Extra ₃: Rápido y Sucio

Fluke estaba detrás de la cortina plástica del almacén.

Ohm tenía una entrega y tan obstinado cómo era, Fluke no quiso quedarse solo en el departamento que compartían desde hacía un par de semanas. Siempre con la excusa de que era aburrido pasar el día entero sin hacer nada, aún si era más que bienvenido al loft de Gun y Off a compartir con la señora Dara.

Lo cierto era que Fluke secretamente disfrutaba de ver a Ohm actuar como el mafioso que era. Le resultaba sexy, verlo manejar transacciones de armas y a veces... Otras cosas que a él realmente no le importaba saber. La fascinación de Fluke venía de la seguridad y confianza que emanaba Ohm al hablar con otros tipos tan peligrosos como él, amenazar a quien fuera realmente estúpido para negarse a pagar e incluso apuntar su arma a la cara de otros más idiotas que intentaban intimidarlo.

—¿Todo bien, conejito?

Escuchó a Ohm preguntar en voz baja.

Realmente no estaba asustado. No cuando sabía que su ahora novio se encontraba lo suficientemente cerca para protegerlo, cómo lo había hecho una vez frente al bastardo de su padre y como estuvo dispuesto a hacer por segunda vez, semanas atrás, antes de encontrar al viejo, muerto en la sala de su casa. No estaba detrás de la cortina por miedo, sino porque Ohm había insistido en qué no revelara su presencia mientras él hacía la transacción.

Fluke no contestó a la pregunta. Sabía que Ohm solo estaba tratando de hacerlo sentir seguro y Fluke se sentía así, solo con escuchar su voz.

¿Quién diría, que después de negarse a sí mismo lo que era, después de haber sido mordaz y boca suelta con Gun e incluso con ese chico "NuNew", terminaría de ese modo? Él en una relación con otro hombre, sintiéndose más auténtico que nunca en su vida y deseando al magnífico, caliente y sexy hombre más de lo que alguna vez deseo a alguna de las mujeres con las que estuvo.

Y Fluke lo deseaba.

Joder, que solo mirarlo de pie, actuando misterioso, seguro de sí mismo y sexy como la mierda, Fluke se excitaba hasta rozar el dolor. El dolor en su polla, en sus bolas y en su agujero.

Lástima que el dueño de sus deseos haya decidido tomarse las cosas con calma. Alegando que Fluke no estaba listo aún para dar el paso, que debía estar completamente seguro de que realmente quería llegar hasta el final, después de haber aceptado su propia naturaleza.

Y una mierda. Fluke estaba listo, más que listo. Estaba deseoso y necesitado y era un jodido masoquista adolorido porque ver a Ohm en su ambiente, en su habitad, como un tigre en la sabana, acechando como el depredador que era, ponía a Fluke tan duro que realmente dolía.

Cómo justo en ese momento, cuando por la puerta lateral del almacén entró un tipo, cubierto con una gabardina barata que le llegaba hasta los pies y guantes negros de cuero, en una pobre imitación de un Don... Gun se veía más como uno, era realmente uno y su Ohm lucía más sexy en sus trajes y abrigos de diseñador que ese sujeto que se acercaba con un paso presumido y una cara arrogante.

Ohm se enderezó en un gesto de confianza ante el misterioso hombre y la polla de Fluke hizo lo mismo. Endureciéndose en sus pantalones en el momento en que Ohm se puso en modo mafioso. En silencio, detrás de la sucia cortina, observando desarrollarse la escena.

—Pero si es Ohm. —Dijo el hombre con sorna— Pensé que ya habrías alzado vuelo y dejado de ser el empleado de Atthaphan, pero veo que sigues siendo el mismo mediocre de siempre.

Fluke se puso rígido. El tipo conocía a Ohm, aparentemente.

—Mis ambiciones no son como las tuyas. —respondió Ohm y Fluke observó detenidamente su cara, viendo el disgusto en su mirada— Sin embargo, es fácil darse cuenta que me encuentro mejor que tú. Cuando Gun me dijo que el cliente de esta noche había negociado el precio, no imaginé que fueras tú. Tratando de conseguir la mercancía más barata de lo que realmente podría ser.

El hombre en cuestión de puso rojo desde el cuello hasta las orejas. Obviamente ofendido y molesto. Eso podría significar problemas y Ohm a veces era demasiado confiado para su propio bien. Fluke quería decirle que tuviera cuidado con su boca, pero eso sonaría hipócrita viniendo de él.

—Lo que sea —dijo el hombre— Soy dueño de mi propio negocio. Regatear es parte de ser un buen negociante. Dime, Ohm ¿Cuándo dejarás de ser el perro faldero de Gun? Tienes potencial para más que eso.

—¿Potencial para ser tu perro faldero? ¿Eso intentas decir, Surat?

Ese era su nombre.

—Bien que te divertías mucho conmigo ¿Te acuerdas? Follábamos todo el tiempo y te gustaba.

Ese tipo había follado con Ohm —antes de conocer a Fluke— y hablaba como si el sexo hubiera sido bueno. El hombre parecía tener mucha trayectoria en eso y Fluke en cambio, era prácticamente un virgen, porque había follado con mujeres, pero no con un hombre y Ohm todavía no había querido hacerlo con él porque supuestamente no estaba listo.

No pudo evitar resoplar en sus adentros.

Nunca lo estaría si Ohm seguía apartándolo, y eso le molestaba.

—Eso es pasado.

—Se puede revivir el pasado —el tipo "Surat" se acercó unos pasos hasta quedar de frente a Ohm— Era divertido. Sé que tienes un apetito sexual muy grande, podemos volver a divertirnos juntos. Sigues haciendo las entregas para mí y después pasamos el rato tú y yo.

La propuesta era descarada, pero Fluke sólo pudo concentrarse en la parte en que ellos prácticamente follaban todo el tiempo. Ohm disfrutaba del sexo.

Entonces ¿Por qué no lo hacía con él?

Quizás a Ohm no le interesaba un chico inexperto como Fluke. Uno que hablaba sin parar, sin detenerse a pensar antes de abrir la boca, que actuaba por impulso y había negado lo que realmente era.

Racionalmente sabía que le gustaba, que Ohm era muy protector y posesivo con él, pero... ¿Y si eso no significaba que lo deseara? Era posible. Ohm lo había besado hasta ponerlo estúpido, lo había abrazado con fuerza y acariciado su cabello, su rostro y su cintura. Dormían juntos, abrazados en la misma cama, pero en las semanas que llevaban conviviendo nunca intentó nada y cuando era Fluke quien intentaba algo, se alejaba con la excusa de que necesitaba tiempo para estar listo, que no quería que se arrepintiera después.

Excusas y más excusas.

Fluke no era bueno para esperar. Tampoco para quedarse quieto o hacer lo que le decían. Carajo, no era bueno para nada que no fuera coger y desde que su padre estaba muerto, se sentía más libre para hacer lo que quisiera.

Salió de detrás del plástico sucio y amarillento y se paró junto a Ohm. Decidido y tal vez petulante, dispuesto a ser el bocazas que siempre era, pero esta vez por una buena razón. Marcar territorio.

—Se te agradece el ofrecimiento, pero no hace falta —dijo Fluke, con los labios fruncidos en algo más parecido a un puchero que a una mueca de disgusto. Eso de ser bonito a veces le restaba malicia.

—¿Y tú eres? —preguntó Surat.

Ohm respondió por él

—Él es mi novio, Surat y tiene razón en que tu oferta no es necesaria.

Bien. Mas le valía a Ohm estar de su parte o Fluke se iría a buscar con quien desquitar su frustración sexual. Aunque racionalmente sabía que eso no pasaría.

—Parece un muñeco. No es así como creí que te gustaban. Te has vuelto blando.

Sí. Lo de ser bonito era malo a veces.

—No es tu asunto quién le gusta o cómo me veo. Has lo que viniste a hacer y lárgate —le espetó Fluke, ahora demasiado molesto.

—Cuida tu boca, chico. —el imitador de mafioso -Surat- dio un paso en dirección a Fluke mientras su mano iba en dirección a la pistola enfundada en su cinturón— Deberías enseñarle a tu mascota a guardar silencio mientras los verdaderos hombres trabajan —le dijo a Ohm.

Fluke parpadeó un segundo, antes de poder abrir la boca de nuevo y soltar un comentario muy propio de él y luego una pistola semiautomática apuntaba a la garganta de Surat.

Fluke pensó en que eso debió haberlo asustado, ponerlo nervioso o al menos aprensivo, pero todo lo que sintió fue la excitación recorrerle el cuerpo, al ver el fuerte brazo de Ohm empuñando el arma con fuerza y determinación, los largos dedos alrededor y el índice a un milímetro de apretar el gatillo. En cuanto el arma disparara, el mismo Fluke lo haría en sus pantalones. Y era retorcido sentirse caliente por ver a Ohm amenazando la vida de alguien más en sus narices, pero jodidamente estaba ardiendo por ello.

—Será mejor que hagas lo que te dijo mi conejito y te largues, antes de que te mate por atreverte a amenazarlo.

Mierda.

Ese orgasmo llegaría antes de que la bala saliera del cañón.

Surat resopló, pero se dio la vuelta con un mohín en los labios, disgustado y sin mirar atrás por el encargo que se suponía debía recibir.

"Bien. Sobraba quien quisiera comprar y a un mejor precio", pensó Fluke.

Cuando Ohm se volvió hacia él, tenía una sonrisa de comemierda en esa boca experta que Fluke quería sobre él desesperadamente, como, ahora mismo, donde estaban. No le importaba. Era un jodido necesitado y estaba a punto de explotar.

—Espantaste al cliente, conejito.

—Me importa una mierda. ¡Te lo follaste! —refunfuñó Fluke.

—Eso fue antes de conocerte. No tienes por qué estar celoso —Ohm se burló.

—No quieres hacerlo conmigo.

Fluke no quería sonar tan molesto como realmente estaba, pero que se joda Ohm y su mierda de esperar por el momento adecuado.

—Conejito-

—Vete a la mierda Ohm. Si no quieres esto conmigo sólo dilo. No soy un niño tonto. No voy a volver a suplicar. Si tú no quieres, otro lo hará allá afuera. El casino es muy concurrido.

Sip. Fluke estaba molesto y su bocota había perdido el filtro, Cúlpenlo. Quería hacer enojar a Ohm.

Se dio la vuelta, dispuesto a salir del almacén polvoriento. No en dirección al casino, pero quizás Mew lo dejará explorar la biblioteca un rato, aunque fuera tarde en la noche.

Antes de llegar a las puertas, el brazo de Ohm le rodeó la cintura y su cuerpo grande se cernió sobre él. Apretándose contra su espalda.

—Tú no vas a ir a buscar a nadie. —Sentenció Ohm, molesto— Eres mío y si lo que quieres es follar, entonces te voy a follar. Aquí mismo, porque estoy muriendo por ese pequeño culo tuyo y sólo me he contenido porque no quiero presionarte, pero veo que lo quieres, así que voy a dártelo. Rápido y sucio y vas a dejarme, porque es lo que te has estado buscando con tus provocaciones.

Fluke gimió una exhalación temblorosa. Rápido y sucio. Joder, sí.

—Por favor —suplicó.

Se giró aun entre los brazos de Ohm y juntó sus bocas en un beso hambriento, mientras era arrastrado hasta el auto y puesto sobre su trasero en el capó, con la boca de Ohm sobre sus labios y luego en sus mejillas, en su cuello y sus manos grandes y fuertes recorriéndole el cuerpo con deseo, como había soñado todas esas noches atrás.

—¿Estás listo conejito?

Fluke no respondió, solo empujó su dolorosa erección contra la de Ohm y gimió dentro de su boca. Entonces estaba inclinado sobre el metal frio, con la mejilla apretada ahí mismo, sintiendo como sus pantalones eran bajados de un tirón hasta las rodillas junto con la ropa interior y su polla recibía el fresco aire de la noche provocando escalofríos de placer en todo su cuerpo.

Los dedos de Ohm serpentearon por sus caderas y se clavaron en sus muslos en un agarre posesivo, justo como Fluke esperaba. Sabía que así sería porque Ohm siempre estaba proclamándolo como suyo, pero ahora se sentiría realmente así. Ahora que no sólo tomaría su corazón y su vida, sino también su cuerpo.

Rápido y sucio.

Fluke no podía esperar más. Aun si nunca pensó que lo querría de ese modo, hasta que escuchó a Ohm ofrecerlo.

Esto es en lo que se había convertido. En un pervertido hambriento y necesitado. Deseoso de sentirse lleno del hombre que le cambió la vida, el hombre que le hizo replantearse el ser quien realmente debería ser. El hombre que estaba a punto de follarlo con su gran polla. La que podía sentir presionándose contra sus nalgas, mientras su piel era acariciada por esas manos y su cuello devorado con fuertes mordisco que dejarían las marcas de propiedad de Ohm sobre él, mucho después de que terminaran. Pero esa polla, la quería dentro de su culo cuanto antes o Fluke se volvería loco.

Antes de poder suplicar por más, los dedos que se clavaban en sus caderas presionaron contra su agujero, en círculos superficiales, antes de enterrarse a través del anillo apretado de músculos hasta lo profundo de su cuerpo.

Santa mierda. Los dedos de Ohm eran tan largos, que podía sentirlos más al fondo de lo que creía posible. Fluke gimió tan fuerte que sonaba como una puta y le importaba una mierda. Les daría clases a las putas de como gemir al ser folladas.

La invasión ardía, pero descubrió que el ardor era estimulante y sólo lo calentaba más. Era simplemente demasiado y se descubrió a si mismo empujando contra los dedos dentro de él.

—¿Impaciente, conejito? —se burló Ohm, pero sonaba tan sin aliento y desesperado como Fluke. Con su dura y gruesa longitud todavía presionada contra sus nalgas, empapando de presemen su piel con cada roce.

—Hazlo de una vez —gruñó Fluke.

Los dedos abandonaron el agujero de Fluke y luego la punta roma de la polla caliente de Ohm empujaba contra su entrada, tentando en suaves empujes sin entrar, solamente jugueteando y burlándose de su deseo.

—No tenemos un condón —advirtió Ohm.

—No necesitamos un condón. Solo fóllame de una vez y cállate.

La cabeza de la polla de Ohm rompió el apretado agujero de Fluke y luego estaba siendo llenado hasta el borde de un limpio empujón, y él únicamente pudo gemir y sollozar de placer, un placer mezclado con dolor, pero que no quería que se detuviera jamás.

—Entonces terminaré fuera —advirtió Ohm, sin dejar de moverse.

Joder. Por qué Ohm estaba siendo tan precavido. Si Fluke podía tener bebés, por qué no tenerlos de una vez. Los quería, muchos de ellos, con el hombre detrás de él, enfundado en su culo hasta las pelotas, empujando fuerte, rápido y sucio, pero todavía preocupándose por no haber traído un condón.

—No te atrevas, Ohm Thitiwat. Si vas a follarme, vas a hacerlo bien y lo que resulte es lo que quiero ¿me entiendes?

Fluke sintió el pedazo de carne dentro de él palpitar y engrosarse más. Ohm lo quería también.

—Lo que tú digas conejito.

Después, ya no hubo más palabras, Sólo el sonido de la carne golpeando la carne cada vez que Ohm retrocedía y volvía a entrar en el trasero de Fluke y los gemidos desgarrados de este con cada caricia a su próstata y a su vientre.

—Sí. Mierda, sí. Hazlo más fuerte. Fóllame Ohm.

Inclinado sobre el capó del auto, Fluke recibió la primera follada de su vida y ya era adicto. A la polla de Ohm golpeándolo hasta el fondo y sus uñas clavándose en sus caderas. Los jadeos desesperados en su oído y el calor sudoroso en su espalda.

Le encantaba todo lo que una vez no se atrevió a admitir.

Era una completa puta por un hombre, por sus atenciones, por sus besos, sus caricias. La posesiva protección, la manera dulce en que lo llamaba conejito y ahora la perfecta y grande polla que lo estaba follando como si el mundo se acabara mañana.

—Conejito —gruñó Ohm apretando la mejilla en el pelo húmedo de Fluke.

Lo siguiente que supo Fluke es que estaba siendo llenado de espeso y caliente semen y su polla atrapada entre su cuerpo y el auto explotó con su propio orgasmo sin siquiera haberla tocado.

El coro de gemidos de ambos resonó en el gran espacio del almacén poco iluminado y Fluke fue empujado hacia abajo en el auto por el peso del cuerpo de Ohm completamente agotado, desplomado sobre él.

—¿Estás bien? —preguntó Ohm, un minuto después mientras se levantaba de encima de Fluke y le ayudaba a subirse los pantalones.

A Fluke le temblaban las piernas de una manera deliciosa y placentera.

—Lo estoy —respondió con una enorme sonrisa que sabía, dejaba al descubierto sus dientes.

Se dio la vuelta e intentó sentarse en el borde del auto, sintiendo el culo dolorido, pero totalmente satisfecho por eso. Le importaba solo una cosa. Se sentía ahora y por fin como si perteneciera completamente al mafioso descarado que se metió bajo de su piel desde el primer día, con esas enormes sonrisas y esa coqueta personalidad exasperante.

»Después de haber acomodado sus ropas, Ohm lo abrazó por la cintura y lo besó largo y profundo, haciendo sentir a Fluke de la manera en que le gustaba. Besándolo hasta ponerlo estúpido y casi dopado, aunque Fluke nunca hubiera probado ninguna droga antes. Ohm era la suya.

Ohm se lo quedó viendo después de romper el beso. Estudiándolo por un minuto o dos. Fluke sabía que estaba preocupado por las consecuencias del sexo sin protección, pero Fluke no lo estaba. Estaba perfectamente bien con todo lo que vendría. Así fueran armas, enemigos, entregas en medio de la noche o bebés.

—Quiero esto —dijo Fluke con seriedad.

—Mas te vale, conejito. Y no vuelvas a amenazarme con ir a buscar alguien más cuando me tienes a mí.

Fluke resopló divertido.

—No vuelvas a dejar que ruegue.

—Nunca más, conejito. Me tendrás a mí y a mi polla cada vez que quieras. Donde y cómo quieras.

Los ojos de Fluke brillaron con traviesa malicia.

—¿Rápido y sucio?

—Rápido y sucio, conejito —respondió Ohm a través de una risa.

—¿Podemos usar tu arma en los juegos previos? —Fluke ya estaba poniéndose duro otra vez al ver a Ohm colocar su semiautomática en la cinturilla de su pantalón contra su espalda.

—Sólo si no tiene balas.

—No eres divertido —se quejó Fluke, pisoteando el suelo como un niño haciendo berrinche.

—Y tú eres un sucio pervertido ¿Quién lo diría?

Las bromas ligeras hacían todo mejor entre ellos.

—Así me quieres —se mofó Fluke.

—Así te quiero, conejito.

Fluke volvió a recibir los labios de Ohm en un beso, tan adicto a ellos desde el primer contacto no hace mas de un par de semanas. Un beso intenso y devorador que duró hasta que se acabó el aire y Fluke se sintió colocado, pero mucho mejor que con ese té que había probado de NuNew una vez.

Ohm era como un depredador que se encargó de acecharlo hasta que logró atraparlo y Fluke estaba feliz de ser su presa.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

---

Aun queda un extra, esperemos por el... nuestra escritora esta tomándose su tiempo...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top