Capítulo 21

Jeremy

El sonido de mi alarma se hizo presente, solté un quejido por el sonido insistente pero lo único que hice fue darme la vuelta y cubrirme con una almohada, sentí un ligero peso sobre mi espalda para después escuchar nuevamente el silencio de la habitación, quite la almohada lentamente para ver a Shuster volverse acomodar entre las sábanas de la cama para terminar dándome la espalda, ¿porque ella seguía aquí? Recordaba muy bien que la última vez ella se marchó antes de que yo despertará lo cual fue muy cómodo para pero ahora, ella estaba aquí acostada frente a mí, ¿que se supone que debo hacer? ¿debería alistarme ignorando su presencia? ¿Fingo seguir dormido hasta que ella se marche?
Soy un asco en el proceder siguiente de las relaciones casuales, quite la almohada por completo, mire mi celular que descansaba sobre el mueble y me estire para tomarlo y observar la hora.

—Shuster, deberías ir a casa para alistarte—dije pero ella no respondió, me senté sobre la cama para moverla un poco —. Shuster hoy vuelves al trabajo y debes ser puntual, te recuerdo que hoy tenemos que hablar con el director para dar informes sobre la cirugía.

—Tienes razón, es hoy
—ella se levantó casi de un salto de la cama, note que en algún momento de la noche ella ya se había colocado su ropa interior deportiva, miró alrededor de la habitación buscando su ropa para vestirse — Korden preguntara de quien fue idea así que di que fue tuya.

—¿Por qué?

—Si sabe que fue mi idea se negara, digamos que no está en Buenos términos con un doctor de Baltimore.

—¿Que fue lo que hiciste?

Interrogue y ella me miró con cierta indignación mientras se colocaba su tenis.

—Yo no hice nada, fue él. No siempre soy yo la busca pleitos... Bueno pues todo estuvo genial anoche pero ya es un nuevo día y me largo, nos vemos en el trabajo.

Se despidio sin mas para salir de la habitación, bueno al menos eso me ahorraba muchas cosas, su actitud tan práctica si que resultaba de ayuda muchas veces, me levante de la cama para marcharme a tomar una ducha fría, verla en su ropa interior me había provocado una reacción involuntaria, aún con esa persona tan irritante tenía un buen cuerpo que lo compensaba.
Terminé mi ducha, me vestí para el trabajo y tome un desayuno para después salir del departamento para dirigirme al trabajo, mientras salía del edificio mire a la doctora Shuster quien hacía un gesto indebido a media calle para después volver a la cera.

—¿Vas a dejar que Leslie se lleve mi motocicleta?
—le pregunto al señor Shuster quien regaba las plantas.

—Ya sabes como es tu hermano, además técnicamente es su motocicleta.

—Papá —se quejo como si fuese una niña pequeña.

—Tan solo usa el auto Iris.

—Pero me encanta esa motocicleta y no quiero ir en auto.

—Pero un auto es mas practico, es mas puedes acompañarte del doctor Carmona —dijo girando a verme, yo desvíe la mirada de inmediato mientras seguía esperando por algún taxi
—. Ahora se una niña buena y ve al trabajo en auto.

—Bien, pero cuando Leslie venga preguntando nuevamente por la motocicleta más te vale ayudarme, tu eres el padre, la autoridad, el que lleva los pantalones...

—Solo ve al trabajo florecilla—le ordenó su padre antes de entrar nuevamente a la florería se acercó a mí para mostrarme las llaves.

—Andando guapo, te daré un aventon —mencionó antes de darme una nalgada, yo la mire pero a ella parecía importarle muy poco aquel hecho, bueno comparado a otras cosas que hicimos antes supongo que una simple nalgada no es la gran cosa. Entre al auto grisaseo, notando que este era nuevo por el olor que emanaba, mire a Shuster quien ya había colocado el auto en marcha, ella siempre portaba su uniforme médico aún aunque no hiciera falta, mire hacia sus pies notando sus tenis de luces.

—¿Por qué siempre utilizas tu uniforme médico?

—¿Por qué siempre utilizas traje?

—Creo que es mas formal.

—Bueno, yo pienso que es mas práctico, si hay una emergencia no desperdiciare tiempo en cambiarme.

—Supongo que debo darte la razón en ello. ¿Por qué tu hermano insiste en quitarte tu motocicleta?

—Una vez choque contra un pequeño negocio mexicano, había tacos exparcidos por toda la calle y yo terminé sin una diente delantero sin mencionar que Dominic con una pierna rota. Pero en mi defensa apenas estaba aprendiendo a conducir esa cosa.

—Y si apenas estabas aprendiendo a conducir, ¿por qué llevaste a alguien más contigo?

—Solo diré que en mi juventud e tomado muy malas decisiones.

—¿Y ya no las tomas?

Ella giro a verme por un segundo, miró hacia el frente como si estuviera pensando en alguna típica respuesta tan suya.

—De acuerdo, aún tomó malas decisiones pero al manos ya no son tan estupidas.

—Tal vez sean esas decisiones la razón por la cual tu hermano insiste tanto para que no utilices la motocicleta.

—Una vez, uno solo choca contra un puesto de tacos una vez en su vida y es lo suficiente como para no perdonar.

—Solo está preocupado por ti, ¿que si te hubiese pasado algo grave?

—Ahora mismo sonaste como él. Él también cometió muchos errores, una vez se metió contra una pandilla y todos acabaron en el hospital, incluso aunque recibió una gran rills siguió hsceindolo durante mucho tiempo.

—No has pensado que pueda ser esa la razón de su sobreproteccion. Cuando uno comete muchos errores aprendes de las consecuencias y eso crea cierto temor a que alguien más las viva.

—Tiene a sus propios hijos, debería preocuparse por ellos.

—Pero tu eres su hermana pequeña —le recordé mirándola, y fue en ese preciso momento que recordé aquel apodo por el cual la llama su familia. —Tu eres su florecilla.

Era giro a verme sus cejas estaban arqueadas miró nuevamente hacia el frente para volver a verme pero está vez con una sonrisa y un leve sonrojo en sus mejillas.

—¿De dónde viene ese apodo? —pregunté para continuar la conversación al notar que ella no pensaba comentar algo.

—Fue mi madre quien me lo dio. Ella solía decirme que cuando nací era tan pequeñita pero con unos regordetes cachetes tan rosados y que cuando me entregaron a ella envuelta entre las sábanas parecía un pequeño capullo a punto de florecer, para ella fui desde ese momento su pequeña florecilla, esa es la razón de mi apodo. Ella adoraba las flores pero creo que eso es algo obvio por algo mis dos nombres son de flores, Iris Margaret—relato antes de soltar una breve risa —. A veces solía molestarla diciendo que sólo quería desviar la atención de todo cuando en realidad lo que quería tomar un rico cóctel, después de todo...

—Con el iris visualizas un coctel de margaritas.

Ella guardo silencio me miró con una enorme sonrisa.

—Así es, eres el primero que entiende ese chiste, mi hermano solía regañarme diciendo que no tenía nada de divertido o ingenioso, pero es obvio que es solo para la gente inteligente.

—Me pareció algo obvio y un tanto de tu personalidad.

—Vaya, un par de noches juntos y ya pareces conocerme bien.

—Solo soy alguien muy observador, no hizo falta compartir las sábanas contigo para darme cuenta de ello.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Preciento qué lo harás de todos modos.

—¿Por qué decidiste tener sexo conmigo?

—Es algo que yo también podría preguntar.

—Sinceramente creo que eres muy atractivo físicamente, estoy segura que no soy la única con pensamiento impuros cuando te ve, además tu personalidad indiferente es algo práctico para mi, se que no actuarias acaramelado al día siguiente o me pedirías alguna cita queriendo obtener explicaciones de la pregunta del millón de, ¿enserio no significo nada para ti? Eres lo suficientemente maduro para entender lo que implica ser de una sola noche.

Su respuesta me sorprendió un poco pero la verdad es que era algo que ya me imaginaba de su parte, me miró en busca de mi explicación.

—Si te soy sincero tenía tiempo sin tener sexo con una chica y entonces vi una oportunidad la cual tomé.

Ella soltó una carcajada mientras se estacionaba, la platica había sido tan amena que nisiquiera note en que momento llegamos al estacionamiento del hospital.

—Eso sonó tan patán de tu parte, al menos deberías mentir diciendo que fue por lo candente que te parezco.

—Supongo que tambien clasifica como una opción, eres muy atractiva.

—Eso suena mejor.

Shuster bajo del auto y yo fui detrás de ella, era extraño conversar con ella, podía tocar temas muy íntimos sin embargo no sentía vergüenza por hablar de ello, era una comodidad tan extraña el oírla bromear sobre ello y seguirle hasta cierto punto la corriente, creo que esto es a lo que llaman amigos con derechos.
Al llegar al hospital cada quien se dirigió a su área correspondiente, mientras ella volvía para terminar su recorrido de prueba yo me dirigí a la oficina del director Korden para explicarle un poco más a plenitud acerca del tema de la cirugía, después de todo si lo aprobaba podíamos hablar con más seguridad a los familiares para comprobar que todo saldría bien en la cirugía.

—¿De quién fue la idea?
—el director seguía mirando los documentos.

—Fue una colaboración de mi equipo.

—La jovencita no está dentro de su área de trabajo, doctor Carmona.

—Lose, pero eso no significa que me quede sin hacer nada solo porque no es parte de mi área de pacientes, creo que si esta al alcance de uno de ayudar se debe hacer correctamente.

—¿Piensa realizar la cirugía como médico auxiliar?

—Así es, creo que lo mejor será que el médico especialista se concentre en su área.

—Si ya tienen todo listo supongo que lo mejor será informar a todos los implicados al respecto —dijo mientras me extendía los papeles los cuales tome—espero que preparen las cosas correctamente.

—Así será, muchas gracias por su atención director.

—No me agradezcas —su atención por primera vez se dirigió hacia a mi, entre lazo sus manos para recargar su barbilla sobre estas—. Espero y le recuerde a Margaret que ella no participará en esta cirugía y que no se involucre con personas innecesarias, si algo sucede será su cabeza la que rodará.

—Lo entiendo señor.

—Puedes retirarte.

Ahora entendía que el director Korden se preocupa por ella a su manera, aunque parecía mostrar indiferencia y frialdad podía notar las amenazas en sus palabras, ahora que sabía un poco de la verdad entre la relación de ambos entendía que aquel rumor que se propagó en el hospital sólo era un mal entendido.
Salí de la oficina para buscar a la doctora Shuster, pregunté por ella a lo cual una enfermera me notifico que se encontraba en la habitación de uno de los pacientes, toque la puerta a lo cual ella me indicó que podría pasar al abrir la puerta la vi a ella de pie frente a la cama donde no sólo se encontraba la paciente sino también sus familiares.

—Mi colega el doctor Carmona será uno de los que estarán cargo de la cirugía—Shuster me miró al igual que los familiares de la paciente—.Todo saldrá bien, puedo asegurarles que es un gran médico.

—¿Es verdad? ¿Mi hija tiene la oportunidad de salvarse? —preguntó la mujer temerosa mientras abrazaba a su hija.

—La tiene. Ya hemos informado al director del hospital para comenzar a programar todo, empezaremos con todo lo necesario para realizar la cirugía de su hija.

—Mucjas gracias —ambos padres abrazaron a su hija.

—No me agradezcan todo fue idea de la doctora Shuster.

Mencioné mirándola note como de un momento a otro el joven rubio se acercó para besarla, incluso ella se veía bastante sorprendida por la acción del joven pero a pesar de eso después comenzó a reír un tanto nerviosa.

—Hey chico, ¿que tal si primero me invitas un café? —dijo Shuster tras cambiar su gesto—. No espera, un café no, mejor algo más.

—Yo, amm, lo siento—se disculpo el joven tras aclarse la garganta.

—No importa, pero sabes no fui la única que participó, ¿que tal un beso al muchacho también?

Bromeó la doctora Shuster, no podía creer que incluso en situaciones laborales podía hacer este tipo de bromas, mire al joven quien solo se encogió de hombros para después sentir como me robo un beso, sentí sorpresa para después asco, la doctora Shuster soltó una enorme carcajada pero yo solo salí de ese lugar necesitaba lavarme la boca cuanto antes. ¿Que demonios le pasaba a ese tipo?

✴️✴️✴️

—Sus análisis estarán listos dentro de dos días, mientras tanto tomé el medicamento indicado y verificaremos su avance.

—Muchas gracias doctor
—el hombre se despidió, se coloco de pie y lo escuche reír junto con alguien cuando llegó a la puerta, levante la vista para ver a la doctora Shuster.

—¿Puedo entrar? Como sea ya estoy dentro—mencionó cerrando la puerta detrás de ella para después tomar asientos
—. Encontré un caso interesante de insensibilidad congénita al dolor, no tienes ni idea de cuanto tarde en allar el verdadero problema
—la vi dejar varias carpetas sobre mi escritorio —también estoy seguro que este caso te va a encantar...

—¿Por qué me estas dando estos casos?

—Son casos los cuales se les debe seguir un seguimiento y alguien debe atenderlos.

—¿No puedes hacerlo tú?

—Te recuerdo que un par de meses regresaré a Baltimore.

—¿No bromeaba el director Bell acerca de tu cambio?

—¿Acaso Korden tiene cara de hacer bromas? claro que no. Solo asistiré a la boda y después de ello me volveré a Baltimore.

—Es una pena.

—Si, parece que alguien volverá a estar en abstenencia.

—Hablaba por el hospital, desde que llegaste muchos pacientes están muy satisfechos por tus cuidados.

—Lastima que no se puede decir lo mismo de mis compañeros —ella recargo su mano sobre el escritorio para mirarme —se que te irrite desde el primer contacto visual y ni te molestes en negarlo porque ya lo has afirmado antes... En fin solo venia a entregarte los documentos y preguntarte que día tienes libre.

—¿Por qué quieres saber mi día libre?

—Recibí un llamada de la sirenira con piernas, quien quiere que la acompañe a ver los vestidos para la madrina del novio.

—¿Que te hace pensar que quiero acompañarte?

—Tal vez el hecho de que vi como un chico te beso y tengo evidencia de ello.

—¿Me estás chantajeando?

—¿No es obvio?

—¿No crees que será extraño que este con ustedes?

—Dominic estará ahí, así que puedes conversar con él y recordarme la razón por la cual no debo ahocar a la novia.

—Parece que será un día bastante largo y agotador.

—Si que lo será, aún soy bastante nueva en el tema de corazones rotos así que no dudes que también será muy incomodo.

—Estoy libre el lunes—respondí y ella me sonrió, se levantó de su lugar se acercó a mí para tomar mis mejillas entre sus manos para besarme, a diferencia de cuando teníamos sexo este tipo de beso se sentía diferente era coqueto pero también se sentía bastante tierno.

—Espero que eso te haga olvidar tu último beso, de alguna forma lamento lo que paso—solto mis mejillas para después alejarse —. Bueno me voy, que tenga un buen día doctor Carmona.

La vi salir de mi oficina, después mire hacia el escritorio donde se encontraban las carpetas médicas, tomé una para ver varias pegatinas de notas con dibujos y pequeñas instrucciones, hasta los expedientes médicos tenían su esencia. Vaya chica tan más complica fue con la que me entendé, bueno era de esperarse después de todo los amigos con derecho nunca tienen una vida sencilla, ¿me pregunto cuando durará esta extraña amistad?

Capítulo dedicado a :
MaiaChebel


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