No podía creer que él pensara que yo era hermosa. Simplemente  nadie me lo había dicho en los 14 años que tenía. Cada palabra, cada letra y cada significado hacía que me ilusionara más de la cuenta. Pero, no podía evitarlo, me gustaba la forma en que me hacía sentir. Como si yo fuera la única chica la cual él, estaba interesado y enamorado.

No me podía alejar ni despegar de él,  quería saber como se sentía respecto a las cosas cotidianas de su vida, en cómo veía las estrellas de noche - si sentía alguna atracción a ellas - además, si le gustaba la luna. También quería saber más de su persona, en como era su nombre completo, si tenía hermanos (ya que yo no tengo) y como se sentía tenerlos.

En pocas palabras, quería que desnudara su alma para mí.
 
   En los años que hablamos, sólo me enteré de cual era su nombre completo -Alex Rodrigo García Lopez - y, de cómo se llamaba su hermana. Ya que, se quejaba mucho de ella; como si fuera un peso en los hombros para él. La verdad; si yo tuviera una hermana o hermano, lo trataría con todo el amor y cariño existente.

   Pensar en él era como una enfermedad. No me podía concentrar a menudo a donde yo iba; pensaba en cómo estaba él y qué hacía en ese momento. Cada minuto y segundo él  se adueñaba de mis pensamientos. Prácticamente ya era el dueño de ello. Me hacía pensar en su sonrisa, sus ojos y en sus palabras.  Siempre he pensado que, mi chico ideal debía tener una forma de escribir y narrar perfectamente; pero, ya ese es otro caso. 

En sí Alex cumplía como mi chico ideal.

 
***

Cada día mi vida personal se venía más abajo, sentía que estaba sola por más que tenía personas al lado mío hablándome. Sólo sentía que llegaba a mi corazón y mi alma Alex. Ya mis amigas casi no me hablaban, una de ellas me había traicionado y otra se había ido del país.  Sólo me quedaba con Fabiola, la cual estaba más depresiva que yo para subirme el ánimo.

   La única persona que me hacía despertar, abrir los ojos y sentir era él. Con sólo unas palabras ya estaba bajo su hechizo. El hacía que no sintiera mi cotidianidad fuertemente en mis hombros.

   Alex me llegó a decir que él y su familia se iban a Estados Unidos.  Por motivos de trabajo y una mejor vida que, en ese momento, México no le podía dar.

  Se iba más y más lejos de mis manos.

    En esos días me sentía como si todos estuvieran haciendo su vida, y yo, como siempre estuviera esperando a alguien o algo.

      Todos estaban arriba de un tren mientras yo, me quedaba en la estación de la misma. Esperando a que alguien me dijera algo. El tren me había dejado y nada podía hacer.

   Yo presentía que él sólo pensaba que era una amiga. Lo sabía, pero nunca lo llegué a creer. Tenía esperanzas de que él viniera, y me dijera que le gustaba. Lo sé, ¿Algo cliché no?.

Vivía bajo mi sueño, como una chica pequeña. Antes era algo risueña, encantadora y positiva. Pero, el pasar de los años me ha quitado cada una de esas cualidades.

  No me dí cuenta que yo, era una amiga hasta que Alex, prácticamente me lo dijo a la cara. Ese día,  vi la verdad. Me estaba ilusionando demasiado con él.

  "Oye, Emily. Me gusta una chica, es amiga de mi hermana. Te lo quería decir porque... eres chica y seguro sabes de estas cosas. ¿Cómo podría conquistarla y enamorarla? . Es que ella, es demasiado linda"

   Vi el mensaje, y cerré el Facebook rápidamente -Para que no sospechara de el por qué lo había dejado en visto - Apagué lentamente la laptop, dejándola en la mesita de noche que tengo al lado de la cama. Me acosté y miré al techo,mientras suspiraba y cerraba los ojos.

  -Alex estaba haciendo su vida, mientras yo lo estaba esperando como una tonta- susurré.