¡¿Es una broma?!
Nathan Cooper
En ese momento deje de pensar, todo la fuerza de voluntad que había acumulado para no acercarme a ella y pegar mis labios con los suyos se desvanecieron en el momento que me abrazo y yo la envolví con mis brazos apretándola y acercándola más a mí, nos separamos y quedamos súper cerca mi barrera para no besarla se está desmoronando en este momento solo unos pocos centímetros separan nuestros labios puedo notar lo nerviosa que esta en este momento no puedo aguantar el no poder besar esos labios hermosamente rosados y tremendamente apetecibles.
Se mordió el labio y toda la barrera cayo haciéndose pedazos a mis pies, ¿cómo pretende que no la bese cuándo está haciendo eso? Y se ve hermosamente sexy, no puedo dejar de ver sus labios.
—No hagas eso–– le dije con mis ojos clavados en sus labios, sonriendo con un poco de picardía, es que no se da cuenta el efecto que causa en mí.
— ¿Po...porque?–– tartamudea y puedo ver como esta de nerviosa, se ve hermosa así.
—Porque me orillas a hacer esto–– y entonces cuando estaba a punto de probar los labios de esta chica que me está volviendo loco tocan la ventana del auto.
¡¿Es una broma?! ¡¿Acaso es una estúpida broma?!
Volteo mi rostro para ver quién es la persona que nos interrumpió y veo que es una señora un poco mayor de cincuenta, tiene el cabello cubierto por unas canas, tez pálida, ojos avellana y tiene el ceño fruncido lo que deja ver todas sus arrugas.
Esmeralda se acomoda en su asiento procesando lo que acaba de pasar, ¿en serio estuve a punto de besarla y no ponía resistencia? a lo mejor lo quiere tanto como yo, bajo la ventanilla del auto y le dedico una sonrisa a la señora.
— ¿Hola?
—Hola joven soy Claire Finegan, lamento interrumpir lo que aquí –– y señala a Esmeralda y luego a mi–– estaba pasando, pero me acabó de quedar varada y necesito ayuda ¿me podrían ayudar?–– mire a Esme que está completamente sonrojada por la situación lo que hace que mi estómago se revuelva y me den ganas de apretarle las mejillas, aparto mi mirada de ella y miro otra vez a la señora que esta parada afuera esperando mi respuesta.
—Si claro, no hay ningún problema––me baje y fui a ver lo que tiene el auto de la señora y descubrí que solo necesita que lo prenda con ayuda de la batería de mi auto, le dije que tiene que comprar una nueva y está asintió, fui en busca de la mía y vi que Esme está hablando con ella y escuche un poco de la conversación.
— ¿Por qué los jóvenes piensan que los autos es un buen lugar para besarse?–– le pregunta y Esme se pone colorada enseguida encogiéndose de hombros ––no sé, digo la juventud de ahora no ve las consecuencias de besarse en un auto, pueden tener un accidente o como ustedes que se detuvieron, no creen que por ser jóvenes y tener las hormonas alborotadas puede pasar a algo más que un simple beso.
—Yo...n-no...Se––empieza a hablar tratando de buscar una respuesta concreta a lo que la anciana dice.
—Tranquila no tienes que decir nada, pero deberían de pensar antes de hacer esas cosas, digo si no quieren que llegue una nueva persona a sus vidas––y me pare en seco, en serio está diciendo eso Dios pobre de Esmeralda–– deberían de calmar las hormonas y pensar más en otras cosas, en mis tiempos....
—Ya quedo señora–– tuve que interrumpirla, ésta poniendo a Esmeralda muy nerviosa y no quiero eso–– hasta luego debemos irnos –– le extiendo la mano, ella la agarra me sonríe y se va en su auto, yo hago lo mismo.
El silencio nos envuelve y el ambiente está muy incómodo así que enciendo la radio y pasamos todo el camino de regreso a su casa cantando y por primera vez en todo el viaje la veo sonreír sin problemas, me gusta mucho es una sonrisa genuina y me doy cuenta que ella no es solo otra chica más, ella es la chica que he estado esperando, la chica que creí que encontraría en mi primer año en la universidad pero ese año solo me sirvió para dejarme llevar por etiquetas, clases sociales, relaciones sexuales sin nada de amor y con todas las etiquetas que en este momento me están dañando lo que creo que puede ser mi futuro, porque no veo como ella pueda confiar en mi después de todo lo que se dice de mí en el instituto.
Solo Marifer sabe que todo eso fue una fachada después de cometer errores de los cuales me arrepentí al poco tiempo, después de eso todo el mundo empezó a decir todas esas cosas de mí y yo no le preste la importancia necesaria y lo deje así, no lo cambie si no que hice que pensaran cosas peores y de eso me arrepiento aunque quisiera dar marcha atrás y ser el mismo chico tímido e ingenuo de antes, aunque el ingenuo ya no lo necesito porque por eso fue que me deje arrastrar a esto que soy ahora, ¿cómo todo cambia por la depresión? es estúpido.
Llegamos a la casa y Esmeralda se bajó casi corriendo yo me baje después y me di cuenta que no habían llegado aún porque los autos no están aquí, entre y no la vi por ningún lado, subí las escaleras y cuando iba a tocar la puerta esta se abrió dejándome ver a una adorable Esmeralda con las mejillas rojas, entré y cerré la puerta detrás de mí.
Ella se sentó en una esquina de la cama y yo en la otra, es extraño estar en esta situación después de casi besarnos y ser interrumpidos por aquella señora extraña, me levante y me puse de rodillas delante de ella pero no me estaba mirando está mirando muy concentrada el piso de su habitación, la tome por la barbilla e hice que me mirara sus ojos mostraban miedo y preocupación pero... ¿por qué?
Esmeralda Greham
Todo es sumamente preocupante, mientras veníamos en el auto al principio me sentí súper incómoda con todo lo que paso y lo que me dijo la señora, el casi beso pero lo que más me preocupa es que su simple roce con mi piel me vuelve loca, hace que todos los sentidos de mi cuerpo tomen vida, que las ganas de estar con él no cesen, que las ganas de abrazarlo no falten y que las ganas de besarlo me consuman. Es como si mi cuerpo respondiera a su simple toque, eso me abruma.
Quisiera dejar en el pasado todo lo que es o era pero en serio no puedo, sé y entiendo que todos tenemos derecho a cometer errores pero "sus errores" hacen que toda la confianza que voy sintiendo por él se desvanezcan en un minuto.
Y verlo allí en frente de mi tomando mi barbilla con sus dedos me pone alerta ante cualquier movimiento que pueda o quiera ejecutar ahora mismo, porque quiero besarlo en serio que sí, pero hay algo que no me deja y eso me aterra, me aterra el hecho de que aunque quiero no puedo confiar en el cómo debería hacerlo, me ha ayudado y soy tan desagradecida que no puedo confiar en él, soy tan egoísta que solo pienso en lo que me pueda afectar a mi estar a su lado.
En momentos así es donde no me importa nada y comienzo a llorar pero no puedo ya no, recordar el simple hecho de que una de las personas en quien más confiaba se ha ido y no pude aunque sea despedirme de ella a como hubiese querido, sin darme cuenta una lágrima resbalo por mi mejilla dando paso a todas la demás a salir frenéticamente, quito su mano de mi barbilla y me paro de la cama.
Me pare en frente de la gran ventana de mi habitación que da a un pequeño balcón es muy acogedor desde siempre me ha gustado estar allí, tiene dos sofás pequeños color salmón y la baranda está adornada por muchas flores hermosas, me pare en la baranda apoyando mis brazos en está, tiene una gran vista hacia las demás casas del vecindario o mejor dicho a algunos jardines que comparados con los de mi abuela son mediocres.
Respire profundamente antes de enfrentar la pequeña tensión que hay entre Nathan y yo, quería estar un poco más calmada, ya las lágrimas habían dejado de salir y solo estaba intentando regular mi respiración cuando siento una mano en mi hombro me tenso de inmediato, su simple tacto me hace estremecer y todavía no entiendo como una persona puede gustarle otra en tan poco tiempo, pero no puedo detener lo que en mi está surgiendo cada que veo o me siento cerca de Nathan.
Me volteo y me encuentro con esos ojos verdes que me hipnotizaron desde la primera vez que los vi, el solo pensar lo que ha pasado para llegar hasta ese punto en donde todos lo conocen como el típico tipo que se acuesta con todas me duele, sus ojos están clavados en los míos y no sé qué hacer parezco una estatua sin poder moverme como si estuviera pegada al piso y eso me preocupa, porque todas mis defensas bajan cuando él está cerca y no lo puedo evitar.
Cada vez está más cerca y esta vez creo que si me va a besar cuando escucho que abren la puerta y veo a mi hermana menor viéndonos para luego salir gritando.
— ¡Esmeralda está compartiendo saliva con Nathan!–– y mi barbilla cae al suelo al escuchar todas las pisadas que provienen de las escaleras, parecen caballos.
Cuando nos ven todos empiezan a carcajearse y yo no puedo estar más avergonzada en mi vida.
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