Una humana a llegado

Desde pequeña ella no lo comprendía, solo era una inocente niña a la que el destino le preparó una mala jugada y nació de unos padres cuya relación era completamente inestable e incluso estaban hundidos en alcohol y drogas.

No a sabido nada de su hermana gemela desde hace mucho. Aún recuerda aquella noche en que ella la escondió en el closet para luego ir con sus padres los cuales escucho como la golpeaban mientras que esta gritaba suplicando piedad hasta que los gritos cesaron y se escucho el tintineo de un metal como si de un cuchillo se tratase.

Aún recuerda esa mancha roja que había en el suelo, no era pintura ni jugo de uva. Su sabor era metálico y casi no se sentía la textura.

Desde aquella noche no tuvo a nadie a quien contarle sus problemas, alguien en quien confíar, ni nada. No tenía nada ni a nadie... estaba completamente.














SOLA.

















































Sola.




























Las peleas entre sus padres continuaban hasta llegar al punto del divorcio. Todo parecía estar bien para la jóven... O eso es lo que muchos creen. La pequeña quedó al cuidado de su madre la cual la criaba de una forma horrible, siempre la lastimaba de forma física y psicologicamente, encontró un amante el cuál algunas veces abusaba de la niña, fue en ese momento que dejó de sonreír y solo veía que las cosas tenían un lado negativo. Pero la gota que derramó el vaso fue una noche en la que su madre cometió una locura.

- ESTOY CANSADA DE TI, TU, TU HERMANA Y EL ESTUPIDO DE TU PADRE ME ARRUINARON LA VIDA.

La jóven castaña solo la miraba sin decir nada, no lloraba, pues después de todo lo que ha estado sufriendo no lloraba ni sentía tristeza. Sin embargo, aún no comprendían el porque su madre hacía esas cosas.

- ¿¡POR QUÉ NO HABLAS!? ¡DI ALGO MALDITA MUDA! -Dijo su madre para después darle una cachetada a su pequeña hija- DEBÍ ABORTARTE.

Esa palabra se hacía muy presente en su vida, no sabía su significado pero sabía que no era alguna palabra de amor para ella.

- Pude haber hecho contigo lo mismo que hice aquella noche con tu estúpida hermana, pero la muy maldita te escondió... -apretaba los dientes en manera expresando su furia- Pero ahora ... No no voy a dejar que te burles de mi otra vez... -la miró para después sonreír sádicamente
-
T E V O Y A E N V I A R
A U N
I N T E R N A D O

La pequeña no sabía lo que era un internado, ni siquiera le importaba que era lo que le fuese a suceder. Solo quería desaparecer para no causar más problemas que según su madre decía que ella causaba.

La pequeña dormía en el sótano de la casa, apenas si comía y tenía moretones por todo el cuerpo, su cabello castaño siempre se mantuvo corto que hasta incluso las personas dudaban de su género, el brillo de sus ojos ya había desaparecido al igual que su inocencia, solo siendo una niña de ocho años.

Los días pasaron y en un auto antiguo se encontraba la pequeña; usando un uniforme gris con una falda de cuadros que le llegaba hasta las rodillas su cabello estaba suelto y sus ojos estaban vacío y no mostraba ninguna expresión. Permaneció todo el viaje callada por órdenes de su madre, su padrastro no paraba de mirarla; pues este tenía ganas de saciar sus pensamientos enfermos con ella. La joven se sentía como si fuera una muñeca que está siendo maltratada solo por diversión, y que detras de esa sonrisa perfecta; está está gritando por ayuda y llorando a mares. Pero eso ya no le importaba, para ella ya era normal pasar por todo ese sufrimiento que su propia madre le daba.

En cuanto el auto se detuvo, el chófer les abrió la puerta para que la familia pudiera salir. La pequeña levantó la mirada para encontrarse con una especie de instituto enorme, la reja de la entrada era de color negro, las paredes no estaban pintadas mostrando los ladrillos, las ventanas se tenían un color azul anochecido. Sin embargo la jóven no sintió ninguna emoción con respecto a la apariencia de ese lugar.

- Se agradecida, te traje al mejor internado de este maldito país -Dijo su madre indiferente-.

La castaña sintió como su madre la empujaba para entrar en una especie de despacho, el cuál estaba siendo atendido por una cabra vestida con un uniforme morado, usaba gafas del mismo color. Esta se le veía concentrada llenando unos papeles, hasta que el sonido de la puerta la interrumpió.

- Adelante

Dicho esto entraron la castaña y sus padres para luego sentarse en las sillas del escritorio. La mujer cabra al verlos se quedó perpleja.

- "¿Que hacen estos humanos aquí?"- se preguntó en su mente- ... ¿En qué los puedo ayudar?

- Verá, quiero inscribir a mi hija en este internado.

La mujer cabra miró a la madre de la pequeña con una expresión un tanto confusa.

- Disculpe... Creo que se está confundiendo, este es un internado para monstruos -Dijo aún confusa-

- ¿Y eso que? Este es el mejor internado del país. Y se supone que los monstruos y los humanos están en paz desde hace trescientos años.

- Señora eso lo comprendo, pero no creo que sea lo correcto -dijo tratando de ocultar una preocupación en ella-.

- Mire, no me interesa que sea correcto o incorrecto. Por mi no hay problema, haga con ella lo que quiera -dijo perdiendo la paciencia-.

La monstruo vió a la niña, la cual no mostraba ninguna emoción ni decía ni una sola palabra y solo se limitaba a mirar el suelo, esta estuvo a punto de decir algo hasta que el sonido de la puerta la interrumpió.

- ¿Se puede? -dijo una voz femenina-.

- Si, adelante.

De la puerta salió una chica monstruo; la cual tenía apariencia de araña, usando un traje de cocina, está tenía en uno de sus ocho brazos una tetera y una taza, pero esta al notar la presencia de los humanos que estaban en la sala, soltó una expresión de disgusto.

- Disculpe que la interrumpa... solo venía a darle un poco de té -dijo con un poco de desagrado-

- Gracias muffet, eres muy amable.

La araña sirvió el té el cual tenía un peculiar color morado, para luego dejar la taza en el escritorio de la cabra.

- Listo, avíseme si quiere más.

- Gracias muffet, ya puedes retirarte.

La chica asintió y salió del despacho, luego la mujer tomó un sorbo del té y miró de nuevo a la madre de la castaña.

- Estoy perdiendo mi tiempo aquí... -exclamó la madre de la pequeña para luego encender un cigarrillo-.

- ¡Señora aquí no se puede fumar! -La cabra golpeó la mesa enojada haciendo que la taza del té se derramara- ... Debo pedirles que se vayan...

En eso la puerta volvió a sonar, la mujer cabra muy enojada levanto su rostro y miró hacia la puerta.

- ¡LÁRGATE MUFFET!

- ¿Muffet...? -Se oyó una grave voz masculina la cual la monstruo reconoció-.

- Oh... Cariño, lo lamento... Pasa.

El hombre entró dando a ver qué también era una cabra, estaba usando un uniforme formal, tenía barba color amarilla y su cabello también era de ese color. Este al ver a los humanos solo se sorprendió y miró a su esposa la cual estaba limpiando el té que se había derramado.

- ¿Que ocurre gorey? -la mujer se acomodó en su silla mientras veía al hombre que parecía ser su esposo-.

- Muffet me habló de esto y vine a ver qué ocurría.

La castaña solo miró a aquel monstruo mostrando el vacío en sus ojos, sin embargo, cuando está apenas volteó, recibió un golpe en su cabecita por parte de su madre la cual solo sonrió, la pareja observó ese acto con lastima y a la vez furia; solo la persona más despreciable podía hacerle daño a sus propios hijos.

- ... Aceptamos a su hija -dijo finalmente la monstruo-.

Dicho esto, se firmaron los papeles para completar el proceso de inscripción, la familia de la pequeña se fue sin decir si quiera un "Adios". En el rostro de la madre se veía una expresión de satisfacción y también en la de el rostro de su esposo.

- Por fin nos deshicimos de ese estorbo...


















































































La pareja monstruo observó la información de la niña la cual seguía sentada sin decir nada, la mujer cabra intento hacerla sentir mejor pero nada daba resultado.

- Entonces... Tu nombre es Frisk, ¿verdad? -la castaña no respondió- ... No es necesario que hables... Puedes solo asentir.

La pequeña hizo caso y sintió como la señora cabra le acariciaba la cabeza y el el monstruo sonrió dulcemente.

- Bueno, bienvenida a Underground. Yo soy el director de este internado, mi nombre es Asgore Dreemurr y ella es mi esposa Toriel, bueno también es la subdirectora de aquí y una maestra.

- Hay muchas cosas que queremos enseñarte para darte la bienvenida. Pero estamos un poco ocupados en este momento así que... Tendremos que llamar a alguien más.

Dicho esto, Toriel salió del despacho y se fue directo a un salón en el que se encontraban varios monstruos pequeños en clase, la profesora al notar la presencia de Toriel. Detuvo su explicación y la dejó pasar.

- ¿Sans está aquí?

- Si, aquí estoy maestra.

De su asiento se levantó un pequeño esqueleto, el cuál llevaba puesta una chaqueta color azul, unos zapatos también azules, y una sonrisa inocente y dulce en su rostro.

- ¿Me harías un pequeño favor?

- El que quiera -respondío alegre el pequeño-

- Cuando las clases terminen, ven a mi despacho. Hay una niña nueva aquí y quiero que le enseñes las instalaciones del internado para que se sienta bienvenida.

El pequeño monstruo al oir esa propuesta dió un salto de alegría, pues hacer nuevos amigos era lo que más le agradaba hacer al Igual que a su pequeño hermano el cuál conoceremos más adelante.

Unos momentos después Toriel regresó a su oficina a buscar a la castaña para enseñarle su habitación la cual estaba apartada de las demás, se veía un poco amplia, la cama era mediana, su cobija era color roja y la almohada era de un color caramelo muy claro, una mesa con dos sillas, algunos juguetes que se veían antiguos y en la mesita de noche había una flor amarilla la cual tenía sus pétalos cerrados y se veía muy bien cuidada.

- Está era la habitación de mi hijo... Pero murió hace muchos años -dijo la monstruo con un tono triste- Pero... Está será tu nueva habitación. Te dejaré aquí para que te acomodes, dentro de poco vendrá alguien a mostrarte el internado, siéntete como en casa.

Dicho esto, La mujer cabra le dedicó una sonrisa a Frisk para después irse nuevamente a su oficina. La castaña entró a su nueva habitación y dejó su maleta a un lado de la cama; empezó a observar cada rincón de su recámara hasta fijarse en aquella flor. La niña se acercó más de cerca para verla, pues nunca había visto una flor con ese color dorado: se veía tan delicada, tan perfecta y tan hermosa.

De repente los pétalos se fueron abriendo poco a poco; cosa que sorprendido-bastante a Frisk debido a que el clima estaba nublado y no había ni un rayo de sol que le diera luz a su cuerpo. En cuanto la flor abrió sus pétalos completamente, está soltó un ligero bostezo y luego estiró su tallo un poco para después reponerse.

- Caray, ¿cuánto tiempo estuve dormido? -su voz era un poco aguda-.

Frisk estaba confundida, pues la flor estaba viva como si fuese una persona real, esta siguió observándola hasta que de repente esta se volteó para mirarla.

- ¿Que tanto me ves? -preguntó pero no recibió una respuesta por parte de ella- ... ¿Que pasa, por qué no hablas. Te comió la lengua el ratón?

Aún no hubo respuesta alguna por parte de la pequeña, pero aún así le sorprendía ver qué hasta la cosa que menos se podía imaginar también era un monstruo. Sin embargo, este se veía algo adorable, la castaña extendió sus manos hasta la maceta y la sostuvo entre sus manos como si estuviera cargando a un bebé.

- ¡¿Oye que haces?!

A la flor le parecía extraño el comportamiento de la humana; pues esta solo lo miraba con un rostro inexpresivo, sus ojos vacíos y no se atrevía a hablar.

- ... Mira... Me parece extraño que hagas esto, pero... Veo que te agrado. ¿O me equivoco? -la castaña asintió- ... Me llamo Flowey, Flowey la flor. Un gusto en conocerte monstruo extraña.

La castaña al oir a Flowey llamarla monstruo se sorprendió, luego pareció sonreír un poco y abrió su boca para luego tomar aire y finalmente...

- ... No soy un monstruo, soy humana.














































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Nueva historia, nueva sipnosis, mismo ship y más imaginación para la creadora. Espero les guste esta nueva historia y la apoyen mucho.

Los amo, tomen agua y nos vemos ^^.

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