Masa de vulnerabilidad.

Estaba arreglando mis cosas en el baño cuando escucho un sonoro grito al otro lado de mi habitación, fui corriendo a ver qué había pasado y me encuentro a Marifer tirada en el suelo con el pie envuelto en una sábana y con una bolsa de cheetos en sus manos.

Me acerque para ayudarle— ¿Que ha pasado?—Le pregunte mirando el estado en que se encontraba, me miraba con inocencia y burla como queriendo decir no ha pasado nada solo quería enrollar mi pie en la sabana o solo quería abrazar el suelo mientras como cheetos. Bueno no tan así.

—Solo quería familiarizarme con el piso tu sabes para tener una estrecha amistad—solté una carcajada por la tontería que acababa de decir.

¡Como que si tú no acabas de decir una peor!

Porque siempre tienes que arruinar todo

¡Yo no he arruinado nada fuiste tú!

Si como si no fuéramos la misma

¡La única diferencia es que yo si pienso!

Que somos la misma idiota

—No te quedes ahí mirándome ayúdame.

— ¿Que te vas a poner para ir a la fiesta?— Ojala y ella tenga idea, porque yo no, como extraño a mi hermana Alessa ella todo el tiempo me ayudo a vestirme bien pero se fue a New York con mis tíos, siempre he sido un desastre con eso de la ropa y no creo que pueda solucionarlo yo, no se absolutamente nada sobre eso, soy una chica pero siempre he preferido jeans y camisetas a vestidos y tacones.

—Todavía no se ¿y tú?— hice una mueca de fastidio—Lo que imagino por esa cara es que no— asentí — ven vamos a buscar—Cada una se fue a su cuarto para comenzar a buscar el atuendo indicado para la fiesta, aunque para mí eso no es están importante, sé que mi hermana se decepcionaría si en mi primer día de universidad no me visto, como dice ella, decentemente.

Después de una eterna hora de buscar encontramos lo que creímos adecuado para usar, como cada habitación tiene su baño no tuvimos problema en eso y comenzamos con lo nuestro, después de estar bañadas nos comenzamos a maquillar y peinar.

Mientras yo me maquillaba ella me hacia las ondas en el cabello y viceversa después de estar listas por esa parte, nos fuimos a vestir ella se colocó un vestido ceñido al cuerpo negro con unos tacones azul rey mientras yo por otro lado me coloque un vestido ceñido al cuerpo con escote de corazón y encaje en las mangas un poquito más arriba de la rodilla color salmón con unos tacones color crema.

Ya eran las siete y cuarto de la noche y yo estaba retocándome el maquillaje cuando termine agarre las llaves, mi teléfono y salí del departamento espere un momento el ascensor y entre, cuando salí afuera estaba Marifer con un chico pero este estaba de espaldas, no le di importancia y camine hacia dónde está mi nueva amiga.

—Mari... ¿TU?—tenía el ceño totalmente fruncido, tengo una confusión gigante ¿qué hace este con Marifer?

—Tu... ¿qué haces aquí?—me pregunta el petulante con el que me tropecé hoy en la mañana— ¿O es que me estas siguiendo para volverte a tropezar conmigo?—alzó ambas cejas.

¡¡Se ve totalmente hermoso haciendo ese gesto!! Ya no vayas a empezar.

—Ya quisieras— y soltó una risita que lo hizo ver encantador

¡¡Te está gustando!! Cállate eso es mentira

—Yo vivo con Marifer, tu ¿qué haces aquí?—Abrió los ojos de par a par dejando ver el hermoso verde que oculta detrás de esa apariencia de chico malo

¡¡Lo amas!! Cállate te dije.

— ¿Él es?—asentí— ¿Ella es?—asintió entonces Marifer se tapó la boca con una mano y los ojos se le iban a salir de órbita, ¿ella lo conoce? ¿Él le hablo de mí?

No te creas, que lo que le dijo fue que se tropezó con una loca.

— ¿Se conocen?—preguntamos el petulante y yo al unísono para después lanzarnos una mirada de fastidio llena, por mi parte, de resentimiento, pero entonces el comenzó a escanear mi cuerpo, para quedarse trabado en mi escote, después subió a mis ojos y ese hermoso color verde intenso me hipnotizo de tal manera que no me podía mover, no me sentía capaz de hablar, tenía la boca seca y el corazón a mil por hora, ¿qué pasa? Con él no por favor.

Jajajaja con él si— ¿Por qué tengo que tener un subconsciente tan fastidioso?

— ¿Nos vamos ya?—dice Marifer sacándonos del trance en el que nos sumergimos.

—Sí, si vamos—nos subimos al auto Marifer de copiloto, el petulante de conductor y yo en la parte de atrás. Pasamos todo el camino en silencio nadie dijo nada y sentí un alivio inmenso, llegamos y mientras Marifer se bajaba casi corriendo y en lo que canta un gallo la había perdido de vista, yo me dispuse a bajarme del auto y seguí la misma dirección por donde se fue mi amiga pero antes de poder dar un paso más alguien me agarro por la muñeca jalándome hacia atrás con mucha delicadeza.

Puse mi mano en el pecho del chico el cual sabía, por obvias razones, que era el petulante, lo escanee y sin esconder mi asombro vi que va vestido con unos vaqueros desgastados negros y una camisa azul en cuello V, me fije en sus hermosos rizos de color negro que hacían resaltar el verde intenso de sus ojos.

Levante mi rostro para encontrarme con esos ojos verde que se me estaban haciendo irresistibles de tan solo verlos.

—Hola mi nombre es Nathan Cooper— se acercó a mi oído haciéndome temblar por el roce de sus labios en este, yo justo ahora soy una masa de vulnerabilidad—un placer conocerte—y puso su mano e mi cintura haciendo presión allí, estaba perdida en sus encantos pero no podía ceder.

— ¿Que te crees? Eres imbécil o ¿qué?—solté esas palabras sin pensarlo y lo empuje para alejarlo de mí, seguí mi camino al entrar a la casa vi que estaba prácticamente toda la universidad estaban bebiendo por un lado, bailando en otro y besándose en todas los rincones, bueno si a eso se le podía llamar beso, me acerque a la barra y pedí una bebida.

Me lo tome de un trago y así hasta que perdí la cuenta de cuantos llevaba me puse a bailar con todos los chicos de la fiesta perdiéndome en la hora, entonces sentí como me tomaban de la muñeca y me llevaban a no sé dónde, me habían pegado a una pared entonces me fije en unos ojos tan dulces como la miel pero se veían opacos por el alcohol que este llevaba en su sistema. Entonces el chico pego sus labios a los míos moviéndolos con fuerza, comenzó a tocarme las piernas y yo no podía gritar me sentía presa sin poder moverme, una lágrima se resbalo por mi mejilla para después sacar a flote mi valentía y lo golpee en su masculinidad y ver como caía al piso retorciéndose por el dolor, lo mire bien y es bien guapo se me parece a alguien pero no me acuerdo a quien, y salí corriendo tapándome con mis brazos, las lágrimas ya habían comenzado a salir y entonces me tropecé con alguien alce la vista y era él.

Me refugie en sus brazos sin poder evitarlo, me sentía horrible, había bebido mucho, casi abusan de mí y el llanto se hizo más fuerte al recordar esas cosas.

Nathan Cooper

Había visto a una chica que venía corriendo pero no había visto bien quien era hasta que vi que es la loca que se tropezó conmigo en la mañana y sin darse cuenta me choco haciendo que tambaleara un poco ya le iba a decir algo pero se estampó en mi pecho y vi que ésta llorando, porqué estará llorando ¿qué le pasa? La separe un poquito de mi para verla mejor y vi que tenía los labios rojos e hinchados.

—Oye ¿qué tienes? ¿Por qué estas así?—ya me estaba preocupando el estado en que se encontraba.

Pero tú no tienes por qué preocuparte por ella o es que— No digas estupideces— Si yo no he dicho nada —Pero ibas a eso. Respiro un poco y comenzó a hablar.

—Estaba bailando con algunos chicos muy tranquila y entonces un chico me agarro y me llevo a un lado oscuro y comenzó...—la vi titubear y temí lo peor —comenzó a besarme a la fuerza y a tocarme— las lágrimas salían de sus ojos frenéticamente— entonces le di en su masculinidad y comencé a correr hasta tropezarme contigo— ya se había calmado pero la rabia estaba creciendo en mí y no sé porque, bueno podría ser porque estoy en contra de obligar a una chica a hacer algo que no quiere, eso es asqueroso-

Ay si, ay si, y no sé porque. Idiota te está gustando esta chica. — Ya deja eso por la paz a mí no me está gustando ésta loca. — A no— No.

La abrace más a mí para que se terminara de calmar, pasaron varios minutos donde me vi acariciarle el cabello para que pudiera calmarse, me estaba afectando verla de esa manera, ya calmada me pare y la lleve al auto, fui a buscar a Marifer y no la encontré, la busque por toda la casa y no estaba pero si vi a alguien que tenía sus manos en su parte íntima y supe que era el, me acerque dando zancadas y estampe mi puño en su cara.

—Para que pienses mejor con quien te metes Imbécil— ¿Por qué estaba haciendo esto? No sé pero sentía la necesidad de defenderla, divisé a Marifer en la barra hablando con un chico me acerque a ella para decirle que nos íbamos y vi que está bien borracha—Mari nos vamos—la agarre por un brazo y me la lleve hasta el auto.

Las lleve a su casa, lleve a Marifer a su habitación mientras detrás de mí venia la loca ya que no me sé su nombre.

Salí de este y me encontré a la loca sentada en el sofá ya cambiada con la cara entre sus rodillas y los brazos tirados a cada lado de ella.

— ¿Cómo te sientes?—Sentía la necesidad de preguntarle y no sé porque.

—Mejor, gracias—Intentó sonreír pero le salió más como una mueca la cual la hizo ver muy tierna. Despierta ya Nathan, no la puedes ver de esa manera, no a esta chica.

—Hasta luego...—No sabía cómo se llama pero no le iba a decir loca.

—Esme, Esmeralda Greham— el nombre es igual de bello que ella.

Se está enamorando su mujeriego favorito— No me estoy enamorando carajo.

—Un placer Esmeralda, hasta luego.

Salí casi corriendo del departamento sentía que me ahogaba ya hacía mucho que no sentía eso por ninguna chica.

Tengo que evitar esto porque puede terminar mal.

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