Capítulo 03


—Esta no es mi idea de diversión.

Dije mirando a Terry quien se movía de un lado al otro con su silla giratoria, tomó un par de carpetas para colocarlas junto con el otro montón las cuales se cayeron sobre la mesa.

—Si quieres terminar rápido tu período de prueba, organiza bien esos expedientes médicos.

—Ni siquiera en mis pasantías me trataban como la secretaria.

—Bueno, hasta cierto punto te lo buscaste, nadie molesta al doctor Carmona.

—¿Por qué? ¿Acaso lanza maldiciones?

—Es el mejor médico aquí presente, aparentemente el pilar del hospital.

—¿Y tiene miedo a que le quite ese puesto?

Cuestioné, pero Terry solo rió con burla.

—Enserio que eres bastante cómica.

—¿Que tiene eso de cómico? —interrogué. El solo me miró en silencio para tomar una paleta para introducirla a su boca.

—Nadie es mejor que el doctor Carmona.

—Nadie es perfecto por ende no puede ser el mejor en todo. Debe de haber algo en lo cual el a fallado.

—No lo se, desde que llegué aquí él siempre a sido el doctor perfecto.

—Bueno, es hora de terminar con ese estereotipo.

Me levanté una vez que terminé de clasificar los informes médicos para llevar a recepción aquellos que tenía que ser actualizados para finalmente colocar las demás carpetas en las habitaciones correspondientes. Debía admitir que me sorprendía los buenos comentarios respecto al amargado de mi vecino atractivo, no sabía si su trabajo era realmente bueno o su cara linda lo ayudaba, aunque la verdad ese gesto de molestia le restaba muchos puntos.
Entré a la última habitación para dejar el archivo sobre el archivero de pared que se encontraba junto a la puerta, escuché a la persona toser giré para ver al paciente que se encontraba en la cama, miré el archivo y volví a tomarlo para observar su archivo médico, ¿como un paciente que está en reposo por una simple hernia, tose demasiado?
Me acerqué con cautela para ver su almohada manchada de sangre, su cuerpo comenzó a sacudirse sin parar, lo tomé de inmediato para colocarlo de lado, miré la hora en mi reloj para saber el inicio de la convulsión, con una mano alcancé el botón de emergencia para llamar a las enfermeras, el hombre no dejaba de toser sin parar, levanté un poco su cabeza para evitar que se ahogara, las enfermeras entraron con rapidez mirando la escena un tanto preocupadas por lo ocurrido. Una vez que la convulsión terminó las enfermeras me ayudaron a levantarlo con cuidado, el hombre volvió a toser sin parar soltando un coágulo de sangre. Esto definitivamente no se trata de una simple hernia.

—¿Quién realizó la cirugía? —le pregunté a la enfermera mientras dejaba el expediente sobre el mostrador.

—Nosotras no estamos...

—Es una simple pregunta con una simple respuesta—mencioné firme observando a la mujer mientras golpeteaba el lapicero contra la carpeta.

—El doctor Thomas fue quien la realizó, su consultorio es el segundo piso, por el pasillo izquierdo —dijo Raquel mientras se acercaba con otras carpetas entre manos. Tomó el informe médico para ir a tomar el elevador, quien diría que en mi primer día ya comenzaría a patear traseros, debo admitir que voy a rebatir mi propio récord, ni siquiera cuando fui pasante causé problemas tan rápido.
Salí del elevador tomando el pasillo izquierdo pasando por tres puertas hasta llegar al consultorio del doctor, abrí la puerta de golpe sorprendiendo al hombre quien se levantó molesto, me miró fijamente con desafío, pero yo decidí mirar alrededor.

—¿Como demonios se le ocurre realizar una simple cirugía de hernia sin notar nada sospecho?

—¿Disculpa? ¿Quién te crees que eres para...

—Cállate y guarda silencio—lancé la carpeta sobre su escritorio haciéndolo saltar por el susto—. Escuché maldito pervertido, si quiere tener relaciones muy bien, pero hágalo fuera de los horarios de trabajo...

—Yo no...

—Déjese de excusas que desde aquí puedo ver el maldito condón en el cesto de basura. La incompetencia de uno puede causar la muerte de los demás, ahora me dirá, ¿que fue lo que pasó durante la cirugía?

—Nada fuera de lo normal solo...

—Dígamela verdad —le exigí golpeando su escritorio.

—Todo parecía ir bien, no era nada complicado de hecho la hernia muy pequeña pero el insistía en que le dolía, incluso después de la cirugía.

—¿Y simplemente decidiste operar sin realizar ninguna otra prueba? —pregunté y él solo asintio—. Estoy rodeada de idiotas.

—Tu, ¿vas a delatarme?

—No hace falta, tu incompetencia ya es algo claro ante todos, doctor Tonto.

—Es Thomas.

Me corrigió nervioso, retrocedió cuando me acerque para tomar la carpeta, este tipo simplemente no tiene corrección, creo que alguien ya no trabajará aquí el día de mañana. Salí del consultorio para volver a la sala de juntas de mi equipo, necesitábamos un diagnostico rápido.

—Puede que sea un tumor cerebral—escuche decir a Kerry.

—Solo porque convulsiono no debemos pensar que todo son problemas cerebrales, hay que recordar que a tosido un coágulo de sangre y fue sometido a una cirugía de hernia sin haber tenido una—dejé el expediente sobre la mesa.

—¿Como sabes eso? —interrogó la castaña mientras se acomodaba los anteojos.

—Fui a preguntarle al doctor Thomas sobre la cirugía. El muy idiota solamente decidió operar porque parecía una hernia y no se aseguró de que fuese algo más.

—¿Y quien te autorizo para...

—Mire doctor Carmona, se que me detesta y sinceramente no me importa, pero ahora mismo estamos tratando de salvar la vida de una persona y si queremos saber la razón de estos síntomas debemos averiguar en primer lugar cual fue el problema principal.

—Puede que todo empezará con una acumulación de líquidos —sugirió Terry.

—¿Y desde cuando una acumulación de líquidos causa sangrado? —interrogó su gemela.

—Posiblemente se complicó con la cirugía —se excuso el gemelo.

—Si se hubo una cirugía con anticipación hay que tener mas cuidado, no debemos realizar análisis que pueda afectar más su salud de lo que ya esta. Una de las opciones que puede causar dolor de acuerdo a sus síntomas principal puede ser un tumor cancerígeno, úlceras gástricas o una infección por Helycobacter Pylori.

—Pero la infección Helycobacter Pylori es más común durante la infancia —comentó la castaña.

—¿Y sólo porque es más común en la infancia debe descartarse? —interrogué—. Eres médica y debes saber que también hay casos en personas mayores, si quieres descartar algo que sea por una mejor opción. Ahora, una vez que no encontremos los problemas más probables debemos investigar qué sucede, no es normal que ese hombre allá convulsionado.

—Doctora Shuster—giré al escuchar a una enfermera llamarme—el director Harrison quiere que vaya a su oficina, ahora.

—Aparte de incompetente es una niña llorona—me sobe la cien un tanto estresada sabía muy bien cual sería el problema —. Claro, iré enseguida. Bien chicos, espero volver y tener soluciones.

Me di media vuelta para seguir a la enfermera quien me guio hasta la oficina del presidente del hospital, el hombre tenía un aura arrogante incluso por sus gestos podía notar el disgusto hacia mi, aunque mantenía una gran sonrisa, los malditos ancianos hipócritas era lo que más detestaba. Entre cerrando la puerta detrás de mi, observe al doctor Thomas quien sonreía triunfante, para ser un adulto actúa de manera tan cobarde e infantil.

—Doctora Shuster, se que usted es alguien muy bien recomendada y que podría llevar a una buena reconstrucción el hospital sin embargo eso no le da el derecho de intimidar a sus colegas.

—¿Intimidar? —no pude evitar reír a carcajadas mirando a ambos hombres —. No se si se note pero apenas y alcanzó el metro sesenta y quiere que intimide a un hombre de un metro ochenta debe estar bromeando. Le diré algo señor Harrison, el que yo exija a mis compañeros que realice un buen trabajo no es intimidarlos. Se supone que dedicamos todos nuestros años de estudio para proteger y salvar en todo lo posible las vidas de las personas, esto no es hobbies ni un pasatiempo, como médicos juramos el salvar las vidas de las personas, por eso mismo siempre lo arriesgamos todo para obtener los mejores resultados. Quiere algo sincero en mis palabras respecto al doctor Thomas, lo tendrá, no es más que un hombre estúpido, que cree que puede tener sexo con cualquier enfermera durante sus horarios laborales, un hombre que cree que puede operar sin haber asegurado con anterioridad el bienestar del paciente, confía en la autoevaluación del paciente el cual no tiene ni la más mínima idea de la diferencia entre una migraña y un simple dolor de cabeza, ¿realmente quiere confiar en un hombre que ni siquiera respeta su propia profesión?

—Entiendo su punto doctora Shuster, pero eso sigue sin darle el derecho de intervenir en pacientes que no están a su custodia.

—¿Y que se supone que debo hacer? ¿Cruzarme de brazos a esperar a que el paciente muera? Si la persona que estuviese postrado en esa cama fuese un pariente suyo, ¿aún tendríamos esta conversación?... Para usted ahora seré la persona más arrogante, problemática e incluso una loca desquiciada por el simple hecho de no seguir sus reglas, pero créame que esta loca prefiere mil veces el salvar una vida que el lamer la estúpida suela de su zapato.

—Tiene razón en algo doctora Shuster, es una arrogante que en su primer día tiene como resultado la suspensión médica.

—No suena algo muy brillante de su parte.

—Concuerdo con ella—escuché hablar a Jai-Jai a mis espaldas —señor Harrison, dejar ir a la doctora Shuster equivale a dejar que el barco se hunda. Ambos sabemos que este trabajo no le hace falta aquí, ¿ya leyó su investigación? Realmente es algo fascinante y si ella logra tener éxito el hospital también lo obtendrá.

—Doctor Adler, ¿piensa arriesgarse por ella?

—Si, realmente lo vale. Es lo que este hospital necesita. Y no podemos negar que la doctora Shuster tiene razón, el error del doctor Togo le estaba costando la vida a alguien. ¿Realmente cree soportar otra negligencia médica?

Mencionó Jai-Jai en forma de desafío, el ambiente era tenso y es que algo como tratar de ocultar la estupidez de este hombre era imposible, era obvio que quería lavarse las manos y buscar a algún culpable. Tras unos largos segundos de silencio el director soltó un largo suspiro, peinó su cabello ya cubierto por canas hacia atrás y miró al doctor Togo.

—Recuerdo que muy pronto ibas a solicitar vacaciones, creo que es un buen momento de obtenerlas.

—Vaya a mi pensaban darme una suspensión por tratar de salvar la vida del paciente y a él lo recompensa por casi asesinarlo.

—Iris—me llamo de forma cariñosa Jai - Jai, mire al director sonriendole mas a la fuerza que por ganas, apenas era el primer día y ya necesitaba un buen trago para maldecir a los cuatro vientos al idiota de mi jefe.

—Puede retirarse doctora Shuster.

—Una disculpa no hubiese estado de más
—mencioné mientras salía de la oficina acompañada de Jai-Jai
—. Ambos son unos imbéciles.

—Bienvenida a casa—bromeó Jai-Jai, yo le observe un tanto indignada pero la verdad es que yo misma me había ganado el comentario.

—No se si es mi imaginación pero las bienvenidas ya no son nada complacientes.

—Apenas es tu primer día, eres el blanco de todos, no te preocupes con el tiempo lograrás quitartelos de encima.

—Lo que realmente quiero es darles una paliza a todos.

—Vaya, esa frase si que se sintió bastante nostálgica.

Agregó de manera comediante pero yo solo me limité a guardar silencio, no me gusta tocar los recuerdos de mi madre, los aprecio mucho y a ella la adoro pero aun así después de tantos años seguía doliendo y ese desbalance emocional evitaba que mi humor negro hiciera efecto en mi. Jai-Jai me miró y solo me limité a regalarle una sonrisa.

—¿Tienen algún diagnóstico? —pregunté en voz alta a Terry mientras me acercaba con prontitud para evitar escuchar las mismas palabras de siempre cada vez que alguien tocaba un tema de recuerdo sobre mi madre.

—Tomamos la radiografía y efectivamente es cáncer, el hombre se iluminó como árbol de navidad—Terry abría y cerraba su mano sin parar queriendo simular el efecto que estas luces provocaban.

—Pero aún debemos investigar lo que causó la convulsión y el sangrado
—dijo Kerry tomando un informe para marcharse junto con su gemelo.

—Y aunque agradecemos tu ayuda aún no estas autorizada para este trabajo—el doctor Carmona están de pie frente a mi, me extendió un par de carpetas las cuales tomé —. Por ahora solo harás consultas.

—Esta bien—mencioné tranquila para marcharme hasta los consultorios. Miré por el largo pasillo donde los gemelos se habían marchado y no pude evitar sentir una gran pena por aquel hombre, si tan solo se hubiese detectado a tiempo la muerte no tendría su firma en él. Si algo había aprendido muy bien desde muy joven es que una vez que el cáncer te iluminaba sólo había una manera de apagarlo y eso era algo doloroso. Apagas al cáncer, pero también a ti mismo.

🌼🌼🌼

Miraba hacia el suelo entretenida por las luces brillante de mis tenis, en verdad que me encantaba este calzado y no solo porque eran cómodos sino también porque brillaban tanto como yo. Abrí la puerta del departamento notando la oscuridad de esta, estiré la mano para tantear el apagador el cual toqué una vez que encontré.

—¡Sorpresa! —escuché gritar a varias personas al unísono tras cubrir mi rostro con confeti, arrugué un poco la nariz, pero la cambié por una gran sonrisa al ver la mirada de disgusto de mi hermano.

—Vaya sorpresa, ¿que celebramos? No es el aniversario de nadie ¿verdad?

—No—respondió risueña mi cuñada —. Venimos a darle la bienvenida a mi cuñada favorita.

—Tu única cuñada, pero estoy segura que, aunque no fuese así seguiría siendo tu favorita.

—Y debido a que no dijiste que llegarías de forma permanente solo pudimos improvisar algo pequeño.

—Me es suficiente. Además, esto demuestra lo mucho que me adoras—me acerqué a Leslie pestañeando sin parar, pero el seguía mirándome con firmeza—¿Leslie te quiero mucho?

—¿Por eso sonó mas a una cuestión que un hecho?

—La verdad es que tu mirada no es de mucha ayuda. Y, ¿que hay de comer?

—Tenemos tu favorito, pastel de frutas—papá se acercó emocionado con un pastel entre manos, yo solo miré  el postre con poco entusiasmo, si era sincera conmigo misma solo quería ducharme e ir de inmediato a dormir pero no podía ser grosera con mi familia, ya bastante tenían con el hecho de que me alejé de ellos por mas de ocho años.

—Se ve delicioso y saben que se ve más delicioso, este pequeño de aqui— le rugí a Dimash quien gritó mientras se echaba a correr en dirección a mi padre—¿Seguro que es hijo tuyo? Es un tanto cobarde.

—Y tu un tanto extraña, pero nadie te juzga—mencionó Ilan, giré a verlo el ingrato nidiquiera me miraba solo jugaba ese tonto videojuego.

—Ves la diferencia entre ese adolescente con síntomas de etapa de rebeldía, ese si parece hijo tuyo pero el adorable de Dimash parece aterrado de todo.

—Tal vez porque lo asustas con todo—mencionó mi hermano mientras se acercaba a su hijo.

—Ilan deja eso y ayuda al abuelo—le ordenó Blythe a su hijo mayor quien solo soltó un suspiro mientras se dirigía a la cocina, alboroté su cabello mientras pasaba, pero el me dio un manotazo, si seguía así pronto estaría en mi lista negra—. Ilan es como su padre, en todos los sentidos es fácil notar cuándo esta resentido.

—Insinúas que está resentido conmigo.

—Es una posibilidad, cuando Ilan nació fuiste la más cercana a él y el hecho de que te trate así es bastante extraño.

—Sigo insistiendo que esta entrando en su etapa de rebeldía, cuando comience a llevar chicas a la casa preocúpate.

—Ilan no tiene amigos—mencionó un tanto preocupada Blythe.

—¿Ni uno solo?

—La única persona con la cual habla solo es Charlie.

—Eso no cuenta, ambos casi nacieron, crecieron, lloraron y se emberrinchaban juntos. ¿Lo estarán molestando?

—Ya pregunté, pero aparentemente solo es una persona solitaria.

—Vaya, ¿a quien me recuerda? —giré en dirección hacia mí hermano quien me miró por un par de segundos y ahora fui yo quien hizo la mala cara—. Sus genes si que son fuertes.

—Ni lo menciones. Me hubiese gustado que al menos uno de mis hijos se pareciera un poco a mi.

—La tercera es la vencida
—le mencioné a mi cuñada ella solo rió mientras negaba lentamente.

—Provengo de una familia grande, pero creo que cuatro es lo ideal para mí. Es difícil ya dedicarle el tiempo a mi familia por mi trabajo... A veces creo que no les dedico suficiente atención.

—Bueno, es tu familia, solo tu sabes que es lo mejor para ellos. Por un lado, tenemos a un adolescente rebelde y por el otro a un cobarde, eres su madre y estoy segura que encontrarás una solución.

—Es lindo ver que no has cambiado. Sabes lo que mas le preocupaba a Leslie durante estos años es que hubieses cambiado.

—Todos cambiamos de alguna manera u otra. Yo por ejemplo soy una talla mas grande de sostén.

Blythe negó y sabía muy bien que quería decirme algo, pero lo dejó pasar. Ciertamente aunque algunas cosas parecen permanentes y sin cambio alguno, la realidad es que nada es permanente, siempre habrá pequeñas manchas o grietas que hagan las diferencias, algunas cosas fueron rotas, reemplazadas o incluso reparadas y aunque algunos cambios son más pequeños o grandes que otros no cambia el hecho de que la eternidad no existe, era algo que sabía muy bien porque aunque trataba de seguir siendo la misma Iris Shuster había algo que había cambiado en mi y tal vez era tiempo que incluso yo lo debía de aceptar.

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