34. Como un fiel sirviente

Off se quedó sentado en la sala, solo y confundido.

¿Qué había sido eso?

Disfrutó de acompañar a Gun mientras tomaba la cena, verlo comer cada bocado y saborear todo. Se sintió cómodo junto a él y se tomó el tiempo de observarlo.

Gun era hermoso y delicado, pero engreído y peligroso. Dos aspectos que lo volvían fascinante a los ojos de Off.

Atrás había quedado el rencor implantado en una mente y corazón vacíos y la curiosidad de los últimos días se convirtió en anhelo. Off deseaba a Gun, a su boca, a su cuerpo, su calor y ser. Deseaba saber lo que se sentiría descansar a su lado después de un orgasmo y recibir esa posesividad que Gun enmascaraba tan fuertemente. Le gustaba pensar que Gun podía dominarlo, aun si era Off el que lo follaba, y que lo mimaría después del acto, le dijera lo bien que lo había hecho.

Ambas partes de Gun eran tentadoras. La conexión física y lo que iría más allá.

Por eso había decidido seguir el consejo de su madre y lo esperó para la hora de la cena, como todos los días, pero con un objetivo en mente. Por eso le dijo a Gun que quería intentar el acercamiento entre ellos, la intimidad. Pero algo había salido mal en el plan. Gun se veía molesto y herido y no sabía por qué.

Podría ser cosa del embarazo y los cambios de humor.

Off sonrió.

Gun era una delicia a la vista y su pequeño vientre solo lo hacía ver más hermoso, sobre todo porque sabía que el bebé que llevaba era suyo. No recordaba aun los detalles de su concepción, pero sentía que lo amaba y volvería a abrir agujeros en las cabezas de quien fuera que intentara dañarlo.

Ese bebé era solamente una razón más para intentarlo con Gun. Pero principalmente porque Off ya no podía contener la necesidad por Gun que había ido creciendo con los días, viéndolo ser simplemente él. Verlo y oírlo hablar de su dominio y de cómo la gente evitaba meterse con él si conocían el valor de sus vidas, lo excitaba. La dominancia que vivía dentro del hermoso y delicado cuerpo de Gun era excitante y llamativa.

Off sólo se había contenido porque no encontraba la manera correcta de acercarse y expresar sus deseos. Seguía sintiéndose intimidado de algún modo y temeroso de quedar en ridículo. Pero cuando por fin tomo la iniciativa, todo pareció salir mal.

Y por alguna razón, el rechazo de Gun se sintió como un deja vú, como si no fuera la primera vez que era dejado con la intención y las palabras en la boca. Y se sintió amargo que Gun cortara su intento de acercarse.

Pero Gun ya le había dicho que lo amaba. Lo demostró con sus actos.

Lo buscó cuando desapareció, se enfrentó a Jeff, le contó todo mientras Off lo amenazaba con un arma, cuidó de su madre y mantuvo al bebé.

Entonces, Off tuvo que haber hecho o dicho algo mal.

Pero ¿Qué?

"Si sientes que no está saliendo bien, solo insiste. Suele ser orgulloso, pero no es indiferente. No dejes de insistir."

Bueno. Su madre debía tener razón si le dio ese consejo antes de irse. Ella probablemente sabía más de su relación con Gun que él mismo en ese momento. Se sentó ahí y repasó la conversación desde que Gun había llegado a casa.

Nada parecía estar mal. No fue brusco, le sirvió de comer, lo acompañó, lo escuchó con atención mientras le hablaba de su día y luego, cuando Gun preguntó, Off le dijo lo que tenía en mente. El último médico que lo vio sugirió lo de repetir las actividades que solía realizar.

¡Santa mierda!

Off lo hizo sonar como si sólo fuera un experimento más. Otra prueba de ver si funciona o no. Gun debió pensar que Off no lo quería realmente y por eso se molestó. Era justificable que Gun se levantara y lo dejara solo, por idiota.

Era hora de insistir, como dijo su madre.

Se levantó y fue directo a la habitación de Gun. Tenía que aclarar su punto, porque lo que menos quería era lastimar los sentimientos de Gun.

Golpeó suavemente la puerta dos veces, pero Gun no respondió, así que lo intentó de nuevo, golpeando un poco más fuerte y Gun continuó sin abrir. Al final se decidió por abrir la puerta él mismo y ver si Gun estaba bien. Podía ver que la luz estaba encendida por el resplandor que se filtraba por la rendija del piso.

—¿Gun? —asomó la mitad del cuerpo por el espacio que dejaba la puerta entreabierta.

En ese momento, Gun salió del baño, con el cabello húmedo, haciendo resaltar los mechones de colores en contraste con el rubio, con sólo un pantalón de pijama ajustado a sus caderas por debajo de la curva de su vientre, las gotas de agua hacían ver su piel dorada más brillante a la luz de la lámpara en el techo.

Off se quedó embobado ante la vista.

Era totalmente hermoso con ropa holgada que ocultaba su vientre y la mayor parte de piel, pero sin camisa era simplemente belleza sobre pies. Esbelto, impecable y encantador. El embarazo solo lo hacía ver más bonito y acentuaba la curva de su trasero, y los dedos de sus pies eran adorables. Off quería besarlos uno por uno y luego subir por sus largas piernas, midiendo su longitud hasta llegar a sus muslos y usar su boca para medir su diámetro. Contar cuantos besos podría dejar de un costado a otro sobre sus caderas y qué tan grande había crecido su vientre desde el nacimiento del pubis hasta debajo de sus pezones marrones.

Off podría medir la altura total de Gun si se lo permitiera, comprobar la suavidad de esos labios con los que había estado soñando y probar el sabor de su boca mientras dejaba salir sonidos de placer.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Gun, sacándolo de sus pensamientos.

—Yo —tragó a través de su garganta seca— Quiero explicarme. Lo que dije, estuvo mal.

Off entró a la habitación sin esperar a ser invitado, Si se quedaba quieto, a pensar, Gun lo echaría.

—No quise decir lo que-

—No importa. Deberías ir a dormir.

Off caminó y se quedó de pie frente a Gun, muy cerca. No eran de la misma altura, pero Off sabía quién de los dos era el que dominaba. Aun así, no se detuvo y dijo:

—¿Por qué siento que no es la primera vez que te niegas a escucharme?

Gun se alejó y observó a Off con interés. Off le devolvió la mirada.

—Cuando Fluke se encontró conmigo la primera vez, viniste aquí después y dijiste que te escuchara.

—¿Y no lo hiciste?

Gun negó con la cabeza.

—Me escucharás ahora.

Gun asintió con suavidad.

—No quiero esto solo porque un doctor vino aquí y dijo que lo hiciera. —dijo Off— Lo quiero porque siento que es lo correcto, porque te deseo, Gun.

—¿Por qué ahora?

—No ahora. Desde la noche en que nos deshicimos de Jeff. Tú mismo lo dijiste y lo demostraste, mi cuerpo reacciona al tuyo, pero me intrigas en muchos otros sentidos. Si no hice nada antes, es porque no sabía cómo hacerlo.

Off dio un paso al frente y volvió a llenar el espacio entre ellos. Se inclinó sobre Gun y susurró:

—Aun si no puedo recordar, sé que hay algo aquí.

Gatito. —murmuró Gun.

Las manos de Off viajaron hasta la cintura de Gun y acariciaron el suave vientre, rodearon la espalda de Gun y se deslizaron de arriba y abajo hasta su trasero levantado y luego a los muslos, para después volver a la cintura y quedarse allí.

—Me quieres, Gun y yo te quiero. Aquí y ahora.

—¿Qué quieres hacer? —preguntó Gun.

—Lo que tú quieras bebé. Estoy para ti.

Off sintió que Gun se estremecía y lo siguiente fueron los labios rosados y esponjosos de Gun aplastando los suyos.

Era una sensación tan nueva y tan familiar al mismo tiempo y Off lo bebió como si fuera la última gota de agua en el desierto. Lo besó por su cordura y su deseo y su vida. Apretó a Gun contra él y sintió al bebé entre ellos. Rompiendo el beso para ver hacia abajo y trazar una línea imaginaria con la yema de su dedo índice sobre el pequeño vientre.

—Dime que hacer —pidió Off.

—Siempre lo he hecho —respondió Gun con los ojos brillantes de necesidad.

Off fue empujado hasta la cama en el medio de la habitación y el gato de Gun saltó de debajo de la cama hasta el sofá apoyado en un rincón.

La mirada de Off se clavó en el gato por un segundo.

—Eso también pasó antes ¿cierto? ¿Minimini solía saltar entre nosotros? Tengo esa sensación como antes.

—Maldita sea, —espetó Gun— debimos hacer esto hace semanas.

Off se encontró con los brazos y el regazo llenos de Gun al segundo siguiente. Un momento más tarde Gun lo besaba de nuevo. Más hambriento que la primera vez y asegurándose de dominar su boca con su lengua y sus dientes. El cabello de Off era jalado con fuerza y sus labios se sentían adormecidos por un beso agresivo y demandante.

Le gustaba. Demasiado.

—Tócame gatito. Acaríciame, apriétame.

Off obedeció como un fiel sirviente.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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