O3

"Ardiente pasión. Sexo desenfrenado."

Al llegar a casa de los Park, JiMin y Jungkook no pudieron aguantar un segundo más, sus cuerpos se necesitaban con urgencia, deseaban unirse en uno sólo y disfrutar de la lujuria provocada por el otro.

Unieron sus labios en un beso apasionado y duro, los chasquidos que llenaban la habitación sólo servían para aumentar la deliciosa excitación que cargaban.

Jungkook introdujo su lengua en la boca de JiMin, tragándose el gemido que este soltó al sentir su sinhueso invadirlo tan de repente.

JiMin nunca había estado tan excitado en toda su vida, ni siquiera los vídeos pornográficos o sus juguetes sexuales le hacían sentir tan extasiado.

Y eso que apenas comenzaban.

Jungkook había conducido a una velocidad impresionante, importándole muy poco el haberse ganado una multa por exceso de velocidad, él sólo quería follarse a su hermoso y joven jefe hasta el cansancio, quería sentir su polla apretada en el redondo culo de JiMin.

Y claro que iba a conseguirlo.

—Voy a prepararte ahora mismo, JiMin. — dijo mientras le miraba de manera intensa. — Acuéstate en la cama, ahora. — ordenó con dureza. JiMin gimió al escucha la ronca y deliciosa voz de Jungkook, él era virgen aunque no lo pareciera, nunca pensó que le gustaría tanto el ser tratado de esa manera tan ruda.

Se acostó con rapidez sobre su cómoda cama, ansiando el toque de Jungkook sobre su piel, quería sentir sus grandes manos recorrer su cuerpo, se había vuelto adicto a ellas a penas estas le habían tocado en el auto de camino a casa, varias veces creyó que se descontrolaría y terminaría por subirse en las piernas del azabache para que lo follara allí mismo.

Jungkook se desnudó la parte superior, JiMin quedó embobado al tener a la vista tan hermoso cuerpo, la piel del azabache era ligeramente morena y sin imperfección, sus pectorales estaban marcados al igual que su abdomen, JiMin inconscientemente se lamió los labios para después morderlos, provocando que la polla de Jungkook se revolviera en sus molestos pantalones.

—No hagas eso.

JiMin lo miró confundido, ¿de qué hablaba?

—¿Hacer qué cosa? —preguntó inocentemente con una ceja alzada.

—Morderte los labios. —respondió con mirada hambrienta. —A menos que quieras que te arranque la ropa y te folle sin dilatarte. — JiMin gimió ante la imagen que se había presentado en su cabeza: Jungkook arrancándole la ropa desesperado, penetrándolo y follándolo con la más dulce crueldad.

Sonaba muy tentador.

—¿Y qué te impide hacerlo, Kook? —preguntó con la voz más ronca que antes. Jungkook lo miró serio, sin expresión alguna en su rostro, pero JiMin pudo jurar que sus pupilas se habían dilatado al máximo.

Estaba jugando con fuego.

—No me provoques, JiMin, te recomiendo que no lo hagas. — advirtió con severidad. Se había aguantado mucho tiempo las provocaciones del precioso rubio, pero ahora que lo tenía para él, completamente dispuesto, no iba a tenerle piedad alguna una vez que lo hubiera preparado.

Sabía que JiMin era virgen, pudo darse cuenta de ello nada más haberlo visto la primera vez que llegó a esa casa como su guardaespaldas de tiempo completo, su pureza le brotaba por los poros, por eso se estaba controlando lo más que podía, se aferraba a la poca cordura y aguante que le quedaba para no lastimarlo. Pero si el chico seguía tentándolo de esa manera, mandaría al carajo su cordura y cumpliría con cada una de sus fantasías sexuales.

—¿Tienes miedo acaso, Jungkook? —su voz era burlona, quería averiguar cuanto podía aguantar el azabache sin joderlo. —No me sorprende, algo me decía cuando llegaste aquí que no tenías agallas....

—JiMin...

Primera advertencia.

—De seguro eres un cobarde, alguien que no puede satisfacer a otra persona de manera correcta... —siguió hablando, ignorando por completo lo que le estaba ocurriendo a Jungkook.

—Detente ya mismo, Park.

Segunda advertencia.

—No me sorprendería que te arrepientas, me han dicho muchas cosas de ti, Jungkook, y la que más resalta entre ellas es tu cobardía. —siguió provocando, sabía que el azabache estaba llegando a su punto máximo, y quería saber qué ocurriría cuando ya no pudiera más.

—No lo repetiré una vez más, Park, detente ahora.

Tercera advertencia y última advertencia.

—¿Será que la tienes pequeña, Kookie? ¿Por eso tienes miedo? Tranquilo, no le diré a nadie si es lo que te preocupa. —siguió, mirándolo de manera divertida.

"Al carajo la compasión".

—No me pidas que me detenga, niño, porque no lo haré ni aunque ruegues por ello.

JiMin gritó sorprendido cuando Jungkook se abalanzó sobre él como una bestia a su presa.

Por un momento sintió miedo, no sabía de lo que era capaz ese hombre. Pero de alguna manera aquello le excitaba aún más si es que era posible.

Jungkook lo besó duro, violando su dulce boca a su antojo, JiMin se dejó hacer, nunca hubiera imaginado que el sexo rudo le gustara de aquella manera.

El mayor, sin esperar un segundo más arrancó la camisa de JiMin, los pedazos de tela cayeron a un lado de la cama, observó los pezones del chico y sonrió, cuanto había esperado por hacer aquello. Lamió, chupó y mordió las sensibles protuberancias, disfrutando el sentir como estas se endurecían entre sus labios.

—¡ah! Kook~... —JiMin era un manojo de gemidos y jadeos, le encantaba sentir la legua de Jungkook en sus pezones, una corriente eléctrica le recorría e iba directo a su polla endurecida, provocando que deseara aún más el ser follado sin dilatación.

Quitó sus pantalones y bóxer de manera rápida junto a los del rubio, giró a JiMin sobre su estómago y admiró la rosada entrada del chico, esta se contraía por la necesidad y el vacío, y Jungkook estaba más que dispuesto a llenarla hasta el empeine.

—Voy a follarte duro y sin control, Minnie, voy a romperte y hacerte adicto a mí toque. — murmuró en su oído roncamente. JiMin gimió y restregó su culo en la polla de Jungkook, lo quería adentro, ahora. —No vas a querer a nadie más en tu lindo culo, sólo a mí.

—Pruébalo. —provocó con un jadeo.

Jungkook sonrió ante la osadía del menor y alineó su polla en el culo de JiMin.

—Como usted guste, señorito Park. —contestó divertido para después penetrar al chico de una sola estocada. JiMin gritó por el dolor, maldijo a todo lo que se pasara pos su cabeza, no creyó que aquello dolería tanto.

—Jung-Jungkook....d-duele mucho... — las lágrimas bañaron su rostro, se equivocó al decir que la polla del azabache era pequeña, porque no lo era, era malditamente grande, incluso más que su dildo de diez pulgadas.

—Me vale mierda. ¿No quisiste provocarme, eh? Ahora atente a las consecuencias.

Salió del culo de JiMin casi por completo y se enterró en él de nuevo, duro y fuerte, aquello era delicioso, el culo de su jefe era delicioso y malditamente apretado, tal y como lo había imaginado todas las veces en que el chico se paseaba con poca ropa por la casa.

JiMin gimió fuertemente al sentir como Jungkook maltrataba su próstata sin piedad alguna, el dolor ya no estaba presente, la excitación y estimulación habían tomado su lugar.

—¡Más rápido, por favor! ¡Más! —Gimió mientras alzaba su culo aún más, las bolas de Jungkook chocaban contra sus nalgas con cada fuerte embestida — Hm... Lle-llega tan profundo, tan rico — el líquido pre seminal brotaba del miembro del azabache, logrando que la entrada y salida de su polla fuera más fácil y satisfactoria para ambos.

—Mírate, JiMin, te has vuelto una pequeña zorra, completamente sumiso ante mí. —dijo al ver como JiMin empujaba en su contra, queriendo sentir su polla más adentro.

El sudor recorría ambos cuerpos, en cualquier otra situación a JiMin le parecería algo muy asqueroso, pero en ese instante no le importaba, sólo prestaba atención al hecho de que lo estaban partiendo en dos y le gustaba.

Le encantaba.

Sintió un tirón en su vientre y supo que iba a llegar al tan ansiado orgasmo.

—¡Jungkook, me voy a venir! — gritó y sintió como Jungkook minimizaba sus movimientos hasta volverlos demasiado lentos.

—No te vas a venir, Minnie, aún no he acabado contigo. —dijo y sonrió al ver como el rubio intentaba empujar su miembro más rápido otra vez. Lo tomó por las caderas y empujó su espalda para que su cabeza quedara recostada en la almohada.

—Kook~...p-por favor...no pares. —JiMin estaba rogando, aquello era muy degradante para él, pero en el fondo le gustaba, aunque no lo admitiría en voz alta jamás.

Jungkook agarró la polla de JiMin y la acarició con lentitud, una horrible y espantosa lentitud.

—¿Qué quieres, JiMin? ¿Quieres correrte, es eso lo que quieres? —preguntó mientras pasaba su pulgar en la punta del miembro del menor, usando su pre-semen para deslizar su mano con más comodidad.

—¡S-sí!... —gritó necesitado, lagrimas corrían por sus mejillas y de sus labios la saliva escurría a chorros, se sentía sucio y tan húmedo, tan lleno, y es que maldición, el ser follado y masturbado por Jeon Jungkook era divino.

Jungkook estaba a nada de llegar al orgasmo por igual, pero quería hacer sufrir un poco al chico debajo de él, aunque no lo hubiera dicho le hirió el orgullo el que Park dijera que tenía un miembro pequeño, ¡esa era su parte del cuerpo más preciada! Nadie podía meterse con ella, mucho menos su jefe.

Decidió que ya era suficiente tortura cuando su miembro palpitó dolorosamente. Volvió a penetrar al rubio salvajemente y con rapidez.

Se acercó al oído de JiMin y, con voz tres tonos más baja, habló:

—Vamos, cariño, córrete para mí. — y como si aquellas fueran las palabras mágicas, JiMin se vino, duro y sin piedad, gritó cuando aquel orgasmo tan desgarrador lo recorrió por completo, su culo se apretó y asfixió la polla del mayor, ocasionando que este se viniera por igual.

Ambos, completamente agotados se derrumbaron en la cama, Jungkook encima de JiMin, los dos tratando de calmar sus respiraciones.

Al lograr respirar con calma, JiMin se durmió.

Jungkook fue al baño a limpiarse y después pasó un trapo húmedo en el culo del rubio, retirando todo el semen que se escurría por sus muslos.

"La mejor follada de toda mi vida". Pensó el azabache con una sonrisa.

🍒

Nmms que vergüenza >//<

Cjao, cjao.

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