Escena de persecución.
—¡Toby, eres un idiota!—. Gritó un muchacho con máscara blanca, detrás de él, muy de cerca le seguían sus dos compañeros y más atrás de ellos, dos coches patrulla con sus características luces rojas y azules.
—¡Ya dije que lo siento!—. Respondió Toby, quién a penas podía mantener el ritmo a sus amigos.
—¡Qué lo sientas no hará que la policía deje de seguirnos!—. Gritó de nuevo Masky, cogiendo a Toby del hombro para que no parara de correr.
—¡Callaos y seguid corriendo!—. Ordenó el más alto de los tres, el cuál ahora lideraba el pequeño grupo.
En esos momentos los tres chicos iban corriendo por las afueras del bosque, esquivando ramas bajas y raíces que sobresalían del suelo. Hacia unos pocos minutos ellos estaban en una casa asesinado a una familia por orden del Maestro.
Era una casa que quedaba cerca del bosque y a pesar de tener fama de encantada por sus números asesinatos y desapariciones, siempre era vendida, a un precio bajo, claro, con la mala fama que tenía nadie se atrevía a comprarla, solo unos pocos necios o confiados.
Pero, esa noche, la nueva familia que se había instalado hacia unos días, no volvería a despertar, como muchas otras familias tiempo atrás.
Las órdenes del Maestro fueron claras para todos, o mejor dicho, para casi todos. Las órdenes eran matar a la familia y hacer que desaparezcan del mapa, pero al parecer alguien entendió mal eso y ahora corrían para no ser atrapados.
—¡Se me cayó el mechero, lo juro!—. Se excusó Toby, jadeando.
—¡Si, claro, y también se te cayó el bidón de gasolina y casualmente se esparció hasta por el piso de arriba de la casa!—. Dijo irónico Masky.
—¡Ya basta, callaos!—. Pidió de nuevo Hoodie.
Para la mala suerte del trío en ese momento era su fin. Uno de los coche patrulla aceleró y los adelantó parándose delante de ellos, los cuáles frenaron en seco y del coche se bajaron dos hombres trajeados de azúl, sacaron sus armas y apuntaron a su dirección.
Después todo pasó rápido.
El segundo coche que les perseguía paró detrás de ellos, del vehículo bajaron un hombre y una mujer, que automáticamente sacaron sus armas y apuntaron hacía ellos. En unos segundos llegaron dos coches más, estaban rodeados de policías.
A las afueras del bosque no había protección para ellos, estaban a su suerte, y las decisiones que tomaran les podría costar la vida. Los tres sacaron sus armas, Toby sus hachas, Hoodie su pistola y Masky un cuchillo que había cogido de la casa que habían atacado. Se posicionaron espalda contra espalda.
—¡Alto ahí, policía, soltad las armas!—. Ordenó a gritos la mujer.
Los tres se miraron dudosos, no había posibilidades de salir de ahí sin pelear, pero solo eran tres y los superaban en número. Soltaron los armas a la vez. No había de otra si querían seguir con vida. Aunque de todos modos eran asesinos y lo más probable era que les dispararan en ese instante, ¿o no?
—Los tenemos rodeados y a tiro, ¿ordenes capitán?—. Dijo por el walkie del coche.
—Disparad los dardos—. Ordenó una voz rasposa a través del aparado.
—¡Disparad dardos!—. Repitió la mujer.
Una lluvia de pequeños palos metálicos con plumas rosas en un extremo se clavaron en sus pieles atravesando la ropa. Pronto los tres asesinos estaban en el suelo intentando en vano matenerse despiertos.
Dos policía se acercaron a los cuerpos de los chicos comprobando que estaban inconscientes. Un policía hizo una seña a la que parecía la jefa de la numerosa patrulla, de que los habían neutralizado. Entones, ella se acercó al coche y cogió otra vez el walkie.
—Los tenemos.
•••
Lo que acabáis de leer era un prólogo de una historia, obviamente, para los proxys y mi OC, (que aún tiene su origen en desarrollo ¿:D?)
Descarte la idea por falta de tiempo e ideas y porque las que tenía no me gustaban.
La trama principal era que los policías llevaban a los proxys a un psiquiátrico donde estaba mi OC esperando por orden del Operador/Slenderman, ya que era mercenario o algo así (y de paso Houdini, porque llevaba en el psiquiátrico dos semana planeando su huida) (no me preguntéis cómo narices sabía mi OC que iban a ser atrapados y llevados a ese psiquiátrico... ¡Ah, sí, ya me acuerdo! Era un demonio... Lo más típico del mundo...)
Al final abandoné la historia y lo único que pude recuperar fue el prólogo que habéis leído...
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