Capítulo 08

Jeremy

-¡Cuidado!

Escuche gritar a alguien antes de ser golpeado fuertemente en la cabeza para terminar bajo el agua. Lo último que recuerdo fue haber escuchado su voz.
Desde que la vi entrar con aquellos tenis de lucesitas, su bata cubierta de varias estampillas, con una enorme sonrisa mientras que su coleta de caballo se movia de un lado al otro sabía que esto sería problemático, que ella sería un problema y no me equivoque.

Ocho horas antes del incidente.

Se supone que hoy es mi día libre sin embargo no se siente de esa manera, normalmente suelo quedarme dormido todo el día para recargar mis baterías por todos los horarios tan complejos que tengo, no suelo ser alguien que dura mas de ocho horas dormido pero vale la pena el intento. Solté un largo suspiro al escuchar nuevamente aquel sonido que me impedía dormir tranquilo, no importaba cuanto tratara de ignorarlo seguía sonando y algo como ponerlo en silencio no era opción, también podía surgir algún trabajo importante y no quería no ser participe de ello. Tras volver a escuchar aquella melodia decidí tomarlo para observar el nombre de la persona que causaba mi impidimento al reconsilio del sueño.

-¿Por qué no contestas mis llamadas?

-Estaba descansando, Jamie. Es mi único día libre y lo único que necesito es dormir.

-Entiendo pero aún así deberías contestar mis llamadas.

-¿Que sucede? ¿Hay alguna emergencia?

-¿Aparte de la vulpeja de Kelly? No, ninguno.

-Esa no es la forma de hablar de una dama.

-Y tu trabajo no es la forma de un Carmona.

-¿Que necesitas Jamie?
-pregunte llendo al punto. Después de todo mi hermana solo me llamaba cuando necesitaba algo.

-Que me saques de aquí. Estoy arta de ver a esta gente, no puedo con ellos.

-Siempre exageras las cosas. No puede ser tan malo.

-No dejan de hablar y arreglar los detalles del tan ambicionado día. A este paso terminaré en una clínica psicólogica y sabes a quien culparme siempre, a ti y tendrás que vivir con ello toda tu vida.

-Jamie.

-Solo ven con alguna excusa, no se, rompete una pierna, di que te contagiaste de algún virus o algo por el estilo. Solo sacame de aqui-dijo suplicante. Solté un largo suspiro mientras quitaba las sábanas que me cubrían para levantarme.

-De acuerdo. Iré por ti.

-Eres el mejor.

Y con ello la llamada terminó. Me levante por completo de la cama tome una ducha, me vesti con unos pantoles de mezclilla y una camiseta negra. Me asegure de cerrar las ventanas y dejarle un poco de comida a vibrisas para salir de mi departamento, mire hacia el departamento de la doctora Shuster pero como era costumbre ningún sonido se imitia de ese lugar, al parecer es alguien más cautelosa de lo que aparenta ser.
Salí del edificio y tomé un taxi en dirección a mi hogar, este tipo de viajes me eran bastante tediosos, no sólo por el tráfico más bien era hacia el lugar al que me dirigía. Tenía años sin pisar mi hogar, no sólo por la última discusión que tuvimos, ahora también era por la nueva razón la cual llevaba nombre, baje del taxi una vez que llegue a antiguo hogar, como siempre el jardín era impecable, ninguna mancha decoraba las grandes paredes blancas de la mansión y nisiquiera una pequeña mota de polvo podía visualizar los ventabales, me acerque para ir y tocar el timbre pero la puerta de abrió antes que yo pudiese levantar mi mano.

-Realmente veniste-mencionó mi madre, me observó de pies a cabeza antes de mirar hacia dentro -. Tu hermana menciono que necesitas ayuda para escoger un traje, espero que sepas comportarte.

-Yo no...

-Por supuesto que lo hara-interrumpió mi hermana-por algo le ayudare a escoger el traje.

-Regresa para la cena Jamie-le ordenó a mi hermana antes de marcharse. Ella soltó un largo suspiro de alivio para después tomar mi hombro.

-¿Por qué le mentiste a nuestra madre? Yo no asistiré a la boda.

-Necesitaba una excusa para salir lo antes posible, además solo amortigue la futura discusión que se predentaria-se excuso. Ella abrió la puerta de su auto y me indicó que entrará -. Sabes hace tiempo que no veo a vibrisas.

-Esta bien-le asegure.

-De seguro te olvidas por completo de él.

-Es un gato, son animales son independientes.

-Lo sé pero aún así deberías cuidarlo, que tal si ocasiona problemas en el hogar de alguno de tus vecinos.

Mencionó y entonces recordé aquella ocasión donde la doctora Shuster apareció frente a mi puerta con el gato entre manos, parecía irritada sin embargo ninguno de los dos volvió a tocar el tema sobre lo que mi mascota hizo.

-Lo tendré en consideración.

-Sabes, estaba pensando en hacer un poco de limpieza para ayudarte. Así podrás descansar un poco.

-No es como si mi departamento se ensuciara demaciado.

-¿Y como van las cosas en tu trabajo?

-Hay nuevas personas molestas.

-Jeremy, a ti todas las personas te parecen molestas.

Bromeó mi hermana, yo solo la observe mientras la oía conversar por todo el camino sobre las actividades que había hecho y todo lo que tendría que hacer durante la semana, a veces me sentía mal por mi hermana quien vivía complaciendo a nuestros padres y callaba tanto sin embargo yo no podía ayudar a alguien que no quería ser ayudado, si algún día ella quiere enfrentarlos será por su propia cuenta.
Al llegar nuevamente a mi departamento, ella seguía hablando pero por un momento guardo silencio, cosa que captó mi atención. Jamie miraba a la persona que estaba en medio del pasillo con cierta admiración.

-¿Quien es ella?

Escuche preguntar a mi hermana, la doctora Shuster tenía a vibrisas entre sus brazos me observó con cierto disgusto mientras se acercaba.

-Pensé haberle dicho que encerrara a su gato, vecino-dijo remarcando las últimas palabras.

-No volverá a pasar-asegure. Por un momento medite en cómo es que el gato pudo haber escapado, recuerdo haber cerrado todas las ventanas. Cuando volví a verla para tomar el gato, la observe girar mire en su dirección, al ver como aquel hombre alto con tatuajes salia del elevador mirando su celular volví mi mirada en la doctora Shuster quien parecía bastante nerviosa y un tanto preocupada, me empujó para entrar a mi departamento con el gato aún entre manos.

-Que esperan, entren -nos ordenó. Yo pensaba discutir el hecho de que entro a mi hogar sin permiso pero mi hermana me empujó dentro para después cerrar la puerta.

-Evidentemente algo sucede, ¿pero que es?

-Shhh-me pidió mirando hacia la perilla de la puerta. Su celular comenzó a sonar, de inmediato lo tomó para colocarlo en silencio. Recargo su oído sobre la puerta y yo de alguna forma no pude evitar verla, portaba una falta de mezclilla corta, con unos tenis blancos y una blusa de tirantes rallada, sentí como mi hermana golpeo mi hombro mientras negaba con desaprobación.

-¿De qué te escondes?
-preguntó mi hermana mientras se acercaba colocándose detrás de ella.

-Mi hermano es como una piedra en el zapato
-le susurro en respuesta y miró su celular el cual seguía mostrando la llamada.

-Mientras unas buscan la ayuda de sus hermanos otras huyen de ellos-Jamie me miró de manera cómica captando su atención.

-No es que no quiera a mi hermano, solo que suele ser bastante sofocante con sus cuidados a veces.

-¿Muy sobreprotector?
-interrogó Jaime mirándome de manera acusadora, sabía que ella quería más atención de mi parte, que la mimara y consintiera, pero yo no era de ese tipo de hermanos mayores.

-No tienes ni una idea.

-¿Siempre fue así?

-No realmente, me cuidaba lo normal pero se volvió sofocante cuando nuestra madre murió -mencionó sorprendiendo a Jamei, si había un tema del cual mi hermana no hablaba era sobre la muerte, ella había perdido a su conejo hace años y aunque no podía compararlo a perder a una persona ella sentía que era un dolor agonizante -. En fin pensé que toda esa sobreproteccion se iría directo a sus hijos pero me equivoque... Creo que ya se fue, ¿puedes ir a mi departamento y fingir ir por una taza de azúcar?

-¿Y qué si me pregunta por ti? Soy una pesima mentirosa.

La doctora Shuster me miró después a mi hermana y con una media sonrisa le abrió la puerta.

-Solo ve y toca la puerta, si abre sales huyendo y si no sale nadie yo saldré huyendo de aquí.

-Tu hermano no creerá que es muy grosero de mi parte el salir huyendo.

-Esta acostumbrado, anda ve-tomo su brazo sacándola de mi departamento. Vibrisas comenzó a maullar entre sus brazos, giro a verme para extenderme al gato el cual tome.

-¿Ha roto algo?

-Solo se tiro en mi ropa limpia para después desordernarla y llenarla de pelo... Ademas no soy de mascotas.

Mencionó tomándome por sorpresa, ella era un huracán andante, bastante explosiva el cual parecía tener bastante energía para compartir.

-Interesante el hecho de que no te gusten las mascotas.

-Me gustan mucho los animales, a veces suelo preferirlos antes que las personas. Solo no estoy acostumbrado a ello ya que mi hermano nunca me permitió tener una. Pero si quieres hablar de sorpresas, es interesante que a un lobo solitario como tu sea dueño de un gato.

-Fue un regalo de mi hermana.

-Se ve que es bastante linda. Tan al estilo inglesa que podría pasarse por la realeza, pobre.

Guarde silencio por su comentario, muchas personas solían enviar nuestro estilo de vida tan lujo y sofisticado pero eso no era el caso de la doctora Shuster, era como si ella en verdad comprendiera que nuestro estilo de vida no es de nuestro agrado y parecía entenderlo fácilmente con un vistazo para lamentar con sinceridad algo de lo cual no podíamos librarnos fácilmente. La puerta se abrió, mi hermano le sonrio.

-Nadie a abierto la puerta, debo suponer que se marchó al no encontrarte en casa.

-Muchas gracias -le agradeció sincera saliendo de mi departamento, la puerta se abrió nuevamente donde esta vez ella solo azomo su cabeza -. Por cierto soy Iris, si algún día necesitas huir llámame.

-Soy Jamie -se presentó con cierta emoción, la doctora Shuster cerró la puerta nuevamente. Mi hermana me miró para tomar a vibrisas entre sus brazos-. Me agrada.

-Es porque todavía no la conoces.

-Escuche que los polos opuestos se atraen. Es obvio que te atrae físicamente, después de todo no dejabas de ver su trasero.

-Yo no le estaba viendo sus glúteos.

Mi hermana me miró y antes que pudiese decir algo ambos escuchamos un grito, ella salio con prisa y yo fui detrás de ella. Una mujer rubia tenía en el suelo a Iris mientras la sometía con una llave, mientras que otra mujer afroamericano se cubría su rostro con cierta vergüenza mientras sostenía un saco. Iris mordio a la rubia la cual se quejo, le arrebato el saco a la otra mujer para pararla con esta.

-¡Puedes huir pero no esconderte, florecilla! -le amenazó la rubia mientras se quitaba el saco. Mire al frente para observar a Iris tocar sin parar el botón del elevador, cuando noto que no podría huir decidió correr por las escaleras de emergencia pero volvió, un chico con una falsa escocesa la perseguía y ahora ella parecía estar acorralada, las puertas del elevador se abrieron pero ahora otro chico salió, debo admitir que no se como reaccionar a esto.

-Alto o llamaré a la policía -les grito mi hermana pero todos giraron a verla para después ignorarla-. Jeremy has algo.

-¿Que se supone que debo hacer?

-Lo que sea pero ayúdala.

Mi hermana me empujó hacia el frente, la doctora Shuster me miró un par de segundos, todos giraron a verme para después volver a ver a ella y de un momento comenzaron a susurrar mientras me miraban. La puerta del departamento de enfrente se abrió y gire para observar al doctor Díaz, quien miró la escena con una sonrisa en vez de extrañesa, la doctora Shuster trató nuevamente de escapar pero fue sometida por la rubia.

-Ya decía yo que escuchaba mucho escándalo, las gemelas Davis y los hermanos Coxx, ¿que los trae por aquí? -preguntó con tranquilidad el doctor Díaz.

-La florecilla se niega a asistir al ritual familiar Coxx-Prince y ahora también Shuster-contestó la mujer rubia.

-Yo que culpa tengo que mi hermano se allá casado con su tia-expresó la doctora Shuster quien permanecía en el suelo con la rubia encima de su espalda.

-Desde que te fuiste a Estados Unidos eres muy ilícita con nosotros-mencionó la afroamericana.

-¿Te incomoda que nuestro hermano este ahí? -preguntó el joven de la falsa escocesa -. Sabemos lo difícil que puede ser convivir con los ex-novios así que sin ningún problema lo podemos echar.

-Zachary no es el problema. Es solo que... -la doctora Shuster guardo silencio para después soltar un largo suspiro-Fénix quítate de encima, mis órganos están comenzado a suprimirse.

-¿Acaso te preocupa él?
-cuestiono el azabache mientras miraba al doctor Díaz.

-¿Por qué tendría que ser yo el del problema?
-preguntó el doctor Díaz.

-Dominic me contó lo que pasó.

Un silencio se formó pero por la forma en la que la doctora Shuster miró al joven azabache note que había captado su atención.

-La verdad es que e estado trabajando turnos extras por las noches y estoy agotada. Quería dormir toda la tarde.

-¿Por qué tendrías que trabajar turnos extras? Tu jefe suena como un tirano.

Mencionó la rubia provocando una sonrisa en la doctora Shuster.

-No lose, ¿por qué no le preguntas?

Ella se levantó y todos giraron a verme de mala manera, mi hermana retrocedió un par de pasos.

-Como sea, iré a cambiarme, si mi hermano me ve con esta falda no dejará de molestarme.

-Yo creo que te vez sexy, florecilla.

La doctora Shuster cerró la puerta con fuerza por el comentario del doctor Díaz, un enorme silencio inundó el pasillo, esto se estaba volviendo incómodo por lo que decidí volver a mi departamento pero alguien me detuvo mientras sostenía mi hombro.

-¿Por qué la haces trabajar horas extras?
-preguntó la rubia con una mirada feroz.

-Es alguien eficaz, además recibí órdenes de mi superior para aprovechar su tiempo aquí en Londres -dije quitando la mano de la mujer.

-¿El rumor es cierto? Iris tiene que volver a Baltimore.

El pánico inunda la mirada del doctor Díaz y por la expresión de todos sabía que era una noticia que no me pertenecía el derificar, había cometido un pequeño error de ser algo imprudente en mis palabras.

-No es una decisión que me corresponda-me limite a responder, trate de volver nuevamente a mi departamento pero ahora el doctor Díaz fue quien me lo impidió.

-Solo responda, ¿ella regresará si o no?

La puerta se abrió, la doctora Shuster salió con un conjunto más deportivos nos miró a todos quienes guardamos silencio, el doctor Díaz me soltó lentamente mientras que ella solo se limitaba a cerrar la puerta.

-¿Que sucede?

-Ya sabes que las fiestas familiares son más divertidas con más personas -respondió la afroamericana.

-Así que invitamos al cretino de tu jefe para que no sea tan cretino contigo, su novia también puede ir-menciono la rubia.

-Es su hermana.

-Lo que sea, vamos a ir todos juntos, ¿verdad?
-preguntó la rubia más como una amenaza, todos me miraron con advertencia, parecía como si me fuesen a dar una paliza si dijese que no mientras que la doctora Shuster me miraba un tanto confusa, mi hermana tocó mi hombro emocionada, ella en verdad parecía querer ir. Solté un largo suspiro a lo cual Jamie aplaudió emocionada.

-Es un si-mencionó Jamie emocionada.
Todos se encaminaron hacia el elevador pero el rostro de la doctora sabía que seguía incrédula ante mí aceptación y la verdad es que yo también. Las cosas serían bastante extrañas.
Mi hermana subió a su auto e invitó a la doctora para que nos acompañará, incluso compartir el mismo auto era bastante extraño, las únicas que conversaban eran ellas y creo que las cosas seguirían así. Tras lo que considere un largo viaje, llegamos a una gran casa de dos pisos, tenía un lindo jardín delantero, varios autos estaban estacionados afuera.

-La primera vez que cruce esa puerta, la presentación fue un tanto extraño, así que si tienen oportunidad de huir solo háganlo-nos aconsejo mientras bajaba del auto.

-¿Que puede ser más extraño que lo sucedido en el pasillo? -me pregunto Jamie mientras giraba a verme. Definitivamente ya me estaba arrepintiendo.
Salí del auto llendo detrás de todos, la verdad es que me impresionó un poco la tranquilidad del hogar, tenía cierta calidez en el ambiente y nada parecía fuera de lo normal, escuchaba varias risas y mire a mi hermana quien comenzó a encaminarse yo la seguí hasta llegar a un jardín trasero, aquellas risas guardaron silencio y de alguna forma todos fijaron mi vista aquí.

-Antes que nada, él es mi jefe, el doctor Jeremy Carmona-mencionó la doctora Shuster mientras me señalaba-. Yo no lo invite, de hecho él me detesta y no tengo no idea del porqué está aqui... Así y ella es su hermana Jamie, y es muy linda al estilo inglesa, les agradará.

Todos siguieron en sus conversación una vez después de la breve presentación de la doctora Shuster. Aquel hombre alto con tatuajes se acercó, la miró a ella con cierta advertencia para después mirarme.

-Leslie Shuster-se presentó extendiendo su mano la cual tome-. Lamento todos los problemas que mi hermana allá causado.

-El hospital sigue de pie, lo considero un rotundo éxito. Mi pequeño Dimash.

Le grito a un pequeño el cual salió corriendo con pánico pero aquello no parecía importarle pues fue detrás de él.

-Su métodos son inapropiado pero eficientes-confese al verla ahora alegar con un pequeño que parecía tener un aproximado de 12 años.

-Debo admitir que me sorprendió un poco pero siempre es bueno tener más personas haciendo compañía -dijo una mujer castaña con una gran sonrisa es los labios
-Blythe Shuster.

-¡Maldita sea Charlie!
-escuche gritar sorprendiendome un poco, escuche la risa de varios niños los cuales corrieron en nuestra dirección, empujaron a Jamie en el proceso haciéndola perder el equilibrio antes que ella cayera alguien la sostuvo.

-Estuvo cerca, ¿todo bien? -preguntó aquel oficial que vi en el hospital, ayudó a mi hermana colocarse nuevamente de pie.

-Ah si.

-Me alegro, soy Zachary.

-Jamie.

-Mucho gusto. Iris, ¿que te paso? -preguntó preocupado el oficial mientras se quitaba su chaqueta para cubrirla, mire a Jamie notando como su sonrisa se borraba.

-Charlie me arroja una botella de gaseosa, ahora estoy toda mojada y no en el buen sentido de la palabra-su hermano golpeo su cabeza pero ella solo le miró con una sonrisa traviesa.

-Scarlett suele dejar ropa en la habitación de huéspedes -comentó el oficial señalando hacia adentro-. Podrías ir y buscar algo.

-Claro.

Ambos se encaminaron hacia adentro pero note como su hermano sostuvo del brazo al oficisl, la doctora Shuster giro para negar.

-Superalo, ya terminamos. No es como si fuésemos a tener sexo en cualquier lugar como otras personas.

-Iris.

-Como sea, iré a cambiarme.

Mencionó mientras se alejaba, escuche como la mujer castaña comenzó a reír mirando a su esposo.

-Me recuerdas tanto a papá y tu que decías que jamás serias celoso con Iris. Vamos Zachary, necesito que alguien me ayude en la cocina.

-Veo rostros nuevos-un hombre de afroamericano se coloco en medio para después observarme-¿El nuevo novio de Iris?

-Es su jefe, no lo molestes.

-Dylan Davis, para servirle.

Se presentó tomando mi mano, parecía ser alguien muy confianzudo, me soltó de golpe para ir a abrazar a las dos mujeres que habían intentado raptar a la doctora Shuster en el pasillo.

-¡Mis niñas! ¡Mis adoraciones!

-Parece que alguien en verdad extraña a sus hijas-comentó una mujer con un elegante vestido se quito las gafas
-. Un día están aquí y al otro no-la mujer me miró para después observar al señor Shuster
-¿El nuevo novio de Iris?

-Su jefe-se apresuró a decir el señor Shuster. Yo mire a la mujer y después al hombre para luego notar a ambas jóvenes que estaban entre sus brazos.

-Interesante, mestizaje genetico-mencioné sin pensar -muy pocos casos son registrados de mellizas con este tipo de condición.

Sentí como alguien tocó mi hombro, gire para observar a Jaime quien señaló a la mujer rubia, sus gestos se habían endurecido y sabía que tal vez porque mis palabras no habían sido las más apropiadas.

-Soy Jamie-se presentó mi hermana extendiendo su mano.

-Stefanny. Espero que disfruten su estadía aquí.

-Parece molesta, ¿quién metió la pata? -preguntó la doctora Shuster quién ahora vestía un vestido amarillo, ella giro a verme cuando Jamie me señalo-¿Las llamaste mestizas? Un consejo, no lo digas de nuevo.

-Miren quien llegó, Florecilla mala hierba -una mujer de edad madura se acercó, abrazo a la doctora Shuster para después verme-. ¿Nuevo novio? Un tanto amargado pero me gusta.

-En realidad es mi jefe el doctor Jeremy Carmona, él me detesta y su hermana Jaime, ella no me detesta.

-Cuidado chico, entre más dicen las personas detestar a alguien más cercanas se vuelven, pregúntenle a mí hija, odia con todos los dientes a su esposo y mírenle ahora-dijo señalando a la mujer de cabello rizado que se encontraba abraza con un hombre-felizmente casada, siendo madre de seis hijos y abuela de...

-Abuela Carmen, Kensley tomó mis chocolates sin permiso-menciono una pequeña azabache señalando a una rubia.

-El que se fue a la villa pierde su silla. Además no veo tu nombre en él.

-Esos chocolates son míos.

-Eran tuyos.

-Eran de ustedes-la doctora Shuster le arrebato los chocolates a la rubia para comerlos, le entregó la bolsa vacía a ambas-. Problema resuelto.

Ambas jóvenes miraron con indignación la bolsa.

-Todo era mejor cuando no estabas aquí -se quejo la castaña.

-Deberías volver a ese país consumidor de cafe
-dijo indignada la rubia mientras se marchaba.

-El enemigo de mi enemigo es mi amigo-recitó la mujer antes de reír a carcjadas-. Como siempre trayendo soluciones eficaces. En fin, chico nuevo tu llegaste, es hora de las apuesta.

-Yo quiero participar.

-Conoces las reglas, no puedes participar si eres parte de la apuesta. La última vez con tal de ganar decidiste salir con mi nieto solo para hacerme perder.

-Fue un acuerdo mutuo, además ambos nos dividimos la mitad.

La mujer río mientras negaba, se dio la bienvenida amablemente antes de retirarse, su hermano por otra lado la observaba con negación antes de marcharse junto con los demás.

-¿Te gustaría participar en una apuesta? -le preguntó a mi hermana.

-Jamás e hecho algo como apostar.

-Siempre hay una primera vez-tomo su brazo antes de encaminarse hacia la mesa donde se encontraban todos.

-¿Brocheta de frutas?
-me ofreció con una enorme sonrisa la señora Shuster, yo le agredir mientras tomaba una-. Se que Iris puede ser muy energética, de hecho demaciado en algunas ocasiones pero sólo te pido un poco de compresión y paciencia, es la única manera en la que ella sabe expresarse.

-Puedo notar que es apreciada por todos.

-La queremos y mucho pero ella difícilmente deja que alguien se acerque de verdad... Siempre muestra esa actitud traviesas que es difícil ver que es lo que realmente piensa.

Desde mi lugar la observaba, ella sonreía de oreja a oreja mientras se abanicaba con un par de billetes, la onda de su vestido amarillo se movía de un lado a otro por sus movimientos y lo único que podía pensar es que ella es una chica problemática bastante rara pero también que era alguien de muchos secretos, era obvio que mantenia en secreto su regreso a Baltimore a su familia por alguna razón, que tenía varios secretos con otras personas y que detrás de aquello denotaban más problemas. Hasta cierto punto entendía eso, ocultar una realidad por miedo a que nadie lo comprenda como uno quisiera.

-¿Y como es Iris como médico? -preguntó en verdad emocionada la señora Shuster mientras me miraba. Yo solo pude pensar en el primer día donde causo una gran jaqueca.

-Tomando un sinónimo diría que es singular. Hace todas las cosas a su manera, no es obediente a los protocolos pero aún con todo siempre logra dar un servicio satisfactorio.

-Asi es ella, siempre saliendose con la suya.

-Que lindo ver a la familia reunida-una mujer de mediana edad se acercó -¿Novio de Iris?

-Su jefe en realidad -respondió la señora Shuster.

-Vaya, debe de ser toda una experencia tenerla es su equipo-mencionó con un doble sentido -. Soy Susan, madre de Blythe y suegra de Leslie.

-Jeremy Carmona-me presente.

-Y bueno, ¿que hacemos aquí en la entrada? Vamos, vamos, hay que acercarnos a la diversión.

Mencionó la mujer mientras me encaminaba hacia la mesa donde todos se encontraban reunidos, salude de manera general con amabilidad el cual fue bien recibido.

-Como hay dos nuevos invitados, explicaremos las reglas -mencionó la joven rubia mientras sostenía un bate-. Como es costumbre en el ritual familiar Coxx-Prince-Shuster, comenzaremos con un partió de beisbol, recuerden que todos los insultos deben de ser de manera cordial y no se vale morder, lo digo por ti, Iris Shuster, después procederemos a centarnos a comer para contar cosas vergonzosas sobre alguien, la víctima de hoy será Iris.

-¿Y yo porque?

-Es tu bienvenida.

-Eso no suena a una bienvenida.

-Cómo sea. Dejen su dinero de las apuesta en el cofre, recuerden que quien acerté se llevará todo.

-Pero, y si nunca salgo con él pero tenemos sexo, ¿eso cuenta como una victoria?

¿QUE?
Miren a la doctora Shuster quien en verdad parecía meditarlo con seriedad mientras que la mujer rubia analizaba también su propuesta.

-También cuenta -se limitó a decir -. Hey, doctor, te tocará ser el bateador.

Ella me lanzó el bate el cual tomé en el aire, ¿que le pasaba a esta familia?
Mire a Jamie quien parecía divertirse bastante, era un nuevo mundo para ella y en verdad lo disfrutaba, solo esperaba que no terminará convirtiéndose en algún tipo de loca también.

-No soy un buen bateador-admití mirando a la doctora Shuster quien solo se limitó a encogerse de hombros.

-Lo peor que te puede pasar es ser golpeado por una bola y tener una leve contusion. Por suerte tienes a un médico cerca.

Aquello no lo consideraba suerte, si pudiese elegir que doctor me atendería en mi estado de salud ella sería la última persona a la cual escogería.
Decidí restarle importancia y mejor concentrarme, si pensaba ser un bateador por lo menos debería evitar ser golpeado por una, dentro de mi ya estaba maquinando todo un plan para fallar en todo para salir con más prontitud del partido pero nunca pensé en ser golpeado antes de siquiera empezar el juego.

-¡Cuidado!

Lo último que recuerdo haber visto es el rostro de la doctora Shuster y aquello sólo me preocupo aún más.

Capítulo dedicado a:
MikaOvejero


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