Capítulo 12: Huir (Akutagawa)
"Huir: verbo intransitivo hace referencia a alejarse precipitadamente de un lugar o de una persona por temor o para evitar un daño o un peligro".
Su espalda estaba destrozada, no pude evitar sentir un poco de empatía por él, me recordaba...me recordaba a mi y los entrenamientos que pasé en la Port mafia, con cuidado coloque mi abrigo sobre sus hombros, él me miro sorprendido, pero no dijo nada, pareció avergonzarse por el gesto.
- Debes curarte - le dije acercando mis manos a su cuello, observé como sus ojos se teñían de miedo, pero al notar la llave en mis manos sonrió feliz.
El collar cayo, como si no hubiera incapacitado a un asesino, mire de reojo como se asomaba una cicatriz en su cuello, acaba de notar que era la única que tenia en su cuerpo, parecía que había provocado un gran dolor para haber quedado marcada para toda la vida en su piel blanca
- No puedo levantarme - me susurro sonrojado al ver que yo me dirigía hacia la puerta
- Que débil - le dije, pero aun así lo apoyé en mi hombro para poder caminar,
- ¿Sabes dónde ir? - me pregunto con la voz ronca, no debería seguir hablando luego de lo que sea que le hayan hecho
-Cállate - le exclame dirigiéndome hacia la izquierda, la verdad no tenia ni idea hacia donde ir, junto con que, yo seguía con el collar de contención, había escapado de la habitación porque había engañado al que me vigilaba, pero para mí mala suerte no tenía la llave correspondiente.
-Si admitieras que no sabes a dónde vas, podría ayudar- dijo Jinko, apegándose mas a mi costado, lo mire de reojo, no se veía para nada bien, respiraba con dificultad y su rostro parecía extremadamente cansado
- ¿Y si solo ayudas?
- Bueno - dijo con una sonrisa, me insto a que me quedara quieto y cerro los ojos. Lo mire curioso, el parecía estar oliendo a su alrededor y luego de golpe abrió los ojos y me miro feliz, sus ojos brillaban ante lo que sea que hubiera encontrado. Me sorprendió que pareciera poder sentir felicidad luego de lo que le ocurrió - Aku, tienes que ir derecho y doblar a la izquierda, bajar por la escalera, abrir la segunda puerta del pasillo y encontraras una salida que da a un bosque, hay que tener cuidado con la escalera parece que un guardia esta vigilando ese lugar, pero no logro escuchar a mas personas, así que ibas por el lugar correcto
- ¿Aku? - le gruñí, como se atrevía, solo había una persona que me había llamado así
- No tienes derecho a enojarte - me dijo apoyando su cabeza cansado en mi hombro - Tú me llamas Jinko, además, hemos pasado todo esto juntos, escuche en algún lado que esto une a las personas
- No me llames así o podría dejarte caer- le dije/gruñí mientras caminaba en la dirección que me había indicado. Él se rio por lo bajo. Caminamos unos minutos en silencio, cuando llegue a la ya mencionada escalera, lo mira. Parecía estar sufriendo realmente mucho dolor - te ves horrible- le dije dejándolo descansar, lo hice inconscientemente, no solía ser tan buena persona
- Eres muy amable - me dijo apoyándose en la pared con una mueca, colocando más cerca de él mi abrigo - es que, ese hombre, uso demasiado su habilidad en mí, siento cada roce o cada paso como si me estuvieran disparando con una escopeta, mi tigre esta intentando curarme como siempre pero no podrá hacerlo sin que sienta el doble del dolor, por eso, estoy tardando mas en recuperarme de las heridas
- ¿No te han dicho que no seas tan sincero con tus enemigos?
- ¿Somos enemigos? - me pregunto con una bella sonrisa que me hizo tragar fuerte, ¿Pero que le ocurría? Yo lo había atacado, con toda la intención de matarlo y el me miraba sin si quiera un rastro de odio en su mirada y con una sonrisa llena de confianza.
Suspire pesadamente y lo mire en silencio, notando que había estado dejando un rastro de sangre a lo largo del pasillo, mire por unos segundos el techo y luego dirigí de nuevo la vista a él, no tenía más opciones, no podía dejarlo aquí, pero tampoco podía permitir que dejara mas sangre para que nos siguieran. Así que sin preguntárselo lo levante a estilo nupcial, asegurándome de no tocar su espalda. El me miro con el rostro completamente sonrojado
- ¡No me lleves así! - me dijo removiéndose avergonzado, yo reí para mis adentros
- Cállate Jinko ¿Quieres que nos encuentren? - le gruñí a lo que el negó con la cabeza de inmediato sin perder el sonrojo - entonces quédate quieto y callado
- Esto es vergonzoso - dijo tapando su rostro con las manos - no me llevan de este modo desde que era un niño
- Aun eres un niño - le dije comenzando a bajar por las escaleras, sentí los pasos que Jinko me había dicho pertenecían a un guardia, no podía vencerlo con el en brazos, así que esperé a que desaparecieran los sonidos de los pasos, para abrir la segunda puerta, efectivamente había una puerta de salida al fondo del pasillo de este lugar.
Mire algo sorprendido al tigre en mis brazos, que había optado por esconder su rostro en mi pecho, debo admitir que tiene unas habilidades increíbles.
Había un bosque, estaba atardeciendo, eso quería decir que llevábamos mas casi 24 hrs encerrados en esa sala de tortura.
- ¿Dónde? - le pregunte indicando con que necesitaba saber donde ir, Jinko asomo su rostro ya superando la vergüenza
- ¿Seguiremos caminando? - me pregunto mirando el atardecer
- No, esperare que te cures y que oscurezca
- Estamos muy lejos de casa - me dijo con la mirada algo triste, luego me observo - Ya puedes bajarme
- No, aun estas sangrando - le dije a lo que el suspiro y me miro con los ojos entrecerrado
- Me vengare de esto - Yo me encogí de hombros y le indique con la mirada que me dijera donde ir, este hizo un puchero
- Si lo pidieras amablemente
- Estas tentando tu suerte, Jinko - este se rio por lo bajo
- Hay una cueva, pero hay que caminar durante un rato, parece estar oculta de todo - me dijo señalando con una mano, haciendo una mueca de dolor ante el movimiento - aunque deberías bajarme, te vas a cansar por llevarme de este modo a todos lados
- No - le dije mientras comenzaba a caminar al interior del bosque, algo pensativo sobre que nadie nos hubiera intentado detener
- ¿Entonces? ¿Conversamos de algo mientras llegamos? ¿Quieres contarme algo? - me dijo con su cabeza apoyada con confianza en mi hombro
- No
- ¿Nada?
- No
- Pero estoy herido
- Y lo estarás mas si no te callas - le gruñí, a lo que él hizo una mueca
- ¿Cuáles son tus libros favoritos?
- Jinko...
-Pero si es solo una pregunta - Yo lo mire en silencio a lo que sonrió divertido - A mí me gusta cualquier libro de misterio, me encanta intentar resolver los misterios antes que el personaje principal, aunque casi nunca lo logro, supongo porque Dazai se encarga de darme libros con misterios casi imposibles de resolver, creo que son una copia de un autor famoso, ¿Por qué son una copia? porque los libros que el escribe suelen tragarte a el mundo que escribió, es algo peligroso, o eso creo, porque nunca he leído uno de los reales, aunque eso es obvio - dijo riéndose nervioso - bueno, el autor se llamaba...
- Edgar Allan Poe - le murmure sin mucha emocion, a lo que a el le brillaron los ojos aun mas
- Igual has leído sus libros- yo solo guarde silencio y continúe caminando - ¿Cuál es tu libro favorito de ese autor? ¿No son maravillosos? ¿Igual te gusta resolver los misterios? ¿Es por eso que eres policía?
Creo que eso dio pie a una conversación eterna, porque no guardo silencio en todo el camino, aun cuando no le respondía nada de lo que decía, aunque se encargó de llenar los espacios contándome su libro favorito, hasta contándome la historia con lujo y detalle, termine escuchando de que trataba la historia, no es como si tuviera más opciones.
Note la cueva a los 30 minutos de estar caminando, era un lugar perfecto para esconderse durante un rato. Deje que Jinko bajara de mis brazos y se apoyara en la pared del interior de la cueva, con lentitud se saco el abrigo y me lo entrego con una sonrisa agradecida
- ¿Puede ver si ya esta mejor mi espalda? - me dijo cuando recibí el abrigo, le indiqué que se girara, cosa que hizo de inmediato. Tenia varias marcas, pero ya no estaban sangrando como en un principio y parecía ser que en unas horas mas ya no iban a existir, así que eso era la famosa curación del hombre tigre - Te quedaste callado ¿Esta muy mal? Aunque tu eres silecioso...lo tomare mejor como un: " Estas bien Atsushi, solo te quedan unas cuantas heridas" gracias - me exclamo apoyándose lentamente en la pared, hice lo mismo en la pared del frente, observe que el me miraba atento
- ¿Qué? - le gruñí al ver que se mordía los labios para no hablar. El jugo un rato con sus manos como evaluando los pro y contra sobre lo que iba decir
- ¿Eras...eras de la Port Mafia? - me dijo por fin
- Si - le dije bostezando, no era un secreto de todos modos
- ¡Enserio! ¿Pero ahora eres un policía? ¿Por qué? ¿Cuándo te fuiste? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué nunca te conocí? No eres muy mayor que yo, pero no recuerdo haberte visto ¿Por qué?
- No es necesario que lo sepas - le gruñí, a lo que entrecerró los ojos
- Es que me sorprende que Mori-san lo haya permitido
- A mi me sorprende que haya aceptado a alguien como tú - le dije colocando los ojos en blanco - ¿Es que acaso le pagaste para entrar a la organización?
- Supongo - me respondió con una sonrisa, parecía estar recordando- le regale un rosa
- ¿Una rosa? - le dije mirándolo fijamente
- Pereces interesado, Akutagawa ¿Quieres oír la historia? A cambio tú me respondes porque te fuiste de la organización - me dijo sonriéndome y acomodándose en la pared, parecía ser que ser que no le dolía tanto la espalda como en un principio. Me lo pensé, y no te parecía malo escuchar esa historia, así que le asentí. Él sonrió aún más feliz - Mori-san nunca me dijo que no contara esto, creo que piensa que lo olvide
- ¿El que?
- Como nos conocimos - me dijo pensativo - Veras, hui de mi orfanato cuando era muy pequeño, no tengo mucho que decir sobre ese lugar además de que era un lugar horrible
- La cicatriz... ¿Es de ahí? - pregunte fingiendo no estar interesado, Jinko me miro sorprendido y de llevo la mano al cuello tocándola. Y luego me miro con atención
- Tendrías que responderme a otra pregunta para escuchar a esa historia - me exclamo burlón , a lo que solo bufe - Bueno, la cosa es que, era muy pequeño y tenia hambre, no había comido durante días y mi tigre parecía querer salir a cazar así que, pensando que era un caramelo, saque una rosa de un jardín para comerla, recuerdo que era de una casa con un jardín precioso, pero, solo me herí las manos con las espinas y termine con la rosa acompañándome en busca de comida, sonara ridículo, pero le converse a la rosa todo el camino para no sentirme tan solo y olvidar un poco el hambre.
- Ridículo, pero, esperable de ti - le dije, el me saco la lengua y continuo con su historia
- Llegué a la rivera de un rio, ya cansado y con mucha hambre, entonces lo vi, a Mori-san...el miraba el rio y, aunque no lo creas, estaba llorando, no ruidosamente, solo tenía muchas lágrimas corriendo por su rostro
- El no llora, estas mintiendo - le dije de inmediato, como era posible que el jefe de la organización hubiera estado llorando, Jinko negó con la cabeza y me miro con la vista perdida en los recuerdos
- Estaba llorando, más tarde entendería que ese día, el amor de su vida y él se habian despedido para siempre, creo...que porque era imposible que estuvieran juntos, suena extraño ¿Verdad? Que él hubiera tenido a alguien a quien amo mucho - Yo asentí inconscientemente, más que sorprendido por lo que me estaba diciendo, parecía casi ficción, ese hombre cruel de mis recuerdos no parecía poder amar a nada ni nadie, sonaba hasta casi humano - así que me acerque, porque no podía seguir viéndolo tan triste, pensar que terminaría siendo el jefe de la mafia, en fin, recuerdo que lo agarre de la mano y le regale la rosa pensando que se calmaría
- ¿Qué hizo? - pregunte concentrado en la historia
- Lloro con más fuerza y me abrazó - me respondió Jinko con una sonrisa - parece ser que mi cabello le trajo recuerdos de su viejo amor
Lo mire con atención, blanco, su cabello era blanco, pero a veces parecía casi ¿Gris?
- No puede ser...él estaba enamorado de...
-No lo digas - me detuvo de inmediato y luego me sonrió - pero si, es la persona en la que estás pensando
- Mientes - le dije de nuevo
- ¡Que no!, en fin, luego de eso se calmó, y al poco rato llego Dazai-san, quien termino por llevarnos a ambos a la sede, y esa es la historia...aunque bien resumida - me dijo riéndose divertido, sus ojos estaban brillando - ¿Qué te pareció?
- Falsa
- Es real, ahora, ¿Por qué no me cuentas tu ahora?
- ¿Qué cosa?
- ¡La razón por la que dejaste la mafia! ¡Dijiste que me contarías! - me dijo gruñón, yo me encogí de hombros
- No dije cuando
- ¡¿Qué?! ¡!!!!!Eso es trampa!!!!!!! - grito enojado
- ¡No grites Jinko!
- ¡Tu igual estas gritando!
- ¡Cállate!
Ambos nos quedamos mirándonos enojados, luego el suspiro y me miro enfurruñado
- No es justo - me dijo por lo bajo
- Quizás te lo diga si me cuentas lo de tu cicatriz - le dije burlón, a lo que él se cruzó de brazos
- Primero tú, Akutagawa
El silencio se hizo en el lugar, y cuando él iba a volver a hablar, notamos como el último rastro de luz dejaba el lugar, el sol por fin se había escondido. Era hora de irnos, espero que uno de los dos llegue vivo a casa.
Gracias por leerrrr, no olviden comentar, dejar el visto, votar, todas las anteriores, como ustedes quieran, todo sirve kajjakkja
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