V








Capitulo cinco








The Wing's Bar.





Sus dedos acariciaban las teclas de aquel viejo piano de color marron,la yema de sus dedos se deslizaba sobre las melodias cómo quien acaricia la flor más bella del prado. Sus ojos retienen las lágrimas que generan los puñales en su corazón,cada uno siendo clavado con más fuerza a causa de sus recuerdos.

La Luna esta siendo testigo de su llanto melodioso en compañia de su piano,los unicos dos verdaderos testigos en el juicio de su vida. Su dolor se refleja en cada nota que entona ese piano,desde hace tiempo que cada noche se sienta allí,el corazón sobre la madera del instrumento y tocandole a la Luna. Fingiendo estar enamorado de ella.

Finge porque desde que conocio el abandono y la perdida se obligó a si mismo a ser alguien que no es ante los ojos de todos,pero serle fiel a la Luna y su piano. Porque el piano fué y será siempre su primer amor,al igual que la Luna quien siempre fué y será su mejor amiga,incluso, en las noche más oscuras le mostrará una esquina iluminada para que no se pierda en la aterradora pero familiar oscuridad.

Pero hoy,en ese bar algo conocido y concurrido en el pueblo de Durham se atreve a compartir sus sentimientos con los clientes. De alguna manera, sintiéndose escuchado aunque,en realidad, ninguna de esas personas le interesa lo que cuenta tras las teclas. A él tampoco le desinteresa que poco les importe.

Un relato trágico y triste narrado a través de la música,de la entonada suave que,poco a poco,va aumentando la tensión en las partituras. No necesita leerlas porque esa canción la recuerda de memoria,una armónica que la lleva en el corazón hasta el último de sus respiros.

Lo gelida que están sus manos no se apacigua con el calor leve que hay en esa cantina. Está ahí,en esa pequeña tarima,tocando con pasión y dolor,sintiendo cada nota escarbar en lo profundo de sus heridas. Su mirada al frente,los ojos cerrados,la coronilla medio inclinada y sintiendo,dejandose fluir como una hoja cayendo del árbol en la estación de otoño.

Jimin nunca fué un joven tan semejante a los demás,siempre fué considerado como un distinto y por ello trataba de aparentar lo que los demás esperaban de él como futuro Rey. Por ejemplo; desde el primer instante que Namjoon se había vuelto su mayordomo personal le pidió encarecida y secretamente dejarlo tomar su baño individualmente,no podía con la sensación de otra persona tocando su cuerpo desnudo para asearlo. Asi mismo,era un secreto que permanecía entre él y el mayordomo.

También se clasificaba como distinto por el hecho de que detestaba en demasía los grandes circulos sociales,no gustaba de estar presente en las reuniones que sus padre organizaban con la alta sociedad. Tampoco cuándo su padre lo obliga a asistir a reuniones por vínculos con externos territorios que serían beneficiosos para el reino de Durham. Eventualmente,tampoco era de su gusto mezclarse en la sociedad para conocer los ambitos sociales y jóvenes.

El Duque era más amante de resguardarse en la parcela de su habitación,cubierto de mantas o prendas que lo protejan del frío en caso de ser invierno, y desparramarse en los versos estructurados que confirmarían algún que otro poema para ser guardado en un cuaderno marrón privado que reposaba en su escritorio.

Por ello,tampoco era tan común para él estar en The Wing's Bar,pero cuándo atravesó la puerta de madera de roble y su anatomía fué abrazada por los encantos de tal instrumento que lo tenía tan enamorado,sus oidos enredados por el hilo de melodías que conformaban una partitura y el corazón estrujandose en su lugar por tan destructivo sentimiento,se sintió desfallecer.

Sus largas piernas siendo estancadas al suelo de repente, buscando velozmente con la mirada al autor de tal sentimiento que le erizaba la piel,lo encontró. Un joven que podría pasarle por unos pocos años,los mechones rubios cayendoles como cascada por la frente y llegando a cubrir las pestañas. Sus manos pálidas moviéndose con determinación y decisión en las teclas,creando sonidos especiosos al igual que apesadumbrados.

Cuándo el hermoso sonido termino, visualizó al artista levantarse de tal viejo y añejo taburete de madera clara,una inclinación a la poca gente que verdaderamente estaba escuchando con interes su talento y bajaba de lugar. La poca luz que generaba la noche y en lo poco que ayudaban las velas,lo vió colocarse el abrigo y sombrero para afrontar el frío nocturno de fuera, mezclándose con los miles de cuerpo que se transladaban de un lado a otro por el bar.

De repente,la innata necesidad de querer alabar su trabajo,su arte. Darle el verdadero reconocimiento que merece un artista de tal porte,pero de poco reconocimiento y valoración.

—Jimin ¿a dónde vas?—Taehyung pregunta,elevado y por encima de la gente.

Concerniente, finalmente puede ubicarlo de manera amenea y trata de abrirse un poco de camino para hablar con un desconocido porque surge de si mismo,de sus ganas de hacerlo,de su propia voluntad y no porqué está obligado.

La cabellera rubia que se escapa por el pequeño sombrero lo identifica cerca de la puerta, entonces, abriéndose paso con más insistencia lo encuentra. Extendiendo su mano para tocarlo,pidiendo en un murmullo una disculpa por tal accionar inesperado de su parte,sus orbes se expanden en señal de sorpresa.

—Hola de nuevo,joven.—saludó,recordando que la misma expresión que tuvo el artista en el centro aquella vez es igual a la que posee su rostro ahora.

—Es un honor,su alteza—demora en responder,una reverencia acompañando el honorífico.

—Le pido disculpas por mi repentino llamado,pero se me vió imposible no halagar al artista por presentar tal obra de arte.—halagó,emocionado.

Si no fuera por la mala calidad de iluminación que presentaba,si lo hubiera apreciado con la luz natural del Sol en el día, podría afirmar con certeza que los mofletes del rubio estaban teñidos de un color cereza que acompañaría con su agache de cabeza.

—Se lo agradezco,Alteza.—agradeció—. Me resulta gratificante recibir tal elogio de su parte.

Y,por primera vez en esa noche, Jimin mueve su cabeza pelinegra al entorno que lo rodea. La gente allí sigue hablando en un volumen considerablemente decente,pero las miradas de juzgamiento y murmullos susurrados en secreto se notan a mil pies de distancia. No lo comprende.

Lo que si comprende,es que cuándo quiere alargar el diálogo con el pianista,se a demorado tanto tiempo pensando en lo que los cuerpos externos habrán tratado de decir,que el artista se ha ido. Cruzando la puerta como un rayo impactando feroz y estrepitosamente contra algo en la tormenta más eufórica de la temporada.

Y, nuevamente, no ha sabido conocer su nombre.

Las nubes no habían perdido su hábito de juntarse y ser de un gris claro,pero nunca haciendo perder la esperanza de que se vuelva más oscuro con el paso de las horas. La amenaza de lluvia estando vigente. Así mismos,Jimin aún seguía sentado con el camisón blanco de algodón cubriendo su cuerpo,en el escritorio de su dormitorio. La inspiración había abandonado su mente hacía muchas noches, entonces,la idea de forzarse a inspirarse no estaba dando resultados que por su contra lo estaban poniendo de un humor para nada bueno.

Namjoon le había dado los buenos días dejando la porcelana en el mueble que reposaba a un lado de su cama,la respuesta de Jimin fué un gruñido molesto sin despegar sus ojos de la hoja y el lapiz que esperaban ser utilizados.

—Señor,si no toma el té se enfriará.—intentó.

—No me apetece tomar té,puedes llevártelo cuándo te retires.

Una linea recta se dibuja en los labios de Jimin,su espalda encorbada y la vista penetrante que está por atravesar el cuaderno.

—Como desee,mi Lord.—acepta— ¿Desea que le traiga la entrega de The Times del día de hoy?

—Si y avísame cuando este listo el desayuno.

—Esta bien,señor. Con permiso.

Namjoon se retira de la habitación con la vajilla de té intacta de como la trajo al inicio. El humor de Jimin no mejora con los minutos siguientes,en cambio,su entrecejo se frunce con más presión ante la frustración de que ninguna idea poética se instale en su mente aún.

La única vez que su cabeza gira para despegar la vista de la mesilla en la que su cuaderno cerrado todavía descansa,es para analizar la idea de un baño. Asi que, levantándose y estirando sus musculos para evitar más tensiones de las que ya tenía,se dirige descalzo en el gélido suelo de su habitación hasta el baño.

En su encuentro con el agua caliente,su piel se siente menos fría, más suave y su humor mejora un poco. Olvida el poema,lo borra de su mente y se concentra en la deliciosa sensación de calor sobre su cuerpo,anhelando quedarse en cama arropado con las sabanas todo el día sin un minimo de preocupaciones o tener que dar millo de vueltas por la casa como modo de entretenimiento.

Eventualmente,el llamado de Namjoon a la puerta lo insta a darle permiso de entrar y escucharlo moverse por la habitación hasta el mueble que protege su ropa de daños y desorden.

—Amo,le he traído la última entrega que ha realizado The Times esta semana.—anuncia,el ruido de sus zapatos moviéndose por la habitación de un lado a otro—. También me han informado que el desayuno estará listo en unos pocos minutos,señor.

—Gracias,Namjoon.—dice, secando su cuerpo y saliendo del baño.

La cama rezaba ordenada y estirada sin una sola arruga en las sabanas o almohadas. Su traje,que debía utilizar por etiqueta sin importar si salia de casa o no, yacía estirado a lo largo de la cama para ser vestido por el Duque prontamente.

—¿Desea que lo ayude a vestirse,amo?

—Por favor.—concede, después de analizar la pregunta por unos segundos queriendo evitar a toda costa empeorar su mal humor por vertir prendas que no le brindaba mucha comodidad la mayor parte del tiempo.

Tomando las prendas una por una en sus manos,el pelinegro sirviente ayuda a su superior a calzarse la ropa con delicadeza y a un tiempo en que los dos manejaban de manera eficaz. La camisa liviana abrazó su torso y posteriormente los pantalones de corte recto protegerian sus piernas de tosco frío que comenzaba a levantarse.

—¿Desea desayunar solo con el chaleco o ponerse también el saco, señor?

—Solo el chaleco por ahora,Namjoon.—decidió,cansado—. Leeré un poco del periódico y bajaré en un momento.

—Perfecto,amo.

Despidiéndose con una reverencia,Namjoon se retira nuevamente mientras que Jimin terminas de colocarse el chaleco de excelente corte y abotonadura sencilla. Sus dedos rozan el The Times leyendo el título principal que reza en el papel sobre el fallecimiento del famoso poeta William Wordsworth que,si bien Jimin no sabía muchas cosas sobre la vida y fama del artista si sabía de la existencia de varios de sus escritos.

Recordaba tales como Lucía , ¿Por qué estás silenciosa? , Cielo tras la Borrasca y varios titulos que hicieron reconocido al autor,el mismo destacó en el ambito del romanticismo y Jimin ha leído repetidas veces de sus obras para comprender el romanticismo y tratar de crear algo propio en ese contexto. Pero,en el periódico,no hay mucho detalle de su fallecimiento simplemente un resumen de su vida artistica y uno de sus escritos puesto allí como homenaje en su nombre.

El Duque se lamenta por la muerte un talentoso artista y cierra el periódico,de repente sintiéndose afligido quizá porque de sus pasatiempos favoritos escribir poesía persiste en el número uno.

Llena y vacía sus pulmones de aire tras un suspiro de resignación para posteriormente abrir la puerta de la habitación y salir de la misma. Los pasillos de su hogar son tan gélidos como el clima de fuera,el ambiente se percibe de tonos fríos y sin vida. Moviendo sus piernas a paso lento pero coherente llega hasta las escaleras que dan a la entrada principal y,a la derecha,la entrada al comedor.

Atravesando el umbral su madre y el Rey ya están sentados esperándolo. La figura de su padre luce tan indiferente como la recuerda desde siempre. Su madre,al contrario,posee una sonrisa de emoción que Jimin desconoce la causa pero no le importa mucho con tal de ver a esa mujer feliz y llena de vida.

—Buenos dias, padre. Buenos dias,madre.—saluda,una reverencia y se ubica en su lugar en la mesa.

—Buenos dias.—concede su madre únicamente.

Una vez que Jimin está sentado la servidumbre se abre camino al comedor con el desayuno servido en bandejas de plata relucientes, depositando cada plato frente a quién corresponde. La comida frente a él provocó ruido en su estómago, arrepintiendose un poco de no haber tomado una taza de té antes de bajar.

—¿No has bebido un poco de té,cariño?

—No,madre.—respondió—. Le he dicho a Namjoon que se lo llevase,no estaba a gusto de tomar té hoy.

Cortando pequeños pedazos de su desayuno lara llevárselo a la boca y degustarlo responde los diálogos de su madre,que su padre no se inmuta ni en mostrar un fingido interés. El desinterés por parte del Rey Leyton es una sensación común en la residencia, simplemente el interes surge cuándo se habla de reinado o cuestiones relacionadas. Por ello, Jimin no espera que algún día se interese en sus gustos personales más allá de la corona.

—Namjoon me ha dicho que te has quedado en tu habitación un tanto frustrado por tus poemas.—comentó Jane,una voz suave y pausada con cariño,una sonrisa genuina como ninguna otra—. En la tarde me quedaré cerca del calor del fuego para leer, ¿te gustaría acompañarme con tus escritos?

—Por supuesto,madre.

Jimin desbordaba amor por la Reina,tanto que consideraba no poder agradecerle toda la vida por sus actos de querer hacerlo sentir bien,comodo y seguro con cualquiera que fuese su decisión, opinión o situación.

La grave voz del Rey de Durham despertó la inquietud del único hijo Kingston. El pelinegro de iris cafés no había conocido otro tono de voz respecto a su padre que no fuera autoritario, demandante y dictador,tal como un rey. Jimin nunca había escucha la voz del Rey como un padre,severa hasta cierto punto,compañera y consejera. Su majestad se refería a su hijo y esposa como si fueran personas de territorios externos que buscan arreglar asuntos de terrenos,no como familia.

—Jane,tengo la órden para ti de que realices una reunión con las altas clases para el viernes por la noche.

—¿Una reunión?

—Una fiesta.—aclaró—. Con música,aperitivos,tragos para quién lo desee. Procura la asistencia de bellas doncellas,ya es hora de que nuestro hijo busque a quien desposar.

La garganta que pasaba pequeñas porciones de comida para el Duque se abre al respirar inesperadamente por la sorpresa,causandole ahogamiento leve que necesita de líquido para estabilizarse deseando al mismo tiempo que lo que haya escuchado haya sido una trampa de su mal sueño y estres anterior. No pasa nada de eso,las palabras del Rey son tan cuadradas y puntuales que no caben posibilidad de discusión a la orden. Pero su madre lo intenta de todos modos.

—Su majestad,no creo que sea una prioridad ahora ese asunto, podríamos discutirlo más tarde.

—No hay mucho que discutir,yo aplico las ordenes en mi reino.—sentenció—. Es mejor ser precavidos con el cortejo de Jimin a una doncella desde ahora.

—Padre.—El Duque intenta—. No considero apropiada la repentina decisión,no creo que sea un tema urgente a tratar,puedo creer que hay millones de cuestiones importantes más que una doncella atada a mi.

—El viernes se realizará la reunión con la alta clase,bailaras con las bellas mujeres que vendran y tendrás que elegir una para cortejarla,si es de buena familia podría traernos buenos beneficios a la corona para cuándo tu seas Rey,Jimin.—convenció—. No hagas malas elecciones.

Bajo la mesa,sus dedos juegan entre si por el nerviosismo,arrancandose la piel de las uñas y sintiéndolo arder. La idea de pasar otra vez un encuentro con tanta gente con el fin de buscar una mujer que no podría llamarle menos la atención,bailar con ella,llenarla de elogios y versos falsos no le satisface. Sobre todo porque no se considera un hablador,detesta llenar el odio de la gente con palabras falsas y que no siente verdaderamente solo por terminar dándole satisfacción a su padre. Lo aborrece de sobre manera y su madre conoce ese pensamiento de su parte.

—No encuentro disfrute en estas reuniones,su majestad.—atacó,enojado y agotado.

—Tendrás que hacerlo si quieres casarte antes de ser Rey.—dictó,dejando la servilleta de tela sobre la mesa y retirándose del comedor sin ningún sonido más.

La mezcla de emociones que abarrotaban su mente lo hace sentir mareado. Injusto. Agotado. Desanimado. Jane intenta tranquilizarlo  con palabras maternas,serenas que ella se encargaría de hablar con el Rey para hacerlo replantear su decisión. Pero, tanto madre como hijo sabían que el Rey de Durham no retrocedía tras haber tomado una decisión.

Asi mismo,con la ira brotando por cada poro de su piel,la servilleta de tela color crema cae violentamente a un costado del plato a poco comer del pelinegro. Su estómago se había cerrado en un segundo,su apetito desapareció como un hilo en el viento. Se disculpó cona Reina tras una reverencia y se encaminó por el mismo recorrido que había hecho antes de llegar.

...si quieres casarte antes de ser Rey.

Y ahí estaba el mayor problema de todo,lo cuál venia complicando la situación y relación con su padre al pasar los días; Jimin no quería casarse por lo menos ahora,pero lo que si era definitivo es que el Duque Kingston de Durham no deseaba ser Rey.


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