó asiento a mi lado lo cual me sorprendió, la mire luego al hombre en traje quien miraba en su dirección y ella se hundió más en su asiento.

—Soy el nuevo director suplente, Korden Bell. La razón por la que los reuní a todos en esta sala sólo es para observar sus rostros y ustedes el mío, no daré palabras de aliento ni pienso resaltar el hecho de que son unos incompetentes y que este hospital carece de mucho, algo de lo cual debe ser llevado a la junta directiva, así que todos llenen una hoja de quejas o algo porque tendremos una junta con el consejo y... ¿Tiene alguna duda doctora Shuster?

Gire a ver a la doctora Shuster quien tenía su mano levantada.

—Diría que muchas pero no es el punto ahora, ¿no es mejor que usted mismo observe lo que hace falta para dirigirlo a la junta?

Nunca pensé estar de acuerdo en algo con ella.

—No tengo tiempo para eso, ahora...

—Pero se supone que usted está aquí para ayudar al hospital hasta el regreso del director John J. —interrumpió al director sin temor para continuar hablando —entonces al menos finja interés aunque no la tenga porque tal vez no sea importante para usted pero si para nosotros, no estamos tratando con ganado, son personas con familia, seres humanos a los cuales estamos obligados a cuidar y salvar.

—De acuerdo. Entonces doctor Shuster, usted va a estar a cargo de la recolección de información y la presentará a la junta.

—¿Yo?—pregunto más incrédula que con sorpresa.

—Es buena objetado quejas. Es todo por hoy, doctora Shuster ten todo listo en tres días.

La doctora Shuster volvió a maldecir, la observe levantarse para ir detrás del director, mire a los demás médicos quienes salieron en dirección contraria a donde se había marchado el director, supuse de inmediato que nadie quería llevarle la contraria a ese hombre, incluso mis padres, solté un largo suspiro pues de alguna forma sentía que si no seguía a la doctora Shuster se metería en un gran lío.

—¿Que se supone que estas haciendo? —la voz de molestia de la doctora Shuster captó mi atención a lo cual le seguí.

—Puedo cuestionar lo mismo, Margaret.

¿Margaret?

—Estoy trabajando eso es obvio pero tu por otro lado parece que quieres seguir haciéndome la vida imposible.

—Eres tan sentimental como tu madre.

—No metas a mi madre en esto. Ahora, ¿que haces aquí? Deberías estar en Londres.

—Puedo pensar lo mismo.

—No estamos hablando de mi.

—Escucha Margaret, se te asignó un trabajo, ahora realizarlo.

—Ya no trabajo para ti.

—En lo que respecta, si, si lo haces. Vuelve al trabajo, Margaret.

—Sigues siendo el mismo ser horrendo— le grito molesta pero el director Bell continuó su camino, parece que está acostumbrado a los gritos de la doctora Shuster, ella giro y dio un brinco al verme para luego soltar un pequeño grito —Doctor Cooper, usted, ¿que esta haciendo aquí?

Se veía tan nerviosa, eso era algo nuevo en ella.

—Pará darle mi informe acerca del área de cardiología —comente y ella asintió para luego sonreír.

—Cierto.

— No sólo debe anotar las necesidades de todos, debes tener un margen de prioridades, hacer un costeo aproximado de equipo y personal, ordenar los cambios que sean más urgentes, la falta de personal y si hace falta algún programa, sin mencionar que...

Guarde silencio cuando la doctora Shuster me miró con una sonrisa más grande de lo normal.

—¿Sucede algo?

—No nada... Solo pensaba como es que todo el mundo no se a dado cuenta de ese lindo lado suyo.

—¿Es un insulto, halago o coqueteo?

—Habló enserio, es decir, si es extricto en su trabajo y entiendo el por qué, es decir literalmente alguien podría morir su hace mal su trabajo, pero, tiene ese lado lindo donde se preocupa por todos, no deja a sus internos sin comer adecuadamente, incluso los deja dormir un mínimo de seis horas, les enseña de cerca y cuando pudo haberse ido a continuar con su trabajo vino detrás de mi para verificar que la chica nueva no meta la pata, cosa que ya hice pero aún así me ayuda sin mencionar que no pregunto ni cuestiona la extraña conexión entre Korden y yo solo para evitar incomodarme—asintió y me miró —si muy lindo.

Debo admitir que es alguien muy observadora.

—¿Acaso quiere que cuestione sus asuntos personales?

Ella comenzó a reír para negar.

—La verdad es que no. Pero me agrada y como no quiero que se de ideas equivocadas solo diré que Korden es mi tío.

Aquella confesión me topo por sorpresa, la mire y ella asintió para luego negar.

—Bueno, en realidad era mi tío político, estuvo casado con la hermana de mi madre.

—No necesitaba aclararme ningún tema relacionado entre ambos.

—Lo se, pero quería hacerlo. Sabe aunque me asustó un poco la primera vez que lo vi es cómodo estar con usted.

—¿Un halago, insulto o coqueteo de su parte?

—No lo sé, ¿que le parece a usted que es?

—Un insulto.

—Al menos piense en ello como un coqueteo.

La mire tratando de intimidar pero ella sonrió, creo que esto ya no iba a funcionar. Solté un largo suspiro resignado para encaminarme junto a ella.

—Sabe, voy a ver el lado positivo de esto. Podré hacer por fin algunos cambios que quería hacer.

—¿No estaba realizando ya ese proceso?

Ella soltó una breve risa.

—Cierto, pero hablaba de cambios más significativos. Algo como sólo poner un mural no es del todo grandioso, quisiera que fuese un cambio desde la entrada hasta el sucio y mórbido rincón de este hospital. ¿Cree que si colocamos plantas se vea más alegre?

—Doctora Shuster, concéntrese. Antes de querer decorar el hospital piense en el área médica y la falta de personal.

—Cierto... Pero aún así algo de color no estaría mal.

—Doctora Shuster.

—Ya se, ya se. Concentración en el área médica.

Ya me estoy arrepintiendo de ayudarle.

—Conozco ese gesto. Te debes estar arrepintiendo.

—Pensemos en un presupuesto aproximado para cada área.

Cuando ella comenzó a hablar acerca de cómo decorar el hospital pensé que sería pésima haciendo este trabajo pero me equivoqué, cuando se proponía a tomar algo con la seriedad adecuada realizaba un buen trabajo, ya había recorrido cada departamento así que se hacía una idea de lo que faltaba en cuanto a equipo y el tipo de personal que se necesita, hizo varios presupuestos aproximados sobre los fondos que se podrían utilizar en cada área y como se podría aprovechar cada espacio que no se utilizaba correctamente pero más que solo hacer números también escucho a las personas, desde las personas de intendencia a las secretarías, las enfermeras y asistentes. Incluso ella tenía un lado bueno.

—Y se limitan a pensar que el diagnóstico de trauma es correcto tendrán a su paciente muerto así que traten de penar, ¿que están omitiendo?

—Muerte muscular—levante la mirada para observar a la doctora Shuster quien sonreía —Recuerden muchachos que si no tienen una respuesta a algo también es bueno consultar a alguien con más experiencia. Por algo estamos los doctores de diagnóstico.

— Doctora Shuster, que agradable sorpresa.

—Repita eso un par de veces hasta creerlo y hacerlo convicente—mencionó a lo cual los internos soltaron una breve risa que cesó cuando los mire.

—¿Puedo ayudarle en algo?

—Si, necesito su firma para un par de papeles respecto al formulario para el área de cardiología.

—Comprendo—tome los papeles que ella me extendió para leer brevemente, de acuerdo estoy sorprendido que este en orden todo. Al cerrar la carpeta la vi observar una tomografía la cual tomó.

—¿Sucede algo doctora Shuster?

—Este paciente. Se le está formando un cáncer en el corazón.

—¿Que? —me acerque para ver cómo ella colocaba la tomografía en su lugar.

—Mire con atención, de acuerdo a esto son tomografía de chequeos regulares, aquí y aquí —señaló las primeras —el cambio no es significativo — pero a partir de la tercera se ve un cambio, algo relativamente pequeño, pero que no deja de crecer a cada paso, empezó del tamaño de la punta de un alfiler, ahora parece un grano de arroz.

Mire las tomografías y luego a ella, tenía razón. No podía creer que había pasado por alto algo como esto.

—Esta en lo cierto —mire a los internos y luego a ella—un diagnóstico formidable. Lo correcto sería dar un mejor seguimiento, ¿le gustaría ser participe de esto?

—No—respondió de inmediato —. Es decir, me encantaría pero no tengo tiempo y mañana tengo la junta con el consejo, sin mencionar que estaré ocupada pero usted es un buen médico se que estará bien.

Tomó la carpeta para salir corriendo de la sala, mire a los internos quienes también se veían confundidos por la actitud de la doctora Shuster.

—Bien. Ahora vamos a realizar una de las actividades más difíciles de ser médicos y está es el de dar malas noticias.

Anuncie a los internos para continuar con la clase. Tomé las tomografías para guardarlas en una carpeta para después llamar al paciente pero al cerrar la carpeta lo recordé, la historia que la doctora Shuster le contó al paciente de mi padre, su madre había muerto de cáncer y aunque se había vuelto médico eso no significaba  que había superado por completo ese dolor.


—Pueden tomar un descanso, necesito realizar un expediente —les indique a los internos para salir detrás de la doctora Shuster. Miraba alrededor en su búsqueda pero me detuve un momento al pensar las cosas con calma, ¿con que razonamiento iría tras de ella? ¿Con qué derecho me iba a entrometerse en sus asuntos ajenos? No tenía respuesta así que solo me di la media vuelta para volver a mi consultorio.

Al llegar la noche pensé en volver a casa, tenía el gran deseo de tomar una ducha para poder dormir cómodamente, pero me detuve al observar una escena un tanto particular, la doctora Shuster estaba dormida sobre la mesa de descanso del comedor, me acerque a ella para llamarle pero no respondía.

—Doctora Shuster, despierte—ello solo soltó un quejido para girar, la sostuve al percatarme que iba a caer—doctora Shuster despierte.

—No quiero ir a la escuela hoy, Les—hablo entre dormida. Esta mujer tiene el sueño pesado, solté un largo suspiro mientras la tomaba entre mis brazos para llevarla a una sala de descanso decente, ella recargo su cabeza sobre mi pecho para soltar un risa—Dominic.

Pronunció aquel nombre con tanto cariño que me hizo suponer que se trataba del hombre con el cual mantenía una relación pero cuando la oí quejarse para soltar una maldición descarte esa posibilidad.
Al llegar a la sala de descanso la acosté con cuidado pensé en irme pero ella tomó mi brazo con fuerza, hizo un mal gesto entonces empezó a llorar.

—No... No te vayas, mamá —balbuceo con lágrimas, me senté en la cama para limpiar sus lágrimas con cuidado. Vaya que era una mujer muy problemática.

⭐⭐⭐

Fue difícil el que ella me soltara mi mano anoche pero lo hizo tras tranquilizarse pero yo por otro lado me quedé preocupada y no fue hasta llegar a casa que recordé que si había un lugar que ella evitaba ir era al área de oncología, incluso durante la revisión mando a llamar a los médicos y enfermeras y si entraba, evitaba a los pacientes. Aún hay dolor en ella pero es difícil hacer algo al respecto si solo sonríe todo el tiempo.
Levante la mirada cuando alguien abrió la puerta de mi consultorio, la doctora Shuster entró se acercó para aventar confeti en mi dirección para luego colocar una canción de un par de trompetas, me cruce de brazos y ella soltó esa pequeña risa de su parte, de aclaro la garganta un poco para apagar la música.

—He llegado y con excelentes noticias. De hecho como fuiste la única persona que me ayudó pensé que sería sensato compartir contigo las buenas nuevas primero—me extendió una pequeña carpeta la cual abrí para leer su contenido, la mire incrédulo.

—Voy a admitir que estoy impresionado.

—¿Solo dirás eso? Esperaba una mejor reacción que esa.

—¿Quería que le aplaudiera?

—No, pero una sonrisa no hubiera estado nada mal. Es decir conseguí obtener todo el presupuesto para todo el hospital.

—Obtuvo un resultado impresionante, felicitaciones.

—Si, bueno obtuve tu ayuda también. Así que a parte de darte las noticias  primero vengo a ofrecer un tratado de paz, así que dígame doctor Cooper, ¿que le gustaría como recompensa?

—¿Un recompensa?

—Así es, por ayudarme. Tal vez podría ayudarle a obtener un poco más de presupuesto en su área, le caí muy bien al Consejo o incluso podría presionar a sus internos por usted.

Le mire un momento y algo dentro de mi me dijo que no iba a importar cuanto me negara ella iba a seguir insistiendo sin parar hasta que yo dijese algo.

—¿Le gustaría tener una cita conmigo?

Me miró incrédula ante mí propuesta, se rasco su oído y miró alrededor como si estuviera esperando a que fuese una broma, luego volvió a verme.

—Creo que no le escuché bien.

—Entiendo la sorpresa. Pero lo cierto es que le propuse una cita.

—Interesante. Claro, sólo si se arrepiente recuerde que fue su idea—escuche como su viper comenzó a sonar, lo sacó de su bolsillo para luego verme—Me solicitan pero volveré, por cierto, solo tengo libre el día lunes así que espero que usted también porque de lo contrario no podremos tener esa cita. Me gusta que me sorprenda, un pequeño dato para que tome en cuenta.

Ella salió de mi oficina y yo solo pude verla, ¿por qué demonios la invite a una cita?

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