-¿Qué ha pasado?

Apoyé mi brazo en el hombro de David, esperando una respuesta.

-¿No te has enterado?-fruncí el ceño y continuó-. Parece ser que uno de los problemáticos... se ha cargado a una chica.

-¿Qué? ¡Dijeron que aquí nadie podía hacer daño!

-Aún no saben quien es, pero hay alguien lo suficientemente loco como para matar.

-Menudo miedo...

Me dirigí a mi habitación, evitando a Nair y Sara, que iban a enterarse.

Cogí mi móvil y marqué un número. No contestaba.

-¡Hola!-mi hermana entró tan contenta. Se notaba que no lo sabía.

-No tengo ganas de hola.

-¿Pasa algo?

-Pues que alguien ha matado a una chica. Dentro del instituto.

-¿Qué?-se puso pálida.

-Ya te lo he dicho. Ahora estoy tratando de que mamá me coja el teléfono.

-¿Y eso?

-Voy a hablar con ella. No pienso quedarme aquí mientras haya un asesino suelto... ¡Mamá! Por fin te encuentro.

-¿Qué pasa, hija?

-Mamá, tienes que sacarnos de aquí.

-Pau, hablamos de esto. Es tu castigo por tu comportamiento inapropiado.

-No lo entiendes... ¡Uno de estos tíos está loco! Ya ha matado a una persona, seguirá matando... ¡Puedo morir!... ¿Mamá? ¿Hola?

Me había colgado. No me tomaba en serio, pero era serio. ¿Y si ocurría algo?