-Ven un momento, ya me lo contarás luego.

Arrastré a Nair a la puerta de Rocío y llamé.

-¿Qué haces aquí?-me miró extrañada mi hermana.

-Nair y yo nos acoplamos.

La metí en la habitación. Pobre Nair, debe creer que estoy loca.

Miré la habitación. Había una cama a cada lado y un escritorio con ventana al fondo. Estaba bien, esperaba que la mía fuera igual.

Apareció una chica morena, debía ser Sonia. Tenía ojos azules, que contrastaban mucho con el pelo negro.

-Nair, ya has metido aquí a todo el mundo...-se quejó.

-Paula, este es la quejica, aburrida y mojigata de Sonia.

Nair recibió un cojín de parte de la moji... de Sonia.

-Pero mira que eres tonta.

-Antes no te la he presentado bien, ella es mi hermana gemela Rocío. Sonia y tú os llevaréis bien.

-¿A qué habéis venido?-Sonia se cruzó de brazos.

-A hablar con mi hermana. ¿Me quieres explicar qué hacías hablando con ese?

-Me ha acompañado a mi habitación porque estaba perdida.

-¿Te gusta?

-Lo acabo de conocer, Paula, por favor... Además, ha sido la única buena persona por aquí.

-¿Buenas persona?-se rió Nair-. Esa "buena persona" ha sido expulsada de más colegios que primos vas a tener. Es un mal bicho.

-Además, si te ha tratado bien, será para que caigas en sus redes y esos típicos rollos de pelis.

-Eso no es tan cierto. Carlos siempre es súper desagradable con todo el mundo, chicas incluidas. No ha tenido novia.

-¿Lo veis? No es tan malo...

-¡Pero si hasta fuma! ¡Y tú lo odias! ¡Y a los chicos malos! ¡No soportas ni a David!

-David es un imbécil. Carlos es distinto.

-¿Sabes qué? Déjalo. Pero cuando te rompa el corazón, no me vengas llorando.

Me marché, enfadada y yo sola me caí por las escaleras.

-Auch...

-¿Estás bien?-una voz me sorprendió.

Miré hacia arriba...