30. Desarmados y expuestos

—Zee. Son las dos de la mañana ¿Qué haces despierto si no estás en el casino?

Me dieron órdenes de vigilar el loft y el jefe no ha vuelto desde que salió de su oficina. La señora Jumpol está... preocupada.

—¿Gun no ha vuelto? ¿Ya intentaste localizarlo?

No responde mis llamadas y...

—¿Y?

Fluke no se quedó a pasar la noche con la señora como le dijo el jefe.

Jeff entró en la habitación, abriendo la puerta de par en par y parándose firmemente delante de ella, portando una mirada satisfecha y arrogante.

—Una vez más lo hiciste bien Off. Estoy muy contento de que hayas sido tan eficiente como has demostrado ser. —Jeff entró en la habitación como si fuera la suya, sonriendo como el gato que se comió al ratón y viendo con complacencia a Gun que se encontraba encañonado con un arma en la cabeza.

La situación había empeorado. Gun no había alcanzado a decirle a Off que estaba embarazado, pero sabía que lo había sentido. La mano de Off había cubierto casi por completo el bulto de su vientre cuando lo tocó, no había manera de confundir eso, de no darse cuenta de que lo que Gun había estado escondiendo celosamente era a su bebé, pero, aun así, Off no recordaba nada y no iba a creerle que el bebé era suyo, de los dos. Estaba en clara desventaja en ese momento, siendo apuntado a la cabeza por su propia arma y por la mano del hombre que tanto había estado buscando y tratando de recuperar. Off era ajeno a todo por culpa de Jeff y ahora que estaban los tres frente a frente no sabía cómo se suponía que debía terminar todo.

No era inteligente comenzar a gritar y tratar de poner en evidencia a Jeff. El hombre podría matarlo ahí mismo u ordenarle a Off que lo hiciera y Off lo haría. Seguía creyendo en las mentiras que Jeff le había metido en la cabeza y nada de lo que Gun logró decirle antes de que Jeff llegara parecía haber hecho a Off al menos dudar de absolutamente nada. No podía precipitarse estando tan vulnerable, pero no podía quedarse quieto esperando el siguiente movimiento de Jeff.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo Jeff? —preguntó Gun.

—Oh, solo estoy obteniendo venganza y la más dulce que podría imaginar. —Jeff miró a Gun de pies a cabeza, analizándolo y observándolo como a una presa a punto de caer— Pero antes quiero que me digas: ¿Qué se siente estar en mis manos por fin y no tener el poder hacer nada?

—¡Jódete, Jeff!

Jeff se rió, pero rápidamente la risa murió y fue reemplazada con silencio, unos segundos aterradoramente largos en los que sólo hubo un intercambio de miradas y el susurro del aliento de Off detrás de Gun. Jeff hizo un gesto con la mano y el calor del cuerpo de Off detrás de Gun desapareció, y luego Off estaba apuntándole desde el frente otra vez, de pie junto a Jeff.

—Ahora. Volveré a mis dominios y me apoderaré de los tuyos. Los dos distritos más grandes de Phadul estarán ahora bajo mi mando y tú serás nada más que historia. Pudiste haber gobernado el territorio conmigo, pero no quisiste cuando te lo ofrecí, pensaste que podías hacer todo por tu propia cuenta, —se burló Jeff— que eras mejor que cualquier otro.

—Lo soy. Soy mejor que tú y te lo he demostrado siempre.

—Oh, pero mírate ahora. A unos centímetros y cortos minutos de tu muerte, y que linda manera de morir ¿no? Debiste estar conmigo, dejarme hacerme cargo de todo y...

Gun apretó los puños con fuerza, en parte por rabia y en parte por desesperación. Quería cruzarse de brazos frente a su vientre, pero no podía dejar que Jeff sospechara de la misma forma en que lo había hecho Off. Necesitaba que siguiera hablando y tener tiempo de analizar sus posibilidades.

—¿Y ser tu puta? Eso es lo que querías. Tomar lo que a mí costó toda mi maldita vida y de paso tenerme como una jodida puta.

—Tú ya eres una puta y no tienes lo que se necesita para estar al mando.

—Y tú sí. —el sarcasmo era obvio en el tono de Gun. —Un hijo de puta que ha obtenido lo que tiene porque se lo han heredado y no lo ha construido.

Gun vio el momento exacto en el que Jeff perdió los estribos y casi se arrepintió de haber provocado más la ira de Jeff. El hombre estaba rojo de furia.

—Di lo que quieras pequeña mierda. Estas acabado y como un regalo para ti, mi querido amigo aquí —Jeff puso una mano en el hombro de Off para dar claridad a sus palabras— será quien te mate. Hazlo Off —ordenó entonces.

Gun vio a Off sostener el arma con fuerza y colocar un dedo firme en el gatillo, pero había una sombra de duda en sus ojos, una vacilación que no estaba ahí antes, pero que era clara como el agua. Por debajo de esa mascara fría que Jeff había colocado en él, seguía estando el pequeño gatito sumiso que conocía. Tenía solo una oportunidad y una frase que decir para intentar salvarse y acabar con toda la mierda de Jeff.

Con determinación sostuvo la mirada sobre los ojos oscuros de Off a punto de abrir la boca y decirle que lo que había bajo su suéter, lo que había acunado con su mano antes era su bebé, de ambos. Entonces Off habló primero:

—Antes quiero que me diga dónde está enterrada mi madre.

La postura de Jeff se volvió tensa por un segundo, antes de relajarse y volver a sonreír con confianza.

—Cualquier cosa que te diga será una mentira. Está a punto de morir y dirá lo que sea por desesperación. Solo dispara.

—No. Quiero que lo diga y que explique por qué estaba en mi casa.

Gun ya le había respondido eso a Off. Le dijo que su madre no estaba muerta, aunque no pareció creerle y suponía que una confesión de sus sentimientos era una razón muy buena para haber sido encontrado durmiendo en su casa, en su cama.

Quizás, solo quizás, estaba intentando obtener más que sólo respuestas a sus preguntas, sino descubrir quien realmente le estaba mintiendo. Era solamente una posibilidad, pero eso también le daba tiempo y Gun lo necesitaba.

—No me desafíes Off. Ya te dije lo que necesitabas saber, lo que Gun Atthaphan nos hizo y esa es toda la verdad.

—¿Y qué fue lo que le dijiste Jeff? ¿Qué es lo que sabes de Off, de su vida, de su familia? —atacó Gun.

—Dispárale de una vez Off o lo haré yo mismo y luego te mataré a ti por desobedecer.

Off se volvió hacia Jeff fulminándolo con la mirada y retándolo en silencio.

—Repíteme otra vez la historia Jeff, porque no recuerdo nada.

Jeff sacó una Magnum 357 de su cinturón y la apuntó al pecho de Off, claramente irritado, y Gun aprovechó el momento de distracción de ambos hombres para sacar del dobladillo elástico del pantalón la pequeña navaja que Zee le había dado horas atrás, pero sin hacer ningún movimiento, esperando por lo que Jeff haría a continuación. Con una hoja tan pequeña tenía que acercarse para poder hacer un verdadero daño con el filo y evitar que Jeff le disparara a él o a Off.

—Por supuesto que vas a recordar nada, idiota. La mierda que te di era buena. —gritó Jeff.

—¿Me mentiste? —Off estaba cabreado, más que verse se podía sentir y el arma de Gun en sus manos ahora apuntaba a Jeff— ¿Quién demonios eres realmente? ¿Qué pasó con mi madre? —Asintió hacia Gun con la cabeza y volvió a preguntar— ¿De verdad él es un enemigo?

Jeff resopló con fastidio y Gun dio un pequeño paso hacia adelante sin ser visto.

—Ciertamente es mi enemigo, por eso estoy haciendo todo esto; y tú eras parte del plan para vengarme, pero supongo que él ya te lo dijo. Llegaste aquí antes que yo y no soy estúpido. Ahora, dame el arma y muévete junto a Gun.

—No.

Gun dio un paso más.

—Entonces tendré que matarte a ti primero. Da lo mismo.

Jeff disparó el arma al mismo tiempo que Gun se lanzaba hacia adelante con el filo de la navaja hacia arriba y un sonido metálico y vibrante se escuchaba por encima de la detonación.

Off estaba en el piso boca arriba e inmóvil en un charco de sangre, igual que Jeff y Gun se quedó viendo a la puerta a un Fluke pálido y magullado que temblaba como una hoja, con una sartén en las manos.

—¿Qué demonios Fluke? —dijo Gun, sorprendido.

Off soltó un gemido áspero y dolorido y Gun se tiró al piso junto a él. La sangre emanaba de su hombro izquierdo, pero lo suficientemente alejado del pecho. La pequeña navaja que ya no estaba en las manos de Gun estaba clavada en el brazo ensangrentado de Jeff y el hombre estaba totalmente inconsciente por el golpe que le propinó Fluke con la sartén.

—Ese bastardo le disparó a mi Phi.

—Y tú le acabas de partir la cabeza al bastardo.

—¿Hice mal?

—Carajo ¡no! Por una maldita vez hiciste algo bueno. —Fluke no se molestó en dar una respuesta a eso.

Off volvió a gemir y Fluke ayudó a Gun a llevarlo hasta la cama. Cuando Gun se dio la vuelta hacia Fluke, se oyó el sonido de arrastre en el piso y luego Jeff estaba apuntando de nuevo con su arma y sosteniéndose la cabeza con la mano libre. El arma de Gun había volado hasta el extremo más alejado de la habitación, la navaja seguía enterrada en el brazo de Jeff y la sartén estaba olvidada junto a la puerta. Estaban donde habían empezado. Desarmados y expuestos.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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