Capítulo dos
Habían transcurrido algunos días, en los cuales Ladybug había notado, tras todas las batallas contra akumas y sentimontruos, un comportamiento diferente en su compañero de peleas. Es decir, ambos seguían teniendo esa excelente sincronización al enfrentar a Hawk Moth y Mayura, de hecho, cada vez se sentían más unidos, era como si fueran uno solo.
No obstante, desde que ella, como Marinette, había comenzado a salir con él, Chat Noir trataba de mantenerse ligeramente distante; seguía haciendo sus bromas y platicaba de manera normal, sin embargo, evitaba verla a los ojos y, poco a poco, también le fue dejando de decir "bugaboo" o "mi Lady" a la súper heroína, quien al inicio no le tomó importancia, pero después se comenzó a sentir extraña y celosa, aunque supiera el porqué.
Ya era algo tarde y los dos héroes se encontraban sentados sobre un tejado después de haber patrullado la ciudad, conversaban sobre distintas cosas banales y de vez en vez se contaban chistes bobos y otros con humor negro, hasta que la chica quiso sacar el tema del extraño comportamiento de Chat Noir.
—Has estado algo raro, gatito. —se atrevió a comentarle la moteada al de negro, de manera juguetona.
—Los gatos también tenemos nuestros secretos —le respondió sin siquiera mirarla. De pronto, el chico vio la hora en su bastón y después de ello se pegó en la cabeza a sí mismo—. ¡Qué tonto! Olvidé que era hoy. ¡Adiós Ladybug!
El de disfraz de gato se fue corriendo sin dar explicación alguna, confundiendo así a su compañera, pero es que ya se le hacía tarde para llegar a cenar con su padre en casa; eso era algo que ocurría como cada mil años, por lo tanto, no podía echar a perder esa oportunidad.
Así pues, ingresó a su casa a través de la gran ventana que había en su habitación y perdió la transformación. Plagg se escondió en la chaqueta del chico y éste último bajó corriendo al comedor, ilusionado.
Una vez ahí, tomó asiento. Le llevaron su cena, pero él no quiso iniciar sino hasta que llegara su progenitor, sin embargo, él no llegaba y según la hora que marcaba su celular, ya se le había hecho tarde al señor Agreste.
— ¿Y mi padre? —preguntó confundido.
—Lo siento Adrien, sucedió algo de imprevisto en su trabajo y esta ocasión no podrá cenar contigo.
—Claro, debí haberlo imaginado —le respondió a Nathalie, para después agarrar la bandeja donde estaban sus alimentos—. En ese caso me iré a mi cuarto, no me apetece estar solo en un comedor tan grande.
Y así, el chico se fue a encerrar a su habitación.
Por otro lado, Marinette ya había arribado a su cuarto y estaba haciendo tarea, pero de pronto le llegó un mensaje de su ahora novio. Ambos comenzaron a platicar y todo parecía estar normal, pero después de un tiempo, la azabache sentía que algo le sucedía al chico, por lo cual decidió preguntarle, esperanzada de que éste no desviara la conversación.
Chaton: En realidad no estoy bien. Hoy hice de todo para estar acompañado, aunque sea para cenar, pero me quedé solo... otra vez.
La joven diseñadora se sintió mal al leer eso, después de todo no creía que su amigo llevase una vida solitaria, ya que desde que se conocieron, éste parecía tan animado y cálido, que lo último que se hubiese imaginado era eso. Así que tomó una decisión que incluso a ella misma la sorprendió.
Marinette: En ese caso te invito a ver películas en mi casa, pero ya es noche así que entra por el balcón discretamente, yo estaré al pendiente.
Por cierto, habrá botanas. ;3
Al leer ese mensaje, el de ojos verdes abrió los ojos lo más que pudo. No imaginó que la chica le fuera a ofrecer eso, pero se sintió muy agradecido, sin duda alguna ella era una muy buena persona. Así que aceptó ir a su casa, seguramente pasar tiempo con ella le subiría el ánimo.
Por lo tanto, Adrien se transformó y se fue saltando de tejado en tejado hasta llegar al balcón de Marinette, quien tal y como lo había dicho, estaba ahí esperando por él. La de coletas lo invitó a pasar a su cuarto con mucho cuidado. Ella previamente le había dicho a su madre que estaría viendo una película, para que no la molestaran, pero obviamente no le había comentado que no estaría sola, sino acompañada de Chat Noir.
— ¿Qué tipo de película te gustaría ver? —le preguntó la de ojos azules al chico en lo que prendía su computadora.
—Eh, realmente no lo sé... ¿Te apetecería una de miedo? —sugirió él, sonriendo maliciosamente, ya que según recordaba, Marinette le había comentado a Adrien que a ella le aterraban esas películas.
— ¿Mi- miedo? Yo me asusto muy fácil con eso —mencionó la azabache, con una notable expresión de nerviosismo—. Pero si es lo que tú quieres...
Chat Noir se asombró. No imaginó que la chica fuese a hacer ese sacrificio con tal de hacerlo sentir bien.
—Si quieres podemos ver de otro tipo, digo...
—No —lo interrumpió Marinette—. Tú quieres de miedo, así que de esas vamos a ver.
Los dos movieron el sofá-cama enfrente de la computadora para sentarse ahí y estar más cómodos, sin mencionar que la joven los tapó a ambos con una cobija debido al frío que hacía, para finalmente reproducir Eso, la cinta que habían elegido.
Cada que algo asustaba a Marinette, ésta se tapaba los ojos con la cobija y se pegaba a Chat Noir, quien reía cuando eso sucedía, sólo que ella, al darse cuenta de eso, le devolvía una extraña sonrisa y se alejaba de nuevo.
Sin embargo, el de ojos verdes se puso a pensar en lo que realmente estaba sucediendo; se encontraba viendo una película de terror con su novia, quien era muy asustadiza, y él se había prometido ser un buen novio para ella, así que inhaló, exhaló y con su brazo derecho la abrazó, ocasionando que ella dejara de prestarle atención a lo que estaban viendo debido a lo extraña que sentía en esa situación, y se sonrojara al apegarse más a él y entrelazar sus manos.
Pasó el tiempo y por fin terminaron de ver Eso, por lo cual se alejaron un poco y rieron. Charlaron un rato más, pero se percataron de que ya era realmente tarde, así que se comenzaron a despedir.
—Gracias por invitarme Marinette. Esta fue una de las más divertidas noches que he tenido en un buen tiempo. —agradeció el gato, sonriéndole.
—No tienes que agradecer Chat, yo también me la pasé muy bien —le confesó, revolviendo el rubio cabello del chico—. Buenas noches.
—Buenas noches a ti también. —se despidió, no sin antes alborotar el cabello de la chica, tal y como había hecho ella con el de él.
El rubio se fue animado y eso tranquilizó a Marinette, quien más tarde fue molestada por Tikki, que había visto todo lo sucedido.
¡Holis!
Sé que el capítulo anterior mencioné que estaría actualizando este fic cada viernes, pero he decidido que mejor subiré dos capítulos por semana (lunes y viernes).
Espero que les haya gustado mucho el capítulo también. En serio me siento feliz de que estén aceptando esta historia. Me encanta leer sus comentarios.
Creo que no tengo mucho por decir, así que mejor me despido.
Nos leemos dentro de cuatro días.
Los quiere;
AllieGarcia9
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