//Cap.3//
-Jeff-
Sabía perfectamente que minutos antes iba a acabar con su vida, pero realmente me ardió por primera vez la sangre ante su injusticia.
Nunca más volverían a tocar a esta mujer.
-Por cierto... ¿Cómo te llamas?- pregunté ayundándola a ponerse en pie.
-(T/n)...- Respondió tomando mi mano.
-¿Acaso tengo que sonsacarte también el apellido?
-Fraser... Mi apellido es Fraser.
-¿Fraser? Qué apellido más extraño. No lo había escuhado nunca.
-Es escocés. Normal que no lo hayas escuchado.
-¿Eres escocesa?
-Mitad. La sangre hispana también corre por mis venas.
Comencé a hablar con ella, y parecía que conectábamos mágicamente. Entre risas y carcajadas conseguimos hacernos amigos. Debo reconocer que ahora me arrepiento de intentar matarla.
-Oye... ¿Has escuchado eso?- preguntó haciéndome una seña para que guardara silencio.
-No he escuchado nada- respondí cruzando mis brazos.
-Sé que he oído algo. De verdad.
-Habrá sido imaginación tuya.
-Lo digo en serio, Jeff.
Fui a reprocharle cuando, de repente, yo también escuché algo.
La miré en silencio. Le indiqué con el dedo índice que no se moviera y que se quedara callada. Asintió con la cabeza y comenzó a mirar alrededor del salón donde nos encontrábamos.
Saqué mi cuchillo y agudé el sentido auditivo.
-Huele a...- susurró (T/n).
-Gasolina...- completé.
Entonces me di cuenta de lo que estaba pasando.
-¡Corre, (T/n), corre!- le grité mientras la cogía del brazo.
Justo al salir por la puerta principal, las llamas empezaron a brotar violentamente. Parecía el infierno en persona. Enormes pedazos de madera caían sin remedio al suelo.
-Creo que a quien sea que haya quemado mi casa no le gustamos...- dijo limpiando su chaqueta a manotazos.
-Eso parece...- respondí mientras seguía contemplando aquel desastre- Lo que tenemos que hacer ahora es avisar a Slender...
-¿A quién?
-A Slender, ¿no has oído hablar de él? Pues sí que eres tonta.
-Tsk... Cállate.
-Sígueme, doña gruñona.
-No me llames así, asesino de pacotilla.
-¡Uy, que miedo!- contesté con tono travieso.
-Cierra el pico y anda, que es lo que tienes que hacer.
Solté una leve risilla y proseguí guiándola hasta la casa Creppypasta.
No sé si alguno de mis compañeros tiene algo que ver, pero no creo que sean tan tontos como para quemarme vivo.
Después de un buen rato caminando, por fin se divisaba nuestro objetivo. Abrí la puerta y la dejé entrar primero.
-(T/n)-
En el momento en el que pasé por el marco de la entrada, todas las miradas se centraron en mí. Sentía cómo me analizaban de arriba a abajo con sus ojos. Realmente me sentía incómoda.
-¿Quién es esta preciosidad, Jeff?- preguntó un chico bajo y rubio.
-¡Pero qué ven mis ojos! Es muy mona, ¿cómo se llama?- dijo otro chico moreno con unas gafas naranjas y una sudadera desgastada.
-¿Desde cuándo nos traes invitados?- mencionó un joven con una máscara blanca y una amplia sonrisa roja ensangrentada en ella.
-¡Wow! Parece una princesa- saltó una niña pequeña.
Todos empezaron a hablar por lo alto, pero una voz grave resonó por toda la habitación, haciendo que se callaran las demás.
-Jeff, ya puedes estar dándome explicaciones de todo este alboroto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top