Capítulo 19: Revelar (Dazai)


RevelarVerbo transitivo que significa descubrir o hacer saber cosas que son secretas o ignoradas”.

- Se llama…- Chuuya parecía algo contrariado a decirlo en voz alta, hasta se podía notar sus ojos algo parecido al asco

- Vamos, cara de muñeca, seguro no quieres que perdamos la mañana en esto, tenemos cosas que hacer ¿No quieres ir a buscar a Atsushi-kun?

- ¿Iremos a buscarlo? – Me pregunto confundido, pero pareció alegrarse un poco, porque su postura pareció agarrar firmeza, seguro entendió el mensaje entre líneas que era por supuesto ir a eliminar a su pesadilla viviente

- Depende, si hablas ahora, quizás, y si no hablas ahora, también es un quizás ¿Quieres apostar para algún lado, cara de muñeca?

- Imbécil – me dijo con voz enfadada, solo le sonreí

Note como se acomodaba mejor en el sillón, abrazando sus piernas, no como un símbolo de protección, solo parecía querer estar cómodo, sus ojos parecían estar perdidos en los recuerdos, quien sabe en cual de ellos.

Lo estaba mirando fijamente, no puedo evitar pensar que desde que lo conozco olvido que en realidad aun es solo un niño, sobre todo por su actitud segura de si misma y tendencia al desastre, sin embargo, verlo abrazando sus rodillas, con el cabello cayendo sobre su rostro con suavidad, me hacen recordar que en realidad es muy joven. Pareció notar mi mirada fija, porque me miro con una ceja alzada

- ¿Qué? – me pregunto, la sospecha era evidente en su mirada

- Solo pensaba en lo joven que en realidad eres – dije con sinceridad, mi respuesta pareció tomarlo por sorpresa, porque sus ojos azules se abrieron casi como si estuviera a punto de ser atropellado, si embargo, se recuperó rápidamente y me dirigió una mirada molesta, así que antes de que me insultara decidí continuar con esto - ¿Cuándo huiste de la organización? - Pareció atragantarse ante esa pregunta

- 14 años… - me dijo realmente molesto, pero puedo decir que es la primera vez que no es un enojo dirigido hacia mi – Aunque…no fue la primera vez que lo intente, mas bien, digamos que fue el escape con el que tuve éxito, pero desde que note que lo que hacían conmigo no estaba bien, decidí escapar, aunque claro que no me iban a soltar solo así…son un desperdicio de seres humanos – me exclamo apretando sus puños con fuerza

- ¿Mas que la Port Mafia? – le pregunte con curiosidad por su opinión sobre nosotros, note como me sonreía divertido, perdiendo por un segundo su mirada atormentada

- Desde que conocí a cierta persona en este lugar, he cambiado un poco mi opinión- me respondió sorprendiéndome

- ¿Yo? – le dije con una sonrisa, el se rio con ganas, debo admitir que eso me ofende

- Por supuesto que no, tú no solo eres un desperdicio de ser humano, también de oxígeno y vendas

- Que cruel, cara de muñeca – le dije con el ceño fruncido, aunque en realidad no estaba enojado, especialmente si está sonriendo así de feliz

- Hablaba de Atsushi– me dijo soltando un poco sus rodillas, luego suspiro con cansancio, mirando por unos segundos su muñeca vendada, seguro recordando la rosa en ella – Quien hubiera pensado que ambos siempre estuvimos cerca y aun así nunca lo conocí antes…- pareció algo confuso por sus últimas palabras, algo brillo por un segundo en sus ojos, pero desapareció tan rápido como llego

- ¿No estas seguro, Chuuya? – El negó en con suavidad, mirándome fijamente

- No estoy seguro de nada últimamente – me susurro, hice una mueca ante el comentario, notando que también iba dedicado a mí, pero no de buena manera.

Nos quedamos en silencio unos segundos, en un ambiente tenso, hasta que su estomago sonó con fuerza. Sonreí divertido, observando como su rostro se tornaba de un color rojo intenso

- Chuuyaaaa, te he estado descuidando ¿Tienes hambre? – le dije burlón, el me miro malhumorado

- No me trates como tu perro, idiota

Me reí ante eso, camine hacia la cocina, donde había dejado una caja con Donuts y un café helado, sospechaba que no comería de inmediato luego de despertar, así que los compre a propósito de este modo.

Sin decirle nada le entregue la caja y el vaso, por un segundo aposte que lo rechazaría, pero contrario a eso, los recibió con un simple gracias hacia mí. Me senté a su lado, aunque dejando un gran espacio entre ambos, no necesito que se distraiga…bien, no necesito distraerme mirándolo de nuevo. Luego de unos minutos, me paso la caja con Donuts con una mueca, confundido la recibí, observando que quedaban dos de esos bollos en la caja y que el se había quedado con la más grande en su mano

- Es incomodo comer mientras te observan, así que, o te vas y me dejas comer solo o comes conmigo, Imbécil – me espeto mientras mordía el bollo, no pude evitar sonreír ante el gesto

- Te equivocas, Chuuya – le dije mientras mordía una de las Donuts de la caja, haciendo una mueca por el empalagoso sabor dulce

- ¿Sobre qué? – me dijo, tomando un trago del café helado

- No te trato como un perro, te trato como mi prometido

Me reí cuando se atraganto con el café, me miro perplejo mientras se secaba la boca con la manga del piyama.

- ¡Yo.No.Soy.Tu.Prometido, Imbécil! – me grito apretando con fuerza el vaso de café, le sonreí

- ¿No te ibas a casar conmigo?

- ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! – me gritaba irritado – ¡Por ningún motivo!

- Es una pena, Mori ya debe estar planeando nuestra boda en su cabeza – le murmure con una sonrisa, él se tensó por completo

- No lo dices en serio ¿Verdad?

- Quien sabe – le dije burlón, el apretó su puño enfadado, como reteniéndose de golpearme, luego solo la dejo caer, mirándome extrañamente serio

- No duraríamos nada como matrimonio, bastardo, así que ni siquiera pienses en ello

Debo admitir que todo este rato he estado molestando, pero verlo responderme tan serio hace que la curiosidad me golpe con fuerza

- ¿Por qué, cara de muñeca?

- ¿Sera porque eres un imbécil y no duramos menos de tres minutos sin insultarlos?

- Nunca nos aburriríamos si continuáramos así, Chuuya – le dije sonriendo, el me miro ofendido

- ¿Hablas en serio?

-Tengo más que de lo cualquiera podría ofrecerte – le espete con seriedad esta vez. El me sonrió con burla

- Eso no es cierto, hay algo que pareces no ser capaz de dar a nadie – me dijo con maldad en sus ojos

- ¿Qué? Si no lo tengo seguro puedo conseguirlo – le espete curioso, esto ya era un reto

- Amor – me respondió, perdí la sonrisa de inmediato, a lo que el se rio divertido – ¿Ves? Hasta miedo te da la palabra, Dazai

- ¿Quién necesita eso? – le dije con una mueca

- No se ¿Yo? – me dijo con burla, sus ojos estaban brillando de una forma que solo podría ser definida como bonita

- Si te diera eso ¿Te casarías conmigo? – le espete con seriedad, extrañamente el se detuvo a pensarlo, lo mire sorprendido ¿Cuándo se había tornado esta charla en una propuesta real? Finalmente me miro a los ojos

- Quién sabe – me respondió con una sonrisa extraña – además, hablando en serio

- Yo estaba hablando en serio – le dije con puchero, el rodo los ojos y continuó

- Hablando en serio, no me casaría con alguien que acabo de conocer

- Pero es un buen trato – le dije hablando completamente en serio, el entrecerró los ojos hacia mi

- ¿Qué cosa?

- Casarme contigo…puse tu vida en peligro, lo mínimo que puedo hacer es entregarte la mía a cambio, podrías hacer lo que quisieras con ella, yo no la aprecio lo suficiente – le respondí con una sonrisa, él se apoyó en el respaldo del sillón y me miro atento

- Mi vida siempre estuvo en peligro, tu solo apresuraste el trato, Dazai – me dijo luego de unos minutos, con una sonrisa triste – además, no necesito otra vida, quiero la mía y por ahora es imposible recuperarla

- Lo eliminaremos en poco tiempo, Chuuya – le comenté acercándome un poco más a él, sin poder evitarlo ante su postura triste – Y entonces te casaras conmigo – El se rio negando con la cabeza

- Eres un idiota – me dijo, mientras dejaba el café en el suelo

- No sabia que sabor traerte – le dije mirándolo fijamente

- ¿De qué hablas? – me dijo con el ceño fruncido por el brusco cambio de tema

- Del café ¿Qué sabores te gustan?

- Cualquier sabor esta bien, con 2 bolsitas de azúcar – me dijo pensativo

- ¿Y de comida?

- Como cualquier cosa, no soy quisquilloso

- Pero ¿No tienes algo que te guste comer?

- Fresas, vino…eso supongo – me dijo asintiendo, sonreí para mí mismo

- Es así, entonces ¿Cómo se llama el líder de Solntsevskaya?  

 - Ivankov – me dijo sin pensar, pero a penas lo dijo se quedó quieto por completo, mirándome con el ceño fruncido

- Mira, Chuuya, lo lograste

- ¡Tu! – me espeto sin moverse, pero queriendo decir toda clase de groserías

- No, no, Chuuya, no arruines tu confesión, acabas de lograrlo, ahora, dime su nombre una vez más - El hizo una mueca ante mi comentario, pero para mí sorpresa, no se alteró más, solo parecía confundido

- ¿Vale si lo dije por casualidad? – me dijo finalmente, lo miré fijamente, ¿Qué es esa expresión que me esta mostrando?  Me hace querer matar a alguien, específicamente a quien sea que haya puesto esta mirada tan vulnerable en su rostro, como si en estos momentos no estuviera hablando con el Chuuya que he aprendido a conocer. Me acerque un poco a él, con toda la intención de darle apoyo, pero el negó con la cabeza por mi acción, manteniéndome en mi sitio, lo mire con el ceño fruncido

- ¿Chuuya?

- No, necesito que te mantengas frio, Dazai – me espeto devolviéndome la mirada – Si no lo haces, terminare rompiéndome un poco con esta conversación, así que mantente como el bastardo que sueles ser – me susurro ladeando un poco la cabeza, asentí, sin poder hacer otra cosa, no cuando sus ojos mostraban que hablaba en serio.

Aprete los puños, sin entender porque estaba pensando primero con mis sentimientos que en con la lógica, especialmente ahora, cuando el éxito de la misión depende de las respuestas que obtengamos de Chuuya, pero ¿Por que verlo tan herido me provoca esto? Suspiré

- Bien, entonces, dime su nombre

- Ivankov…. Ivankov Mikhailov – susurro apoyando su cabeza nuevamente en sus rodillas, pero no dejándose llevar por el terror que seguro esto le provocaba, no debe ser fácil enfrentarte de golpe a tus miedos, hasta yo se que eso se debe hacer poco a poco, no con todo junto.

- Muy bien, Chuuya, te daría un premio, pero con lo que me costado hacerte hablar, no vale la pena – le dije sonriendo, el me miro malhumorado

- Ya lo dije ¿Podemos empezar con lo real ahora? – me dijo respirando profundo – Bien ¿Qué necesitas saber para terminar con esto?

- Humm, veamos…

- ¡Un momento! – me dijo alzando su mano indicando que me detuviera, cerré de inmediato mi boca, y lo mire curioso

- ¿Qué, cara de muñeca?

- No preguntes alguna estupidez, Idiota– me espeto con seriedad, me reí divertido

- No iba a preguntar nada que fuera estúpido para mi

- No responderé nada que no encuentre que sea relevante para el caso – me dijo en cambio, soltando sus rodillas y colocándose firme, este es el Chuuya que conozco

- ¿Y que pasa si es realmente relevante y tu decides no contestarlo, cara de muñeca?

- ¡Mi pasado personal no tiene nada que ver con esto! ¡Así que ni creas que te contare algo al respecto, así que piensa bien antes de preguntarme algo que sabes que no responderé!

- Buuu, Chuuya – le dije con una mueca – Bien, ¿Algo más que agregar, jefe? – el entrecerró los ojos hacia mí por mi comentario burlón

- Solo una advertencia para ustedes – dijo finalmente suspirando cansado – No…no se muy bien cuanto puedo recordar o cuanto el me permitirá recordar

- ¿A qué te refieres con “Permitir”? – le dije tenso por el comentario

- Su habilidad es algo extraña – me comento mirando un punto fijo en la pared, lo escuche atento – Supongo que ya sabes que puede entrar en los sueños de las personas

- Creo que eso ya es una obviedad, Chuuya – el rodo los ojos y continuo

- Bien, pero hay ciertos requisitos para lograrlo – me murmuro apoyando su cabeza en el respaldo del sillón, parecía cansado – Necesita herirte, con eso toma completo control sobre tu mente, desde tu memoria hasta tus más sencillos sueños

Mire su muñeca vendada, en la que estaba la rosa, el pareció notar mi mirada, pero negó con la cabeza hacia mi

- Esto solo lo hizo para marcarme, quizás para castigarme, pero no con la intención de herirme para su habilidad, después de todo, solo necesita herirte una vez para que funcione – me espeto enfadado, pero pedido en sus recuerdos – aunque, ocurrió algo extraño esta vez

- ¿Qué?

- Puedo recordar varias cosas – me dijo con una sonrisa triste– Algo que no había podido hacer antes, como si se hubiera retirado un parche de mi mente, supongo que es gracias a que me tocaste antes de que el volviera a sellarlos

- Chuuya ¿Puede hacerte dormir? – le pregunté al verlo bostezar, el se dio cuenta de lo que había hecho, sus ojos parecían asustados, hice una mueca ante eso

- Si – susurro finalmente - pero le quita una gran cantidad de energía, escuche en algún lugar que solo puede entrar a tus sueños 4 veces en un día, y eso ya es mucho, pero inducir el sueño en alguien provocaba que su habilidad no funcionara por algunos días

- ¿Cuántos?

- ¿Una semana quizás?  - me respondió pensativo

- ¿Puedes herirlo en los sueños? – el parpadeo sorprendido ante esa pregunta

- No lo sé – me dijo finalmente- al menos yo…nunca he podido herirlo

- ¿Sabes donde esta? – le pregunte luego de unos minutos

- No…no recuerdo ni como escape – me dijo finalmente

- ¿Crees poder sacarle esa información? - Observe como su postura se retraía, sus ojos se llenaron de pánico, pero se lo quitó de encima rápidamente

- Si

- Una cosa más, cara de muñeca ¿Qué pasa si te vuelve a hacer dormir o si te atrapa nuevamente?

- Sellara mis recuerdos, eso puedo asegurártelo, no le conviene que su juguete piense – Me espeto con asco, me tense ante ese comentario – pero, sobre todo, intentara sacarme información, revisando mis recuerdos o quien sabe, hasta puedo despertar sin recordarte – sentí como mis puños se apretaban ante ese comentario

- Tú no vas a olvidarme – le gruñí sin querer, el parpadeo sorprendido ante mi arrebato, de inmediato le sonreí, como si eso no hubiera pasado

-  Y eso, ¿Crees que iba a ser fácil utilizar mis conocimientos? – me respondió con una sonrisa sarcástica – Él ya esta en mi cabeza, seguro está atento a cualquier cosa que vaya a hablar, ¿ves?, eso logran por entregarme tan fácilmente a sus brazos – me espeto con burla

- Te equivocas en eso, Cara de muñeca, si no te hubiera entregado ¿Recordarías lo que ahora esta en esa mente tuya en estos momentos? – el se tensó, y me miro enojado, pero se mantuvo en silencio- No te sentías completo ¿Verdad? Casi como si fueras por la vida sin la mitad de tu vida ¿No era eso desagradable? ¿Qué te haya robado tu capacidad de tener un pasado?

- Cállate -me espeto completamente tenso, pero evitando mirarme

- Si seguías así era solo admitir que tiene control sobre ti ¿Acaso te gustaba eso? ¿Qué te mantuviera cerca?

- Dazai, enserio, basta – me gruño, note como los nuevos vidrios temblaban por la presión que estaba ejerciendo su habilidad en ellas, hice una mueca, pero continúe, esto era necesario

- Debe haber cierto sentimiento agradable al sentirte bajo su poder ¿Por eso te demoraste tanto en escapar de su dominio? Seguro es porque en el fondo tú lo quie…

No pude decir ninguna otra palabra, ya que, al mismo tiempo que los vidrios explotaban el me lanzaba un puñetazo con fuerza, sus ojos estaban furiosos. Bien, me lo merecía, pero había logrado que lo que buscaba. De inmediato intento lanzar otro puñetazo hacia mí, pero alcanza a evitarlo agarrando su mano con fuerza, pero eso solo pareció animarlo más, ya que, su otro puño impacto con mi estómago, me queje en voz alta ante el dolor. Luego de un rato de forcejeo, logre capturar sus dos manos agarrándolo por las muñecas, sin embargo, no me estaba mirando, parecía un muñeco al que le habían roto las cuerdas

- No vuelvas a decir eso en tu vida, imbécil – me exclamo sin levantar la vista, su respiración era errática pero su fuerza parecía haberlo abandonado – Yo nunca tendría algún sentimiento agradable por ese sujeto

- Lo sé – le murmure, a lo que el levanto la vista y conectando su mirada con la mía, parecía confundido

- Pero tu dijiste…

- Yo trataba de provocarte, cara de muñeca, y parece que lo conseguí

- Eres un…

- Increíble genio – le espete, el tiro de sus muñecas con fuerza hacia atrás, lo solté sin muchas opciones, luego le sonreí al ver como se sentaba lo más lejos que podía de mí, me fulminaba con la mirada – Chuuya, así es como tienes que reaccionar ante Mikhailov, no bajes la mirada, no muestres vulnerabilidad y no le demuestres miedo, aun si te encuentras en el suelo con todos tus huesos rotos, aun si ya no tienes forma de escapar

- ¿No podías solo decirlo así en vez de insultarme? – me espeto enfadado

- Es mejor demostrar las cosas con práctica, si solo te lo dijera no se comprendería del todo– el aparto la mirada de mí, enfocándola en las ventanas, hice lo mismo, haciendo una mueca ante el desastre que había provocado, tendría que comprar otras, bueno, gasto de Mori, no mío – Si alguien vendiera una marca de vidrio anti Chuuya, se volvería increíblemente famoso

- Nadie puede inventar algo contra la presión de la gravedad – me dijo sin quitar la vista de los vidrios rotos, parecía extrañamente deslumbrado por estos

- ¿Cara de muñeca?

El parpadeo confundido y luego se enfocó en mí, negó con la cabeza y apoyo su cabeza en el respaldo del sillón, haciendo una mueca algo molesta

- Me duele la cabeza, quizás es por escucharte tanto – me susurro cerrando los ojos por un segundo ante de volver a enfocar la vista en mi

- Me seguirás escuchando, esta entrevista durara hasta que mi teléfono suene – le dije burlón, el me miro enojado - ¿Alguna debilidad de él que quieras comentar?

- Había algo… – me dijo frunciendo el ceño por la concentración, sin embargo, dejo de hablar e hizo una mueca de dolor – Realmente me duele la cabeza – me comento, me sorprendí un poco al notar como su nariz comenzaba a sangrar,  cayendo una gota sobre sus manos, el las miro atento y luego conecto miradas conmigo, sin pensarlo mucho, le entregue un pañuelo que llevaba en mi abrigo, el seco su nariz, parando el sangrado, pero aun así su mirada estaba desenfocada

- Chuuya, ven – le dije indicando que tomara mi mano, pero el tercamente negó con la cabeza

- Estoy bien – me espeto dejando caer el pañuelo, pero tambaleándose un poco por el dolor.

Bien, le advertí una vez. Sin darle oportunidad, lo agarre por las manos y lo empuje contra mí, abrazándolo, de tal forma que su rostro quedara apoyado en mi pecho, el se resistió, pero lo mantuve firme

- Te voy a romper las manos, bastardo – gruño

- Pero, ya no duele ¿Verdad? – le susurre contra su cabello, el se quedo quieto ante ese comentario, su silencio dijo todo lo que quería escuchar – Ahora quédate quieto unos minutos

- ¿Qué? ¿Por qué?

- Mi teléfono – le comenté sacándolo de mi bolsillo

- No está sonando, Imbécil

Justo después de eso, apareció llamada entrante en mi teléfono, sonreí, justo como lo había planeado

Gracias por leerrrrr ❤❤❤

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