Capítulo 20
Iris
Había decidido que era hora de volver al trabajo y aunque tal vez esto podría meterme en problemas tenía que ir, se que me dieron tres días de descanso y que ya habían pasado dos días y que no me costaba nada esperarme un día mas pero ya no quería tener nuevas sorpresas, el día de ayer había hecho un gran esfuerzo por fingir infinita alegría con una sonrisa, en momentos como esos agradecia la ceguera de Dominic porque de lo contrario iba a notar mi gran disgusto sobre la situación, ese día fui traicionada por mi propio hermano nunca más volvería a confiar en él.
Entre al hospital mirando alrededor en busca de alguna señal por parte de Korden, ese tipo tenía la habilidad de aparecer en los peores momentos de mi vida, mire a una anciana quien se movía por los pasillos me acerque para ayudarla a avanzar un poco, la mujer me observó confusa y un tanto asustada, la mire con una sonrisa ella abrió la boca pero le indique que guardará silencio, al llegar a recepcion deje a la mujer para correr por los pasillos hasta llegar al grupo de enfermeros, ya era conocida por la mayoría de los integrantes del hospital por lo que verme haciendo cosas extrañas se había vuelto parte de la rutina y aunque algunos todavía me miraban con extrañeza otros ignoraban los hechos y se concentraban en su trabajo. Me separe del grupo cuando retomaron otra ruta cuidando cada uno de mis pasos para evitar ser descubierta, camine el pequeño recorrido que hacía falta para llegar a la sala de diagnósticos, el doctor Carmona estaba de espaldas escribiendo mientras que los demás integrantes parecían discutir un tema entre ellos, toque la puerta de cristal captando la atención de todos, levante mi mano para saludar a los integrantes de mi equipo quienes parecían confundidos por el hecho de que estuviese presente, abrí la puerta para cerrar detrás de mí.
—Doctora Shuster, ¿que esta haciendo aquí?
—También es un gusto verlo doctor Carmona.
—Debería estar descansando.
—La verdad es que debería estar haciendo muchas cosas pero aquí estoy, de hecho quería conversar con usted acerca de algo.
El guardo silencio por un momento, miró a los demás integrantes del equipo quienes parecían bastante interesanted por la situación, vaya que chismosos.
—Vayan y hagan los análisis —les ordenó el Doctor Carmona a su equipo quienes se levantaron en silencio para irse.
—¿Problemas con el caso? —mire la pizarra la cual estaba tenía ya varios nombres de posibilidades y en su mayoría ya estaban tachadas.
—¿Cual es el tema referente a nuestra discusión?
—Oh cierto, mira esto—dije extendiendo la carpeta las cual tomo—estuve conversando con un colega acerca de las cirugía, todo se llevó en dabete pero ahora tenemos posibilida de un ochenta por ciento de salvarla, ¿que opinas de ello?
—Primero necesito analizar el informe.
—No te preocupes por ello lo analizó uno de los mejores oncologos de Baltimore.
—¿El te ayudará a realizar la cirugía?
—De hecho eso era algo que quería comentarte, yo no podré realizarlo, quien estará acargo será el médico y quería pedirte tu ayuda.
El doctor Carmona me miró mientras dejaba la carpeta a un lado.
—Se que es mucho pedir en especial porque no es tu área de especialista pero yo no puedo realizarlo por mi condición.
—¿Tu condición?
—Si, ya sabe sobre mis fobias de alguna forma todo empeora cuando se trata de una cirugía de ese tipo.
—Entiendo—se limitó a responder.
—Oh si y una última cosa, yo no puedo decirle a Korde, él bueno ya sabes esta un tanto molesto conmigo.
—De acuerdo, lo entiendo, ahora ve a descansar.
—Claro—él me miró y yo a él, había esto muy accesible y aquello me inquieto un poco —¿Puedo hacerle una última pregunta?
—¿Que sucede?
—No está siendo muy considerado conmigo solo porque tuvimos sexo, ¿o si?
—Mis asuntos personales nunca son una mezcla con mi trabajo profesional. Esto no se trata de nosotros sino de salvarle la vida a una niña.
—Pero que alivio—confesé tras soltar un suspiro —. Sabe estaba comenzando a arrepentirme por lo sucedido ya que las cosas se estaban volviendo extrañas pero si se trata de eso me alegra mucho, bueno me tengo que retirar. Ah por cierto—me acerque a la pizarra tomando el marcador rojo para escribir —deberías provar un análisis de andenovirus, puede que se trate de cistitis hemorragica.
Salí del consultorio mirando nuevamente por los alrededores, creo que podía mezclarme bien entre los pacientes ya que no portaba mi bata, extrañaba tanto el usarla, mientras caminaba observe a Korden de pie en la entrada me detuve para regresar de reversa sabía que si me veía me daría más días de suspensión y no quería eso, no soportaba estar en mi casa, sentí como choque contra alguien gire la cabeza para ver al doctor Carmona a quien le había derramado su agua sobre su ropa.
—Cómo lo siento, pagaré la tintorería.
—No importa, solo vaya a casa doctora Shuster.
—Si, claro—gire nuevamente para ver a Korden quien comenzó a encaminarse en mi dirección —abortar misión ahí viene Korden
—mire alrededor observando la puerta de a lado entre ahí junto con el doctor Carmona.
—¿Se puede saber la razón por la cual yo también entre contigo?
—No soy buena tomando decisiones con pánico, ahora guarda silencio.
Le pedí mientras recargaba mi oído sobre la puerta, ahora no sabía si él ya había pasado mire al doctor Carmona tal vez podía utilizar como señuelo.
—¿Puedes salir y ver si esta afuera Korden?
Él me miró entre cerró los ojos pero soltó un largo suspiro supongo que quería terminar la situación lo antes posible abrió la puerta pero volvió a entrar.
—¿Sigue ahí afuera?
—No sólo eso, mi madre está con él.
—Vaya que eso si que es una mala convinacion porque sin ofender pero tu madre es una horrible persona.
—No tengo ningún fundamento para decirte lo contrario.
—¿Por qué ella es así contigo? ¿Tanto le molesto el hecho de que te convertiste en Doctor?
Aunque si lo médico un poco parece que no es lo único que parece molestarle, ¿acaso tiene trastorno anancástico?
—Tan vez sea el hecho de que no soy su hijo, es mi madrastra. Mi verdadera madre murio al darme a luz.
Me confesó y aquello me tomo por sorpresa pensé que me mandaría a callar o me diría alguna otra cosa.
—Oh entiendo, bueno supongo que eso explica muchas cosas.
—¿Como cuáles?
—Pues sabes que se supone que los genes se reparten entre un 50% pero a veces algunos genes son más agresivos por lo que se manifiesta de diferentes maneras, en la boda conocí a toda tu familia y pude percatarme que no compartes muchos genes con tu padre, tal vez el 40% por lo que el 60% es de tu padre y deduzco que tu madre fue una mujer bella porque bueno, eres alguien muy atractivo y puedo decirte que lo verifique muy bien.
—¿Como es que logras sacar temas como estos en situaciones como estas? —interrogó pero yo solo me encogi de hombros—. Aveces soy una sin vergüenza, digo ya compartimos un momento intimo de una sola noche así que no veo el porqué no decir algo como esto estando a solas, y ya hablados de cosas vulgares, ¿que tal soy en la cama? ¿Regular, normal o atractiva?
—No respondere a ello.
—Tomaré eso como muy atractiva.
—¿Y que hay de ti?
—¿Que es lo que pienso? Vaya no me esperaba esa pregunta, bueno creo que en la cama eres muy a...
—No me refiero a eso, hablo acerca del director Korden, ¿porque actúas con él así? Puedo afirmar que ni siquiera con tu propio padre eres tan respetuosa.
Debo confesar que su pregunta me sorprendió, él siempre fue un hombre que pintaba un margen del cual excluia muchas cosas y le interesaban muy pocas pero si fuese él supongo que también tendría la misma duda.
—Korden es mi tío político, bueno mas bien lo fue, estuvo casado con la hermana de mi madre. Desde que tengo memoria él siempre a sido con un andar firme y decidido, con gestos contundentes. Estuve presente cuando su esposa... cuando la tía Cassie murio y yo no hice absolutamente nada, solo estuve ahí de pie esperando a que pasaron los minutos hasta que ella murio—un silencio reinó entre ambos y es que aunque solo había una sola persona a la cual le había confesado completamente la verdad pronunciar aquello con una verdad a medias era tan extraño —. Supongo que tengo más culpa que respeto... Y bueno, supongo que es un buen resumen para explicar el porqué termine aquí contigo.
—Eres más bien del tipo dependiente.
—¿Que cosa? —pregunté confusa.
—El tipo de personalidad que en mayor medida, usan el sexo para liberar la tensión y olvidar los problemas por un placentero rato.
—¿Te deje sin palabras doctor Carmona?
—¿Aquí o en la cama?
No pude evitar reír, dios escuchar esas palabras con ese rostro de absoluta seriedad era tan divertido y de alguna forma irónico.
—Esta nueva faceta tuya si que asusta.
—Digamos que es una cucharada de tu propia medicina.
—Entiendo, doy terror al hablar, en mi defensa me gusta causar ese efecto.
—¿Crees que ya se hallan ido?
—Posiblemente, ¿por qué no vas a revisar?
—¿Por qué no revisas tu?
Contrataco, mire hacia la puerta para abrir esta lentamente asome un poco mi cabeza para mirar alrededor, regrese lentamente para volver a cerrar la puerta.
—Parece que todo está despejado—abri la puerta mirando al doctor Carmona—¿Quieres ir a comer algo? Prometo no morder esta vez.
Levante mis manos como signo de inocencia y es que aun recuerdo aquella vez que lo invite a cenar en nuestro departamento, todo iba tan relativamente bien, él se limitaba a conversar con mi padre mientras que yo solo escuchaba pero todo se fue al demonio cuando estiró su mano para tomar la sal y lo mordí, en mi defensa pensé que iba a tomar algo de comida en mi plato, por primera vez mi padre me riño como si fuese una niña pequeña por haber mordido a la visita aunque más bien me sentía como un pequeño perrito malo que hizo lo primero que su dueño le dijo que no hiciera. Él me miró un tanto confuso seguramente pensaba en mis intensiones ocultas o alguna excusa.
—Se que tu turno terminó desde hace una hora.
—¿Como sabes eso?
—Los miércoles compartimos el mismo horario.
—¿Acaso tengo alguna otra opción?
—Parece que no.
Lo escuché suspirar y aquello me hizo sonreír de alguna forma sabía que sus suspiros significaban un si.
Ambos nos dirigimos hacia la salida, tomé el casco para colocarloselo.
—No te vaya a pasar algo
—bromee pero él se quito su casco para colocarmelo.
—Tu seguridad es más importante.
—¿Por qué soy una chica?
—Por qué eres parte de mi equipo.
—Eso pudo haber sido más romántico.
—No trataba de ser romántico.
—Dudo que algún día puedas.
Subí a la motocicletas y le indique que subiera a la parte trasera, lo vi quitarse su bata antes de subir a la parte trasera, pensaba bromear diciéndole que podía tomar mi cintura pero creo que me lo guardaría para después.
El camino fue un tanto silencio pero tampoco es que alguno hiciera un esfuerzo por iniciar alguna conversación, al llegar me quite el casco para silvarle a Tony quien barría la parte delantera de su bar, me miró para después mirar al doctor Carmona.
—¿Quien es tu amigo?
—Es mi jefe, lo traje para ver si me da un aumento
—bromee.
—Entonces creo que sacare el mejor vino.
Tony entró al su establecimiento, baje la moto y entre al local acompañada del doctor Carmona el miraba alrededor y como no hacerlo este restaurante con estilo antiguo era bastante fabuloso, tomamos asiento en las sillas de la barra, Tony se acercó para dejar las copas con el vino antes de volver a la cocina.
—Que su apariencia de criminal no te engañe su comida es bastante buena y lo mejor de todo es que pasa con diez las normas de salud.
—Te estoy escuchando muy bien florecilla, así que si te atreves a decir algo malo de mi te echaré a patadas de aquí.
—Y ese encanto de persona es Tony, amigo de la infancia de mi padre por lo que puede decirse que es parte de la familia, por eso sus dulces palabras.
—Ya sabes florecilla, si me provocas respondo
—salió de la cocina para entregarnos un par de aperitivos.
—Tony, el doctor Jeremy Carmona, doctor Jeremy Carmona, Tony—los presente.
—Al menos podrías decir el cantinero, presentarme sin título suena patético.
—Me voy a ahorrar un buen comentario en este caso.
—¿Y a que se debe tu visita de hoy? Deduzco qué más que tu jefe es tu compañero de copas—dijo mirando al doctor Carmona quién ya había llevado algo de pan a su boca.
—Te muestro —saque la invitación de la boda para mostrársela, él silbo para después dejar toda la botella de vino sobre la barra—¿Quien demonios se casa tan rápido? La boda es dentro de dos meses y como si fuese un mal chiste quieren que sea madrina del novio.
Tony soltó la carcajada mientras volvía a la cocina, yo mire la invitación antes de hacerla a un lado,el tan solo recordar lo sucedido me causaba un gran asco acompañado de una depresión de una gran cantidad de helado.
—¿Iras? —preguntó el doctor Carmona mirando la invitación antes de tomar algo de vino, di un trago para mirar aquella invitación rosada.
—Es la boda de mi mejor amigo, así que aunque parezca un completo fiasco me pondré ese estupido vestido rosado, lo ayudare a prepararse, estaré a su lado durante su desposamiento y durante el banquete tratare de estar lo más sobria posible para dar un cursi discurso sobre lo feliz que será su nuevo matrimonio cuando en realidad quiero maldecir a todos, les dedicaré mi mejor sonrisa y una vez cumplido mi objetivo me iré de esa maldito lugar para embriagarme.
—Wou, realmente parece que te vas a divertir tanto.
—Vaya, parece que el alcohol te pone sarcástico.
—Hablaba con la verdad, de hecho te propondré algo, llévame contigo a la boda, te ayudaré a mantenerte sobria y puede que te ayude a insultar a alguien si quieres.
—Incluso te volvió cómico, te invitaré más seguido a tomar.
—Me acompañaste a la boda de mi hermano creo que es justo que te acompañe a la boda de tu mejor amigo.
—No me engañas, solo quieres tener sexo conmigo.
—Lo tomare como un bonus extra si ocurre.
Aquello en verdad me hizo soltar la carcajada, tomé la botella de vino para grabar en mi memoria el nombre de la marca y el grado de alcohol que poseía, ahora sabía que si quería que perdiera su cara de grinch debía hacerlo tomar de este vino.
—Entiendo por lo que estas pasando, esos sentimientos encontrados de querer mandar todo al carajo mientras que por el otro te preocupas por la felicidad de la persona que tanto amas. De alguna forma quieres ser egoísta y obtener tu propio felicidad pero luego, cuando piensas en la otra persona y analizas los riesgos que representa, te das cuenta que estás dispuesto a dejar ir esa felicidad para ver la suya porque al final su felicidad también se convierte en la tuya.
—Voy a grabar esas palabras en mi cabeza, escribirlas después en una hoja para luego imprimirla en una tarjeta motivacional... Ambos somos tan patéticos.
—Dilo por ti.
—Habló enserio, es decir somos grandes ciruganos con una carreta totalmente comprometedora que trabajan en un hospital mediocre, tenemos temor de aceptar ciertas cosas del pasado, como tu extraña madrastra y yo al idiota de mi tío político, solteros con un solo amor de toda vida la cual dejamos ir sin mas.
—A veces el amor de tu vida no es el amor de su vida, y tienes que aceptar dejarlo ir con él amor de su vida. La vida sigue aún después de tal fracaso pero ese fracaso no te hace menos como persona y mucho menos te hace alguien patético. Muchas personas están dispuestas a luchar a filo de espadas para aferrarse a cierto amor pero, ¿que tantos están dispuestos a clavarse esa espada para dejar vivir el amor de esa persona con otra? El amor no sólo se trata de saber luchar si no también de saber cuando hay que rendirse.
—Podría besarte en este mismo momento.
—¿Y que te lo impide?
—Mi hambre, en verdad tengo mucha hambre y con el estómago vacío la pasión no llega.
El doctor Carmona negó con una media sonrisa adornando su rostro, tomó lo que restaba de su copa antes de volver a servirse un poco más. A los pocos minutos Tony llegó con un par de platillos de su pasta especial, él siempre a sabido como consentirme.
—Un platillo especial para mí florecilla especial.
—Gracias Tony, eres el mejor.
—Si claro, el día que vengas a este lugar para otra cosa que no se embriagarse o con intenciones de tener sexo con tu acompañante te creeré. Tenías idea de cuantos secretos le guardo a tu hermano, me iré al infierno si sigo así.
—Prometo que la próxima vez vendré totalmente sobria solo para conversar contigo.
—Ver para creerlo.
Tony volvió a la cocina seguramente para darme algo de privacidad con el doctor Carmona, tomé el tenedor para comer un poco de pasta.
—¿Como te sentiste cuando te entéraste lo de risitos de oro y tu hermano?
—Fue doloroso pero me mantuve indiferente porque se supone que así debería de ser.
—¿Alguna vez quisiste darle una paliza a tu hermano?
—Aún sueño con ese día.
—¿Y porque nunca lo hiciste?
—Porque habría demostrado que la situación me afecto. En mi familia van primero los negocios y los beneficios, los sentimientos deben ser solo un bonus extra de la vida.
—Que horrible suena eso. Entonces, ¿cómo fue que empezaste una relación con ella en primer lugar? No es por juzgar ni nada pero no parece nada tu tipo.
—Nuestros padres son socios, pase la mayor parte de mi tiempo a su lado por lo que fue inevitable el tener ese tipo de sentimientos. Pero tu hubiera agrado mucho la Charlotte del pasado.
—Si, claro.
—Habló enserio, era tan aventurera y con un humor tan sarcástico como el tuyo.
—¿Que fue lo que le pasó?
—Comenzó a darle importancia a la opinión de las personas, primero lo que decían sus padres, después sus amistades, terminó por escuchar lo que decían los demás que olvidó lo que era escucharse a mi misma, se perdió como persona por complacer a otros... Y yo creo que fui muy egoísta porque solo me concéntrate en mi mismo, dejé que las cosas pasarán y nisiquiera intente el hacer algo, fui por el camino fácil, el camino de los perdedores.
—Y decias que no eras un idiota —levantea copa en su dirección antes de recarga mi rostro contra la barra —. Creo que tenemos más en común de lo que parece, yo también tomé el camino fácil, pasaba tanto tiempo con Dominic que pense que tarde o temprano él se daría cuenta de mis sentimientos, di las cosas por sentado y aquello fue mi error. Incluso en nuestra última discusión pude gritarle lo que sentía pero solo dejé que el problema estuviese ahí sin solución, pensé que un par de días de alejamiento resolverian las cosas, pero los días se conviertieron en semanas y las semanas en meses hasta que paso el año para darme cuenta que ya lo había perdido.
—¿Y porque no te robas al novio?
—Si pudiera ya hubiese maquinado un plan para hacerlo incluso antes de la boda pero su prometida está embarazada, no soy tan maldita como para hacer algo así.
—No se si es por el alcohol o la simpatía de nuestra situación pero—él levantó su copa en mi dirección —brindemos por lo patético que somos.
—Salud—dije cochando su copa contra la mía, me reincorpore para darle un trago, mire al doctor Carmona para después del plato de pasta para comer un poco—. Después de comer, vamos a tu departamento a tener sexo.
—Claro, por que no —respondió tras un momento de silencio.
—Solo no me vayas a morder, la última vez me dejaste una marca.
—No lo haré si no me ragusña la espalda.
—Me parece un buen trato. ¿Me sirves un poco más de vino?
Debo admitir que cuando invite al doctor Carmona no me esperaba este tipo de resultados, sinceramente sólo quería la compañía de alguien para comer algo de pasta y sin embargo creo que había conseguido obtener algún tipo de extraña amistad con él, y lo peor de todo es que no sabía si era algo bueno o malo,supongo que el tiempo se encargaría de responder.
Capítulo dedicado a:
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top