33
He "volvido" :D
La semana pasada no pude traerles un capítulo T--T Estuve ocupada buscando un compu nuevo, ya que el antiguo me daba muchos problemas. Peeeero esta vez les tengo una propuesta. Si consiguen llegar a los 3k de comentarios en este capítulo, habrá otra actualización esta semana. Pero ojo piojo, solo si llegan o sobrepasan los 3k, de lo contrario, pues el siguiente capítulo será la próxima semana.
Que comience el juego >:D
RETAZOS DEL PASADO
Estos días he pasado declinando las llamadas de Raziel por miedo a qué me tiene por decir y a esquivarlo cuando nos encontramos en el trabajo. Tengo la suerte de que ya no pase tanto tiempo por ahí, pero me duele un poco saber que la razón es su otro trabajo. No quiero actuar como una celosa y negarle que haga sus asuntos, ya que técnicamente no somos nada, pero no voy a dejar de lado el pensamiento posesivo de decirle: "hey, hay otras formas de saber lo que todas estas familias ocultan". Luego recuerdo que debo evitarlo para no enfrentar mi realidad.
Lo cierto de todo esto es que sí, le he estado ocultando algo: yo desde el principio sabía que mi madre se cambió el nombre y que mi padre, aquel borracho despreciable, en realidad no es mi padre biológico. Sin embargo, explicarle cuál es la razón de todo esto, es inútil, porque, sinceramente, ni yo lo sé.
De mi niñez los recuerdos siempre han sido bastante difusos, como una ciudad bajo una espesa y aterradora neblina. No son constantes, más bien son como los sueños. No puedo distinguir si son reales o parte de mi imaginación. Mi memoria de niña ha sido atacada por los años. O, tal vez, por algo que debí olvidar por las buenas o por las malas.
Un confuso recuerdo viene a mí cada vez que pienso en lo que Raziel dijo. En él, mamá me sostiene de los brazos. Sus dedos están casi incrustados en mi piel, tanto que mi piel se estira y duele. Yo estoy llorando, pero no por la forma tan brusca en que mi madre me agarra, sino por algo más. Puedo sentir en mi pecho algo que me aflige. Algo malo que yo he cometido.
Mamá está agachada frente a mí, con los ojos muy abiertos, las cejas curvas, la frente arrugada. La desesperación en la manera que toma mis brazos y me remueve, insistente, balbuceando algo que no logro comprender. Poco a poco su voz se aclara.
—Tienes que prometerlo —ordena al borde de la histeria. No pestañea, lo que me dio muy mala espina. Sus ojos se ven tan grandes e intimidantes...
Estoy llorando, asustada.
—Mami...
—Nada de mami —me regaña ella y sus dedos me aprietan con más fuerza—. Promete que olvidarás todo.
Y yo, con las lágrimas cayendo sin parar, le digo sin comprender:
—Pero papi está...
—Papi ya no está con nosotros. —Su voz se quiebra cuando lo dice—. Se fue para siempre. Ahora somos las dos. Ahora mami es alguien nueva.
—¿Y yo? ¿Y papi?
Era demasiado pequeña para entenderla.
—Nunca hables con nadie sobre papi. Él ya no está, ¿entendiste? Si hablas de él algo malo nos pasará. A ti y a mí. ¿Eso es lo que quieres?
Aquel «ya no está» provocó que chillara de llanto.
—¡¿Quieres que nos pase algo malo?! —insistió.
—No —balbuceé.
—Entonces prométeme que jamás le hablarás a alguien de lo que aquí pasó. Ahora somos tú y yo. Nadie más.
Lo siguiente que recuerdo es que me abrazó. Su mano tocó mi cabeza de forma cálida, un gesto extraño teniendo en cuenta lo extraña que estaba hace unos instantes. Me tomó en brazos y se agachó para tomar una maleta.
Atrás dejaba un enorme avión.
Lo que hay detrás de ese momento no lo recuerdo, nada más sé que si mamá estaba tan ensimismada en que olvidara a papá y decir que a partir de entonces solo éramos nosotras dos, algo muy malo debió ocurrir. Mamá huía de algo... o de alguien y no me dijo qué.
Raziel tiene razón. Tengo que liberarme de este miedo y hablar con mi madre para que me aclare qué está sucediendo.
Llego a la sala de Boceto y me siento donde acostumbro. A mi lado, Dhaxton, como siempre, está leyendo algún libro sobre el arte de alguna parte del mundo.
—¿Estás bien? —escucho que me pregunta.
Yo, recostada sobre la mesa, hago todo un esfuerzo por no fallecer.
—Define bien —le pido levantando la cabeza para mirarlo.
—La definición cambia dependiendo del contexto, pero en todas ellas su connotación tiende a ser positiva.
Ay, por todos los cielos...
—No tienes que...
Es entonces que me doy cuenta de algo bastante particular. La persona a mi lado no parece ser Dhaxton. No, señor. Es decir, tiene el libro de arte, la ropa que le da su toque elegante y único, la postura y el semblante, pero el cabello... El cabello ya no es gris, es negro. ¡Negro! Cuando baja el libro puedo ver la enorme cicatriz y sus hipnotizantes ojos grises.
—¿Ocurre algo?
No hay dudas, es él pero...
Me quedo sin palabras. Sé que el cambio de apariencia de las personas debería tenerme sin cuidado, sobre todo cuando se trata de alguien como Dhaxton, por el cual tengo una especie de rivalidad. Ni siquiera ha cambiado mucho, en realidad, sigue siendo la misma persona de aire misterioso y aspecto endemoniadamente atractivo. Lo extraño de todo esto es que haya cambiado su color de cabello ahora. ¿Acaso Dhaxton descubrió lo que Seth y yo estamos planeando?
—¿Qué le has hecho a tu cabello?
Demasiado obvio, pero si quiero indagar en sus motivos tengo que sonar casual, no preguntarle de golpe.
—¿No es obvio?
Me mira con una ceja alzada, lo que me da tiempo para observarlo con mayor detalle. El cabello negro realza sus ojos y el peinado hacia atrás lo hace ver mucho más adulto. La cicatriz se le ve más oscura y arruinada. Seth tuvo razón al decir que lo golpeó, pues todavía se puede ver rastro del cardenal bajo su ojo.
—Quiero decir... —Salgo del embobamiento— ¿Por qué? Me agradaba el gris.
Me mira con cara de «¿y por qué crees que tienes una opinión sobre mi aspecto?», pero como siempre, educado a su manera, prefiere guardarse lo que seguro está pensando. En su lugar, suspira de tal forma que sus hombros se levantan y mira hacia un punto fijo en la mesa.
—Quería volver al pasado —murmura. Seguro que esto lo ha llevado de lleno a los sucesos de su pasado.
¿Por qué querría volver a su oscuro pasado? Si lo que Seth me contó sobre Dhaxton es verdad —cosa que no dudo, porque lo dijo después de confesarle lo que Agnes—, entonces Dhaxton sería la representación en carne y hueso de lo que es una persona masoquista.
Eso o de verdad nos ha descubierto y con su cambio de cabello nos intenta decir que va un paso más adelante que el nuestro.
—Suena bastante nostálgico —expreso bajo. Es irónico que hoy ambos apelemos a lo mismo: él a su pasado y yo al mío—. ¿O será que en realidad de tanta tintura el cabello se te murió?
Admito que mi pregunta ha buscado sacarlo de quicio.
En las perversas comisuras de Dhaxton se forma una sonrisa torcida tan diminuta que me da la sensación de ocultar un enorme propósito.
—Puedes tocarlo y comprobar lo saludable que está —propone en una insinuante tonada que me eriza la piel detrás de la oreja. Se ha acercado sin darme tiempo de reaccionar, pero mi cuerpo se encarga de hacerlo después de que él suelte esas palabras tan sugerentes.
—Creí que Seth era el de las propuestas indecentes ocultas detrás del doble sentido —rezongo, rascándome justo donde mi piel cosquillea.
—En efecto —me da la razón—. Yo soy más directo, por eso me refería al cabello.
Es un... Es obvio que su comentario iba con una segunda intención. Él lo sabe. La sonrisa que tan orgullosamente me enseña lo deja muy claro.
El profesor Banes entra a la sala, lo que nos distrae un momento. Detrás de él, Logan entra en compañía de otros compañeros. De Grey no hay rastro alguno desde la mañana, lo que me hace pensar que está demasiado avergonzada para aparecer frente a Dhaxton. A él no parece importarle en absoluto lo que pasó, pese a que toda la academia, incluso hoy, está hablando de ello y a pesar de que todos los chicos que entran a la sala se fijan en su cabello oscuro. Si esto fuera la televisión, seguro saldría en todos los rincones de los programas de sálvame.
—¿Vas a decirme qué ocurrió? —La pregunta de Dhaxton me distrae.
Mientras Banes le pide a los chicos que se sienten para explicar lo que trataremos en la clase, busco en mi compañero algún rastro de suspicacia detrás de su interrogante. Es evidente que no estoy bien, que algo malo me ha pasado, no he dormido en toda la noche y estoy muy confundida. Pero decirlo abiertamente no está en mis planes.
—¿Me dirás lo que te pasó a ti? —esquivo su curiosidad.
Forma una mueca y acomoda las páginas de su libro. Parece que su interés está en tres sitios diferentes: el profesor Banes, que imparte la clase; su libro, el cual lleva leído por la mitad y según puedo ver tiene imágenes preciosas; y en mí. Su perfil al frente y la espalda, jamás curva.
—Me pasaron muchas cosas. —Me pongo sobre la mesa en busca del manchón violeta bajo su ojo—. Si te refieres a mi ojo, debo decirte que no deseo hablar de eso.
—Bueno... —Carraspeo y me pongo mirando al frente. El profesor nos hace un llamado para prestar atención. La próxima semana es el trabajo final y, en la siguiente, tendremos una semana de vacaciones por Navidad y Año Nuevo—. No tienes que hacerlo —le confieso en un tono bajo—, Seth ya me dijo que te golpeó.
Por el rabillo del ojo noto que Dhaxton gira su cabeza hacia mí. Debo suponer que he cautivado de nuevo su curiosidad.
—¿Te dijo la razón? —indaga en voz baja y cautelosa.
Si está preocupado por eso, entonces puede que Seth haya tenido razón al insinuar que Dhaxton no cuida a sus animales.
De nuevo, juego con el interés que demuestra:
—¿No debía?
—Puede hacer lo que se le da la gana, siempre y cuando, si va a hablar de mí, que lo haga sin prejuicios.
Interesante, Dhaxton debe suponer que Seth me ha contado lo de sus otros animales también, situación que lo dejaría a mi vista en muy malos términos. Los animales están apartados de las bestialidades que somos los seres humanos, por eso, cuando algo malo les pasa, sentimos más compasión por ellos. Dejar a una persona de mata-animales, es echarle encima una reputación maliciosa. ¿Será que Dhaxton no quiere que tenga esa percepción de él? Si eso es lo que busca, ya es tarde. Aunque... cuando recuerdo lo feliz que era con el pequeño gato entre sus manos, en lo que tuvo que pasar de niño, en su miedo hacia su padre y en la destreza que posee en el arte, me es difícil ponerlo como una persona malvada y despreciable. Pasé demasiado tiempo codeándome con personas de mal aspecto y pasado trágico en los comedores comunitarios, hogares y eventos de ayuda como para juzgar a Dhaxton. Tal vez, al igual que Seth, también le teme a ellos.
—Él dijo que te golpeó porque asegura que tú descuidaste al gato.
—Bien.
Entonces recuerdo que me he propuesto ponerlos en contra.
—Al gato y a muchos animales más. ¿Es eso cierto?
La sonrisa le vuelve al rostro, esta vez más amplia y sagaz.
—¿Es cierto que tú eres la administradora de Happy Little Tea?
Ha usado la misma estrategia que yo.
Me paso la lengua por el labio superior para darle la impresión de que trato de esconder una sonrisa.
—Sería interesante revelar algunos secretitos que Seth y tú poseen, o demostrarle a las futuras estudiantes qué traman. O hablarles de Grey... Vaya sorpresa la que me llevé cuando leí que tú y ella no solo se llevan bien, sino que también tienen ese tipo de relación.
Forma una mueca de desprecio.
—La palabra «relación» suena como un compromiso importante.
—¿Cómo lo llamarías?
—Sexo ocasional con ventajas mutuas.
—Bueno, la palabra relación tiene connotación de vínculo, no está tan mal empleada —me encojo de hombros.
Baja el libro y cruza los dedos sobre la mesa, como si fuera a explicarme algo con mucho detalle y paciencia.
—Tal vez para ella sea esa clase de atadura; yo prefiero mantenerme al margen. Supongo que mi interés por ella se limita a una cuestión superficial y yo suyo a otra clase de ámbito, sin embargo, debo confesar algo —se acerca a mí, chocando hombro con hombro—: Hay una única persona con la que tendría una relación y pertenece a esta academia —susurra con el mismo disimulo que hemos tratado nuestra corta charla.
Puedo ver que en esta ocasión sí lo ha hecho a propósito y unas ganas inmensas me piden preguntarle de quién habla. Pero cuando estoy a punto de hacerlo, Banes nos pide que prestemos atención. Dhaxton vuelve a lo suyo y yo a lo mío.
Al terminar la clase, con el timbre sonando por todo lo alto, arreglo mis cosas para reunirme con Seth en la puerta principal de la academia como acordamos en la academia. La idea es tomar unas «clases» de actuación con Agatha para hacer de interpretación de Agnes lo más real posible.
Me cuelgo mi bolso al hombro y acomodo mi ropa para salir de mi lugar, pero Dhaxton me detiene del brazo. Está de pie, muy serio, y su cabello oscuro, el que todavía no acostumbro a ver, le da un aspecto más intimidante del que demuestra estando sentado como si fuera el dueño de toda la academia.
—¿Qué? —espeto al ver que no muestra indicios de querer soltarme.
—Es curioso que no seas tú la persona detrás de Happy Little Tea cuando me han tratado de asesino y tú eres la única persona que puede relacionarme con un muerto después de tener aquel ataque de ansiedad.
—El que sospeches de mí llamándote asesino por la muerte de tu amiga Agnes, solo hace que te señales a ti como el culpable.
—¿Y crees que lo soy? —pregunta tan pronto acabo mi defensa.
—Creo que eres capaz de muchas cosas, pero no un asesino. Incluso con todo lo malo que me hiciste, con todos tus tormentos, problemas y actitudes extrañas, pienso que eres la persona por la que habría caído rendida de amor —admito con firmeza, aunque, para mis adentros, todavía la duda ronde por los parámetros de mi cabeza sin llegar a nada concreto.
Me libera.
Ambos salimos casi al mismo tiempo de la sala. Afuera, en el pasillo, la revolución estudiantil tiene como causa otra publicación en la página de Happy Little Tea.
Hemos vuelto. 🧐
Hoy hablemos del idiota del año.
Uhm, creo que muchos pensarán en sus compañeros con lo de Idiota del año. Graaaaan parte de los estudiantes de esta mugrosa academia se merecen esa etiqueta 🤢 🤮, pero nuestro invitado especial de hoy es Seth Bellish.
Yo sé que cuando escuchan "idiota", "imbécil", "el amigo feo", "un hijo de puta sin gracia", en la primera persona que piensan es él. Y con razón, vaya. 😅 Este tonto ser humano es un huerfanito sin padres que creció bajo las arrugadas tetas de su abuela.
Eso explicaría su tendencia hacia las mujeres mayores.
Oh, cierto, no saben...
Resulta que a Seth Bellish le gustan las viejas para conseguir una pizca del amor de madre que no tiene. 😢 😭 Y como no tiene escrúpulo alguno, decidió tener una aventura con la famosa profe de matemáticas. Oing, oing 🐷 Se juntaban en la bodega del cuarto piso a tener sexo.
¿Al menos limpiabas la mesa donde lo hacían, querido huerfanito?
¿Ya les dijiste a tus subordinados que mataste a tus padres?
¿No?
Upssss, se me escapó. 🙊
Bueno, Dhaxton lo debe saber, ¿no? Al fin y al cabo, ambos asesinaron a quienes decían amar. Wow, eso explica por qué son amigos.
Por qué lo son, ¿verdad?
Ah, y Seth, deja de utilizar a tu estropeada abuela para atraer chicas, es de mal gusto.
El siguiente eres tú, Dhaxton Crusoe. 😈
Al terminar de leer me doy cuenta de que Dhaxton se colocó junto a mí para leer la publicación desde mi celular. En cuanto bloqueo la pantalla, sale disparado por el pasillo, dejando a un montón de estudiantes atontados por su apariencia y murmurando sobre la nueva información expuesta.
Lo de Seth estuvo suave, lo que tendría sentido si él es el nuevo propietario de la página. Pero la publicación ha revelado no solo lo de la profesora; también lo ha llamado asesino por la muerte de sus padres. Esto ya lo sabía, pues me lo dijo en su auto, la incógnita es cómo y por qué.
Salgo por la enorme entrada de LeGroix, donde la mayoría de los estudiantes se preparan para caminar bajo las oscuras nubes que presagian la lluvia. Me cruzo de brazos para almacenar por más tiempo el calor en mi cuerpo, bajo un tejado al costado de la entrada. Sobre Seth no hay rastro, y como su apariencia no sale de lo común, me es difícil distinguirlo del resto.
Lo que no se me hace complejo es discernir la figura alta y bien trabajada de Raziel al otro lado de la calle.
Al verme, tira al suelo su cigarro y lo pisotea con su bota enorme.
Es extraño verlo expuesto a los demás, pero es más extraño que se atreva a cruzar los límites que separan la academia con el fin de acercarse a donde estoy.
—No quiero hablar —le aviso una vez llega frente a mí.
Su expresión se tensa, sobre todo cuando ve que un número interminable de estudiantes pasa por su lado.
—Si he tomado el riesgo de venir aquí, a buscarte, al menos escucha lo que tengo que decir —pide en una súplica baja—. Es importante.
Niego con la cabeza, temerosa a sus palabras.
—No quiero escucharlo...
Otro recuerdo escondido en lo más oscuro de mi cabeza viene a mí. Es una imagen rápida que pasa... El sonido de un disparo, un quejido y una mano cubriéndome la boca.
—Calla.
El horror atraviesa mi mirada, pero es la aparición de Seth lo que me hace salir de ese infernal recuerdo.
—¿Qué hay de bueno?
Está con esa malévola sonrisa de que algo se trae en mente, la melena suelta y despeinada, tan así que puedo ver lo enredada que está. Luce como si no se hubiera bañado en un mes. Su semblante es relajado, mano en los bolsillos, distante a todas las miradas que lo ven al pasar y los obvios comentarios sobre la publicación en Happy Little Tea.
Raziel lo mira de pies a cabeza, pero cuando Seth, luego de inspeccionarlo con rapidez posa sus ojos en mí, se hace una idea de lo que está pasando.
—Tengo que irme —le digo dando un paso en falso.
—¿A dónde? —Su quijada se marca.
—A mi casa —le responde un sonriente Seth. No hace falta que diga más. Con paso ligero sale de los terrenos de la academia en busca de su auto, dándonos tiempo a Raziel y a mí para terminar de hablar.
—¿Por qué me estás evitando? —pregunta Raziel— ¿A qué le temes?
Trago saliva en seco y tomo aire por la boca para decirle todo lo que tengo en la cabeza, de mis recuerdos, del miedo al pasado, de lo de mis padres, de los cabos sueltos que están siendo amarrados. Tengo miedo, porque lo que veo reflejado en los ojos de Raziel no es algo bueno que tiene por contarme, es algo peligroso.
—Tengo que irme —digo con voz más dura y paso por su lado para ir con Seth.
—Voy contigo. —Se posiciona junto a mí.
—No te dejaré.
—El auto no es tuyo, Angelito.
Replica con una entonación de burla. No obstante, detiene el paso el instante en que su celular empieza a sonar. Ve el nombre en la pantalla y levanta la cabeza para mirarme con expresión de culpa. A juzgar por la tensión en sus hombros y esa extraña distancia que pone entre ambos, puedo deducir que se trata de su nuevo trabajo.
Sonrío al pensar lo irónico de todo esto. Hace tan solo unos segundos estaba empecinado en querer acompañarme y ahora el atisbo de duda lo hunde cada vez más.
¿El trabajo o yo, qué es más importante?
Lo veo tragar saliva.
El celular vuelve a sonar.
__________________________________
Uuh, ¿se irá con Drey o la doña? :O
HAGAN SUS APUESTASSSSS
Bueno, se cumplió lo del adelanto, que era el spoiler prometido en el capítulo pasado. ¿Ven que soy wena? me queda bien el edit que mi hicieron las chicas de wsp xD
Les aviso, anuncio que hoy renunciooo~
Les iba a decir algo, pero lo olvidé :C
en fin, los jamoneo <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top