๑ 01
— Y así es como mi padre me obligó a estudiar medicina —terminó la oración aquella chica de cabello azabache.
— Entiendo —sonrió—. Debe ser difícil estudiar algo que realmente no te agrada.
— Sí, lo es —soltó un suspiro para posteriormente sonreír—. En fin príncipe, ya escuchó mucho de mí. ¿Cuáles son sus planes?
— Pues no son gran cosa —respondió tímidamente—. Actualmente estoy terminando de estudiar economía para poder manejar al reino y mi padre está buscando casarme para poder asumir al trono. Ya sabes, piensa que ya estoy lo suficientemente grande para asumir aquella responsabilidad.
— Lo entiendo, príncipe Kim —bajó su mirada—. Me parece muy estúpida esa regla de tener que casarse para llegar a ser rey o reina.
— Lo sé, a mí también —bajó su mirada.
— Una vez que llegue al trono debería cambiarla, ¿no cree? —sonrió.
— Es una excelente idea, pero no sé si el parlamento acepte esa propuesta.
— Estaré cruzando los dedos porque lo hagan —los dos sonrieron.
— Bueno, es momento de volver al palacio —extendió su brazo, esperando que la chica lo tomara—. Tu padre debe estar esperando.
La azabache entendió la señal y tomó también su brazo, y se dirigieron juntos al palacio. Una vez ahí ambos padres se levantaron aún conversando.
— Fue un gusto conocerte, Seulgi —dijo besando su mano y la chica sonrió, gustosa.
— El gusto es todo mío, príncipe Seokjin —realizó una corta reverencia.
— Gracias rey Kim, tuvimos un tiempo encantador en el palacio —la chica y su padre hacían una reverencia ante el rey.
— Me alegro mucho, vuelvan cuando deseen —sonrió—. Los guardias los acompañan a la salida.
Los dos dejaron la sala y el rey sobó sus sienes mirando a su hijo mayor.
— ¿Y bien? —preguntó volviendo a sentarse en aquel sillón de rojo terciopelo.
— No —el rey suspiró, sobando sus sienes—. Es agradable, pero siento que no me llevaría bien con ella para reinar.
— Me tienes harto Seokjin —se levantó de su trono—. ¿Qué es lo que tanto quieres?
— Ya te lo dije, padre —se acercó a él—. Quiero a Min Yoongi, no aceptaré a nadie más que no sea él.
— Está bien, genial —se dirigió hasta la puerta que lo llevaba al pasillo—. Voy a invitarlo hoy mismo, para ver si llega mañana. Más rápido me voy a morir y te recuerdo que quién recibirá el trono luego de ti es Hoseok —finalmente salió.
Hoseok, quién llevaba un tiempo ahí observando todo, ahora se levantó, cerrando aquel libro que había estado leyendo. Seokjin lo observó con enojo, frunciendo el ceño.
— Yo no quiero ser rey, a mí ni me mires —alzó sus hombros y el mayor soltó un bufido—. ¿En serio crees que consiga a Yoongi?
— Es el rey por algo, tengo esperanza en eso.
— No entiendo a qué se debe tu obsesión con aquel chico al que sólo hemos visto una vez —soltó y el contrario bajó su mirada al piso.
— Una vez fue suficiente para saber que lo quiero a mi lado.
Y es que era cierto, la única vez en que habían visto a aquel chico de piel pálida, ojos verdes y gatunos, fue en un baile realizado por el reino de Seokjin, el reino Mhara. Desde aquella vez, el chico castaño juraba no haber visto persona más hermosa como aquella.
Vaya obsesión que había agarrado con tan sólo verlo una vez, que sería si Yoongi realmente llegase a convertirse en su esposo.
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— No puedo creer que en serio vayas a conocer a Yoongi —habló Hoseok mientras veía a su mejor amigo arreglarse frente aquel espejo.
— Ya te dije que ya nos conocemos —respondió arreglando el cuello de aquella camisa beige que había elegido para la ocasión—. Solamente hoy voy a conocerlo mejor.
— Bailar con él durante media hora no cuenta como conocerlo —el contrario lo miró, serio—. No me mires así, sólo te estoy diciendo la verdad.
— Hablamos durante ese baile, Jung Hoseok —el nombrado puso los ojos en blanco—. Ya sé lo que sucede aquí, estás celoso.
— ¿Por qué lo estaría? —tragó saliva. Su corazón se aceleró tras pensar en que el mayor lo había descubierto.
— Porque tu mejor amigo va a casarse y será rey en un mes —respondió y el de cabello naranjo por fin pudo respirar—. Listo, ¿me veo bien así?
El menor lo observa por unos minutos, embobado. La belleza de aquel chico lo tenía cautivado desde que eran niños y estuvo a punto de soltar un fuerte suspiro cuando la voz del otro lo sacó de su mundo.
— ¿Hobi? —preguntó.
— Siempre.
— ¿Eh?
— Digo —sacudió su cabeza—. Excelente, te ves excelente.
— Gracias, Hobi —sonrió sacudiendo el cabello del mencionado.
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— Es un gusto, rey Kim —aquellos dos hombres hicieron una leve venia.
— Bienvenido, rey Min —realizó otra venia más corta—. Él es mi hijo, Seokjin —lo empujó levemente de la espalda y realizó una venia.
— Oh, él es Yoongi —el nombrado realizó otra venia y su padre lo empujó un poco hacia adelante causando un leve sonrojo en él.
Seokjin sonrió con ternura, observándolo fijamente.
— ¿Qué le parece si tomamos un poco de vino y dejamos que los chicos hablen? —preguntó.
— Sería un gusto —se alejaron ambos mayores, aún conversando. Luego de unos instantes ambos desaparecieron por una de las puertas.
— ¿Me darías el placer de poder llevarte a dar una vuelta por los jardines del palacio? —extendió su brazo, incitando a que lo tomara.
— De acuerdo —sonrió y tomó su brazo como el contrario había pedido.
Ambos salieron del salón hacia el jardín que por años cuidó su madre.
— ¡Qué hermosas rosas! —rio el menor acercándose a uno de los rosales.
— Mi madre cuidó mucho del jardín durante el tiempo que vivió aquí —comentó.
— A mí también me gusta mucho la jardinería —siguieron caminando, observando el resto de plantas en el lugar—. Cuido mucho de las flores en mi palacio, aunque los sirvientes no me dejan hacer mucho —rio.
— El jardín aquí podría quedar bajo tu cargo completamente, si así lo deseas.
— ¡Me encantaría! —respondió emocionado.
Se mantuvieron en silencio unos minutos mientras seguían caminando. Llegaron hasta una fuente, dónde Yoongi se asomó y observaba su reflejo en el agua.
— ¿Sigues estudiando, Yoongi? —preguntó.
— Termino la próxima semana —respondió—. Finalmente seré libre. ¿Y tú?
— También terminaré economía la próxima semana. Sólo espero que mi padre no me haga estudiar algo más —rieron.
— Debe ser difícil.
— Lo es —continuaron caminando—. ¿Deseas ver el invernadero? Seguramente sea lo que más te interese.
— Con gusto.
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Esta nota ha sido eliminada debido a que el mapa ya fue subido y ahí encuentran todo el contexto de los reinos. Nos leemos pronto.
Dylan se despide~ (≧▽≦)
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