Me coloqué bien el moño. Síndrome de noche loca. Los profesores desaparecieron y la noche se descontroló un poco. Solo había que ver a Nair, parecía un muerto viviente. Había bebido y se moría por dentro, pero no quería admitirlo.

-Entonces ¿qué? ¿Cuándo pensáis estar juntos?

Blas y Sara se pusieron rojos y la rubia me fulminó.

-No somos nada.

-¿De verdad? Pues cada vez que vais a una fiesta os liais, así que tú sabrás.

Mordí la tortilla, objetivo del día conseguido.

-¿Os importaría callaros?-Nair escondió la cabeza.

-¿Vas a admitir que tienes resaca?

-No tengo resaca porque no he bebido.

-¡Vale!-grité a propósito, por molestar.

Rocío entró en el comedor. Otro muerto viviente para la colección. Están baratos. Se sentó con nosotros y apoyó la cabeza en el trozo de pastel que llevaba Nair.

-¿Eres consciente de lo que has hecho?

Si Nair se daba cuenta, íbamos mal. ¿Dónde se había metido?

-Sí, pero estoy muerta... No he dormido en toda la noche.

-Pues tienes suerte de que sea sábado.

-¿Dónde has estado?

-En el hospital-dijo como si nada.

-¿Qué ha pasado? No me asustes, por dios-le levanté la cabeza. Normalmente me hubiera reído, la tenía cubierta de nata.

-Que a Carlos le han disparado y a Alv... el profesor Gango-rectificó-lo han apuñalado.

-No jodas-Nair se despertó del todo.

Nos lo contó con pelos y señales, incluido el momento con Mary.

-¿Y de verdad esa tía creyó...?

-Sí, hija, sí. Algunas están muy desesperadas.

Nos reímos un buen rato con la tontería. Orgullo hacia mi hermana. Nos interrumpió el director.

-A ver, todo el mundo al salón de actos, debo anunciar algo importante.

Nos dirigimos hacia allí, confusas.

El director contó lo que había pasado la noche anterior, el asesino se estaba pasando. También dijo que el internado sería desalojado por medida de seguridad nada más acabar los exámenes y los alumnos serían redirigidos a otros internados.

Ahora que me había acostumbrado, que por fin había hecho amigas que me querían de verdad... Pero lo que ninguno sabíamos era que al asesino le quedaban dos golpes por dar. Y nadie iba a quedar inmune.

~

"Están pasando muchas cosas en el internado"

"Y cómo estás?"

"Algo asustada"

"Espera, te llamo"

-Hola Nair-susurró.