1
La humanidad siempre ha intentado demostrar que es mejor en todo. Que es el ego el que la mueve y la mejora.
Sin embargo, le asusta que exista algo mejor que ella.
Algo que sus inventos no la salvarán de la destrucción por venir.
La invasión que acabará con todos los esfuerzos de la humanidad...
Por alguna razón el mundo actuaba lento ese día. Mew llevaba una hora en la fila del supermercado. Quería cambiar de fila, pero todas estaban iguales. Y en su cesta de compras no había más que agua, carne, leche y lechuga. Miró sobre los hombros de los demás, viendo a la señora que causó este estancamiento finalmente pagar la compra. Sonrió aliviado hasta ver al cajero atender una llamada en lugar de al cliente. El cajero obligó a la señora a esperar con la tarjeta en el aire.
—¡¿Es en serio?! — Mew estalló. Todos en la fila lo miraron, pero no aportaron nada. —¿Llevamos una hora aquí y tú vas a seguir atrasándonos? ¿Eres estúpido o te haces? La llamada puede esperar.
—Dame un minuto. OYE TÚ, ¿CÓMO SABES QUE LA LLAMADA PUEDE ESPERAR? Puede que me estén llamando del hospital avisarme cómo está mi abuelita.
—¿Y con esa boca besas a tu abuelita? Con razón está enferma.
—CLIENTE BLASFEMO.
—EMPLEADO INÚTIL.
—No me hagas ir para allá.
—Qué, ¿Tienes miedo de romperte las uñas?
El empleado llamó a los guardias por el teléfono de cable y estos se llevaron a Mew de los brazos. —ES UN INCOMPETENTE. SE LOS DIGO. — Continúo discutiendo. Y como una mala broma del universo, las filas se movieron más rápido.
Terminó en el Seven Eleven comprando las cosas del supermercado. —Gracias. — Murmuró cuando le entregaron la bolsa. Al salir, sonó el ringtone de Kim Possible. Su mejor amigo lo estaba llamando. Él contestó con un frío y sencillo: —Hola.
—¡Mew! ¿Cómo estás?
—Estoy bien. ¿Y tu?
—Adivina qué: ¡Yo también! Sólo llamaba para revisarte. Y por si querías ver una peli conmigo.
—Mm.
—Ordené pizza.
—Toda película que no tenga vampiros brillantes será bienvenida.
🛸.˚✧₊˚ ᗢ₊˚✧ ゚.🛸
En casa de su mejor amigo, Gulf, ambos estaban en la cama viendo Orgullo, Prejuicio y Zombies. La pequeña mascota del moreno, un hámster, no paraba de dar vueltas en su rueda, iluminado por la lámpara de lava púrpura en la esquina. —Amigo, si me convirtiera en zombie, ¿Me matarías? — El moreno lo mira sobre el hombro. Tumbado sobre su pecho con los pies en la pared, sonriente.
—Mataría al que te convirtió y te llevaría a nuestro lugar favorito. Te mataría ahí para que no sufras y yo no deba verte sufrir.
—Rayos. Tus respuestas siempre son tan serias.
—Pues no sé. ¿Tú qué harías conmigo?
—No te quiero decir. — Gulf volteó hacia el televisor.
—Ya dime.
—No.
—Entonces sólo me matas.
—¡Bueno! Serás un zombie. Te sacaré de tu sufrimiento. Además, intentarás matarme a mí.
—Oook, demasiados zombies por hoy. Veamos una película romántica.
—No, no, no. Quiero terminarla. Ya vamos a terminarla.
Gulf lo abrazo para evitar que cogiese el control y rodaron por la cama. Mew iba a cogerlo cuando Gulf lamió su cuello. —¡Ugh! ¿Tenías que llegar a tanto?
—Eso no es todo. ¡Ja! — Exhaló con la boca abierta y el pelinegro retrocedió de inmediato. La milicia necesitaba hacer un arma mortal con el aliento de ese chico. Siempre desayunaba huevos fritos y a saber Dios todo lo que comía durante el día. No se lavaba los dientes hasta el final del día.
A veces no se los lavaba y punto.
Nunca lo sorprendían los regaños del dentista.
Mew abanicó el viento frente su boca, realmente disgustado. El ñoño no se ofendió ni un poco, sólo reía sin parar. Habían sido amigos de toda la vida. En ese punto nada los sorprendía ni ofendía.
—Si te enojaste, cambiamos de película. Si no te enojaste, nos la quedamos. Dime. ¿Te enojaste?
El moreno le extendió el control remoto con un puchero. El pelinegro le bajó la mano. Accediendo a ver el resto de la película porque mañana sería un día largo. Ambos se tumbaron boca abajo y utilizando los brazos como almohadas vieron la película.
—¿Por qué me lamiste? No me quito la sensación.
—Ay porque quise y ya. ¿Te gustó?
—Me voy a enojar de verdad si continúas.
Gulf rio, acurrucando su cabeza en su hombro. —De todos modos no me harás nada si te enojas conmigo. Yo lo sé. — Murmuró con ternura. Acostumbrado. Mew lo miró con la misma ternura. Su mejor amigo, el único que no le tenía miedo cuando se enojaba o perdía el control porque estuvo ahí cuando sucedió todo. Él fue testigo de la primera vez que Mew cambió y aún así... Permaneció ahí.
AL DÍA SIGUIENTE
Mew visitó la psicóloga como todas las mañanas antes del trabajo. La psicóloga era una mujer sumamente hermosa y estilosa. Siempre se mostraba con el cabello recogido, lentes y tacones negros. Ella escuchaba a Mew con atención.
—Ayer volví a perder el control y ahora estoy en la Lista Negra de Walmart. Ahora cada vez que quiera ir a un Walmart deberé conducir tres horas. Él único que me puede calmar es mi mejor amigo. Con él no exploto. — Mew jugó con los dedos.
—Mm. Eso es bueno, Mew. Tienes a alguien que te reconforta. Ayer pensé referente al problema que intentamos solucionar. Y sabes, sería bueno poner en práctica tu paciencia. ¿Te gustan las mascotas?
—¿Los seres que hicieron que los humanos vieran el retraso mental como algo lindo? De lejos. Son muy cagones.
—Pues sería bueno que te acercarás. Porque una mascota puede ser exactamente lo que buscamos ahora mismo, Mew. Todos los días me dices que quieres mejorar. Esta es una buena opción. Si adoptas una mascota cuídala como quisieras cuidarte a ti.
5:00 PM
Mew fue a un centro de adopción. Tan pronto como entró, fue atendido con empatía y grandes sonrisas aunque él no las correspondiera. Fueron de jaula en jaula hasta encontrar a un lindo golden retriever que se asomaba meneando la cola de lado a lado. Aún era un pequeño, mínimo un joven adolescente. Tenía una cicatriz en el cuello.
—Este es Tharn. Fue maltratado y lo rescatamos gracias a los vecinos. Afortunadamente nunca perdió la gracia y desea ser adoptado. Aún es un crío entonces es muy juguetón. — La empleada presentó.
Mew se le quedó mirando tanto como el cachorro a él. El perro daba vueltas e incluso chillaba por él. Rogando ser adoptado. Mew posó la mano en el cristal y Tharn posó la pata en su mano. Eligiéndolo a él.
—Me llevo este.
—Bien. Déjeme conseguirle la correa.
La muchacha se alejó por segundos, pero el llegar abrió la jaula de cristal. El perro no dejaba de brincar en los pies de Mew. El pelinegro sin saber qué hacer, lo acarició en la cabeza. Ella le colocó un collar azul al perro y le entregó la correa a Mew. —Sígame para firmar unos papeles y hacer el pago.
—Claro. Uh, ¿Siempre son así de animados?
—Sí. Es lo mejor de tener una mascota. Son adorables. — La enfermera se retiró con la más hermosa de las sonrisas. Mew miró al perro reafirmando su teoría: 'Sí hacen ver el retraso mental como algo lindo.'
Tras pagar e ir al auto, el perro mira a todo con la lengua por fuera. —¿Quieres que baje tu ventana? Lo haré, pero no te salgas del auto, ¿Ok? — Él le baja la ventana y el perro sube las patas al margen de la ventana asomando la cabeza y sintiendo el aire. Mew conduce con cuidado. Disfrutando en silencio la imagen de Tharn sonriendo. También feliz de verlo así.
Tharn subió las patas delanteras y se lanzó como si fuese a volar. —¡¡THARN, BESTIA SUICIDA!! — El pelinegro hundió el freno, deteniéndose y saliendo del auto. Encontró a Tharn detrás del auto, cojeando hacia él. El pelinegro exhaló.
—¡¿POR QUÉ TU...?! GRR. ¡GROAR! — Rugió a los vientos y el perro aulló. Creyéndolo una canción. —Esto no va a funcionar. Debería devolverte. El problema es que acabo de comprarte. Así no obtendré devoluciones. Caaarajo. — Tharn daba vueltas con él. Siguiéndolo en círculos. Se detuvo justo cuando Mew paró. El pelinegro lo cargó y lo sentó en el asiento pasajero, colocándole el cinturón.
—No me lo hagas difícil, pequeñín. Mañana te enseñaré a alguien importante para mí. — Mew se sentó, subiéndole la ventana y volviendo acariciarlo.
NOTA DE AUTORITA: YA LA COMENZAMOS, AHHH. Tal cual siempre, estamos comenzando. Nos toca conocer a los personajes, su vida diaria y las aventuras de cada uno. Ya pronto aparecerán los aliens. ¿Qué les parece? A mí se me hizo divertida por la personalidad 'fría' de Mew jajaja.
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