12 ▬ he knows.




─────────── CAPÍTULO DOCE!


📍Septiembre, 2023.
Saebyeon's ubication: South, Korea.

Un par de golpes a la cabeza de la chica fue suficiente para que esta pudiera reaccionar. Si bien, nunca fue fan de que los demás la despertaran de su gran sueño después de ocho horas, al visualizar a su hermano desesperado en que despertara tuvo que aguantarse el quejido y solo abrir los ojos, o bueno, medio abrir. Con uno cerrado y otro a la mitad, se centró mirando a su alrededor acostumbrándose a la luz, solo así pudo preguntar aún confundida.

—Noona.

—¿Qué hora es? —Preguntó Saebyeon hacia su hermano, aún somnolienta.

—Son casi las diez.

—¿Por qué no me despertaste antes? Tenía que hacer el desayuno.

—Está bien. Ya no tengo ocho y puedo comer por mi mismo. —Murmuró detrás suyo, en lo que se colocaba las pantuflas arrastrándose hasta hacia la puerta haciendo que Soobin la siguiera. —Tu come, noona. Dejé algo de almuerzo ahí.

—¿Mamá y Papá no han llegado?

—No.

Saebyeon se paseó abriendo el refrigerador sacando un jugo para beber acompañada de lo que Soobin había dejado. Recalentando en el microondas se mantuvo de pie intentando despertarse mejor, a la ves, pensando acerca del paradero de sus padres.

—Es extraño, casi nunca se tardan tanto.

—No se porqué eso sucede, noona.

Saebyeon mira de reojo hacia su hermano, quien no parecía muy interesado tanto en su preocupación como en la que ella demostraba. Solo miraba al suelo o la pared como si fuese lo más interesante en ese momento. Conocía perfectamente a Soobin. Algo que envolviera la familia siempre lo tenía de un lado a otro ansioso, algunas veces de pequeño hasta lloraba cuando alguno se enfermaba o estaba lejos de casa, sin embargo, ahora actuaba como si estuviera en el día más común de toda su vida. No recordaba una sola pregunta acerca de que sus padres le dijeron, o algo parecido. Era extraño, pero no había tiempo para sobrepensar en algo, aunque si, su hermano le preocupaba mucho.

No quiere pensar demasiado a la par que estaba ordenando el resto de su casa, pero la tranquilidad que enmendaba Soobin en ese momento, comenzaba a preocuparla.

—Soobin.

—¿Si, noona?

—¿Esta todo bien? —Soobin dejó su teléfono de lado mirándole confundido, ella aprovechó para acercarse mientras secaba sus manos en el mantel. —Bueno, es que has estado muy callado desde que despertaste.

—A-Ah, ¿en serio? —Saebyeon asintió. —Lo siento, noona. Tengo muchas cosas en la escuela y estoy un poco distraído.

—¿Estás seg..—El timbre sonando le interrumpió, no dejándole seguir. —Hablaremos más tarde.

Soobin solo se quedó en su lugar, intentando no ser muy obvio en levantar la mirada hacia quien podría ser. Que sus padres aparecieran en primer plano abrazando a su hermana era lo que justo había atraído involuntariamente, no se movió, solo siguió donde mismo sin mencionar nada al respecto.

—¿Dónde estuvieron toda la noche? ¿Saben lo preocupados que estábamos Soobinie y yo por qué ustedes no llegaban? —Reclamó al instante. Sus padres se miraron uno al otro sin responderle, eso causó aún más su frustración. —¿Ahora qué pasa?

—Queremos hablar con los dos. Más bien, contigo, Saebyeon.

La voz casi que en bajo de su madre le extraño junto a esa reunión un tanto innecesaria. Quizás quieran jugar conmigo, pensó instintivamente, planeando reclamar, se aguantó las ganas cuando nadie más decía nada, solo entre todos la miraban con la seriedad suficiente para que se sentara en la sala, con todos sus integrantes rodeándola en silencio, esto era todo. Saebyeon se hartó de esa falta de compromiso en no decir nada.

—De acuerdo. ¿Qué es esto? Entiendo que quizás se fueron para algo de familia o diferente, pero me están preocupando en serio.

—Tú mamá y yo estuvimos fuera, pero no estábamos con tus abuelos como te dijimos.

Apuntó de continuar, es que es detenido por Saebyeon quien se exaltó saltando del sofá.

—¿Qué quieres decir con que no estaban con los abuelos? —Pregunta de golpe bastante pronto. Su padre suspira mientras que su madre solo voltea la mirada. —Papá, mírame y dime que significa todo esto. Desaparecen, nos dejan solos, me quedo un poco tranquila y resulta que no están donde mis supuestos padres dicen que estuvieron. Si no es así, entonces. ¿Dónde es que estaban si según ustedes no estaban ahí?

—Yo si estaba con tu abuela, pero tu padre no estuvo la noche ahí, porque estuvo en un hotel cerca. —Explicaba de a poco. Saebyeon, con la posible peor reacción próxima y con mucho que reclamar, fue detenida una vez más. —Estuvimos lejos porque anoche le dijimos a los abuelos nuestra decisión, y no quisieron recibirlo más.

—¿Noticia?

—Tú padre y yo nos vamos a divorciar. Creemos que para fin de este mes, podría resolverse.

—¿Qué?

El ambiente tenso aumentó en extremos después de escuchar a su madre musitar lo último de su perdición. La sorpresa que le dejó la repentina noticia hizo que pensara con rapidez que se trataba de una broma. Una buena broma formada entre los tres en su contra con tal de que más risas en sus hogar se dispersen ahora que ella está junto a ellos por un tiempo indefinido, pero ella sabe. Conoce a la perfección el rostro de todos los involucrados. Viene a la mente cuando descubrieron la enfermedad de uno de sus tíos que descendió hace mucho. Es la misma cara cuando hacia falta dinero y tenían a Soobin en brazos siendo un niño pequeño. Sus facciones también se igualaban a cuando tuvo que dejarlos para sacar adelante a todos.

Ella sabe, y reconoce que nada es mentira.

Es tu culpa. Pensaba en lo que lentamente tomaba asiento de nuevo.

—¿Cómo..?

—De primera, de ninguno de ustedes es la culpa. Esto no es algo que pensáramos de un día para otro, en realidad, tiene meses que tenemos esa idea presente. Amo a tu padre, y siempre nos dimos lo mejor el uno a otro, pero un matrimonio no es tan fácil como puedes creer. —Pasa su cabello hacia atrás, intentando no romperse por haber mirado de reojo la mirada cristalina de su hija. —Existieron muchos días difíciles desde que él dejó su trabajo por nosotros y era algo lo cual me molestaba mucho. Intentábamos ser buenos padres por ustedes, pero de alguna manera se deterioró hasta que ya no pudimos más.

—¿En qué momento pasó todo esto? —El hilo de voz en Saebyeon demostraba su impresión.

—Tenemos varios años teniendo esta idea al fondo..-

—¿A qué hora decidieron que era momento de separarse? Y si es así ¿por qué no lo hicieron?

—Desde que Soobin empezó el séptimo grado es que hemos querido esto.

—¿En qué momento se les iba a hacer buena idea decírmelo? —Exclamó poniéndose de pie de nuevo. Sin importarle ser sutil, se veía ya la desesperación por el tema. —¿Por qué no pensaron en mi? ¿O en Soobin?

—¡No queríamos romper su burbuja de ser los padres que ustedes merecían! —Su madre se puso de pie igual, gritándole de vuelta, haciendo que Saebyeon se hiciera pequeña. —Nos sentiríamos horrible al ver lo decepcionados que estarían de nosotros. ¿No crees que no nos duele haber roto la promesa de ser perfectos para ustedes?

—¿Y que importa eso? Somos tus hijos, mamá. Es pero crecer y saber que todo lo que creías era bonito era una mentira. Una farsa total.

—Estabas lo suficientemente ocupada para que esto te pegara. Tenías un sueño cumpliéndose y yo no iba a tirarte de un disparo todo esto.

—Mi familia es mucho más importante. Tú, mi papá, Soobin. Son más importantes que cualquier otra cosa.

—¡No estabas en casa! No estarías para consolarnos, porque esto harías en lugar de intentar comprender.

—¿Qué se supone que haga? —Cuestionó sarcásticamente. —Intentaba llamarte cada que podía, pero tenía trabajo, un trabajo que pensaba los uniría con tal de que ninguno se preocupara por nada de dinero de nuevo. ¿Y ustedes me ocultan algo así? ¿Cómo dejaría a Soobin en medio de todo esto? ¿Cómo se lo diría siquiera?

—¡Soobin supo desde el día uno que nos divorciaríamos! —Gritó su padre interrumpiendo a ambas. Este se levantó bastante cansado de sus gritos, sin mirar atrás, solo continuó diciendo. Saebyeon de inmediato volteó a ver a su hermano del otro lado sin mirar a nadie más que a sus manos. —No podíamos.. no podíamos ocultárselo más cuando estaba viviendo bajo el mismo techo que nosotros. Se lo dijimos cuando empezó el octavo grado. Porque no queríamos que pasara lo que ahora sucede contigo.

—...

—Él tampoco quiso herirte ocultándotelo, pero no tenía más opción. Era vivir entre peleas con nosotros o contigo, es una paz junto a alguien que no quería nada más que hacerte feliz. Mucho que nosotros dos no hicimos.

El portazo de su padre desapareciendo de la casa hace que todo se envuelva en un costoso silencio. Su madre hacía todo por no sollozar, Soobin seguía sin querer mirar a nadie y Saebyeon, bueno, era un dilema aparte.

—¡No le des más alas! —Exclamó Saebyeon hacia su novio. Él asintió mientras reía. —No se como mamá te dejo salir tan tarde de casa.

—En realidad ella me trajo. —Su hermano sonrió hacia ella. Saebyeon dejó caer su boca de la sorpresa. ¿Cómo su mamá permitió eso? ¡La traicionó! —¿Creen que pueda quedarme a dormir?

—Es tan sigiloso. No puedo creer que mamá me pedirá cuidarlo en mis días de descanso.

—No seas tan mala con él, es tu hermano menor. —Dijo Jungkook mientras iba apagando las luces del departamento. Ambos caminaban hacia su habitación.

—No soy mala, solo, que pensé que descansaría antes de volver a las prácticas.

—Soobin es como nuestro hijo. —Jungkook bromeó con esto haciendo que Saebyeon le mirara con una ceja alzada. —Parezco más su padre que el tuyo.

En su mayoría, todo de pronto se conectan todas entre sí. Todas las veces que Soobin había entrado a su casa sin avisar. La cantidad de reportes que había generado en los últimos años haciendo que fuera imposible verlo por lo enojada que se sentía ante su decepción. Los porqués sin respuesta cada vez que él no quería ir a cenas familiares o porque salia mucho con sus amigos. Su fanatismo y apego con Jungkook. Cada pieza se organizaba a la perfección generando el lienzo destructor de toda esa situación.

Soobin solo escapaba hacia ella, porque era lo único unido que le quedaba.

Su madre era igual. Tantas llamadas preguntando por todos, junto a su sonrisa deslumbrante para que no viera más allá de ella. La cruda realidad de que existía más monotonía que pasión dentro de todos, era algo que no quería ocultarle, porque eso hacían las madres. Tragar todo el miedo para que sus hijos fueran los más felices posibles. Lo intentó, y vaya que lo logro hasta su debido tiempo, pero, su felicidad se vio tan explotada que no pudo más. No era la mentira, era la máscara que su madre jamás le demostró Pat ayudarla, para amarla con todo y sus defectos.

Saebyeon no era materialista ni mucho menos juzgaba. Todos los años se había convertido en una hija ejemplar ante sus ojos. Ser el sostén de su familia y llegar a lastimarse con tal de que a ninguno le faltara algo, era algo de aplaudir para ella. Quizás había sido la falta de comunicación o valentía, pero, no la decepcionaría después de tanto esfuerzo que ella había colocado. Aunque eso ya no importaba, ella lo sabía y entendería su sentir con esa situación todo el tiempo.

Ahora sus lágrimas cada que ve como ella, la primera luz de sus ojos estaba hincada frente a su otro hijo menor, con todas intenciones de pedir disculpas por haber sido una falta para él. Solo se voltea deseando no hacer mucho ruido por el sentimiento y la culpa rodeándole.

—Está bien.. vamos a salir de aquí. Ahora que lo pienso, está casa es muy pequeña para nosotros tres.

—Lo siento, noona.

—No tienes que disculparte por anda, Soobinie.  Nada de esto es tu culpa, de nadie más bien. —Sujeta su mano con una sonrisa, una la cual su madre ve borrosa por las lágrimas salir. Nota de pronto como ella alza su mano desocupada hacia si, invitándola a ir con ellos dos. Su progenitora acepta secando sus lágrimas en el corto recorrido, aferrando a la mayor de los hijos junto a su sonrisa. —Todo está bien. Pase lo que pase, voy a estar con ustedes. Podríamos ir a mi departamento por un tiempo, para tener más espacio.

—¿No te molestará?

—Para nada, mi hogar es su hogar. —Abrazó a ambos al mismo tiempo que soltaba sus manos, quedando en medio. —Nunca los dejare solos, ¿de acuerdo?

Siente como Soobin asiente en silencio, pues ya se encontraba llorando al mismo tiempo que ay madre, pero estaba bien. Habían pasado meses desde la última vez que había llorado en compañía de otros. Sentirse protegido entre quienes sabía nunca le faltarían, no se había sentido mejor que nunca. El consuelo podría ser una de las mejores curas que estaba recibiendo, y sin duda, le serviría para todo el resto de su próximo futuro.

┄┄ ︰ ┄୨୧┄ ︰ ┄┄

El sonido de la licuadora estaba despertando a mucho más a que uno por esa mañana fresca, para la suerte de Seo Soobin era distinto pues tenía que ir a clases lo más pronto posible, o se haría bastante tarde. Arreglando la corbata de su uniforme es que camina desde su habitación hasta la cocina, ganándose de entrada la espalda, cabello des alborotado y el buen humor que caracterizaba a Saebyeon por las mañanas. No quería interrumpirla, pero él sabía que su hermana podía olerlo, por ende, es que se volteó en el momento indicado.

—Estaba justo por gritarte que el desayuno estaba listo.

—¿Mamá donde está?

—Salió con las vecinas a hacer algunas compras para los negocios de ellas. En la tarde vendrá para alistar todo y cuando salgas llevarnos sus cosas a mi departamento.

—¿Y papá? —Preguntó en un tono indeciso, más inseguro por su respuesta. Jugó con los palillos antes de dar una probada al desayuno. —No lo escuché desde ayer.

—Está en su trabajo. Hablaré con él en la tarde, y si gustas podemos llamarlo en la noche. —Acarició su cabello. Soobin asintió convencido probando el desayuno. —Yo haré las compras más tarde sobre lo que falte de la casa.

—No ocupamos mucho, solo..

—Descuida. Yo lo tengo controlado.

—¿Podría preguntarte también cómo va todo con hyung? —Dice por primera vez más cerca. Saebyeon había dejado de lavar sus manos quedándose quieta en su lugar, tomando la atención de aquel. —Desde hace una semana que llegaste a la casa no te he visto hablar de él.

—Estamos bien, solo está ocupado por su carrera, nada más. Pronto se irá al servicio y sabes que tiene que dejar todo preparado.

—Lo extrañaré mucho.

—Estará bien, lo más seguro es que se enliste con Jimin.

Cuando por fin convence a Soobin es que se sumerge en su mente por un tiempo. Si, tenía que ser lo más razonable en esos momentos y quizás pararse durante segundos le costaría todo el esfuerzo que estaba poniendo.

—Yo también lo extrañaré. —Susurró.

—¿Dijiste algo, noona?

—Que tu almuerzo para las clases está listo. —Salió rápido de ese lugar entregándole aquel, sabiendo que dentro estaba la comida favorita de su hermano y algún dinero que pudo dejarle para su gusto. —Acomoda bien tu corbata, no iré a dar mi cara porque estás desarreglado.

—Eres muy amable, noona.

—Ya. Vete antes de que se haga tarde y tenga que llevarte en avión.

Soobin se burla en su cara en lo que colgaba su mochila, sacude su mano y es cuando se marcha por la puerta siendo visto por la mayor hasta que ya no hubo más. Saebyeon, solo se recargó en la puerta soltando un suspiro quedándose en el silencioso hogar. No se la piensa cuando ya está revisando sus últimos mensajes luego de que Soobin desapareciera dejándole esa incógnita.

En si, la semana entera desde que se anunció su descanso en la industria había estado con familia completamente, y si, un momento donde posiblemente desapareció todo tipo de saber de Jungkook, pero Saebyeon no mintió. La agenda contraria de su novio estaba posiblemente el doble de ocupada que la suya, y si, era lógico que estuviese más concentrada en otras cosas, que en vivirse atormentando con aquello.

Pero también, no sabría cómo explicarle a su hermano mayor que llevaba toda esa semana en leído por parte de aquel, como siempre, solo escabullendo queriendo que él tomara solo él seguir todos juntos, que era lo más importante ahora.

Pensó momentáneamente que se llevarían de casa, siendo posiblemente más que nada ropa y cosas de uso personal, el resto tendría que conseguirlo para adaptarlo ahora a los tres. No sería fácil, pero tampoco tan complicado. Conocía a su familia y sería rápido conforme más tiempo pasarán todos juntos. Invierte la mayoría de su tiempo en tiendas para conseguir lo que necesitarían, y si, eso le llevó algo de tiempo hasta que tuvo que correr contra todo para llegar a casa, donde su impulso por ayudar es bastante.

—¡Mamá!

—Aquí estoy, no tienes que gritar. —De manera risueña, sale su madre de la cocina haciéndola sonreír aliviada. Con un abrazo de por medio es que la mira. —¿A donde fuiste?

—Fui a conseguir cosas para el departamento. ¿Ya tienes todo listo?

—¿Qué tanto compraste? Te dije que no era necesario.

—Lo sé, pero ahora vivirán en mi casa. Todo ahí es necesario con que ustedes estén bien. Ahora, respóndeme ¿está todo listo?

—Si, todo está en las cajas para llevárnoslo.

—Le dire al de la mudanza acerca de eso.

—No, no. —Le arrebata el celular ganándose la mirada curiosa de Saebyeon. —Ya llame por ayuda y nos ayudarán. No te preocupes más tú por eso.

—Está bien, pero más le vale si ayudarte o no podré resistir esto más.

Amenaza discretamente ganándose la risa de su madre, a la cual se le contagia la propia en lo que acomodaba las cosas dentro de donde ahora serían llevadas a otro lado. Era un sentimiento totalmente distinto, pero al menos un intento de acogedor para lo que serían los nuevos cambios en su vida. Se asustaba de estar tan feliz por una noticia posiblemente mala para otros, pero era para el bien de todos lo que sucediera, así que tenía que ser la cabeza madura de todo eso.

—Saebyeon, se me olvidó decirte algo. —Dijo acercándose su madre de nuevo, dándose la vuelta por encima de su hombro, dejó de lado lo suyo para enfocarse en ella. —Quiero presentarte a Heejun, es quien nos estaría ayudando hoy a llevarse nuestras cosas.

—Un placer, soy Saebyeon. —Inclina su cabeza tomando la mano del chico, quien le sonreía.

—Sé quien eres. Tú madre no dejó de presumirlo en todo este tiempo de quien era madre. —Aludió, causando que ella se sonrojara. —Trabajamos juntos en el negocio de la zona.

—Una de las vecinas es madre de Heejun, y él se ofreció a ayudarnos cuando le conté que nos mudaríamos por un tiempo a otro lugar.

—Se va a extrañar sinceramente el verla seguido, entonces aquí estoy.

—Claro, puedes comenzar llevándote lo del cuarto.

El aparentemente chico joven hizo caso omiso yéndose hasta donde había sido guiado, Saebyeon se devolvió a su lugar para continuar guardando todo, siendo espectadora de cómo su madre parecía compartir broma tras broma con aquel, generando su curiosidad de cuánto llevarían de conocerse para tal grado. Su madre era muy simpática con la mayoría de gente que se cruzaba, eso era lo que no le hacía extrañarse la dilatación, solo era otra cosa que desconocía porque la colocaba así de curiosa.

—Heejun es un gran muchacho.

—Para ti todos los jóvenes musculosos y sumisos son buenos muchachos, mamá.

—¡Eso no es verdad! —Saebyeon se burla de ella sujetando una de las cosas. —¿Acaso es por eso que Jungkook nunca se ha presentado con nosotros?

—Basta, sabes que no es así. Conoces la vida de él y lo difícil que es estar en un lado sin ser reconocido.

—Solo digo que no es tan bueno que se oculte de los padres de su novia durante tanto tiempo. ¿No tenías planeado casarte con él?

—¡Mamá! Por dios, soy muy joven para casarme o pensar siquiera en eso.

—Al contrario, debes tener tus metas más que clara. ¿Acaso el sabe que quieres llegar a tener en el futuro? Deben tener si quieren llegar lejos siquiera una meta en común, si no, no funcionará a largo plazo. Piénsalo. —Saebyeon rueda los ojos fastidiada por el tema. —¡Heejunie!

—¿Si?—Aparece detrás de ambas. De un instante mira la caja que sostenía Saebyeon para sujetarla por ella, posándose a su lado se gira en dirección a la madre de aquella. —¿Es todo?

—Si, es todo.

—Subiré esto de último para irnos a su njevo hogar, señorita Kim.

Su madre le sonríe con más energía que antes en lo que ve desaparecer al muchacho. Alza sus cejas hacia Saebyeon quien solo alza las manos a los lados intentando deslindarse de aquello, sobre todo, para olvidar el amargo sabor que le habían dejado sus palabras.

—Vamos que Soobin no tarda en salir, ojalá sea antes de que esto me haga vomitar.

Ella se burla en su cara antes de seguir los pasos del chico con el cual se encontraba encantada, pues parecía adolescente enamorada cada que este hablaba y no hacía más que marear a Saebyeon en todo ese recorrido. Ojalá Soobin fuera mucho mejor que eso en ese instante.

┄┄ ︰ ┄୨୧┄ ︰ ┄┄

—Y aquí, es tu habitación.

Saebyeon abre la puerta de la habitación dejando pasar todo el resto que cargaban. Las cajas ya estaban en sus respectivos lugares. Pasa dejando que su hermano con sus cosas se adelantara. Ambos habían estado desde la casa hace aproximadamente una hora luego de que el menor regresara de clases, este se había entretenido junto a Heejun, quien parecía ser conocido de él también, puras coincidencias a ese punto.

—Esta un poco más ordenado de lo que lo recordaba. Sigue en mi memoria un montón de ropa, regalos y accesorios tirados.

—Lo encontraste así la última vez porque estaba en prácticas, tonto. Eran regalos de mis fans.

—Será inolvidable porque encontré una carta de amor. —Carcajeó Soobin mirando alrededor suyo, suspirando a la par. —No será tan mal ahora. ¿Ordenaste el cuarto para mamá o dormirán juntas?

—Le dije que podía quedarse en mi habitación y yo tomaría la de invitados. No es por nada pero no la ocuparé ahora que ya no estoy yendo a la empresa.

—Lo siento mucho, noona.

—Está bien, es solo una habitación

—No por eso. —Lo visualiza jugando con sus manos de manera nerviosa. —Perdón por hacer que te pasen tantos cambios repentinos. No quisiera lastimarte a ti.

—Con tenerlos a ustedes aquí créeme que me sentiré más feliz que nunca.

—Es solo que no puedo evitar pensar así con todo lo que nos esta pasando.

—Los cambios son para bien, Soobini. Todo esto por algo sucede y otras cosas por algo también no sucede. Mamá y yo te amamos ¿si? Y no te dejaremos solo. —Soobin sonríe y asiente. Saebyeon aprieta su nariz ante eso. —Te recomendaría ir guardando todo en tu nuevo espacio, disfrútalo mientras puedas campeón.

—Claro que lo haré, noona.

Alza su pulgar arriba eufórica hacia Soobin, quien le corresponde luego. Solo así, deja su habitación para que pudiese distraerse por sí mismo en donde pasaría el suficiente tiempo para enfrentar su duelo. Pensó momentáneamente en su padre, pero sin siquiera llegar ahí es que tuvo que atender algo que pudiese ser más importante ahora.

—¡Saebyeon, mujer! Te desapareces. —Aguantó las ganas de reírse de escuchar la voz de Lisa del otro lado. —Dios, me tienes comiéndome las uñas desde hace una semana.

—Lo siento, he estado algo ocupada con mi familia.

—Está bien, diviértete todo lo que puedas. ¡Dile a Soobin que es mi favorito!

—¡Probablemente él se estaría muriendo de saber eso! —Ambas rieron. —¿Qué sucede? Creía que solo llamabas cuando estabas de vacaciones pero esta semana estaban grabando cosas.

—Y lo hago, pero quería decirte la buena nueva. Ya hablamos entre todas las chicas y renovaremos solo como grupo, pero como solista intentaré abrir un nuevo camino ¿qué te parece?

—¡Lisa eso es fabuloso! —Murmuró exageradamente feliz hacia ella. —Me siento muy orgullosa, ¿es válido llorar ahora?

—Guarda tus lágrimas para cuando sea una estrella rockstar, querida.

—¿O qué tal si las guardo mejor para mañana tú y yo en una cafetería?

—Me conoces bastante bien. —Ríe. —Sirve que me cuentas todo este nuevo descanso que te estás dando. Y de todo lo que está saliendo con Jungkook.

—¿Eh? ¿Qué cosas están saliendo de él?

—Amiga, ¿no has visto redes sociales? —Lisa no la veía, pero Sae sabía que inclusive negó aún estando en llamada. —Ponme en altavoz y métete a las tendencias del momento.

Saebyeon al instante se asusta, mira rápidamente hasta su computadora donde teclea su clave lo más pronto posible. Casi tira su teléfono de los nervios que incrementaban cada que Lisa agregaba algo distinto a ello. Lee con perfección cuando llega a una última nota, haciendo que finalmente, todo se cayera.

—Creía que estabas enterada de esta porquería de noticia.

—Lisa. La última vez que vi a Jungkook fue hace una semana.

La contraria se queda callada al mismo instante, Saebyeon solo mira de nuevo con el corazón a todo latir a la noticia de hace dos días exactos.

ESTRELLA DE BTS ENVUELTA EN RUMORES DE CITA CON BAILARINA DE RESPALDO>

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