01
-Si... Así... Dame más... Mira a la derecha... Quedate así... -. Decía Alejandra mientras escuchaba el sonido de su cámara tomando fotos y yo obedeciendo sus instrucciones.
No me encantaba ser modelo de ropa pero Ale siempre trataba de hacer las cosas más ligeras para mi. Sin duda era mi mejor amiga.
-Me encantaron Danna ¿Descansamos un rato? - Me preguntó acercandose a mi.
-Claro -. Solté un suspiro -Gracias -. Ella sabía lo mucho que me cansaba estar posando y aún más cuando la sesiones eran en la calle. Ale comenzó a guardar en su coche los reflectores que había puesto en la banqueta mirando hacia mi y yo me desabroché el abrigo café que modelaba.
-¿Se te antojan unos tacos? -. Preguntó buscando las llaves de su coche en una mochila.
-No mames -. Dije sorprendida.
-Está bien tacos no, tranquila -. Me respondió riendo.
-No mames es Alex Fernández -. Dije señalando al mencionado el cual estaba caminando solo en la banqueta del otro lado de la calle. Ale volteó rápidamente sonriendo y le chifló a lo que Alex le respondió con otro chiflido y empezó a venir hacia nosotras.
-Hola Alejandra -. Saludó con un beso en la mejilla y un abrazo -¿Cómo estas? -. Dijo con su sonrisa característica.
-Súper bien -. Respondió con una sonrisa.
-¿Qué hacen aquí? -. Preguntó curioso viendome a mi y a su material de trabajo.
-Pues ahora soy fotógrafa y ella es Danna mi modelo -. Dijo presentandome.
-Hola -. Solté muy emocionada viendo a uno de los mejores comediantes mexicanos. Se acercó para saludarme con un beso en la mejilla. No tenía la más mínima idea de que decir que no fuera algo que seguramente todo el mundo le dice. -Te admiro muchísimo, de verdad -. Dije un poco decepcionada por saber que no había dicho nada original.
-Muchísimas gracias, de verdad -. Ambas reímos un poco por su imitación de mi.
-Vamos a ir a comer ¿Vienes? -. Invitó Ale.
-Muchas gracias, ahorita tengo unas cosas pendientes pero hay que hacer algo algún día-.
-Claro! Te mando un whatsapp -.
-Nos vemos, cuídense -. Nos dijo y empezó a alejarse de nosotras.
No podía creer lo que había pasado.
- ¿¡Cuando chingados pensabas decirme que conocías y tenías el whatsapp de Alex Fernández!? -. Obviamente le tenía que reclamar, quiero decir, la comedia es una parte de mi vida en la que me desconecto de cualquier problema que tenga y poder conocer a algún comediante es casi un sueño para mi. A pesar de ir religiosamente cada sábado al bar de comedia no es lo mismo hablar cara a cara con ellos.
- Lo conocí en la prepa y además ni siquiera sabía que lo conocías -. Dijo con sarcasmo mientras abría la puerta del conductor. Alejandra sabía que amaba la comedia. -Ajá -. Respondí crédula y admito, un poco enojada mirando a la ventana. -¡Venga! ¡Y te acompaño al Stand Up de Ricardo Pérez! -. Dijo haciendome cosquillas en la panza. Alejandra también sabía que amaba La Cotorrisa y en especial a Ricardo.
-¿Lo juras? -. La miré seria. -Lo juro -. Contestó riendo. Sin duda la amaba.
Luego de comer tacos Alejandra me llevó a mi departamento al cual entré casi corriendo porque tenía que alistarme para mi otro trabajo: el bar-café en el que cantaba de siete a una de la mañana. Sin pensarlo dos veces: mi parte favorita de todos los días. Tenía un ambiente bastante tranquilo que me hacía verlo como un lugar donde podía ser yo y hacer lo que amaba junto a mi colega David sin pensar en que diría la gente.
Tenía casi un año y medio viviendo sola, era un departamento pequeño y algo minimalista porque no estaba gran parte del día en el, por lo que no le veía mucho sentido decorarlo y honestamente ni siquiera le tomaba importancia.
Me bañé rápidamente, sequé mi cabello y lo ondulé un poco; elegí unos jeans apretados, una blusa color mostaza y unos botines negros un poco altos, me maquillé y por último pinté mis labios café obscuro.
Pedí un Uber hacia el bar mientras en una mochila de cuero metía mi Beta58a, algunos cosméticos que pudiera utilizar y mi cartera.
Al llegar al bar subí a la terraza donde siempre cantaba y ahí estaba David sentado afinando su guitarra. Cuando me miro sonreí y lo saludé de beso.
Escuché un -¿Lista? -. de su voz mientras yo conectaba el micrófono al soporte. -Sip -. Respondí acomodandolo a la altura de mi boca.
-Uno... dos... tres... ¿Se escucha bien? -. Pregunté y un barman hizo una señal de like.
Y en especial lo que más amaba de ese trabajo era que literalmente podía cantar lo que quisiera y esa sensación de libertad era lo que me mantenía cuerda.
Estaban alrededor de unas treinta personas frente a mi.
David empezó a tocar su guitarra y de inmediato reconocí la canción: Mi casa de Marco Mares.
-Te digo ya no, ya no me alivio, no soy, no soy yo -. Cantaba mientras de reojo veía a David tocar la guitarra tan concentradamente y a las personas sentadas con las que de vez en cuando cruzabamos miradas.
Y así prosiguió mi noche, cantando y bailando, agregando unos cuantos aplausos entre canción y canción.
Miré mi celular y era la 1:03 a.m. David y yo comenzamos a guardar nuestras respectivas pertenencias para irnos. Pedí un Uber de regreso a mi departamento; en la calle había un silencio tan sepultural que lo único que escuchaba era el ruido de mis pasos.
Tomé mis llaves y entré. Me desmaquillé, me puse una pijama de short y me metí a la cama sabiendo que el día de mañana iba a hacer nada todo el bendito día.
...
Me despertó la vibracion de mi celular bajo mi mano derecha. "Alejandra" decía la pantalla. 10:54 a.m. ¿Pará qué me necesita esta mujer tan tamprano y tan urgentemente que no me pudo mandar un mensaje? Me pregunté mientras contestaba su llamada.
-Hola -. Reí un poco por mi voz adormecida.
-Tú, en mi casa, hoy, 6 de la tarde -. Lo admito. Me castró un poco su buen humor mañanero.
-Wow wow wow ¿Por qué? ¿Qué pasó? -. Normalmente iba a su casa en situaciones de emergencias, como la vez que me llamó porque su copa menstrual se atoró en ella y yo la saqué ó la vez que su novio la engañó y nos emborrachamos con alcohol barato.
-Es una sorpresa por tu cumpleaños -.
- Pero mi cumpleaños es en una semana -. Resongué.
-Pero yo en una semana estaré en la playa con mi familia -. Dijo sonando un poco apenada.
-¿Me dejarás sola en mi cumpleaños? -. Mi círculo social no era tan amplio porque todo mi día estaba ocupada en mis dos trabajos y mis días de descanso eran genuinamente de descanso.
-Por eso hoy te daré un regalo de cumpleaños -. Solté una carcajada.
-Ok. Ahí estaré -. Dije sonriendo
-Y arreglate -.
-¿Está bien? -. Dije dudosa y colgué la llamada para ir a desayunar algo.
Fuí a la cocina decidida por unos waffles, comencé a sacar los ingredientes: harina, huevos, leche, aceite, etc. Cantar, bailar y cocinar al mismo tiempo era mi hobbie favorito.
Agregué la mezcla a la wafflera y en lo que eso se cocinaba fui a mi sillón para escoger algo en Netflix.
Escuché un ruido que significaba que mi desayuno estaba listo, así que me senté a ver una combinación entre Rick and Morty, Titans y un especial de Ricardo O'farrill para disfrutar del resto de mi mañana y tarde.
Limpié todo lo que utilicé y tendí mi cama; me acosté en ella para tontear un rato en mi celular.
...
Abrí mis ojos. -Mierda -. Mi primer instinto fue ver la hora. 5:43p.m. -Mierda -. Me causa bastante ansiedad ser impuntual por lo que corrí a mi closet para agarrar ropa interior. De la nada sentí mucha hambre así que fui a la cocina por una naranja, la partí a la mitad y me metí a bañar mientras me comía la naranja. Terminé y me puse unos jeans negros rotos, una blusa negra, mis Vans Old Skool y una chamarra de cuero negra.
Alejandra.
"Ya vienes?"
6:07p.m.
Yo.
"Voy en camino"
6:08p.m.
Me puse un poco de base y corrector, me hice un cat-eye y unos labios rojos. Tomé una bolsa pequeña y llegué a casa de Alejandra en un Uber. Me extrañó que frente a su casa estuviera un Cruze 2018 gris. Toqué su puerta y de inmediato la abrió.
-¿Vengo arreglada? -. Solté y se rió.
-Mas o menos -. Reí y pasé cerrando la puerta detrás de mi.
-Oye ¿Y ese coche? -. Señalé con los ojos.
-Oh en ese coche viene tu regalo -. Dijo con un tono casi sarcástico. Fruncí en seño con una sonrisa. Alejandra fue a la cocina y cuando regresó escuché pequeñas risas y más pasos de los que se esperarían de una persona.
-¡Ponte de espaldas y tapate los ojos! -. Ale ordenó y yo obedecí.
Unos pasos suaves venían acercandose a mi, mi corazón latía cada vez más fuerte y más rápido por la emoción que sentía en ese corto momento.
-Kioña kioña -. Escuché sobre mi hombro izquierdo y de inmediato reconocí esa voz.
-Noo -. Sonreí y cubrí mi boca. Me giré y ahí estaba Ricardo Pérez frente a mi. Le sonreí y lo abracé al rededor de su cuello; de inmediato un olor a cigarro y perfume masculino visitó mi nariz. Sentí sus manos en mi espalda.
-Hola -. Le dije en su cuello con una gran sonrisa aunque él no la veía.
-Hola -. Me contestó ríendo. -Feliz cumpleaños -.
-Gracias -. Le dije muy emocionada.
Nos separamos y me di cuenta que Alex Fernández también estaba en la casa, le di una sonrisa y vi a Alejandra.
-Bueno... -. Dijo Alex. - Pues la verdad es que es Ricardo quería entrar con una tanga de tucán -. Bromeó y todos empezamos a reír. -Claramente no lo dejamos -. Ricardo se cubrió sus ojos con una mano mientras reía.
-¿En dónde quieren cenar? -. Preguntó Ale.
- ¿No se les antoja en... -. Propuso Ricardo chasqueando los dedos. - En el... En el Charlos and Charlies -. Dijo no muy convencido. Entre todos nos dimos unas miradas confundidas y empezamos a reír.
-Seeh vamos al Charlos and Charlies -. Dijo Alex riéndose y haciendo sonar unas llaves mientras caminaba a hacia la puerta.
Ricardo me dejó pasar antes que él y le regalé un "gracias" muy tímido.
Cuando Alejandra estaba cerrando la puerta con llave me acerqué a ella.
-Eres la mejor amiga del puto mundo -. Le dije.
-Sabes que te amo tarada -. Y nos subimos en la parte de atrás del coche de Alex.
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Pues ese fue el primer capítulo de este fanfict, espero que lo hayas disfrutado tanto como yo al escribirlo, y si fue así pícale a la estrellita.
Cualquier sugerencia o idea dejamela en los comentarios.
Cuidate mucho <3.
Xoxo.
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