Capítulo 8
—¿Crees que ha ido bien?—preguntó la Haruno insatisfecha mientras Lady Hokage estaba hablando con Kakashi en aquel bosque donde segundos antes Sakura había demostrado sus nuevas habilidades.
—Por supuesto—le tranquilizó Ren—. Lo has hecho muy bien.
—Yo creo que me excedí...
—Pero tu poder es así, Nee-san. Ellos no pueden pedir que te controles.
—P-Pero mira el bosque, Ren...—y ambos observaron de nuevo aquella escena. Solo había que decir que ya no hacía falta una tala de árboles porque Sakura había derrumbado medio bosque. Cosa que le dolió.
—No importa, Nee-san.
—¿Y qué hace Kakashi-sensei aquí...?—murmuró la Haruno mirando como hablaban. Tsunade se veía seria—. Espero que no esté hablando de nuestra...
—¿Relación?—interrumpió el pequeño castaño—. No lo creo. La Hokage, a pesar de ser la Hokage, no tiene derecho a meterse en la relación por lo que deberías de estar tranquila.
La Haruno suspiró. Al ver que Kakashi-sensei se acercaba a ellos dos y se mantuvo rígida al observar como la rubia Hokage se marchaba del bosque.
—¿Pasó algo?—dijo Ren poniéndose delante de la pelirosa. Solo por si las moscas.
—Nada de nada—y lo ignoró agarrando con una mano el brazo de la Haruno mientras con la otra la llevó a su espalda para atraer a la pelirosa hacia sus labios. Se besaron de forma cálida de nuevo, a pesar de que ambos llevaban máscara, era algo de que acostumbrarse—. ¿Qué quieres hacer hoy?—le preguntó a la chica ignorando al pequeño.
—Ella y yo ya tenemos planes...—interrumpió el menor.
—Es cierto, K-Kakashi-sensei.
—¿Qué planes?—preguntó el peliplateado mirando al niño sin expresión alguna, a pesar de que se sentía algo celoso de que un "mocoso" acaparase toda la atención de quién era su novia.
—V-Vamos a ver a-
—A mi hermano—declaró el pequeño—. Más bien, vamos a ver su tumba.
—¿Y no puede esperar? Debo de decirle algo a Sakura—le habló Kakashi a Ren. Este gruñó.
—Sí.
—Bien, pues... ¿adónde quieres ir?—volvió a dirigir su mirada hacia ella.
—¿Adónde quieres ir, Ren?—le miró la pelirosa sonriéndole.
—¿Picnic?
—Pues hagamos un picnic—concluyó Sakura.
***
El bosque era algo solitario pero justo para los tres individuos, además de Hinata y Naruto que se sumaron en cuanto el rubio quedó enamorado del ramen que llevaba Sakura en el cesto.
—¿Cómo estás, Sakura-chan?—se acercó su amiga peliazul hacia ella para susurrarle esas palabras—. ¿Ya lo saben?
—Aún no—respondió—. El equipo siete y Tsunade-sama sí pero... sobre el resto: no. Necesitaré tu ayuda para contarles, Hinata-chan. No quiero ocultarles nada.
La oji-perla se asombró a la respuesta de la pelirosa. Sin duda, había comenzado a ser ella de nuevo y le encantaba. Solo le faltaba quitarse esa máscara que ocultaba aquella sonrisa que tanto echaba de menos toda la aldea.
—¡P-Por supuesto!—tartamudeó algo ruborizada. Su novio, en cuanto se dio cuenta se puso celoso.
—¡O-Oye!—se quejó el Uzumaki acercándose a su chica—. ¿Por qué conmigo ya no tartamudeas?
—Es diferente, Naruto-kun—Hinata lo miró para robarle un cálido beso—. Es porque me acostumbré a tenerte a mi lado—ambos sonrieron.
—Nee-san...—Ren se acercó a la pelirosa para susurrarle unas palabras mientras el peligris miraba atónito como la chica se ponía ruborizada.
"¿Qué le está diciendo ese crío?" se preguntó a sí mismo.
Sakura solo asintió con la cabeza.
—¿D-De verdad?—se le escuchó decir.
—¡Sí!
—B-Bien...
—¿Qué están tramando ustedes dos...?—murmuró el rubio.
—Ren quiere jugar a reto o verdad. Dice que él sería quién escogiese las preguntas y los retos—se explicó la oji-jade—. ¿Aceptan?
—¿Reto o verdad?
—P-Pero...—dijo una Hinata algo nerviosa—. ¡Será divertido! Me apunto.
—¡Si mi Hinata se apunta cuenten conmigo!
Y los cuatro miraron al oji-negro.
—Vale, me apunto.
—¡Genial!—el castaño y la pelirosa chocaron palmas.
—Muy bien, Nee-san. Tú primero.
—Escojo verdad.
—¿Quién fue tu primer amor?
—Esa es fácil, toda la aldea lo sabe: Sasuke-kun.
Y su actual novio la miró de arriba abajo algo incómodo. Él sabía que en un momento a otro debería de decirle que Sasuke había llegado de nuevo a la aldea. Sin duda no dudaba de ella pero sí de él. Más cuando él se dio cuenta hace poco de lo que perdió con Sakura.
—Ahora tú, Nii-san—le habló el castaño al Uzumaki.
—¡Reto!
—¡Tienes que besar al sensei de Nee-san!
Y los dos chicos se miraron estupefactos a la vez que algo asqueados.
—¡Me niego!
—N-Naruto-kun... pensé que siempre cumplías con el deber...—dijo Hinata algo divertida.
—¡Cierto, cierto!—animó la pelirosa sonriente.
—Me nieg-
Pero las palabras de Kakashi fueron interrumpidas por los labios del rubio. No fue nada: fue un leve beso de tan solo tres segundos. Luego, ambos escupieron la saliva mientras las chicas reían.
—Hinata-chan, ¿verdad o reto?
—¡V-Verdad!
—¿Eres virgen?
Y esa pregunta impactó a todos, excepto a Naruto, por supuesto. Ya conocía a Ren.
—N-No...
—¡¿QUÉ?!—la pelirosa enfadada, cogió a Naruto por el cuello elevándolo—. ¿Cómo pudiste cerdo pervertido?
—P-Pero si fue ella...
—Es cierto, Sakura-chan—se sonrojó la peliazul—. Nunca pensé que... sería toda una pervertida.
—Ahora tú, sensei de Nee-san. ¿Verdad o reto?
Se lo pensó ciertos segundos. Veía cierta malicia en el niño así que, sea lo que sea, sería malo así que... ¿por qué no?
—Verdad.
—Usted... ¿estuvo con alguna chica que no sea Nee-san en el tiempo de estos meses que no ha estado ella?
Y el peliplateado se sorprendió bastante al escuchar esa pregunta. Comenzó a tener algo de duda al decir la verdad pero... ¿qué más da? Era la verdad y además, él amaba a Sakura. Solo a ella.
—Sí.
El Hatame y la Haruno se sorprendieron, pues la Hyuga y el Uzumaki ya sabían que eso era cierto: Kakashi se lio con un par de chicas pasando varias noches con ellas. Pero eso se quedaba ahí. Era un adicto al sexo, aunque no se notaba lo bastante. ¿O sí?
—Siguiente pregunta, Nee...¿San?
El castaño se sorprendió al ver a su hermana mayor amortiguar sus lágrimas en aquella máscara rosa que tanto le encantaba a él.
—¿Estás bien, Nee-san?
—Sakura...—el sensei se levantó para sentarse junto a Sakura, abrazándola por detrás plantándole un tierno beso en la mejilla—. T-Tengo necesidades de hombre y...ni sabía que te quería.
—¡Lo sé!—gritó indignada, aunque no tenía que estarlo; Ella lo estaba—. No tengo derecho a enfadarme pero... ¿acaso pensabas que mi corazón seguiría tranquilo?
—Sakura... esto no funciona así.
—Tú mismo lo dijiste... "cuando nos abrazamos, sí sentí algo".
—O-Oye chicos...—el Uzumaki intentó hacer que parasen pero... misión perdida.
Kakashi suspiró.
—Bueno, de seguro tú también has hecho lo mis-
Antes de que pudiese hablar, una pequeña mano formada en un puño por parte de Ren impactó en el peliplateado furioso. Lo miró a los ojos cambiando su aura por una más oscura.
—¿Qué estás diciendo de Nee-san...?
—¡Ren, no! ¡No se refería a eso!—la Haruno intentó agarrar a su hermano pequeño por la espalda pero no pudo.
En vez de eso, gritó de dolor por algo que nadie entendía. Solo ella y el pequeño podían saber qué pasaba.
—¡Sakura!—gritó su novio.
—¡Sakura-chan!—gritaron los dos novios acompañantes de aquella cita doble al unísono.
La Haruno siguió retrocediendo de dolor mientras unas heridas salían de sus brazos como si fuesen cortes. Solo que... ¿nada le había cortado?
—¿Qué está pasando?
—¡Te arrepentirás de lo que le has dicho a Nee-san!—masculló el pequeño castaño procedente de un clan maldito.
Sakura se levantó de nuevo colocándose delante de él y Kakashi.
—¡Basta, Ren! Solo ha sido un malentendido... por favor.
A punto de atacar, el pequeño dejó de mirar ferozmente al peliplateado para abrazar a su amiga, ahora ya sin provocar daños.
Todo había sucedido tan rápido...
—¿Qué acaba de pasar?—preguntó la Hyuga.
Ren agarró a la pelirosa por la mano con algo de fuerza.
—Nee-san... ¿podemos irnos?—se escondió tras ella.
—S-Sí. Vámonos—y la chica se marchó tras despedirse de todos, incluido de Kakashi. Debería de disculparse por lo que acababa de hacer.
***
Sonó el timbre y fue la pelirosa quién corrió hacia él ya que su hermano estaba descansando en su cama.
Al abrir la puerta, no se sorprendió nada.
—Te estaba esperando.
—¿Cómo lo sabías?—y el Uchiha pasó al frente sentándose en el sofá, como si tratase de su propia casa.
La Haruno se sentó a su lado.
—Noté tu chakra.
—¿Nadie te lo dijo?
—No importaría demasiado si me lo dicen o no, Sasuke-kun—suspiró—. ¿Has venido a verme?
—Acabo de regresar de mi viaje de rendición. Y, quería darte las gracias.
Esas palabras no le sorprendieron nada. Ella sabía que Sasuke tenía mucho por lo que disculparse.
—Escuché que estabas embarazada.
—Fue una falsa alarma—se sinceró—. Vaya... Las paredes sí que escuchan en Konoha...
—No fue Kakashi quién lo hizo, por si eso pensabas.
—¿Y quién fue?
—Fui yo. Aquella mañana en los monumentos de los Hokages. Estaba ahí.
—¿Tanto tiempo has tardado en venir a disculparte?
—Tenía cosas que pensar y que preparar si me debo de quedar aquí.
La Haruno se sintió algo incómoda. Después de aquella confesión tras derrotar al diez colas todo fue extraño. Más después del abrazo de su sensei que, por supuesto, tuvo un pensamiento amoroso hacia él.
—Sasuke-kun...—murmuró decidida—. Ya no te amo.
El azabache solo sonrió.
—Lo sé. Es fácil verlo en tu rostro.
—Amo a otro—volvió a declarar—. A Kakashi-sensei.
—También lo sé. Aunque, fue divertido aquellas veces que estuvimos juntos, Sakura.
—¿Cómo las veces que me intentaste matar?—la pelirosa sonrió. Era un tema que no afectaba en nada.
—¿Y qué hay de cuando te salvé con la marca maldita?
—¡Me acuerdo, me acuerdo! Fue cuando me corté el cabello.
—Eso no lo vi...—el azabache le regaló una sonrisa a la Haruno—. Pero, me gustaría haberte visto pelear entonces.
—Cierto. Solo viste cómo quedé de destrozada...Qué mal.
—A propósito, ¿qué pasó?
—Estaba muy débil y debía de protegeros. Así que... recurrí a lo que pude.
—¿Qué fue?
—Le mordí.
El azabache volvió a reírse, esta vez más fuerte mientras con un dedo secó una lágrima que le caía de su ojo derecho.
—Me divierte recordar buenos tiempos contigo, Sakura. Si necesitas algo, aquí estaré.
—Has cambiado, por lo que veo. Ya no eres el típico emo vengador, frío y calculador.
—Todos cambian. Me marcharé ahora, si me permites.
—Sí—la Haruno se levantó junto a él para acompañarle hacia la puerta. Una vez allí, el Uchiha activó el Sharingan mirando hacia atrás. Eso alertó a la pelirosa—. ¿Qué pasa?
—Sakura. ¿Esperas visita?
—N-No...
—Mierda...—negó con la cabeza poniéndose en posición de batalla.
—¿Qué sientes? No siento nada.
—Un chakra muy poderoso, Sakura. ¡Se está acercando!
Y la pelirosa empujó con suavidad al Uchiha.
—Idiota, es Ren. No me asustes.
—¿Ren? ¿Quién es Ren?
—Nee-san...—murmuróun niño rascándose los ojos pues se acababa de despertar de una larga siesta—.¿Quién es él?—y se posicionó al lado de la Haruno, mirando al Uchiha"
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top