17. Cautivo y enamorado
Off despertó con un sabor amargo en la boca y un jodido dolor de cabeza que dejaba en vergüenza a cualquier resaca que hubiera tenido alguna vez en la vida.
No recordaba nada después de que salió del hospital con rumbo al casino y a un par de cuadras de su destino, todo simplemente se esfumó en la oscuridad con un golpe como de hierro y las luces desapareciendo como en un apagón.
Cuando pudo volver a enfocar su visión se dio cuenta de que estaba atado a una silla, en el medio de una habitación oscura y húmeda, más bien algo como un almacén o un garaje muy grande, con las manos detrás de su espalda, prácticamente insensibles por la falta de circulación y los tobillos magullados por la fuerza con que fueron atadas las cuerdas. El dolor de su cabeza se concentraba en la sien izquierda y sentía una extraña humedad pegajosa goteando entre su cabello.
¿Dónde demonios estaba? ¿Quién lo tenía ahí?
Al parecer estaba a punto de averiguarlo, porque de entre una pila de cajas y contenedores apareció un hombre que no había visto antes. No se parecía a ninguno de los empleados de Gun en el casino o los guardas espaldas que siempre los seguían a la distancia en las camionetas negras, cuando Gun lo llevaba a algún lugar a comer y eso de alguna manera lo aliviaba y preocupaba a partes iguales porque no tenía ni idea de quién era el sujeto que le sonreía como un payaso de algún circo de terror y lo asesinaba con la mirada.
—Buenas noches, señor Jumpol. —Dijo el hombre, con burla— Espero que se sienta cómodo y a gusto.
Este hombre está demente si cree que estoy cómodo.
—¿Quién es usted y por qué estoy aquí? No lo conozco, pero parece que usted a mí, sí ¿Qué quiere de mí?
El hombre volvió a sonreír como el personaje de una película de terror, pero se veía más patético que aterrador, reflexionó Off.
—Disculpa mis modales. Soy Jeff Satur, el dueño de la más grande cadena de restaurantes irlandeses alrededor de Phadul, pero supongo que con solo escuchar mi nombre te darás una idea más amplia de quien soy realmente.
Off sí que sabía quién era el hombre, pero no porque le interesara el giro de sus negocios o pseudo negocios para el caso. Era el hombre del que Gun hacía burla por no haber obtenido lo que quería de él en el pasado.
Off sintió una ola de celos por el tipo que en algún momento había querido algo con Gun, pero luego se dio cuenta de que él mismo había tenido el placer de tener de Gun más de lo que el idiota alguna vez haya podido, sin embargo, ¿por qué Satur se había molestado en capturarlo?
Off era inteligente y sabía que el encuentro no era una reunión casual, no cuando fue atacado por la espalda en la calle y se encontraba atado a una silla en quién-sabe-dónde, frente al enemigo de Gun, pero no entendía la razón.
—Lo siento señor Satur, pero no comprendo. Usted y yo no nos conocemos y no tenemos nada en común —dijo Off, tratando de no parecer asustado o no tanto como realmente estaba.
—No te hagas el idiota, Off Jumpol. Te he estado observando a ti y a Atthaphan por semanas. Sé que ustedes son amantes y tenemos en común, más de lo que imaginas. —Jeff arrastró una silla cercana y se sentó frente a Off— Gun Atthaphan y yo tenemos algunos asuntos pendientes y quiero ofrecerte un trato muy bueno, si accedes a decirme todo lo que sabes de sus negocios. Saldrás de aquí con vida y con suficiente dinero como para no tener que trabajar el resto de tu vida. Todo a cambio de iluminarme con lo que quiero saber.
Off analizó al hombre y lo que le decía. Este tipo sabía que Gun y él se veían, creía que eran amantes, los había seguido por bastante tiempo, pero al parecer no lo sabía todo, porque no le había mencionado a su madre. Ella sería, probablemente la única arma que tendría Jeff Satur contra él, pero si no le habló de ella, no debía tener información al respecto, al menos eso esperaba Off.
Pero eso lo dejaba en otra situación. Jeff especulaba sobre lo cercanos que eran Gun y Off y suponía que Off sabría demasiadas cosas de Gun como para poder delatar sus negocios y debilidades. Off no sabía ninguna de esas cosas y aun si lo supiera, no iba a decirle nada a este hombre. No iba a decir o hacer nada que pusiera en peligro a Gun. Lo quería demasiado como para siquiera considerar la posibilidad de evidenciar la mínima cosa sobre el hombre que, además, había sido su salvavidas financiero cuando lo necesito. Gun quizás no lo querría a él de la misma manera, habría sido nada más que un juguete para la diversión del hombre hermoso, pero Off no era un soplón, aunque no había nada que soplar. Gun nunca dirigió sus negocios frente a Off y Off nunca preguntó al respecto tampoco, no era su asunto para saber. Por ende, probablemente no saldría con bien de ese problema. Satur esperaba que Off dijera algo y Off no tenía nada que decir. Pero de igual manera tenía que decir algo para poder salir de ese problema en el que estaba. No podía esperar a que alguien —Gun— llegara a salvarlo, porque nadie sabía dónde estaba y aparte de Fluke y su madre, ninguna persona se interesaría por él, menos Gun, con quien ya no tenía nada que ver. Quizás si se lo decía a Jeff lo viera como inservible y lo dejara ir con vida. Talvez.
—Tiene a la persona equivocada señor Satur. —habló al fin Off— El señor Atthaphan y yo no somos amantes, como usted piensa y tampoco sé nada de lo que pretende que le diga. Él solo fue mi acreedor, pero ya no más y no éramos tan cercanos como para que pudiera saber algo sobre sus asuntos. Lo único que sé, es que es el propietario del casino Dolly y hace prestamos con facilidades a las personas, por eso es que me acerqué a él en primer lugar. Tenía deudas que pagar —Off no especificó que deudas, rogando para que él hombre no indagara en eso— y él me prestó dinero. Eso es todo.
Un golpe seco hizo eco en el gran espacio y Off probó el sabor de su propia sangre. El imbécil de Jeff Satur le dio una bofetada y le partió el labio, antes de empuñar el cabello de Off con demasiada fuerza como para hacerlo jadear de dolor y sentenciarlo con rabia.
—No te quieras hacer el listo conmigo, idiota ¿Qué parte de "te he estado observando" no entendiste? Sé que cada semana te encierras con Atthaphan en su loft, que te lleva a lugares elegantes como si fueran citas de colegiales y hasta te ha prestado su auto y se besan en todas partes como adolescentes enamorados. Además, el hotel de donde te sacó a rastras hace semanas y la puta con la que ibas a acostarte, están en mi territorio, es mi negocio y me entero de todo.
A Off se le helaron los huesos al darse cuenta de lo expuesto que estaba y nuevamente rogó para que no supiera nada de su madre. Aparentemente Satur se había limitado a observarlo en torno a Gun nada más, eso le decía a Off que quizás la motivación de este hombre contra Gun era más una cuestión de venganza y no precisamente por querer arrebatarle el poder que Gun tenía en su distrito. Off no necesitaba saber demasiado para asegurar que Gun realmente tenía poder.
Entonces recordó las bromas de Gun sobre Jeff, algo de que intentó llevarlo a la cama y nunca pudo, que quiso someterlo y Gun jamás se lo permitió. Todos los comentarios de Gun burlándose de Jeff, eran sobre lo mismo: Jeff Satur nunca lo pudo tener. Off no pudo evitar regodearse en el hecho, después de todo, quizás iba a morir ahí, sin poder despedirse de su mamá ni de Fluke y sin poder ver a Gun una última vez para decirle que realmente le gustaba, mucho —demasiado—. Nadie iba a aparecer por la puerta, exigiendo que lo liberaran, Gun no iba a llegar empuñando su elegante 9mm, amenazando a Jeff por haberlo secuestrado. Off no era iluso, pero Jeff no sabía eso y quiso darse el gusto de verle revolcarse en su miseria y sus celos y se llevaría a la tumba la enorme satisfacción de que él sí pudo disfrutar del placer de los besos y el cuerpo de Gun, de oírlo demandar más, cada vez que Off golpeaba con certera puntería su próstata, de sentirse dulcemente usado cuando era esposado y Gun se follaba en su polla y le alababa por lo grande y delicioso que se sentía dentro de su culo. Off no pudo detener sus palabras cuando dijo:
—¿Qué puedo decir? A él le encanta mi polla, le gusta follarse a sí mismo con ella y que yo haga todo lo que él quiere, que le diga lo apretado y caliente que siempre está o lo mucho que disfruto que me la chupe hasta hacerme acabar. ¿Sabes? Tengo una polla muy grande y Gun tiene la garganta más profunda que conozco, somos perfectos juntos.
Off sonrió al hombre sin poder evitarlo, tan amplio y a gusto como pudo, recordando cuando Gun le decía que se parecía a un gatito. Off se sentía como un gatito después de que Gun y él se corrían y Gun le besaba las mejillas diciendo que había estado perfecto. Había extrañado eso los últimos días, pero ya no lo tendría más. Gun y él habían terminado, no había deuda, no había intereses, no había acuerdo. Nada.
Un puñetazo en el pómulo derecho, volvió a Off al presente y luego otro más en el otro lado de su rostro.
—Maldito, imbécil. Crees que tener la polla grande va a hacer que salgas vivo de aquí. Si eres inteligente, vas a decir lo que sabes por las buenas y si no será por las malas. Debes estar demasiado enamorado de la puta para no querer lo que te ofrezco.
Enamorado...
Off no creía estar enamorado, nunca lo había estado antes de ninguna mujer, ¿Por qué lo estaría de un hombre?
Gun no es cualquier hombre.
¡A la mierda! Quizás si lo estaba, pero Gun de él no. Aun así, Off no le diría a Jeff ni siquiera la marca de zapatos que Gun usaba.
—Entonces tendrás que matarme de una vez, porque no voy a darte ni la hora. Si tienes el poder suficiente y los medios para espiarnos a Gun y a mi mientras estábamos juntos, deberías haber averiguado lo que quieres por ti mismo desde hace tiempo, —chasqueó Off— pero si no lo has hecho o no has podido, solo habla de que no tienes la capacidad o el nivel para infiltrarte en su territorio y en sus negocios.
Otro golpe cayó en la mejilla de Off y la ira salía como fuego de los ojos de Jeff, mientras resollaba como animal moribundo. Off continuó.
—Pareces estar celoso por él y no por su posición, pero ninguno de los dos podrías tenerlos alguna vez. Eres patético y no tienes nada contra él que pueda hacerlo caer.
Jeff entonces bajó los puños y se rió entre dientes al sacar su teléfono de uno de sus bolsillos. Tomó varias fotografías del rostro de Off, maltratado, hinchado y ensangrentado y se giró en dirección a la puerta del gran almacén. Antes de salir por ella se detuvo para decir por sobre su hombro:
—Veremos si es verdad que no tengo nada que lo deje a mi merced. —luego salió, dejando a Off solo y tratando de adivinar a qué se refería Jeff.
𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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