Capítulo cuatro

Bostezó. Estaba muy agotada ya que casi no había dormido y se le habían hecho pesadas las clases, no obstante, no estaba arrepentida de no haber dormido más, debido a que había tenido una maravillosa cita y se había quedado casi toda la noche pensando en lo que sentía por aquel chico con traje de gato.

Llevaba una enorme y tonta sonrisa, al menos hasta que escuchó dos voces conocidas para ella, la de Kagami y la de Adrien. Curiosa, se puso a escuchar la conversación de ellos dos. Sabía que lo que hacía no era correcto, pero así era ella, la curiosidad siempre la mataba.

—Lo siento mucho Kagami, pero ya estoy saliendo con alguien a quien de verdad quiero. —la azabache sintió un golpe en el pecho, le habían dolido las palabras del chico, pero no se permitió deprimirse, pues después de todo, ella también ya tenía a alguien del cual se comenzaba a enamorar. 

<<Sí, quizás Adrien y yo no estábamos destinados a estar juntos>>, pensó Marinette, cuando de pronto la japonesa pasó corriendo junto a ella, empujándola un poco, y detrás de ésta, también iba Adrien.

Parecía ser que Kagami se encontraba en mal estado, por lo cual, después de pensarlo, decidió ir detrás de ella y del chico para asegurarse de que nada malo ocurriera, sin embargo, se había demorado mucho, ya que la joven estaba akumatizada. 

— ¡Adrien Agreste, tú sólo puedes ser mío! —gritó la víctima de Hawk Moth, dirigiéndose al modelo, quien fue empujado a un lugar oculto y seguro por Marinette.

—Prin... ¡Marinette! Gracias por ayudarme.

—Sin problema. Iré a buscar ayuda, tú quédate aquí.

— ¿Pero y si te hace daño?

—A quien busca es a ti, yo pasaré desapercibida, tranquilo. —una vez dicho eso, la chica salió corriendo sin ser vista por la maleficiada esgrimista hacia los baños, donde pudo convertirse en Ladybug. 

Al llegar a batalla, notó que Chat Noir ya se estaba encargando de la situación, así que se acercó a él y juntos tuvieron una exhaustiva pelea contra Kagami, quien terminó siendo vencida y volvió a su estado natural una vez la moteada purificó el akuma y reparó todo con su Miraculous Ladybug.

— ¡Ganamos! —exclamaron y chocaron puños los héroes— ¡Demonios!, ya casi es hora.

— ¿Tienes algo pendiente, gatito? —le preguntó Ladybug, interesada en lo que su compañero tuviese que hacer.

—Algo así —respondió—. Quedé de verme con alguien, así que mejor me voy. ¡Hasta la próxima bichito!

—Ah, suerte entonces —la joven se dirigió a un lugar que estuviera solo y perdió su transformación—. ¿Sabes Tikki? Me pregunto qué era eso que tenía que hacer Chat.

—Marinette, hoy es viernes, habían quedado en tu casa para que le mostraras tus diseños. 

— ¡¿Era hoy?! ¡Maldición, lo olvidé! —la de ojos azulados salió corriendo velozmente de la escuela y cruzó la calle para llegar a la panadería de sus padres— ¡Mamá, papá! ¿Ya llegó?

—Tiene cinco minutos de haber llegado. Te está esperando en tu cuarto, cariño. —le respondió Sabine, en lo que abrazaba a su hija. Marinette suspiró y agradeció a su madre, para posteriormente entrar a su casa y subir hasta su habitación.

Entre tanto, Chat Noir se hallaba acostado en el suelo, observando con detenimiento el cuarto. Casi todo era rosa, pero no resultaba molesto, al contrario, se veía acogedor e iba muy acorde con la azabache. Se comenzó a preguntar cuánto tiempo más demoraría ella, hasta que escuchó la pequeña puerta abrirse y se levantó.

 —Al fin llega, señorita. Pensé que me ibas a dejar plantado. —al escuchar eso, Marinette rió. 

—Bueno, aunque quisiera esta es mi habitación, así que tarde o temprano iba a llegar —ambos chicos se abrazaron para saludarse y, entrelazados de la mano, procedieron a sentarse para platicar—. Noté que hoy tú y Ladybug se enfrentaron con otro villano en mi escuela. 

—Ah, sí —rió Chat Noir, un poco nervioso—. Al parecer buscaba a ese tal Adrien Agreste. 

—Seguro la rechazo o algo así. —mencionó Marinette, alzando su hombro derecho. 

— ¿Acaso viste algo princesa? —la interrogó, conectando su mirada verde con la azul de ella, poniéndola nerviosa.

— ¿Eh? No. Sólo digo que pudo haber sido eso... —decidió contestar, apartándose del chico. Se levantó de la silla y caminó directo a su tocador para sacar de uno de los cajones una libreta rosada.

— ¿Ahí tienes tus diseños? —preguntó el muchacho con curiosidad. 

—Así es. Aquí están —Marinette le entregó su cuaderno al joven, quien no esperó ni un solo segundo para abrirlo y husmear en los diseños. Sus ojos se notaban asombrados y brillaban, definitivamente la azabache había mejorado desde la última vez que vio sus dibujos. Estaba orgulloso de tener una novia tan talentosa—. ¿Te gustan?

— ¡Me encantan! Son increíbles, Marinette. 

—Muchas gracias, Chat. Me alegra que te gusten. 

El héroe siguió hojeando el cuaderno, fascinado, cuando de pronto una hoja suelta salió volando. Chat intentó sostenerla, pero Marinette también se había lanzado a por ella, ocasionando que ambos chocaran y cayeran de las sillas.

Al abrir los ojos después del impacto, los dos se percataron de que estaban muy cerca, tanto, que hasta sus respiraciones se mezclaban. La franco-china le sonrió a su contrario, quien le devolvió el gesto, pero por alguna razón, ninguno de los dos se apartó.

Marinette humedeció sus labios, y sin saber por qué, sintió una energía nueva, y junto con ella, la necesidad de besar a su novio, el cual ya se estaba acercando. Los dos estaban a punto de besarse, cuando...

— ¡Marinette! ¡¿Estás saliendo con Chat Noir?! —gritó Alya con todas sus fuerzas, logrando separar a la pareja, quienes se miraron entre sí, asustados.

—Eh, no... ¡No es lo que parece! —trató de negar la de ojos azules.

— ¿Ah, no? ¿Entonces qué hace aquí él y por qué se iban a besar? —replicó— Con razón ya no te interesa más Adrien, eh.

— ¡Alya, calla! —Marinette corrió a taparle la boca, pero se giró nuevamente cuando Chat posó su mano sobre su hombro. 

— ¿Adrien? ¿Adrien Agreste? —trató de afirmar el chico de que había escuchado bien, sin embargo, fue interrumpido por Alya.

—Esto lo tengo que poner en mi blog.

— ¡NO! —gritó la pareja al unísono— Nadie se debe enterar de esto. NADIE.

—Escucha a tu amiga, debemos mantenerlo en secreto para no ponerla en riesgo.

—Está bien, no diré nada —prometió Alya—. Pero me tienes que contar muchas cosas, niña.

—Lo haré, pero no me presiones. 

— ¿Saben? Yo mejor ya me voy. Este gato tiene que hacer cosas de súper héroe. 

El joven se retiró de ahí lo más rápido que pudo con tal de que la de lentes no lo detuviera para hacerle preguntas. Pero se sentía extremadamente feliz. Lo había puesto sumamente contento el escuchar que a Marinette también había tenido sentimientos por su yo civil, pues eso significaba que la chica lo amaba por completo, con todas sus facetas. Y luego, ese casi beso; moría por concretar lo que quedó pendiente antes de que la morena llegara. 

Ese día más que nunca, se sentía vivo.

¡Hola!

Espero que se encuentren muy bien, mis amados lectores. <3

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó? Díganme, adoro leer sus comentarios.

Pero bueno, me despido ya que está por comenzar un capítulo de Miraculous en la tele. xd

Los quiere;

AllieGarcia9

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