Capítulo 52
Rocío se terminó de poner la ropa y se sentó. Yo entré en ese instante, y ella me vio a través del espejo.
-Papá lo ha dicho, ¿a que sí?-las lágrimas resbalaban por sus mejillas.
-Sí... ¿Por qué no me contaste?
-Porque me daba vergüenza.
-¿El qué? ¿Enamorarte?
-Sí, no todo es tan bonito como lo pintan en las películas. Nos llevamos cinco años. Lo conocí con trece y me gustaba, pero a los quince me di cuenta de que me había enamorando. Papá se dio cuenta, porque me empeñaba en ir a su trabajo, pero no hablaba con nadie. Solo lo observaba.
-Pero él pareció conocerte el primer día...
-Eso es porque en nuestro decimoséptimo cumpleaños nos acostamos.
-¿Qué?-abrí los ojos como platos.
-Eso-se encogió de hombros-. Luego me enteré de que tenía novia y se marchó a trabajar aquí.
-Joder...
-Ya-se rió, sarcástica-. La cosa da risa...
-Ven aquí.
La abracé. Me estaba dejando la camisa manchada de tantas lágrimas, pero me daba igual. Estaba sufriendo.
-Hola chic... ¿Qué ocurre?-Nair nos miró, preocupada.
La tía llevaba todo el día desaparecida y ahora se preocupaba. Llevaba los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas.
-Ya te lo contaremos. Ahora ven aquí.
Nair nos abrazó y consiguió sacarle una sonrisa a la pelirroja.
-No creo que pueda volver a hablar con él.
-No te rajes. Plantale cara. Antes parecía en shock.
-Definitivamente... no me entero de nada. Yo me abro-nos dio dos besos a cada una y salió.
-Creo que yo también me voy-la abracé por última vez y me fui, chocando con Álvaro. Madre mía... se iba a liar una buena.
-Ro...
-No tengo ganas de hablar.
-Vale-asintió-, pero Dani no aparece y la actuación es en media hora.
-Dijo que llegaría tarde...
-Deberíamos buscar sustituto.
-Eso no. No puedo hacerlo si no es con él. Me da mucha seguridad.
-¿Y lo que dijiste en el teatro?-la miró con ojos brillantes-. Puedes hacerlo, no necesitas nada ni nadie.
-Lo siento, pero lo mejor es que suspendamos la actuación.
-Ni de coña. Vuelvo en un minuto.
Rocío se quedó patidifusa, sobre todo por la normal conversación que acababa de tener con él.
-Yo puedo tocar el piano.
-¿Sara?
-Toco el piano desde siempre. Soy tu amiga y puedo ayudarte.
Rocío miró a Álvaro. Él asentía. Era su única oportunidad.
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