4. Cheque en blanco
—¿Por qué no me dijiste que además del dinero tenía que pagar intereses, Fluke? Y no cualquier interés.
—Lo siento Phi. Mi primo dijo que no era la gran cosa. Solo unos cuantos recados para el hombre y ya ¿Qué te pidió a ti?
Off no iba a decirle a su amigo qué clase de cobro de intereses le pensaba hacer Gun. Es verdad que le dio dos opciones al final de todo, pero por alguna razón, ser un mensajero no le convencía del todo.
No es que follarse al tipo le gustara más ¡eh!
Solo es que, si lo descubrían haciendo algo ilícito y lo metían a prisión, no solo estaría en enormes problemas, sino que también decepcionaría mucho a su madre. La razón por la que estaba a punto de tomar dinero prestado de una persona peligrosa y sexy...
Off se deshizo del pensamiento con un movimiento de su mano. Fluke se le quedó viendo extraño.
—Phi dime que no tienes que matar a nadie. Si es así, no lo hagas. No vale la pena.
—No Fluke. No me pidió matar a nadie. Incluso el maldito se burló de mí, diciendo que antes de intentar matar alguien me moriría yo de los puros nervios. Y la verdad es que no se equivoca.
—¿Entonces...?
Off definitivamente no diría la primera opción que tenía. Fluke no dejaría de joderle la vida eternamente si se enteraba de que Gun le ofreció sexo como una forma para pagar.
—Pues supongo que lo mismo que tu primo. Me dijo que serviría como mensajero, pero no fue específico con el tipo de mensajería —no era mentira, pero tampoco la verdad completa.
—Eso es bueno Phi. Entonces ¿tienes el dinero?
Off siguió dando detalles a medias sobre su conversación con Gun a su amigo durante un rato más. Ya habían pasado dos días desde la reunión con el hombre hermoso, como le había apodado y aun no se decidía.
Ser mensajero era la opción más viable. Si tenía cuidado nada malo pasaría, pero por alguna razón no dejaba de pensar en la forma en que había reaccionado su cuerpo a las insinuaciones de Gun.
Aun podía oír su voz clara y sonante en su cabeza, la imagen de todo él era muy vivida y cada pequeño detalle de sus gestos, movimientos y la confianza que emanaba de Gun y... mierda, la mamada que le había dado.
Ese día tuvo que llegar a casa y encerrarse en el baño a masturbarse por horas para eliminar la presión dolorosa en su bajo vientre. Después de haber logrado por cuestión de un milagro —según Off— que Gun lo excitara de ese modo y enviarlo al límite, para después dejarlo con las ganas, la frustración había sido casi enloquecedora. Esa misma noche había soñado con toda la escena un par de veces.
La lengua húmeda de Gun lamiéndolo como si fuera un caramelo. Sus carnosos labios envolviéndose a su alrededor, ejerciendo la presión correcta sobre su polla y, su garganta. Jodida mierda su garganta. Se lo había tragado hasta la raíz sin esfuerzo y se sintió como el cielo. Ninguna mujer —y no es que hubiera muchas— se había llevado su polla hasta el fondo.
Gun debía haber hecho eso miles de veces.
Pero no es que Off fuera gay. Que le haya gustado la mamada, no lo volvía gay, a él no le gustaban los hombres, ni las pollas. Disfrutaba de un coño húmedo y caliente, pero recordaba las palabras de Gun y su mente se iba al carajo.
Mi culo es más apretado...
¡Que lo jodan! Trataba se no imaginarse eso, pero no podía ¿Qué se sentiría estar dentro de un hombre? No, no. No cualquier hombre. Dentro de Gun Atthaphan.
Se estaba volviendo demente si seguía pensando y considerando esas cosas.
Ya casi era el día en que debía tomar una decisión al respecto. Las últimas dos semanas se le habían pasado volando. Entre pensar la mayor parte del día en las opciones del trato con Gun, trabajar lo más eficientemente posible y cuidar de su madre las pocas horas libres que le quedaban. Su madre estaba mejorando considerablemente y se dijo a sí mismo que cualquier sacrificio valía la pena por ella, que lo había criado de la mejor manera durante toda su vida.
No iba a esperar otro llamado del hospital. No, si ya tenía casi en sus manos el dinero que necesitaba para pagar las deudas y adelantar un poco las cuotas de la nueva etapa del tratamiento. La última y su madre estaría libre del cáncer al fin. Esa era la esperanza que le daban los médicos y se aferraría a esa esperanza con todas sus fuerzas.
Justo dos días antes de cumplirse el plazo en el hospital, Off estaba de vuelta en Dolly, sin saber aún cuál de las dos opciones de pago elegiría, o eso quería pensar. Dentro de él crecía una anticipación que se hacía más grande con cada segundo que pasaba, pero eso no significaba nada ¿verdad?
—Gatito, volviste —la voz sonante, pero suave de Gun le envió escalofríos por todo el cuerpo— ¿Ya decidiste que harás para mí, a cambio del dinero?
—No entiendo el afán de llamarme gatito. Desde el primer día te has empeñado en decirme así.
—Oh, ¿es que no te has visto en un espejo? Pareces un lindo gatito y a mí me encantan los gatos. La única confirmación que me falta es verte sonreír y estoy casi seguro que no me equivoco. Pero vamos, ¿Qué has decidido?
Off tragó fuerte y desvío un poco la mirada antes de contestar.
—Yo...
—Aún no lo decides, al parecer. Puedo ayudarte con eso si quieres.
Voy a convencerte de follar conmigo gatito.
Gun se acercó a donde Off estaba sentado, en la misma silla de la vez anterior, con un sobre amarillo en una de sus manos. Se paró frente a él y se inclinó hasta casi rozar sus narices.
—¿Qué... qué haces? —tartamudeó Off con el nudo en el estómago subiendo hasta su garganta.
¿O era bajando hasta su polla?
—Ayudándote a decidir gatito —respondió suavemente.
Gun levantó la mano donde sostenía el sobre y a la vez se acercó un centímetro más al rostro de Off.
—Lleva este sobre a Jeff Satur en el distrito Phana-dul antes de media noche y vuelve vivo para recibir tu cheque o...
—¿O? —fue solo un susurro tembloroso.
Gun sacó la punta de su lengua y lamió sus propios labios gruesos y rosados antes de extenderla un poco más hacia afuera y rozarla con los labios de Off.
Por instinto los labios de Off se entreabrieron como buscando o esperando algo, cerró los ojos y se abandonó a lo que vendría.
—O deja que termine lo que empecé el otro día.
Más que una opción, sonaba a imposición y que fuera tan demandante estaba poniendo dura la polla de Off ¿Qué se sentiría solo dejarse hacer? ¿Qué Gun lo amarrarse a la silla y se comiera su polla sin que él pudiera hacer nada más que ver y disfrutar? ¿Dejarse montar como si la vida se le fuera en eso?
Off ya había decido, o más bien Gun lo había hecho por él al apretar su entrepierna y robarle un profundo gemido. ¿En qué momento se había puesto tan duro?
El sobre fue dejado caer al suelo y Gun se abalanzó sobre Off en un beso demandante.
No vas a escapar de mi gatito.
Off devolvió el beso con avidez, pero le era difícil seguir el ritmo. Estaba perdido en el deseo y no pudo más que dejarse hacer.
—Dijiste que terminarías lo del otro día.
—¿Eso quieres gatito?
—Por favor —suplicó Off.
—Pídelo. Ruega por ello y te lo daré. Voy a hacerte la mejor mamada de tu vida y vas a olvidar lo que es estar con una mujer.
Off ahogó un gemido en su garganta, mientras su adolorida polla palpitaba dentro de sus pantalones.
—Chúpame Gun. Chupa mi polla y hazme venir.
—Por supuesto gatito.
Gun entonces se acomodó entre las piernas de Off y con gráciles movimientos, expertos y rápidos tenía frente a su rostro la verga grande y caliente de su gatito.
Delicioso
Pasó primero la punta de su tibia lengua por el glande, rojo y húmedo, palpitante de deseo, robando un suspiro grave de la boca de Off. Besó la coronilla y lamió sus labios para probar una vez más el sabor propio del que pronto sería su amante.
Lo deseaba, muy mal. Nunca había deseado a un amante, tanto como deseaba al hombre sentado frente a él. Podía ya imaginarse siendo sometido por él, ordenándole que le hiciera esto o aquello y empezaría ahora mismo.
—Quiero que mientras te chupo me jales el cabello con fuerza y me hagas llegar hasta el fondo.
—Pero... —Off no entendía la necesidad, si ya sabía de ante mano que Gun podía llevarlo hasta el fondo de su garganta sin problemas, pero algo en la orden hacía a su polla reaccionar y ponerse más dura aún si era posible.
No sabía si era la imagen mental de él empujando a Gun hacía abajo con fuerza, o lo demandante de las palabras que no daban espacio a réplicas o ambas cosas juntas, pero se dio cuenta en ese momento que no le disgustaba tener que hacerlo.
Tomó entre sus dedos los coloridos mechones de la cabeza de Gun y lentamente acarició para dar señal de que cumpliría la orden.
Gun sonrió y con una última lamida al glande bajó su cabeza para comenzar a tragar el trozo de carne. Lento y desesperante hasta que Off sintió un leve apretón en su pierna y fue la señal de que debía hacer lo que se le ordenó.
Apretando fuertemente el cabello de Gun, comenzó a empujarlo hacía abajo y la sensación casi le arranca un grito placentero.
La garganta de Gun se abría para dar cabida a su polla y apretarse alrededor de esta, primero en movimientos acompasados, pero firmes. Sin embargo, a medida que la boca de Gun tomaba más y más de él y su húmeda lengua acariciaba las venas que resaltaban, fue difícil contenerse. Con ambas manos empujó fuertemente la cabeza de Gun y sintió como su polla desaparecía en la húmeda y caliente cavidad.
¿Se sentiría así estar dentro de su culo?
El solo pensamiento ya lo tenía rayando la desesperación por liberarse y si Gun le había pedido que fuera rudo, entonces lo sería.
Con las manos empujaba hacia abajo la cabeza de Gun y a la vez elevaba las caderas hacia arriba para que el encuentro se fuera a mitad de camino.
Gun disfrutaba de aquello. Le gustaba que fueran rudos con él en el sexo, pero algo en la desesperación de Off lo ponía a mil. El hombre buscaba con todo su ser liberarse y estaba maltratándole la garganta como a él le encantaba. Tanto que no podía parar de emitir gemidos ahogados, por la verga que le obstruía la respiración en ese momento. Iba a correrse ahí mismo por el simple hecho de estar siendo utilizado de aquella manera y como bono extra a su deleite, el sabor de Off era el mejor que jamás hubiera probado nunca.
Cada embestida de la polla de Off golpeaba la campanilla en la garganta de Gun y cada ruidito desesperado de este, enviaba vibraciones a la polla de Off.
"La mejor mamada de mi puta vida", pensó Off.
Hasta que no pudo más y con un gruñido de satisfacción, Off se corrió fuerte dentro de la dulce boca que lo estimulaba y se quedó viendo mientras duraban los espasmos, como Gun tomaba hasta la última gota y lo tragaba todo, para luego lamer sus labios rojos e hinchados.
La vista era sublime para ambos.
Gun veía a un descompuesto y satisfecho Off, jadeando y sudando con la mirada perdida por en el placer del orgasmo.
Te ves precioso después de correrte gatito.
Off miraba a un desaliñado, pero siempre hermoso Gun, con las mejillas sonrosadas, el cabello desordenado y la mirada cristalizada por las lágrimas.
No sería un trato difícil de cumplir para Off, si iba a ser capaz de ver las estrellas cada vez, de la manera en que acababa de hacerlo.
Después de arreglarse un poco las ropas, Gun entregó a Off un cheque, pero este solo llevaba su firma.
—No has puesto la cantidad —aclaró Off, viendo fijamente el pequeño papel en sus manos.
—He comprobado que serás un buen amante. Obediente y dispuesto. Ya quiero sentirte dentro de mí y me hagas todo lo que yo te pida. —La flácida polla de Off palpitó de nuevo dentro de sus pantalones— Toma la cantidad que quieras. Los cien mil o un poco más. Tenemos un trato y sé que lo sabrás cumplir. Ahora vete, yo te llamaré para que hagas el primer abono a los intereses.
—Esto es una trampa ¿no? —El escepticismo bañaba la voz de Off— me das un cheque en blanco, para que tome cualquier cantidad de tu dinero y ¿luego qué?
—Luego tus intereses serán cobrados de acuerdo al monto que hayas elegido gatito. —Gun le guiñó un ojo coquetamente y le dedicó una sonrisa de eyesmile a Off antes de abrir la puerta del despacho y salir, no sin antes decirle—: Será un placer hacer negocios Off Jumpol.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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