Capítulo 50: Deferir (Chuuya)
"Deferir: Verbo intransitivo que significa adherirse al dictamen de alguien por amabilidad, respeto o cortesía".
Caí con fuerza sobre el pavimento lastimando mis manos por la fricción que se provocó
- ¡Aléjate de mi tienda, mocoso, espantas a los clientes! – me grito el hombre que me había empujado al suelo - ¡Regresa a los barrios bajos!
Fruncí el ceño ante eso ¿No era su tienda en los barrios bajos? Por no decir que es una de las más pobre que me he encontrado, aun así, ¿Qué hice mal? Me le quedé mirando fijamente sin entender porque me había empujado, solo me detuve a mirar la comida de las vitrinas, tengo hambre se supone que si tengo hambre debo comer comida
- ¿No te vas a disculpar? – espeto el hombre sin importarle que mis manos se hubieran lastimado por el golpe
- ¿Por qué debo disculparme? – pregunte levantándome del suelo solo para volviera a empujarme
- Quédate en el suelo y solo discúlpate, niño – sus ojos me decían que se divertía humillando a los demás
Tengo 15 años.... No soy un niño
- Lo siento – fue lo que termine por decir
El hombre chasqueo la lengua ante eso, supongo que le molesto mi falta de emocion, aunque... creo que si me explicaran que hice mal se me haría más sencillo hacer lo que me piden
- Si te vas a disculpar debes hacerlo mirando a las personas a los ojos – Fruncí el ceño ante eso ¿Me está regañando? ¿Una persona que no te conoce puede regañarte? – Mírame a los ojos
Me encontré con su mirada cosa que llamo su atención
- Lo siento – repetí sin quitar mi mirada de sus ojos cosa que llamo su atención
- Eres muy obediente – comento evaluando mi cara con interés, ah...reconozco esa mirada - Tienes hambre ¿Verdad? Puedes acompañarme y te daré comida
Me incorpore del suelo limpiando mi ropa, sintiendo dolor cada vez que mis manos rozaban la tela
- Bien – fue mi respuesta inmediata, el hombre me sonrió agarrándome de un hombro instándome a que entrara a su tienda, rápidamente me llevo a una habitación vacía
- Los chicos como tu son tan fáciles de complacer, ya sabes que hace como pago por la comida – comento acariciando con una de sus manos mi mejilla
Asentí, claro que lo sé, me quite mi abrigo de encima buscando estar más cómodo cosa que lo emociono de sobremanera
- No me gusta ensuciarme cuando hago esto – comente dejando caer mi abrigo al suelo
- Si que eres obediente, muchacho- se lamio los labios tratando de tocar mi cabello
Esto es... tan asqueroso, pensé mientras sacaba un cuchillo y atravesaba su garganta, cosa que inmediatamente lo llevo al suelo entre quejidos de dolor que no resonaban por el lugar de la herida
- Me dijeron que sería fácil para mi completar esta misión – le explique al ver como se desangraba – Me lo dijeron aquellos chicos que dices que son fáciles de complacer– comente mirando sin interés como se desangraba, con eso, ya tengo la misión de la noche lista
Agarre mi abrigo para volver a colocármelo, ocultando de ese modo la sangre que había salpicado en mi camisa, saliendo a las calles sin que nadie sospechara de mí, no es como si alguien pudiera... no sé porque, pero yo... Estoy acostumbrado a matar y por ello, se cómo actuar para que no me atrapen
Las luces de las farolas me distrajeron un segundo de mis pensamientos mientras caminaba, eran como estrellas, antes podía pasarme horas simplemente mirando aquellos faroles, ahora, estoy un poco más acostumbrado
Pensé en el hombre que había matado, la misión decía que era alguien que estaba abusando de jóvenes, que me pagarían mucho dinero por eliminarlo...Dinero, otra palabra extraña a la que me estado acostumbrando, tengo mucho desde que empecé a trabajar por eliminar personas, pero, aun no entiendo cómo se usa
Pensando en ello, no es la primera vez que alguien se me acerca con intenciones de usar mi cuerpo
Me dijeron que es porque soy joven
Me dijeron que es porque no tengo a nadie que me defienda
Me dijeron que es porque nunca desobedezco
Aun así, es mi cuerpo, es raro que considere algo mío, pero...mi cuerpo es todo lo que tengo y no lo entregare a nadie
He pensado que es una suerte que me hayan reclutado como mercenario cuando llegue a esta ciudad, algunas personas me han afirmado que por mi falta de voluntad es bueno que sepa matar o hubiera terminado por obedecer a quienes me ofrecían dinero a cambio de mi cuerpo
Mire mis manos heridas confundido ¿Eso es malo? ¿Por qué es malo? No logro entender nada, yo... un día abrí los ojos y estaba en esta ciudad, había tantas personas y tanto ruido, y, aun así, sentí que era un desconocido tanto para ellos como para mí, no sé quién soy, no sé dónde vengo, mi única certeza es que hui de alguien que me quiere hacer daño y que su voz suele resonar en mi mente diciendo que me encontrara pronto, he aprendido a silenciar a aquella voz
La odio... me causa asco, pero... no sé quién es... no logro recordar su rostro y mucho menos de donde es, pero, tengo recuerdos de su voz diciendo que obedezca y mate...
Matar es sencillo... obedecer también... no conozco otro consejo aparte de eso, así que lo he estado siguiendo
Perdido en mis pensamientos termine por llegar a la bahía de Yokohama, el sonido de las olas golpeando las rocas se mezclaba con el sonido de los autos en la carretera me distrajo, extrañamente... era un sonido que me relajaba
Desde que llegue a esta ciudad, he escuchado muchas cosas, pero nadie ha logrado contestarme como llegue aquí o de dónde vengo, nadie me conoce y creo... que ni siquiera yo me conozco
Mi primer pensamiento al abrir mis ojos en este lugar era de una felicidad abrumadora, incluso cuando mi cuerpo estaba cubierto de heridas, incluso cuando mi mente no tenía recuerdos a los cuales aferrarse... Yo solo podía pensar en una libertad que alguna vez había anhelado sin entender de donde venia esa certeza
En la búsqueda de mis recuerdos, solo llegue a dos conclusiones, primero, que no debo regresar al lugar de donde vengo, no cuando tengo tantas heridas en mi cuerpo, muchas de ellas con formas de rosas, y segundo, que se matar, que se me es fácil matar, es como si estuviera acostumbrado, por eso, no dude en dedicarme trabajar esto para tener dinero, es extraño, nunca espere que se usara dinero para obtener cosas
- Hace frio y tengo hambre – murmure escondiendo mis manos en los bolsillos de mi abrigo terminando por apoyarme contra una vieja pared, cerrando mis ojos para poder dormir por esa noche, despertándome cada vez que una persona pasaba muy cerca de mí, aunque... nadie le tomaría atención a un niño de la calle
O eso es lo que pensé
- Puedo invitarte una taza de chocolate caliente si quieres
Levante la mirada encontrándome con un anciano que parecía que solo iba de paso por este sitio, parece que escucho mi susurro
- ¿Cómo debo pagar? – lo mire fijamente mientras preguntaba eso
El anciano me miro confundido
- Muchacho, si te estoy invitando significa que no tienes que pagar – contesto para mi sorpresa
- ¿No quiere nada de mí? – parpadee ante eso
El hombre negó con la cabeza, haciéndome una ceña para que lo siguiera, esto es extraño... ¿Cómo se le dice a una persona que no pide nada a cambio?
Dudoso termine por seguirlo
- ¿Cómo te llamas? – me pregunto cuando comencé a caminar a su lado
- Nombre... - lo mire pensativo, no es la primera vez que me lo preguntan – No creo que tenga uno – termine por decir, no hay nada que me diga lo contrario en mis pensamientos
El anciano me miro curioso, pero guardo silencio hasta que llegamos a una ¿Tienda?
- ¿Vende comida? – comente observándolo abrir el local
- Vendo bebidas alcohólicas, normalmente los niños no pueden entrar, pero hoy está cerrado – me explico con paciencia instándome a que lo siguiera
Me senté en unas sillas del lugar bajos sus instrucciones, observando atento como preparaba un líquido extraño, sirviéndomelo a los pocos segundos
- Ahí tienes muchacho, para que entres en calor – me estaba sonriendo mientras se sentaba a mi lado con otra taza con ese liquido
Bebi un trago haciendo una mueca por lo amargo que estaba, pero continúe bebiéndolo
- Oh, vaya – se disculpó apresurado para mi sorpresa, entregándome una pequeña bolsita que decía azúcar – Estoy tan acostumbrado a beber esto sin azúcar que no te lo ofrecí - Asentí curioso, evaluando que hacer con la bolsita – Tienes que echarla al chocolate – me comento al ver mi duda
Abrí los ojos ante eso, echando el contenido a la taza
- Sabe muy bien – espete con una sonrisa tras probarlo de nuevo
- Dime, muchacho, si no te gusto recién ¿Por qué no solo me lo dijiste o dejaste de beberla?
Me encontré con su amable pregunta
- Yo... ¿Puedo decir si algo no me gusta? – puede que mi sinceridad provocara que me mirara extrañado
- Claro, y si no te gusta para nada solo lanza la taza contra la pared– espeto riéndose divertido – No tienes que dejar que te obliguen a hacer cosas que no quieres hacer
- ¿Puedo? – Que extraño, no sé porque tengo el pensamiento que debo obedecer sin quejarme o alguien saldrá herido
- Por supuesto ¿Nunca has dicho cuando algo no te gusta?
Negue con la cabeza, no, nunca nadie me permitió hacerlo
- Entonces, trata de hacerlo ahora – comento bebiendo un sorbo de su taza
Dude un segundo ¿No me hará nada si desobedezco?
- No me gusta pasar frio – susurre cerrando mis ojos ¿Por qué tengo miedo de la nada? Mis manos comenzaron a temblar sin querer
- Es una mierda pasar frio y hambre – fue todo lo que me respondió
Sonreí ante esa respuesta sin daño
- No me gusta que me ordenen – esta vez lo dije con más confianza
- Por eso soy mi propio jefe ¿Ves que es fácil muchacho? La próxima vez que alguien trate de obligarte a hacer algo que no te guste mándalo la infierno – fue el consejo que me regalo
¿Enviar al infierno? A mi...
- A mí tampoco me gusta matar personas – señale bebiendo un trago de mi chocolate
Ante eso el anciano me miró fijamente
- ¿Matas personas?
Asentí
- Es lo único en lo que soy bueno – me explique pensando en todas las veces que escuche eso desde que llegue y... en los ecos de mi memoria olvidada
- No digas eso muchacho, no puedes ser bueno solo matando personas
Lo mire fijamente antes eso
- Si soy bueno en algo más... no lo sé aun – espete con sinceridad
El anciano me miró fijamente antes de sonreírme, revolviendo mi cabello con una confianza que no logre reconocer... ¿Esto es cariño?
- Bien, vas a hacerme compañía de ahora en adelante, así que aprovecha de averiguar en que eres bueno – me comento sin perder su sonrisa – Tienes que descubrir tarde o temprano que es lo que te gusta en esta vida
Este señor... no parece ser una mala persona
- ¿Cómo sabre si algo me gusta? – pregunte cuando quito su mano de mi cabello
- Veamos, sabrás si te gusta si te hace feliz – sentencio cruzándose brazos pensativo
- ¿Feliz? – repetí
- Exacto, muchacho, tienes que ser feliz, esa es tu máxima misión en esta vida
Esas palabras resonaron en mi mente una y otra vez, antes de que cayera en cuenta en algo...
Esto es el pasado... esto son mis recuerdos ...
Ya no soy aquel adolescente sin nombre...
Ya no soy alguien que solo sirva para matar...
Soy alguien libre...
Yo tengo personas que me quieren...
Yo tengo personas a las que quiero...
Yo tengo a alguien a quien amo
Y yo...
- Y yo... puedo ser feliz ahora – susurre para mí mismo sintiendo como las lágrimas resbalaban por mis mejillas
Gracias por leer ❤️❤️❤️❤️❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top