11.- Rastros.

.- ¿Cómo conseguiste que la bibliotecaria te dejará vivir estos dos días aquí? – fue lo primero que dijo Hoseok cuando lo encontró en el pasillo de Historia de Corea, sentado en el suelo y rodeado de grandes pilas de libros listos para ser consultados.

.- ¿Quién ha dicho que he estado aquí dos días? – fue lo único que gruñó como respuesta sin siquiera alzar la vista del libro que tenía sobre las piernas y que revisaba con ojos ávidos de obtener respuestas –Además... ¿Cómo me encontraste?

.- Jin hyung me dijo que pediste permiso en el trabajo para una investigación y que habías dejado de contestar el teléfono, estaba muy preocupado porque hubieses desaparecido de nuevo – respondió alzándose de hombros Hoseok, cuyo cabello negro se meció suavemente ante el gesto y mientras caía a su lado con una elegancia que sólo los años de práctica en el baile le habían otorgado – Además, tienes una maleta llena de envolturas de ramen seco a tu espalda, así que supongo que no has salido de aquí en algún tiempo... dos días para ser exactos.

Fue entonces que Yoongi alzo los ojos, clavándolos en el rostro serio de uno de sus compañeros de carrera y quien era, después de Taehyung, una de las personas en las que más confiaba en el mundo. Los ojos de Hoseok se movían por todo su rostro en un gesto de expectativa que le fue muy fácil de leer, esperaba porque le contará la razón que lo había enclaustrado en un oscuro pasillo de la sección menos visitada de la biblioteca universitaria, espera que le explicara sus silencios, sus evasiones...

Hoseok esperaba que le contara lo qué había pasado durante ese tiempo en el que Taehyung y él permanecieron desaparecidos; y contrario a muchas de las personas en sus vidas, incluyendo a sus familias y el resto de sus amigos, había sido el único que no había preguntado nada, dando el espacio y el tiempo necesario para que alguno de los dos hablara de lo que les había sucedido. Pero, ¿cómo podrían decirlo alguna vez en voz alta?

Los tacharían de locos y más allá de eso, sería aceptar que habían dejado a Jimin y Jungkook a su suerte. Aunque, podría... tal vez, solo tal vez Hoseok podría... No, Yoongi no se imaginaba jamás contándolo, ni siquiera a Jung Hoseok.

.- ¿Y bien? – Preguntó al fin el de cabello más oscuro mientras bajaba ahora los ojos a los libros que le rodeaban, tomando uno entre sus manos y ojeándolo con genuino interés - ¿Qué es lo que estamos buscando, hyung?

Yoongi sacudió su cabeza, cansado por la posición que mantenía hace horas, los pocos momentos de sueño y el confusión: .- ¿Ah?

.- Supongo que si te has encerrado aquí, huyendo de cualquier monitor de la biblioteca y sobornando quién sabe cómo a la amable bibliotecaria, es porque lo que estás buscando no es fácil de ser encontrado – respondió con simpleza Hoseok, su sonrisa estirándose perezosamente mientras ahora abría el libro sobre sus piernas, pasando página por página con sumo cuidado – Así que voy a ayudarte, porque a lo mejor no es sólo difícil de ser encontrado sino que no debería de serlo, ¿o me equivoco?

Yoongi le miro sin saber cómo responder mientras Hoseok se estiraba para robarle una hoja de la libreta junto a su rodilla y comenzaba a escribir breves datos que iba encontrando a medida que la yema de su dedo avanzaba por la página. Le había preguntado por qué estaba buscando y Yoongi no tenía una respuesta a ello, porque ni él mismo sabía qué era lo que estaba buscando, con qué esperanza se había encerrado ahí... ¿encontrarlos? ¿Conocer su destino? ¿La forma en cómo habían muerto o habían seguido siendo torturados? ¿Confirmar que los habían abandonado al destino más triste posible o... o a lo mejor, encontrar que ambos se habían salvado?

Pero cómo, si ni siquiera sabía sus nombres reales.

.- Namjoon hyung también quería venir – comentó de pronto Hoseok mientras mordisqueaba un lápiz, sus ojos todavía fijos en una página frente a él donde una foto a sepia y de muy mala calidad, mostraba un fondo amplio del parque Tapgol – Pero Taehyung lo arrastró junto con Jin a un evento de beneficencia para gatitos al que me salvé de asistir porque el mes pasado lo acompañé al de abrazar un árbol.

Yoongi asintió sin poder reprimir una sonrisa curiosa mientras volvía a enfocarse en su propio libro, donde leía sobre los movimientos independentistas que se crearon a lo largo del periodo de ocupación. Delineó con la punta de su dedo índice el tratado de anexión que el emperador japonés había firmado el 22 de agosto de 1906... el momento exacto donde el reino de Joseon terminaba y pasaba a llamarse la capital ocupada de Keijo, tierra japonesa que estaba repleta de esclavos.

.- Es horrible todo esto – rompió de nuevo el silencio Hoseok, sus dedos sosteniendo el lápiz mientras copia con rapidez los datos más básicos sobre el periodo de anexión y algunos de los mandatos reales a los que el pueblo coreano se sometió - ¿Los japonés no tenían más imaginación? Keijo es un nombre poco sonoro para llamar a su pueblo esclavo... Me alegro que hubiésemos elegido uno más bonito tras la independencia, ¿te imaginas que siguiéramos llamándonos así?

.- Es increíble como tantas de estas historias han ido desapareciendo, ¿por qué no nos cuentan en el instituto de las historias de la guerra? ¿Por qué nadie rescata las historias de dolor que todos nuestros abuelos y abuelas vivieron antes de que renaciéramos de las cenizas? – volvió a hablar Hoseok luego de casi una hora en silencio, solo revisando los libros y copiando datos interesantes al azar, sus ojos ahora fijos en un libro que recopilaba algunos de los testimonios de sobrevivientes de la ocupación y la posterior guerra.

.- Creo que es como todo, Hobi – le respondió con un apelativo cariñoso, tratando de darle calma al tono sosegado del menor – A veces es mejor olvidar...

Hoseok sacudió la cabeza, sin comprender: .- Ahora entiendo un poco de lo que Taehyung hablaba aquella vez, todo lo que estas personas pasaron, su sufrimiento es inimaginable, hyung... la violencia, el abuso, la prohibición; prácticamente nos robaron todo...

Yoongi se mordió el labio, tratando de no pensar en Jungkook aquella noche, desangrándose mientras le hablaba de como los japonés nunca le quitarían su identidad, como nunca podría pisotear el amor por su tierra y su gente aunque mancillaran su cuerpo hasta reducirlo a un simple manojo de carne. Trato de no pensar en Jimin y en su sonrisa, en la forma en cómo sus ojos brillaban con esperanza de que las cosas cambiarían...

Y lo hicieron, pero tal vez demasiado tarde para ellos.

.- Eso me recuerda a que Namjoon me pidió que te diera una razón – levantó los ojos el menor, su cabello cayendo desordenado sobre su frente mientras ahora sonreía con suavidad, casi con temor – Una profesora del departamento de Historia está formando un grupo de investigación sobre el periodo de ocupación, al aparecer su abuela fue una mujer de confort y está muy interesada en rescatar algunas historias para revindicar a las víctimas, Namjoon le comentó del trabajo que iniciamos antes y ella extendió la invitación para que nos uniéramos.

Yoongi le miro, los ojos de su amigo brillando ante la expectativa: .- ¿Se lo contaste a Tae ya? – Terminó preguntando, de alguna forma esperando algún indicio de que su mejor amigo se había interesado en participar – Él estaba...

.- Estaba muy interesado en el pasado, lo sé – respondió Hoseok, ahora volviendo a concentrarse en el libro – Pero me dijo que ya no le interesaba el tema y que prefería participar de otros proyectos, fue decepcionante pero ¿tú qué dices? El trabajo suena agotador pero también como una gran oportunidad de conocer a esas personas y hablar con ellos, y también de generar una publicación universitaria y...

.- ¿Dijiste conocerlos y hablar con ellos? – Le detuvo abruptamente, sus ojos delgados abriéndose considerablemente ante lo que podía significar esa frase, lo que podría significar para él aquello - ¿Hay muchos sobreviviente vivos?

.- Pues no muchos – respondió Hoseok, volviendo a mirarlo tras notar el tono que había utilizado, mucho más aguado de lo normal – La mayoría ya son muy ancianos y eran muy niños en aquel tiempo pero según la profesora Lee, el promedio de edad está en los 100 años, lo cual es sorprendente porque en ese tiempo el promedio no era ni de 40 años... pero sí que es posible encontrar también adolescentes que vivieron los primeros años.

Adolescentes... ¿cuántos años habían tenido Jungkook y Jimin? ¿18? ¿19?

Sería... ¿sería posible?

.- Hay una lista que maneja el gobierno en conjunto con el gobierno japonés desde hace algunas décadas – siguió hablando Hoseok, ahora estirando sus largas piernas hasta tocar la estantería frente a él – La profesora Lee está tratando de acceder a ella, al parecer ahí están registrados los nombres y direcciones actuales de todos los sobrevivientes registrados: prisioneros políticos, rebeldes, resistentes y mujeres de confort.

¿Cómo no ilusionarse? ¿Cómo no creer que existía la posibilidad de que ambos estuvieran con vida o de confirmar que habían sobrevivido? Yoongi no deseaba nada más que poder encontrar esa información, que poder confirmarse y confirmarle a Taehyung que, aun cuando fueron incapaces de salvarlos, ambos habían podido hacerlo y había sobrevivido... y sin embargo, ¿con qué cara podrían ir a verlos? ¿Con qué valor Yoongi podría plantearse frente Jimin y Jungkook y hablar del futuro cuando los habían abandonado en el pasado? Pero que estuvieran vivos era... era la mayor fortuna a la que alguna vez Min Yoongi podría haber aspirado.

Y sabía que para Taehyung, en el fondo de su corazón, no había mayor tesoro que la vida de Jungkook, que el destino libre de su Tsubasa.

.- Hoseok... - consiguió encontrar su voz luego de muchos minutos sopesando su decisión, tratando de calmar a su agitado corazón y su pulso disparado – Yo no podría unirme al grupo porque siento que me volvería loco pero tú...

.- ¿Ah? ¿Yo qué, hyung?

¿Podrías tú traerlos a nosotros? Regrésanoslos...

.- Lo que estoy buscando, Hobi – inició con voz temblorosa, casi rota y desigual debido a los nervios que el sobrepasaban y que confundieron al menor, sorprendido de verle por primera vez tan frágil – Lo que estoy buscando es información sobre dos personas que vivieron en 1918 y quisiera saber... quisiera saber qué fue de ellos.

.- ¿Por qué estás buscando esa información? – Hoseok se enderezó, recogiendo de nuevo sus piernas y mirándolo más serio e intenso que nunca en todos sus años de conocerse, sus ojos entrecerrándose y sus cejas arqueándose levemente – Hyung, ¿tiene qué ver con su desaparición? ¿Tiene algo que ver con que Tae llore en las noches y luego me mire como si no me conociera cada vez que entro a su habitación para calmarlo?

Yoongi tragó saliva y negó con suavidad, sintiéndose mal de mentirle: .- No, lo que nos pasó no... no tiene nada que ver.

Fue entonces el turno del menor en negar, sonriéndole con ligereza: .- No puedes mentirme a mí, hyung – respondió sin sonar ofensivo o al ataque – Está bien que no me cuentes qué pasó, qué ocasionó tal daño en ustedes; porque a mí no puedes engañarme, así como Tae llora, tú también has cambiado... ¿dónde ha quedado tu swag?

.- ¡Hey! No digas eso ni en broma – le sonrió sintiendo que la broma había aligerado el ambiente tenso que se había formado entre los dos – En todo caso, no puedo decirte lo que paso pero por favor, Hobi... necesito saber qué pasó con ellos.

El menor asintió, de pronto derrotado y sin muchos ánimos de insistir en algo que sabía, no obtendría: .- Dame sus nombres y trataré de averiguar lo que pueda.

.- Jimin y Jungkook – respondió de inmediato, saboreando por primera vez sus nombres en voz alta – En japonés los llamaban Tokaro y Tsubasa.

La risa de Hoseok lo desconcertó por un momento antes de que el menor se levantara de un salto, anotando los nombres en su pequeña hoja mientras estiraba sus largas piernas de bailarín, una sonrisa mucho más grande que todas las que le había dedicado a lo largo de ese momento compartido entre los dos.

.- He escuchado ese nombre antes... Tsubasa, Taehyung lo nombre en sus sueños – fue su explicación mientras se deleitaba de su rostro consternado por la sorpresa y una especie de rara esperanza – Buscaré lo que pueda y te avisaré tan pronto como tenga algo, hyung.

Yoongi apenas tuvo tiempo de asentir, antes de que Hoseok se diese media vuelta y con un "deja de comer ramen seco" se marchase fuera del oscuro y solitario pasillo en el que había permanecido por dos días, apenas y durmiendo. Las palabras del menor, quien compartía apartamento con Taehyung, provocaron que un extraño calor trepara hasta su pecho, de pronto ilusionado pero temeroso.

¿Podría Taehyung vivir con la verdad de lo que habían pasado si la recordaba o era mejor así? Tendría que esperar a que Hoseok encontrase algo, si es que lo hacía... y de pronto, se encontró contando los minutos y segundos desde que el menor se marchara, a la espera. A la espera de lo que fuera y acosado por preguntas, por sus propias dudas sobre aquello que se sentía más una pesadilla que algo real.

Le costó dos semanas y tres días de larga y tortuosa espera hasta que Hoseok se sentó frente a él en la cafetería universitaria mientras Taehyung a su lado, mordisqueaba una barra de cereal y memorizaba una fórmula para un taller que tendría más tarde. Yoongi observó la inusual sonrisa brillante de Hoseok con confusión mientras el otro le tendía una pequeña hoja de papel amarillenta doblada a la mitad.

.- Los encontré.

.- ¿Qué? – Yoongi sintió todo su cuerpo temblar ante la expectativa mientras tomaba el pequeño trozo de papel que su amigo el tendía, su mano de pronto sintiéndose gelatinosa e incapaz de sostener la verdad que ahora descansaba contra su palma, mirando de rojo a un concentrado Taehyung, la desplegó lentamente.

Tsubasa de Keijo alias Jeon Jungkook, nacido el 1 se septiembre de 1903. 

Tokaro de Keijo alias Park Jimin, nacido el 13 de octubre 1901.

Yoongi sintió que podía llorar mientras leía sus nombres y sus fechas de nacimiento. Quiso llorar porque eso significaba que era cierto, que todo había sido real y que aquellos dos no eran más que dos niños que habían sido atrapados en una espiral de desolación y esclavitud. 15 y 17 años, ¿cómo podían haber vivido de esa forma? Las lágrimas se arremolinaron en sus ojos pero nunca fueron dejadas en libertad, su mirada ahora vagando en el perfil de Taehyung a su lado.

¿Podrás recordarlo si lo traigo hasta ti, Tae? ¿Lo harías?

.- ¿No encontraste nada más? – preguntó al fin, volviendo a mirar a Hoseok directamente, observando como ahora su sonrisa desaparecía rápidamente, sus ojos evitándolo – Hobi...

.- ¿Es necesaria más información? Incluso si es...

.- Incluso si es mala – asintió, sintiendo un nudo formarse en la boca de su estómago mientras Taehyung ahora les miraba de reojo, apenas y curioso por su extraña conversación y guerra de miradas – Quiero saberlo todo.

Hoseok suspiró mientras sacaba otra hoja de su chaqueta y se la tendía, contrario a la primera, la pequeña hoja de papel parecía sumamente maltratada, doblada una y otra vez en un gesto impaciente que Yoongi reconoció como un ejemplo claro de la angustia de Hoseok. De pronto, las esperanzas murieron en su interior como una flor que se marchita tras segundos de haber florecido con exorbitante belleza.

Su mano se cerró firme en el papel y mirando por última vez el perfil de su mejor amigo, la desdobló, dispuesto a asumir la verdad por los dos.

Sin embargo, la mano delgada y larga de Taehyung fue mucho más rápida que sus ojos y antes de siquiera entenderlo, la mirada ávida de curiosidad de su mejor amigo leía lo escrito en la arrugada hoja de papel, su rostro arrugándose en una expresión que Yoongi no consiguió descifrar, una expresión que no le pertenecía a su Kim Taehyung sino a aquel cuerpo vacío que había regresado con él de 1918.

.- Tokaro alias Jimin... – leyó en voz alta Taehyung, su respiración agitándose de pronto mientras ahora su mano arrugaba la hoja, convirtiéndola en un amasijo en su mano y sus ojos se alzaban hacia los de Yoongi, brillantes por las lágrimas – No entiendo... ¿qué es esto? ¿Por qué... por qué me siento triste, hyung?

Yoongi quiso decir algo pero no consiguió más que retirar la aún más dañada hoja de la mano de Taehyung, aplicando fuerza para que la dejara libre y le permitiera leer la terrible verdad que nunca habría querido enfrentar. Su mente no dejaba de repasar el nombre de Jimin, los ojos de Jungkook... la culpa amasándose en su estómago como un tumor.

Tokaro alias Jimin vive en un asilo de sobrevivientes en la prefectura de Tokio, Japón.

Un suspiro de alivio le atravesó de forma inconsciente mientras su mente dirigía la verdad sobre el destino de Jimin... vivo, vivo; eso era lo que importaba. Pero los ojos de Taehyung seguían fijos en él, conteniendo las lágrimas en un gesto de irritado dolor y confusión.

.- Hyung, ¿qué es todo esto?

.- Tae... - susurró, una lágrima estrellándose contra la hoja de papel. Gota tras gota antes de siquiera notar que estaba llorando – Tae, lo siento...

.- ¿Qué?

.- Lamento no poder llevarte a él...

Tsubasa alias Jungkook... DESAPARECIDO el 1 de marzo de 1919, declarado muerto.



Holi... 

Antes que nada, gracias por leer. 

Ahora sí, escribir este capítulo fue difícil (comienzo a pensar que escribir toda esta historia es una especie de tortura debido a su contenido real) pero realmente me gustó como quedó. ¿Ustedes qué opinan? Realmente me gustaría que me lo contaran. 

También quiero agradecerles el tomarse el tiempo de leerla, porque sé que no es una historia muy típica de fanfics y que tiene una carga bastante fuerte. Y también por sus comentarios, porque me hacen sentir que la historia realmente tiene un valor para ustedes y me gusta leerlos, en serio. 

No sé qué más decir, de verdad. 

Así que sólo esperaré sus opiniones y su amor. 

Les amo mucho, mucho. Gracias por su apoyo. 


PD. No se imaginan lo mucho que le leído para que correspondan las fechas y los hechos históricos desde que Corea dejó de ser el Reino Joseon y pasó a ser Keijo y luego, tras la independencia, el país que hoy conocemos. 

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