//Cap. 6//

=Jeff=

Vimos cómo (t/n) abría la puerta casi sin aire. Preocupado por su estado, me acerqué a ella. La envolví entre mis brazos para calmarla, desde que la conocí nunca había visto esa angustia y desesperación en sus ojos. Intentó soltarse de mi agarre, revolviéndose e incluso gritando. Llegó Slender, extrañado por todo el jaleo que estaba montando.

-Suéltala Jeff, le falta oxígeno.

-Está bien- Respondí de forma seca y molesta.

Se aproximó a ella y le preguntó qué es lo que le había ocurrido. Después de contarnos todo, relacionamos la desaparición de Jack con el posible secuestro de Ben. Corrimos junto con Jason, el cual acababa de llegar a casa, y con Helen hacia el lugar de los hechos.

-Ya no está... No está... Ha desaparecido...- Susurraba (t/n).

Volví a abrazarla y no pudo evitar soltar un llanto. Mi corazón se encogió. Sea quien sea el que ha hecho esto... Pagará por ello. Después de investigar la zona, volvimos a la casa.

Esperamos a que todos estuviéramos reunidos para tomar nuevas medidas contra el enemigo. Como no queríamos dejar a (T/n) sola, se la encomendamos a Toby. Subieron al piso de arriba y entraron a la habitación del proxy.

-Es mejor que se reduzca el área de movimiento. Nadie volverá a salir sin al menos 2 compañeros. En caso de que escuchéis o notéis algo fuera de lo normal, informaréis lo sucedido.

-Pero cómo lo haremos. Es decir, si estamos lejos de casa no podremos contar lo que está pasando a tiempo real.- Comentó Eyeless.

-¿Y si usamos las cosas estas que se ponen en las orejas?- Preguntó Candy Pop.

-Me parece bien, son como unos auriculares con sensor de voz, por lo que podemos hablar y escucharnos entre nosotros sin ninguna interferencia.- Respondió Jason.

-Muy bien, Masky; Hoodie, id al supermercado más cerca y coged los que podáis.- Ordenó Slender.

-Entendido.- Dijeron al unísono antes de irse.

-Mientras tanto, nos turnaremos para la protección de (t/n). Primero irán Toby y Jeff; luego Jason y Candy; en tercer lugar Helen y Puppeteer; por último, Masky, Hoodie y yo.- Explicó Slender.

-¿Y qué pasa conmigo y con Sally?- Soltó Eyeless.

-Ah, es verdad... Tú es mejor que cuides de la pequeña. Nunca se sabe si le harán algo, así que te ocuparás de ella.

Se limitó a asentir, disgustado por la decisión tomada. Mientras los demás se quedaron hablando sobre el entrenamieno semanal, subí hasta el cuarto de Toby. Al entrar, me encontré al dueño del cuarto abrazando a (t/n). Sentí algo extraño en el pecho, y he de decir que no me gusta nada esta sensación. Me acerqué a ellos rápidamente y me metí entre los dos, separándolos.

-Jeff, ¿no ves que estaba reconfortando a mi nueva amiga?- Protestó Toby.

-Cállate gafotas, el único que puede tocarla soy yo. ¿Acaso no lo dejé bastante claro hoy por la mañana?

-Chicos...

-Tengo todo el derecho de achucharla si me apetece. Es una bolita kawaii, y a las bolitas kawaii se les da abrazos.

-¿La estás llamando gorda?

-Dejad de pelearos...

-¡No la estoy llamado gorda! ¡Está más buena que todas las creppypastas juntas!

-Así que reconoces que es guapa, ¿eh? Pues que sepas que esta chica me pertenece, ¿te enteras?

-Tal vez sea tuya, pero eso será por poco tiempo...

-HE DICHO QUE OS CALLÉIS, NIÑOS MIMADOS.

Automáticamente, (t/n) nos pegó un tortazo a los dos, volviéndonos las caras y dejándolas rojas.

-Sois insufribles, me voy con Jason.- Dijo antes de salir hecha una furia por la puerta.

-¡No, espera!-Exclamé sin éxito.

-¿Ves? Eso te pasa por celoso.

-Cállate...- Susurré.

=(T/n)=

-¿Dónde está Jason?- Pregunté con un tono sombrío.

Instantáneamente, todos los dedos señalaron a una figura que se escondía en la esquina de la sala.

-Yo no he robado nada, lo juro- Dijo levantando las manos.

-Ven.- Respondí cogiéndole del brazo.

Lo llevé a la habitación donde Sally estaba jugando a la fiesta del té. Nos sentamos con ella y empecé a desahogarme.

-Ay tía, pues creo que está enamorado de ti- Dijo la chica, dándole un cubo de azúcar al pelirrojo.

-¿Tú crees?

-Yo también lo pienso. Además, esas miraditas que os echáis, esos abracitos... Si esque está más claro que el agua. Blanco y en botella.

-¿Blanco y en botella?- Preguntó Sally.

-Leche, hija, leche.- Respondió Jason moviéndo la mano.

-No sé qué pensar ya. Se porta muy bien conmigo, pero apenas nos conocemos. ¿Qué puedo hacer para hablarnos más a menudo?

-Pues mira chica, puedes hacer una fiesta de pijamas con él.- Comentó la niña.

-UF, FIESTAS DE PIJAMAS NO, QUE LUEGO NO HAY QUIEN DUERMA.- Respondió el chico.- Yo creo que podrías llevarlo a ver las estrellas o algo. Ve con él a algún sitio donde estéis los dos solos.

-¿Y si le pides que te entrene para luego acabar hablando como tortolitos?- Saltó Sally.

-Buena idea ratoncito- Halagó Jason.

- Tienes razón... Pero... ¿Cuándo se lo pido?

-Esta noche, después del entrenamiento semanal.- Me recomendó el pelirrojo.

-De acuerdo. Gracias chicos.- Dije con una sonrisa antes de irme.

-De nada guapa, para eso están los amigos.- Se despidió el chico, levantando su taza de té.

-Ay, qué rápido crecen...- Susurró Sally.

-Pero si precisamente eres tú la más pequeña de la casa.- Respondió el chico.

-Cállate, que estropeas el momento.- Protestó la morena, dándole un golpe en el hombro.

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