"Podemos vernos?? Estoy en mi habitación, sabes donde está.
Álvaro"

—Salgo un momento.

—¿Otra vez?—protesté—. Ro, deberías dejar de salir con Carlos de noche. Aunque sea tu novio.

Me enseñó el WhatsApp y la miré mal.

—No deberías ir. Juegas con fuego y vas a caer.

—No voy a caer. Ya no siento nada por él. Solo somos amigos. Y deja de meterte en mi vida, ¿quieres?

Pegó un portazo, pero la puerta se volvió a abrir.

—Hola, pequeña—sonreí. Era David.

—Hola, moreno.

—¿Qué tal vas?

—Vamos tirando. A partir de ahora me voy a centrar en los exámenes finales y olvidar el amor. No sirve para nada.

—Estoy orgulloso de ti, Pau.

Me abrazó. Justo entonces entraron Nair y Sara discutiendo.

—¡Estabas coqueteando con Blas!

—Eso es mentira, Nair. Estás celosa, eso pasa—se cruzó de brazos.

—¿Y de qué voy a estar celosa yo? ¡Solo quiero que admitas que te gusta!

—¡Que no me gusta! ¡Admite tú que te gustaba Dani!—abrí los ojos como platos.

—¿Es eso cierto?

—¡No! Eso es mentira, y no hables de él, menos si ya ha muerto.

—¡Entonces es cierto! ¡Te gusta!

—Eso no le importa a nadie...—se fue, pero Sara fue con ella.

—Menudos dramas se montan esas dos—se rió él.

—Son Nair y Sara. En el fondo se quieren.

—Pues menudo amor—cambió de tema—. ¿Quieres que vayamos a mi habitación? Aquí siempre hay algún lío y yo duermo solo ahora.

—Claro, vamos.

Me llevó de la cintura. Siempre con tantas confianzas. Nos sentamos en su cama, yo no me atrevía a estar cerca de la de Dani.

—Lo siento por esto.

¿Y este que decía..? Me estaba besando. ME ESTABA BESANDO. Y lo peor es que yo le estaba devolviendo ese beso. Me sentía fatal, pero no podía parar de besarle. ¿Qué me ocurría?

—Lo siento Pau... Tenía que hacerlo—me sonrió levemente, esperando una respuesta. Yo estaba en shock.