Especial. NuNew

NuNew era, no solo un chico inocente, sino también un tonto. No había escuchado a su hermano mayor ni a su gemela cuando se lo dijeron una y otra vez antes. Él no debía enamorarse de ese hombre, sin embargo, ahí estaba, caminando a su casa en el medio de la noche, humillado y solo.

Desde que conoció a Zee Pruk ya no era el mismo. Tenía dieciocho años, era ingenuo y confiado, pero un corazón roto era lo último en lo que había pensado. Todo por culpa de Jeff Satur. El tipo que los había secuestrado a él y a su hermana y puso a su hermano mayor en un apuro, y el que hizo que conociera al hombre que se robó sus pensamientos y sus suspiros desde ese día.

Mew le había dicho que solo estaba deslumbrado y confundía el agradecimiento con algo que no era, pero NuNew ya había pasado la etapa del agradecimiento. Estaba contento por haber sido librado de un terrible suceso en el que aquel tipo intento abusar de él cuando trató de salvar a Mixy. Zee había llegado en el momento exacto para evitar que le hicieran daño, cercenando la garganta del hombre con un corte limpio y luego animándolo a decir lo que había pasado con suaves y reconfortantes palabras y NuNew había agradecido el gesto de las maneras en que sabía que podía. Fue amable, le hizo una de sus pulseras de cuentas de flores y le ayudó a investigar sobre plantas exóticas en el vivero detrás de la librería. NuNew sabía que de algún modo había devuelto el favor que Zee le hizo a él y a sus hermanos en una situación horrible.

Pero después de eso, NuNew no había podido sacarse de la mente la sonrisa de comercial o la mirada de modelo de pasarela de Zee. Era como esos actores de las películas, hermoso hasta la punta del pelo y era un mafioso, además. Uno de los empleados de confianza del señor Atthaphan, serio y malhumorado, letal también. NuNew no sabía que le había visto, pero supo después de un par de semanas que estaba enamorado, quizás un enamoramiento de adolescente, como le dijo Mew una tarde, pero ese enamoramiento ya había durado dos meses y solo se hacía más grande.

No ayudaba que las pocas veces que había interactuado con Zee, el hombre lo tratara con cariño, aun si era hosco con los demás. Que le sonriera y le hablara suavemente y que le dijera bonito. NuNew se sentía bonito cuando Zee lo decía, pero también se sentía triste cuando Zee lo rechazaba.

»Caminando hacia su casa, repasó las tantas veces que su hermana MiMi le dijo en su habitación que no debía enamorarse de un hombre peligroso, que solo le traería problemas. Sin embargo, ¿no se habían metido ellos ya en problemas y habían sido mafiosos los que los ayudaron a salir de ellos? Probablemente eran sólo las propias excusas que NuNew se inventaba para no darse por vencido. Su hermano mayor les enseñó desde de pequeños a ir por lo que querían, a ser sinceros y luchar por sus deseos. NuNew deseaba el amor de Zee.

Por eso había ido al casino Dolly por cuarta vez ese mes, a intentar obtener más atención de Zee, a tratar de que lo viera y poder confesarle sus sentimientos.

Debió escuchar a Mew.

—Deja al hombre en paz.

Pero NuNew alimentaba sus ilusiones cada vez que tomaba el teléfono de su hermano para enviarle un mensaje a Zee. Un buenos días o buenas noches, tenga un lindo día Phi Zee y Zee siempre le respondía de vuelta: tú también, bonito.

Tal vez solo estaba siendo amable, como le dijeron sus hermanos, pero él quiso intentar una vez más. Solo una.

No por nada era persistente y obtenía lo que quería. Cómo el curso en línea de botánica avanzada que hizo que Mew pagara para él y las estanterías llenas de libros de macrobiótica y justamente el vivero, que había sido todo su idea. NuNew sería persistente con Zee hasta obtener lo que quería. O no.

Cuando llegó al casino esa noche, parecía haber revuelo, pero se quedó un poco lejos. Mew le enseñó a no meterse más que en sus propios asuntos y la agitación del señor Atthaphan por la invasión de la casa de su lo que sea no era su asunto. Todos iban y venían y hasta el odioso de Fluke estaba ahí, pero NuNew esperó, tenía una excusa muy buena para estar allí y de paso aprovecharía y se acercaría a Zee.

Zee, que cuando lo vio se molestó y le gritó. Zee que lo tomó del brazo y lo sacó a empujones como si fuera uno de esos borrachos que armaban lio en el casino y la seguridad arrojaba a la calle como sacos de papas.

—Phi Zee, espere.

—No deberías estar aquí niño.

Zee lo agarró tan fuerte del brazo, que NuNew ya podía sentir los hematomas formándose bajo su suéter.

—Quería verlo Phi y darle algo que en algún momento podría servir.

—No me interesan tus pretextos. Este no es un lugar para un niño como tú, además estoy ocupado. Vete.

—No soy un niño, Phi.

—Para mí lo eres.

Esas palabras se repetían en ecos en su mente mientras giraba en la esquina de su casa. Era tarde en la noche y seguro Mew estaría preocupado por él.

—Me gusta mucho, Phi —se había atrevido a decir. Tal vez si lo confesaba, Zee lo vería diferente.

—¿Viniste hasta aquí para decir eso? No me gusta cuidar niños. Vete.

—Pero-

Zee no lo había dejado decir más y lo llevó a rastras hasta el estacionamiento del casino, justo donde NuNew se dio cuenta que quizás si era un niño, un mocoso, porque estaba a punto de llorar como uno delante de un hombre que acababa de decirle que no le importaba y lo peor de todo es que sus hermanos se lo habían advertido y él no los había escuchado.

No pudo evitar hacer un puchero, exactamente como un niño, pero se tragó las lágrimas y con lo último de su dignidad le entregó a Zee lo que había llevado para darle al señor Atthaphan. Una pequeña bolsa que olía a yerbas y especias.

—Mi hermano me pidió que preparara estos. Son infusiones orgánicas que funcionan como un reconstituyente cerebral. Quizás los necesiten cuando encuentren al señor Jumpol. —NuNew se dio la vuelta sin decir adiós y caminó todo el recorrido de regreso a casa.

Cuando llegó, Mew estaba sentado en la sala con un libro en las manos, pero no mencionó los ojos rojos que estaba seguro se veían a kilómetros de distancia y se sorprendió de ver que Mixy lo esperaba en su habitación con un tazón de helado. Al menos tenía los mejores hermanos del mundo.

Zee se arrepintió de lo que dijo inmediatamente cuando vio la cara de NuNew.

Sí, para él era NuNew o bonito. Su niño bonito.

Era la tercera o cuarta vez que el chico llegaba al casino y merodeaba a Zee, siempre cerca, pero no lo suficiente para estorbar. Solo viéndolo y sonriéndole, como un pequeño rayo de sol que se había quedado atrapado dentro después de que se había hecho de noche.

A Zee no le molestaba la presencia de NuNew, le molestaba como los clientes del casino se lo comían con las miradas y él ni cuenta se daba. Le molestaba que una criatura tan pura estuviera en un lugar como ese, donde las personas llegaban a emborracharse, jugarse hasta el último centavo o conseguir algo directamente de Gun Atthaphan, su jefe, probablemente drogas, armas o un préstamo de dinero. A Zee le molestaba que su vida sucia manchara la luz de NuNew.

Sabía que NuNew tenía un enamoramiento con él. Era lo suficientemente mayor y experimentado para reconocer la actitud del chico. Mierda. Si Zee se engañaría a si mismo diciendo que a él no le gustaba el chico también, pero eran como el agua y el aceite, Un agua demasiado cristalina y un aceite demasiado negro. Zee no sería quien ensuciara la inocencia del chico,

Por eso es que tenía que cortarlo ahora que estaba a tiempo, ahora que NuNew era un joven curioso y podría encontrar a alguien mejor, alguien que tuviera su edad, no los treinta que ya cumplía Zee y alguien que alimentara sus sueños e ideales, no un hombre que se manchaba las manos de sangre y se alimentaba con dinero sucio.

Por eso y por la frustración de que su jefe no quería llevar guardaespaldas, después de descubrir que probablemente Off Jumpol seguía vivo y que Jeff Satur había vuelto a Corea trayéndolo con él, es que Zee le había hablado tan duro y había sido tan grosero.

Le gustó y le dolió tanto que su chico bonito le confesara que él le gustaba, pero no podía hacerle eso a él, no podía arrastrarlo a su vida, a donde no pertenecía. Fue esa la razón que lo llevó a despreciarlo y usar la excusa más baja que pudo haber utilizado. Llamarlo niño y tratarlo como uno, cuando sabía que NuNew era demasiado maduro para sus dieciocho años.

Verlo aguantar las lágrimas de tristeza y desilusión fue duro, pero necesario, aunque se haya arrepentido de cada palabra desde antes de que salieran de su boca.

Cuando lo vio irse supo que había logrado su objetivo, NuNew se aferraría a lo que le quedaba de orgullo y dignidad, pero era lo mejor para él, aunque a Zee le doliera el corazón por su niño bonito.

Lo siguió todo el camino a casa desde una distancia prudente, Había sido un hijo de puta que le rompió el corazón, pero se aseguraría de que volviera a salvo y lo cuidó hasta que lo vio entrar a su casa y luego se dio la vuelta.

—Le rompiste el corazón a mi hermano. —la voz de Mew salió desde las sombras de la entrada a la casa.

—Créeme que es mejor así.

Mew salió y se paró bajo la luz de la farola.

—¿Para quién de los dos? Para él o para ti.

—Me sorprende que te estés tomando tan bien el hecho de que tu hermano esté enamorado de un hombre como yo.

Zee le dio la cara a Mew bajo las luces de la calle.

—¿Qué clase de hombre eres Zee?

—Soy mucho mayor que él y trabajo por debajo de la ley ¿Cómo podrías estar bien con eso para él?

Mew soltó un suspiro y se recostó contra el muro de su casa. Zee no estaba seguro de qué era lo siguiente que el hombre iba a decir. Tenía un aspecto que exudaba sabiduría y Zee se imaginó demasiado discordante entre los hermanos Suppasit. Definitivamente NuNew se merecía algo mejor.

—Yo veo a un hombre que tiene sentido de lealtad y demasiado buen corazón —le dijo, y Zee fue a protestar, pero no lo dejó— Sabes que tengo razón. Si no, entonces por qué estás tratando de hacer que NuNew te odie. Sientes que no eres bueno para él, aun si sabes que él es bueno para ti. Pero no seré yo quien te de esa lección de vida. NuNew es joven y como seguramente estás pensando, en algún momento lo va a superar y encontrar a alguien "adecuado" —Mew hizo énfasis en la palabra— espero que tú también lo superes y estés listo para verlo seguir con su vida.

—Si yo fuera tú, estaría contento de que mi hermano se alejara de un hombre malo como yo —contraatacó Zee, para no dejar ver que se moría de celos de sólo pensar en NuNew con un chico de su edad y sus mismos ideales.

—Yo no soy un santo Zee. He llenado mi cuota de cosas malas por hacer y sé que no es algo de lo que estar orgulloso, pero he hecho cada cosa por el bien de mis hermanos. Tú has hecho lo tuyo por tus propias razones, pero si no te arrepientes de ello es porque ha salido algo bueno de ahí.

—Me ha ayudado a sobrevivir desde que recuerdo.

—Bien. Lo hecho, hecho está. Dile al señor Atthaphan que si necesita algo de mí, no dude en llamar y dale lo que te dio NuNew. Si su hombre aparece pronto, podría necesitarlo, mi hermano pasó días investigando y preparando las mezclas de esas infusiones.

Sí. Definitivamente Zee se sentía como el más grande hijo de puta, pero ya lo había dicho Mew: lo hecho, hecho está. NuNew era un sol que merecía brillar y él era solo una nube negra y sucia que solo lo iba a opacar.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top