Su sonrisa se amplió al ver mi rostro sorprendido; tragué saliva mientras con su lengua trazaba el contorno de mi labio inferior.

Asintió lentamente, provocando que su cabello cosquilleara en mi rostro. —Recompensa, nena...-Confirmó roncamente.

Su mano recorrió la parte inferior de mis bragas, cercano a mi muslo interno. Una corriente me sacudió de pies a cabeza.

Quería decir 'no', pero allí estaba mi débil yo, sometida a ese tormento de caricias dadas estratégicamente en una zona que comenzaba a sentir húmeda. Temblé, la punta de sus dedos se pasearon por encima de una parte prohibida.

—¿Qué quieres que te haga...?-Susurró mirándome a los ojos, perdí el aire de mi cuerpo. Fui incapaz de mirarlo por más tiempo; lo noté sonreír perversamente.

Sentí escalofríos en el momento que coló sus dedos dentro de mis bragas corriendo el elástico suavemente. Mordí mi lengua, absteniéndome de hacer ruidos extraños y pasar la vergüenza de mi vida.

Arrastró su piel contra la mía, variando entre movimientos suaves o más fuertes.

Estaba bañada en sudor, literalmente hablando.

No resistí, su dedo índice se enroscó dentro de mí, y un gran gemido emergió desde el fondo de mi garganta.

Sentí su respiración en mi mejilla. —¿Te gusta?

Sin más, y totalmente idiotizada asentí suavemente sin mirarlo. Aceleró sus movimientos, metiéndose con fuerza y saliendo lentamente, sentí otro dedo más ingresar en mi entrada.

Iba a colapsar.

Besó mi mejilla, y sin dejar de hacer lo que estaba haciendo se arrodillo en el suelo frente a mis piernas. Hiperventilé al sentir movimientos más acelerados que antes.

Respiré con fuerza en busca de aire.—Jungkook...

—Te gustará esto...-Murmuró contra la piel de mi muslo, lo besó. Pasó su lengua ligeramente antes de tomar algo de piel entre sus dientes y succionar.

—Jeon... ah....

Subió sus besos llegando al borde de mi ropa interior, que jaló fuera de su sitio sin pensárselo dos veces. Pasó su lengua sacando sus dedos de allí, chillé de la sorpresa.

Ingresó su lengua.

Fuegos artificiales fueron visibles desde mi campo visual. Apreté sus hombros, estrujé su cabello desesperadamente. Jungkook masajeó mis muslos hambriento, su respiración caliente se sentía cada vez más en aquella área.

Gemí una vez más, cada vez más alto.

Me aguanté el desplomarme hacia atrás; finalmente llegué al punto más alto antes de que Kook retirara su lengua luciendo satisfecho. Su nariz acarició aquel lugar, besó mi muslo repetidas veces, refregando su rostro contra mi piel hirviendo.

Escuchaba sus respiraciones, igual de alteradas que las mías. Me miró desde abajo, arrodillado en la alfombra.

Sonrió con diversión y el cabello desordenado. —Estás sonrojada...

Tapé mi rostro, y en cuestión de segundos sentí sus brazos atraerme al suelo junto a él, desparramándonos. Me abrazó fuertemente apoyando su mentón sobre la cumbre de mi cabeza.

Sentí su aliento caliente sobre mi oído. —Te amo, ____.