Extra ₄: El rey de Phadul

Hola corazones, como verán, después de un tiempo llega el último extra de esta historia. Espero que lo disfruten.

Pronto una nueva historia de mi amiga Holly.

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—La librería junto con el vivero están bajo la jurisdicción de Mew. El restaurante irlandés son territorio de Zee y NuNew. Ambos están en Su-wut, así que los Suppasit lideran el distrito —Off estaba sentado en la silla forrada de cuero frente al escritorio de madera oscura en el despacho del casino. La misma silla donde todo había empezado hace unos años, sentado frente al hombre que le ofreció una salida económica a cambio de placer y desde entonces todo había ido en dirección contraria a los planes, pero nada de lo que habría que arrepentirse. Las cosas eran como tenían que ser—. Dolly es la principal fuente de entretenimiento de Phana-dul y el edificio principal de operaciones —continuó Off, dando un informe del que todavía no tenía idea del porqué la urgencia —El bar de Nodt en Suay Village fue liberado de la investigación e hice los trámites para hacer un cambio de propietario. Ahora es territorio bajo la vigilancia de Ohm, ya que Fluke se negó a que siguiera yendo a los almacenes. Es un jodido celoso manipulador que tiene a Ohm agarrado por las pelotas —se burló.

Off hizo una pausa y se quedó viendo a Gun del otro lado del escritorio. Parecía algo disperso y poco atento.

—Bebé ¿Me estás escuchando? Para qué quieres esto. Ya sabes cómo estamos distribuidos...

Gun sacudió la cabeza y prestó atención de nuevo.

—Lo siento gatito, continúa.

Gun nunca dejaba el apodo y Off ya estaba más que acostumbrado. Era simplemente la forma cariñosa de hablarle en todo momento y prefería escucharle llamarlo de ese modo que escuchar su nombre de los gruesos labios de Gun, su nombre significaba que estaba en algún tipo de problemas, generalmente por tonterías como que Off desapareciera por demasiado tiempo sin decir dónde estaba. Gun no era un controlador, pero no podía evitar la paranoia después de todo lo que pasaron cuando Jeff Satur había secuestrado a Off.

Off evitaba darle a Gun motivos para enojarse, aunque realmente era que evitaba preocuparlo. Una cosa ridícula, porque si bien Jeff había sido un bastardo psicópata y había intentado poner a Off en contra de Gun casi lográndolo, había hecho algo a favor de Off y había sido que estúpidamente le enseñó a defenderse y atacar cuando era necesario. Al final, el arma que había estado preparando por meses para deshacerse de Gun había sido la que terminó matándolo a él mismo y Off le dispararía de nuevo al imbécil si volviera de entre los muertos y tratara de dañar a su familia.

Ahora, todo eso era un recuerdo del pasado, pero no hacía a Gun preocuparse menos por él y por Win, al igual que por su madre y los mantenía vigilados todo el tiempo. Off apreciaba el cuidado de Gun por su mamá y que se viera inclinado a complacerla tanto como era posible, incluso si el cáncer era sólo cosa del pasado, como Jeff y toda la mierda oscura de una conspiración en contra de Gun.

Off dejó el pensamiento a un lado y continuó con el informe. Gun era el jefe, además de su marido y no hacía las cosas a ciegas o sin una razón.

—Decía que Ohm está a cargo de Suay, lo que deja los almacenes de la zona a cargo de los niños perdidos. —El mismo Ohm había insistido en dejar que la pandilla principal, se hiciera cargo de los grandes almacenes en el distrito central. Estaba tan agradecido con ellos por haber sacado del camino al viejo Natouch, que se aseguró de incorporarlos al equipo. Sorprendentemente resultaron ser leales y eficientes en el trabajo de distribución y seguimiento y Gun no se opuso a la incorporación una vez que demostraron ser capaces—. Lo que nos deja como dueños de la franja central de Phadul, con nosotros en Phana-dul aquí en el casino.

Gun tarareó en aprobación al informe.

—¿Me dirás por qué pediste esto? —quiso saber Off.

Gun se acomodó en su silla, cruzando una pierna esbelta sobre la otra, haciendo que el traje azul oscuro que llevaba puesto se apretara en todos los lugares correctos. Los muslos, las caderas y la entrepierna.

Off no podía verlo exactamente desde su posición del otro lado del escritorio, pero conocía a la perfección el cuerpo de Gun y podría incluso reconocerlo con las manos en una habitación oscura. Sabía cómo se veía.

—Justo estamos en una línea divisoria en la ciudad. Lo sabes ¿no, gatito? —dijo Gun, empujando su silla hacia un lado, exactamente el mismo movimiento que hacía cuando quería a Off entre sus piernas.

Off rodeó el escritorio y se paró frente a Gun, viendo todo lo que ya había imaginado un momento antes.

—Es lo que acabo de decir, cariño. Si despliegas un mapa de Phadul, tu territorio se extiende desde el sur hasta el noreste con dos distritos centrales a cada lado del rio.

—Tenemos una reunión con otros líderes hoy gatito y tú y yo sabemos que no es para socializar. —Gun no sonaba precisamente preocupado—. Estamos dividiendo la ciudad y esas no son buenas noticias para la competencia.

Off lo sabía, pero no es como si Gun hubiera hecho una cruzada para ganar territorio. Los distritos que se habían integrado fueron el resultado de peleas ganadas con los enemigos. Gun solo recogía su cosecha. No era culpa suya que otros idiotas no supieran mantener las narices en sus propios territorios y esa mierda.

—No soy idiota bebé. Sé lo que vienen a buscar, lo que sea que vayan a encontrar es un asunto totalmente diferente —Off sonrió, se había vuelto tan normal su vida al lado de un jefe de la mafia, que no se veía de manera diferente desde hace tiempo. Su madre, su hijo y su marido con todo y lo que conllevaba este último eran su vida ahora— ¿Qué es lo que te preocupa?

—Pidieron expresamente que estuviéramos todos en la reunión, son más de una docena de hombres dispuestos a todo con tal de no sentirse desplazados.

—¿Nos quieren a todos aquí? —la reunión sería en el casino según lo acordado—. Eso deja las bases desprotegidas.

Lógicamente Off sabía que algo así era de esperarse.

—No exactamente gatito. Los niños perdidos se están organizando y habrá alguien en cada punto de interés a la espera de algún movimiento. El único que estará en la reunión como representante será Thanapob.

Gun siempre se había adelantado a todo, a cada posible situación y cuando no era de esa manera, siempre tenía un plan de contingencia. Pero...

—¿Qué pasa con nuestra casa? Mi madre-

—Tu madre estará en su propia casa con Win, Sky y los gemelos —interrumpió Gun, sabiendo lo que Off iba a preguntar. En sintonía siempre.

Sky, la hija de Fluke y Ohm siempre estaba en casa con Win y a veces los gemelos de Zee y NuNew se unían a la pequeña guardería, aunque ellos eran bastante más jóvenes. De igual modo, la madre de Off disfrutaba de ser la abuela alcahueta de todos ellos y Off se alegraba de que su madre tuviera una manera de pasar el tiempo ahora que Gun le había dejado muy en claro que no necesitaba hacer otra cosa que disfrutar su renovada salud sin preocuparse por nada. Ella era una abuela feliz.

—Así que... —Off dejó la oración incompleta, Gun tenía un plan. Siempre lo hacía y Off esperaría a que lo compartiera.

—Hay gente vigilando en cada distrito y obviamente la casa de mamá Dara. Así que, en lo que llegan los demás tú y yo podemos jugar gatito.

La voz de Gun era sedosa y lasciva, una invitación para Off.

Off tomó a Gun por las muñecas y lo sacó de la silla de un jalón. Gun siempre estaba al mando y a Off le gustaba de esa manera, nunca hubo duda del rol que jugaba en la relación, sobre todo cuando se trataba de sexo, pero a Gun le gustaba duro y Off había aprendido a darle exactamente lo que le gustaba.

Se deshizo de la chaqueta del traje a medida de Gun y lo giró en su sitio para que quedara de espaldas a su pecho, acariciando lentamente el abdomen de Gun sobre la tela de la camisa, empujando su cara en el hueco del cuello de Gun, tomando una gran bocanada de su aroma a flores, ese aroma que nuca sería capaz de olvidar.

—Te quiero, ahora mismo —jadeó Gun, empujando el culo contra la polla semidura de Off dentro de sus propios pantalones.

—¿Cómo me quieres bebé? —preguntó Off, mientras metía la mano derecha dentro los pantalones de Gun, acariciando las firmes nalgas que tantas veces había azotado hasta dejarlas de un rojo brillante, antes de enterrarse hasta el fondo en el apretado calor del culo de Gun, ese al que se había vuelto adicto desde la primera vez; y Off no era precisamente gay, porque nunca había visto a otro hombre con interés, pero Gun era todo lo que quería, el hombre por el que dejaría todo y vendería hasta el alma. Ya había hecho un trato una vez y si Gun le exigía uno nuevo lo tomaría. Era perfectamente feliz de pagar los intereses del modo que Gun prefiriera.

—Cógeme, gatito.

Off empujó los pantalones de Gun hasta que se agruparon en sus tobillos. Gun amaba los polvos rápidos en la oficina, donde cualquiera podría encontrarlos, sin juegos previos y sin preparación. Duro y desordenado y Off simplemente amaba complacerlo, servir para el placer de Gun.

—¿Así bebé? —preguntó Off, mientras inclinaba a Gun sobre el escritorio y se metía entre sus muslos, empujando su polla ahora completamente dura contra la raja de su culo, escuchando los jadeos necesitados de Gun amortiguados contra la madera oscura donde su cara estaba presionada—. Así es cómo te gusta ¿no? Que te coja desde atrás y te dé mi gran polla, empujando dentro de ti hasta que te quedes sin aliento y te corras sin tocarte, al mismo tiempo que te lleno con mi semen. Eso es lo que quieres ahora mismo.

Off se inclinó sobre la espalda de Gun, mordiéndole el lóbulo de la oreja, raspando suavemente con los dientes y luego lamiendo el escozor, sintiendo a Gun estremecerse debajo de él, derretirse contra él con necesidad y deseo.

Moviéndose un poco más, Off empuñó el suave cabello de Gun que ahora era completamente rubio, sin mechones de colores, pero igual de brillante y sedoso que siempre, jalando hasta que Gun no tuvo más opción que girar la cabeza y encontrar la boca de Off a su lado, juntando sus bocas en un beso abrazador, posesivo y lleno de promesas de mucho placer.

Gun le mordió el labio inferior y Off sintió como el placer se disparaba hasta sus pelotas, tan imposiblemente doloridas con la necesidad de descargarse. Gun sabía cómo provocar, como poner a Off al límite hasta que Off no era capaz de pensar en nada más que en follar en el apretado agujero de Gun hasta el olvido.

—Vamos gatito, lo quieres tanto como yo. Quieres follar mi culo y hacerme gritar tu nombre. Se bueno y fóllame de una vez.

Off enterró los dedos en las caderas desnudas de Gun, apretando con fuerza ante la oleada de lujuria que lo recorrió de pies a cabeza. A Gun le gustaba que Off le hablara sucio, pero le gustaba más desarmarlo con sus propias promesas sucias de placer inimaginable. Promesas que siempre cumplía.

Gun gimió ante la presión en sus caderas y Off dio una embestida tentativa, la cremallera de sus pantalones amenazando con estallar sin poder contener su polla lista y goteante. Con dedos temblorosos, abrió de un tirón y sacó su polla caliente, suspiró de alivio al sentir el agradable aire fresco antes de agarrarse con fuerza por la base tratando de contener su orgasmo. Gun había empezado a mover las caderas como si estuviera en celo, tentando a Off, abriendo más las piernas, mostrando su agujero apretado, palpitando, rogando por que la polla de Off lo estirara.

—Joder, bebé.

—Exactamente gatito. Joder.

Off empujó la punta de su polla contra la entrada arrugada. Podría tomarse su tiempo preparando a Gun con el lubricante que guardaba en uno de los cajones, pero Gun lo prefería así, crudo y doloroso. Le excitaba el dolor de la penetración y a Off le excitaba más por lo apretado que se sentía alrededor de él. Antes de que Off pudiera penetrar más dentro el culo de Gun, el mismo Gun se empujó hacia atrás empalándose a sí mismo en la enorme polla de Off.

Off gruñó y apretó los dientes con fuerza, podría correrse solo así. El interior de Gun estaba caliente, apretado y delicioso. Nunca cambiaría el culo de Gun por un coño. Nunca se compararía a la deliciosa sensación que lo envolvía hasta hacerlo jadear.

—Muévete Off. —Gun se estaba impacientando.

Con una sonrisa que Gun no podía ver, Off salió casi por completo del aterciopelado calor de Gun y luego empujó con fuerza hacia adelante, enderezándose para ver como su polla entraba y salía del cuerpo de Gun en rápidas sucesiones de empujes duros y castigadores.

Gun comenzó a gemir y devolver los empujes al mismo ritmo que Off y Off perdió el control, follando a Gun como si fuera la última vez o la primera, con una mano en la cadera de Gun y la otra en su hombro, haciendo palanca y dándose impulso para ir más tapido, más duro y más profundo.

—Umm... gatito. Sí. Eso es, folla mi culo así.

Gun balbuceaba, con la cara entre los brazos doblados sobre el escritorio, mientras Off jadeaba con fuerza y se enterraba profundamente en él, tratando de alargar el placer de Gun hasta que estuviera deshecho y rogando por más.

—Dámelo gatito. Córrete dentro de mí.

La autoridad en la voz de Gun era algo que Off nunca había podido resistir. Las pelotas de Off se contrajeron tanto que Off sintió como si también estuvieran enterradas en el culo de Gun. Embistió más fuerte y en el último empujón se puso de puntitas y descansó su peso sobre la espalda de Gun, cambiando el ángulo, golpeando a Gun en ese lugar tan dentro de él que lo hacía perder el sentido.

Off sintió como Gun se apretaba alrededor de él y luego se corrió sobre el escritorio con un gemido lastimero, arrancando el propio orgasmo de Off con un gruñido bajo y profundo, llenado a Gun con su corrida y desplomándose como peso muerto encima de él, jadeando en un esfuerzo por recuperar el aliento. Off se sintió casi ronronear de placer y felicidad y sonrió pensando en las veces que Gun le había dicho que parecía que lo hacía cada vez que terminaban de follar.

Bueno. Gun tenía algo con los gatos y Off estaba contento de ser uno para él.

Cuando Off sintió que podía respirar bien, se apartó con cuidado de Gun y volvió a sonreír al ver su pelo revuelto y su cara de bien cogido.

—Eres hermoso ¿sabes?

Gun le devolvió la sonrisa, intencionada y casi maligna.

—Lo sé —dijo Gun— me lo dices siempre, mi pequeño gatito heterosexual.

Off resopló divertido. Gun nunca se cansaría de restregárselo en la cara y Off no tenía problema con eso porque no había malicia disfrazada, sólo orgullo y presunción por parte de Gun.

Después de un momento, con la ropa nuevamente en su lugar, Gun se abrazó a Off, enterrando la cara en su pecho. Estos instantes eran los que hacían sentir a Off realmente poderoso, esos en los que Gun era simplemente suave, pero solamente con él, en la intimidad de sus momentos a solas. Gun era una fuerza a temer, pero Off quemaría el mundo si alguna vez alguien se atreviera a ir en contra de él.

—Están aquí.

La voz medida de Ohm sonó desde la puerta del despacho y Gun se apartó de los brazos de Off. Era hora de encontrarse con el enemigo y aunque Gun no tenía intenciones de crear una guerra, si esta venía a él sabía cómo enfrentarla.

Se encontraron todos en una amplia sala de reuniones. Zee ya estaba ahí, silencioso y calculador, sentado en una silla en de las esquinas del salón, con NuNew sobre su regazo. El chico nunca tuvo problemas con trepar sobre Zee dónde y cuándo fuera. Era táctil y maleable, tierno y adorable incluso, pero no te metas con él, nunca. El chico sabe cómo envenenarte sin que te des cuenta y Zee nunca dejaría que nadie se acercara a él a menos de diez metros.

Contra la pared del fondo, había al menos quince hombres, sentados en fila y a la espera. Gun ni siquiera los conocía a todos porque no le interesaba la mierda de los otros distritos y, sin embargo, aquí estaban, sintiéndose de alguna manera amenazados.

Estúpidos.

En paralelo a Zee y NuNew, Ohm se acomodó en su propia silla, con Fluke a su lado, sosteniendo su mano, como si Ohm fuera a desaparecer si el conejo alguna vez lo soltara. En cierta forma lo entendía. Fluke había pasado de la negación a un despertar más que necesario y con eso había arrastrado el miedo a perder lo que más le importaba. No sabía siquiera que Ohm se arrancaría un brazo por él sin pensarlo.

—¿Qué hago yo aquí, Ohm?

Gun oyó el grito susurrado de Fluke y luego la respuesta de Ohm a esa misma pregunta.

—Por si no te acuerdas, conejito, tú fuiste el que dijo en medio del club hace unas semanas que Gun era el rey de Phadul. Varios de estos tipos —dijo, apuntando con la barbilla a los hombres al fondo de la sala— estaban ahí en ese momento.

—¿Yo causé esto? —Fluke parecía genuinamente mortificado.

Gun ya estaba acostumbrado al inexistente filtro de cerebro a boca de Fluke y sus comentarios inoportunos en cualquier momento, pero no lo culpaba por la actual situación. Después de todo, no puedes agitar más un avispero que ya está revuelto. Esos hombres allí sólo estaban buscando una excusa para hacer su jugada.

Un segundo después Mew entraba por la puerta, acomodándose en la tercera esquina, de pie y con las manos en los bolsillos. Mew no usaba armas, pero tenía inteligencia y astucia que podrían resultar mortales. El hombre sabía cómo desmoronar al enemigo con palabras y torturar sin dolor si la situación se presentaba.

Gun se sentó en el centro y Off se paró justo detrás de él, obediente y a la espera.

Thanapob estaba frente a la puerta.

—Les daría la bienvenida —comenzó Gun — pero algo me dice que esta no es una visita social. Así que digan lo que quieren y déjenme trabajar.

Uno de los hombres, al parecer el elegido para representar, se inclinó y habló.

—Soy Krist Perawat, de Nakhon. Estamos aquí porque estás interfiriendo con nosotros. Tu territorio divide Phadul y en lo que a mí respecta, no deberías haberte adueñado de Suay. El distrito no pertenecía a Nodt y tú simplemente llegaste y te instalaste. Mi mercancía no puede circular, tu gente se entromete todo el tiempo.

Eso es lo que Gun esperaba. Esa gente ni siquiera sabía a ciencia cierta lo que decía. Sí, Suay no pertenecía a Nodt, pero sí al novio de Mixy y él había entregado el territorio de buena gana a cambio de que Mew le permitiera a su hermana irse del país con él y empezar de nuevo en otro lugar. Gun sospechaba que la niña caprichosa había sido la de la idea de ceder el distrito y marcharse.

Gun observó a otro de los hombres que parecía querer decir algo y lo dejó hablar.

—Su-wut le pertenecía a los Satur. Cuando tu hombre —dijo con desdén mientras miraba de soslayo a Off, de pie detrás de Gun— lo mató, era responsabilidad de su hermano.

Otro hombre ignorante.

El propio hermano de Jeff había cogido su mierda y se había ido corriendo de regreso a Irlanda para no volver jamás. Sus mismos hombres habían dicho que el tipo no quería enfrentarse a Gun.

Sujeto inteligente.

Después de eso, casi todos los hombres levantaron la voz al mismo tiempo y comenzó el caos. Cada uno de ellos tenía algo que decir y Gun podría jurar que ninguno tenía idea de si su argumento era cierto. Un disparo sonó y hubo una brisa de yeso y concreto.

Ohm repararía el agujero en el techo él mismo.

El silencio volvió a la sala, el alboroto olvidado.

—¿Qué es lo que quieren?

Gun vio a Off dar un paso adelante, esperando a que alguien respondiera a su pregunta.

Gatito imprudente.

Off no era tonto, pero Gun todavía se sentía protector con él. Off lo era todo para él. Su mayor fortaleza, pero también su debilidad y esos hombres lo sabían. Todo el mundo lo sabía.

—Queremos que liberen Suay y nos des un puente. Has partido la ciudad a la mitad —aportó Perawat.

—¿Qué gano yo? —si bien Gun no había entrado en una guerra por territorio, no estaba acostumbrado a renunciar a lo que era suyo y los cuatro distritos centrales ahora le pertenecían, no iba a soltarlos solo porque sí. Le iba muy bien con las nuevas redes.

—Será mejor que lo hagas o puedes arrepentirte Atthaphan. Todos ustedes —dijo el hombre, lanzando una mirada conspiradora en dirección a las esquinas, casi sonriendo.

Thanapob aprovechó el momento para acercarse a Gun con un teléfono en la mano. No dijo nada, solamente lo inclinó para que tanto Gun como Off lo vieran. Con un asentimiento de Gun se retiró.

—Saben que los establecimientos con los que operamos son legales —señaló Off como si nada—. El club que era de Nodt ahora es propiedad de Gun. El restaurante de los Satur también está a nuestro nombre y funciona como tal.

—Son tapaderas.

—¿No las tenemos todos? —preguntó Mew— Incluso si Gun decidiera dejar el terreno libre al norte, siempre tendrá negocios allí, nunca será territorio neutral. Su-wut por otro lado, es una asociación conmigo, por lo que no depende sólo de Gun y yo no estoy dispuesto a abandonar.

—Tienen que retirarse —exigió un hombre al fondo.

—¿O sino...? —preguntó ahora Zee.

—Ya les dijimos que todos ustedes se arrepentirán.

Gun esbozó una sonrisa mientras se levantaba de su asiento. Sabía exactamente lo que esos imbéciles estaban tratando de hacer. Intimidarlo, a él y a los demás, incluso estaban dispuestos a amenazarlos, pero Gun no era idiota. No había llegado a ser quien era siendo ingenuo.

—¿Por qué? ¿Por qué tienen gente vigilando mi casa? ¿Por qué intentaron quemar la librería de Mew hace una hora mientras estaba aquí? —Gun miró a todos esos hombres frente a él, uno a uno mientras hablaba— ¿Por qué creen que al reunirnos a todos aquí les sería más fácil acechar a nuestras familias y acorralarnos?

En un segundo, cada uno de los hombres frente a Gun apuntaba a quien pudiera dentro de la sala. Obviamente sintiéndose amenazados ahora que habían sido descubiertos.

—No van a salir vivos de aquí. Tratamos de hacer esto por la vía diplomática y te negaste. Es nuestro derecho.

Gun no se movió, ninguno lo hizo. Pero era más que obvio quien saldría muerto al final del día.

—Somos más que ustedes —dijo Perawat, —ríndanse por las buenas. Accedan a nuestras demandas.

—Imbéciles todos —dijo Gun. Sacó su arma y disparó.

Un disparo limpio a la garganta de Krist, luego más disparos desde atrás. Ohm disparaba a la diana a cada hombre cerca de él, Fluke sólo se agachó en la esquina. Una salpicadura caliente en la cara de Gun y supo que Zee había rebanado a más de uno, NuNew se había movido hasta donde el conejo se agachaba y Thanapob apuntaba a uno de rodillas en el piso. Un cañón caliente se apretó a la sien de Gun, pero desapareció tan rápido como llegó. Off sostenía su propio revolver contra la espalda del hombre que apuntaba a Gun y luego disparó.

—Nadie toca a mi Gun —dijo Off al cadáver tirado en el piso y Gun sonrió.

—Eres mi héroe —se pavoneó Gun, dándole un beso rápido a Off.

En cuestión de minutos, había más de una docena de cadáveres repartidos por el salón y un sólo sobreviviente. No se trataba de indulgencia o compasión, sino de demostrar un hecho. No el de una disputa de poder, sino de una advertencia.

Nadie se mete con Gun y su familia.

Quien lo intente pagará el precio y con ello unos muy altos intereses.

El pobre imbécil al que Thanapob encañonaba recibió el mensaje y se encargaría de repetirlo.

Fluke había tenido razón esa vez en el club y Gun acababa de convertirse en el rey de Phadul.


𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ 

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