5.- La calle.
Decir que no estaban aterrados sería mentir, Yoongi trataba de pensar qué iban a hacer y más que nada, cómo era posible que se hubiesen quedado atrapados en el pasado. Claro, sí es que eso realmente estaba pasando y no era producto de la droga que V le había dado o algo así. Sin embargo, ni siquiera tuvo tiempo de gritar y golpear al menor antes de que éste lo arrastrara calle abajo, sus pies tropezándose torpemente con las piedras del camino sin pavimentar.
¿Qué iban a hacer?
.- Necesitamos ocultarnos – susurró Taehyung mientras se mezclaban con la gente, la mayoría no les prestaba atención pero algunos otros, tal vez más curiosos, les miraban sin nada de timidez.
Y era obvio que lo harían; la gente vestía trajes de tela raída, de colores tierra y sus rostros cenicientos desentonaban con los suyos. Suga lamentó haberse maquillado esa mañana y más, haberse puesto jeans con rotos a la altura de los muslos, ni hablar de su vistosa camisa o de la ropa ancha y llena de cortes de Taehyung. La gente sólo tenía que mirarlos una vez para saber que no pertenecían a ahí.
Literalmente, ni del lugar ni de la época.
.- Ven, hyung, por aquí – V se escabulló por una casa de madera que daba refugio a varios puestos donde los vendedores regateaban en japonés y él se arrastró tras el menor, ambos encontrándose en un pequeño hueco entre una casa y otra, a penas con el espacio necesario para sentarse el uno contra el otro – No pueden vernos ni escucharnos hablar coreano.
Suga asintió, encontrándose sin palabras para describir el cúmulo de sensaciones que reptaban por su cuerpo. Quería creer que todo eso era un sueño o que se habían perdido en el set de algún drama histórico cercano a la universidad, o lo que fuese pero que tuviese una explicación mínimamente coherente.
Viajar en el tiempo era imposible, ¿no?
.- ¿Cómo ha pasado esto? – Le preguntó entonces a V, que había comenzado a escavar en su mochila - ¿Cómo es que no hemos regresado al 2016? ¿Nos... nos quedaremos para siempre aquí, Taehyung?
.- No lo sé, hyung – respondió el menor mientras estiraba en el pequeño espacio que quedaba las hojas de papel amarillento que Jungkook había escondido en su mochila – Creo que tiene que ver con el tiempo que estuvimos, no suelo demorarme más de media hora pero hoy...
.- Así que, ¿estaremos aquí hasta mañana? – la idea le espantaba pero era mil veces mejor que considerar quedarse ahí para siempre.
.- Eso espero – respondió mientras se concentraba entonces en leer la información en las hojas, pulcramente escrita a mano y con tinta negra, había palabras y nombres en japonés pero la información era principalmente en coreano – Jungkook me ha dado información sobre sus misiones – murmuró, más para sí mismo.
.- ¿Por qué? – le preguntó mientras se agachaba también para observar los documentos.
Taehyung negó imperceptiblemente mientras sacaba su teléfono celular de la mochila y suspiraba aliviado al ver que tenía más del 50% de batería. Yoongi le vio tomar cuidadosas fotos de cada palabras que había escrita mientras asentía o murmuraba cosas para sí mismo, como sí comprobase que todo fuese cierto.
.- V, te pregunté algo...
.- Jungkook y Jimin creen que hago parte de la resistencia – respondió tras un suspiro y guardando su celular en el bolsillo delantero de su jean – Creen que vengo de China, de la resistencia coreana que se ha apostado allí.
.- ¡¿Qué?! – Yoongi se enderezó, observando el rostro apesumbrado de su mejor amigo, de pronto, la revelación se mostró por sí sola ante él - Te gusta, ¿no es así? Por eso hace todo esto.
V rió suave antes de hablar: .- ¿Qué no era obvio?
.- Está condenado al fracaso, Taehyung – Yoongi negó con la cabeza de forma reprobatoria, sin entender qué pasaba por la mente de su amigo para siquiera considerar algo tan descabellado como eso - Hay casi 100 años entre ustedes, ¿cómo crees que hay posibilidad?
.- Nunca he dicho que vaya a funcionar – respondió Taehyung alzándose de hombros – Sé que no hay futuro para nosotros, es decir, en su futuro yo ni siquiera he nacido y además... él jamás aceptaría estar conmigo.
.- ¿Por qué no lo haría? – le preguntó, acariciando entonces su cabello con suavidad, notando la inseguridad en la voz de V.
Taehyung volvió a alzarse de hombros mientras se mordía el labio inferior y Suga quiso decirle que sí Jungkook no se fijaba en él era porque estaba ciego y era estúpido. Para Yoongi nunca habría mejor hombre que su mejor amigo y odiaba darse cuenta de cuan frágil era la imagen de V sobre sí mismo.
.- Jungkook ha sufrido por culpa de los hombres – murmuró entonces V – Le han hecho tanto daño que él simplemente es como una cáscara vacía de sentimientos.
Suga negó para sí mismo, había visto el brillo en los ojos del pelinegro al despedirse de Taehyung, algo como eso no podía actuarse tan fácilmente.
.- Además, tú mismo lo has dicho, está condenado al fracaso – siguió hablando el menor con voz suave – Yo no podría hacerle eso, amarlo y luego... no sé, no sé hasta cuándo podré volver y cuidarlo.
.- Entonces, ¿por qué regresaste? – Se animó a preguntarle luego de unos minutos en silencio incómodo - ¿Por qué te importa tanto volver aquí?
.- Busqué sobre él – murmuró como respuesta Taehyung – Durante semanas enteras busqué su nombre en coreano y en japonés. Y no lo encontré, nada... simplemente desaparecía.
.- ¿Cuándo...?
.- En marzo de 1919 – la respuesta golpeó a Suga con fuerza, entiendo el peso de las palabras que V acaba de pronunciar.
Marzo de 1919. 1919 entero. El peso en la historia del país era igual o más fuerte que la división entre Corea del Sur y Corea del Norte, las consecuencias también habían sido muchas y sobretodo... en vidas humanas.
.- ¡¿Estás loco?! Sabes lo que ocurrió y que...
.- No puedo abandonarlo – le cortó Taehyung, su voz sonando segura por primera vez en toda la conversación – No voy a abandonarlo.
.- Él no te lo pidió – trató de hacerlo cambiar de opinión.
.- Yo quiero hacerlo.
Y con eso la conversación se zanjó, Yoongi observando con horror el rostro serio y seguro de Taehyung, que había vuelto a guardar con cuidado los documentos en su mochila y ahora dejaba caer su cabeza contra la pared de madera en la que se recostaban. No cabía en su cabeza nada que pudiese explicar en lo más mínimo el empeño de su mejor amigo por esto.
Era prácticamente una misión suicida sino es que fuese algo mucho más complejo. 1919 había representado para Joseon un año decisivo en cuanto la ocupación japonesa, por lo menos en lo que se trataba de hacer notar a la resistencia. Lo que había sucedido con los hombres y mujeres coreanos que se alzaron era horroroso y en parte podía comprender el miedo de V de que Jungkook corriese con ese destino.
Pero se estaba arriesgando demasiado por sólo una persona.
Era simplemente inconcebible para él algo así.
.- Deja de mirarme, hyung – interrumpió el hilo de sus pensamientos Taehyung – Sé que no estás de acuerdo con esto pero fue mi decisión desde el principio y no la cambiaré.
.- V, entiendo que ese chico te importe – respondió, tratando de tener paciencia – Pero lo que sucede en esta época, lo que hicieron con esta gente...
.- Nosotros somos esta gente, hyung – le cortó de nuevo V – Esta es nuestra historia, de nuestro país y de nuestras familias, nos pertenece... ¿no deberíamos entonces hacer algo?
.- Tae... no pertenecemos aquí – trató de decirlo con toda la suavidad el mundo, acercándose un poco más a su mejor amigo – No podemos intervenir, sabemos lo qué pasará, conocemos la historia.
.- Entonces, ¿por qué no hacer algo?
.- Podemos arruinarlo todo, Taehyung – siguió, tratando de conciliar – No sabemos cómo nuestras acciones repercutan en esta época y en la nuestra, tú mismo me has dicho infinidad de veces lo cuidadoso que se debe ser con el pasado...
Taehyung negó enfáticamente, abrazando sus rodillas y clavando sus ojos en la pared, Yoongi sabía que lo estaba pensando y esperaba que entrara en razón, no podían jugar con el pasado ni con las personas que ya habían vivido, no podían interferir de ninguna forma en algo que ya había ocurrido de una manera. No cuando todo se podía destruir debido a ello.
.- No voy a abandonarlos...
.- Tae...
Pero sus palabras se vieron cortadas por los gritos que provenían de la calle, llegaban amortiguados hasta su pequeño escondite pero fue inevitable que sus cuerpos se tensaran mientras los gritos aumentaban su volumen y cantidad. Las palabras en japonés iban y venían de un lado al otro y Yoongi no consiguió detener a V antes de que se arrastrara por el pequeño espacio de regreso a la calle.
Insultando bajo y queriendo golpear al menor, se arrastró tras él.
Ambos se detuvieron en el pórtico de la casa de madera, ahora abandonado. La vista de la calle era perfecta a pesar de la gran cantidad de gente arremolinada en ella, muchos de los puestos permanecían tirados en la calle de tierra, todos los productos siendo pisoteados sin ninguna consideración: pescado, pan, dulces... las botas brillantes de los soldados de la guardia imperial los enterraban con fuerza mientras la gente se tiraba y rogaba.
Una anciana fue empujada cerca de ellos y Yoongi detuvo a Taehyung por la muñeca para que no corriera a levantar a la mujer que lloraba sobre la tierra, su traje de pana blanca completamente sucio y su cabello canoso desarreglado. Un soldado camino hacia ella, con un palo negro de madera en la mano, dispuesto a golpearla de nuevo.
.- Daichi sempai – la voz masculina corrió entre el griterío y Suga sintió a V tensarse a su lado mientras el kimono verde cubría ahora el cuerpo de la mujer – Sempai, ie... ie...
Jungkook estaba ahí, arrodillado frente al hombre de uniforme y con la cabeza gacha mientras su cabello negro caía sobre sus ojos, su kimono brillante cubriéndose de tierra mientras seguía murmurando una letanía de "ie" casi lastimera. La mujer tras él siguió llorando, ahora aferrada al cuerpo de Jungkook.
Yoongi no necesitaba recurrir a sus pocas clases de japonés para saber que el hombre le gritaba a Jungkook que se quitara o lo golpearía, se lo dijo el rostro rojo del hombre mientras aumentaba el tono de su voz y se lo dijo también el murmuro suave de Taehyung que rezaba un "quítate, quítate" pero Jungkook no se quitó, en cambio, se aferró a las botas del hombre y volvió a suplicar, conteniendo la rabia en su voz.
Entonces la vara de madera dio contra su espalda y le provocó una contracción dolorosa mientras una serie de golpes se iban contra él, el uniformado seguía gritando mientras los otros soldados terminaban por destruir la mercancía que yacía en el suelo, la gente mezclándose en un conjunto de lamentos que nadie distinguía.
Entonces los golpes cesaron y en cambio la mano enguantada del hombre se estrelló con fuerza una y otra vez contra el rostro de Jungkook mientras su otra mano le alzaba por los cabellos. Suga distinguió el reto en los ojos negros que no apartaron la mirada de aquel que le hacía daño, a su lado, V trataba de no correr, de no gritar, de no llorar.
Cuando todo cesó, tanto los golpes como la algarabía en la calle, Taehyung estaba llorando y Suga se encontró conteniendo su propio llanto. Había leído sobre esto pero jamás había imaginado la brutalidad escondida en las palabras de los libros de historia, nunca nada le haría justicia a lo que acababan de presenciar y pensó en lo injusta que era la historia con esas personas, minimizando su sufrimiento a unas simples líneas conmemorativas.
Minimizando como el kimono de Jungkook yacía manchado de tierra y sangre, como su cuerpo era arrastrado por los cabellos calle abajo, de regreso a la casa de citas. Minimizando la comida pisoteada y las bocas que morían de hambre mientras la lloraban. Un pueblo sin lengua, vestidos con ropas de otros... minimizados por la historia y su propia gente.
Recordó las palabras de Taehyung sobre como esas personas eran ellos y observó consternado la escena frente a él. Se imaginó a Jungkook aguantando los gritos y los insultos, se imaginó a Jimin en una habitación oscura siendo drogado y entonces entendió, entendió el "no los abandonaré" de Taehyung.
Casi como si lo hubiese golpeado en el pecho con fuerza.
La gente comenzó a recoger lo poco que quedaba en medo de sollozos suaves, golpeándose las espaldas unos a otros mientras limpiaban sus ropas y sus rostros repletos de lágrimas. Los niños corrieron de un lado al otro levantando cosas y los hombres ayudaron a las mujeres con las canastas.
La mujer anciana yacía olvidada sobre la tierra, llorando en silencio.
Y entonces Taehyung corrió hacia ella.
************Hola*************
Por el momento, no tengo palabras... creo que para mí fue un capítulo intenso de escribir.
Espero que no sea tan difícil de leer.
Me encantaría que me contaran lo que les pareció o lo que les movió.
Y muchas, muchas gracias por leer, votar y comentar.
¡Prometo no volver a tardar tanto!
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