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Capítulo dedicado al grupo de wsp de LOC e IO por cumplir un año ya 🤩🥳 ¡Felicidades, mis amores! 💜 Un año es muchísimo tiempo y ustedes lo han conseguido, a pesar de que ya están cada vez más locas jajajsja Gracias por ser tan lindas conmigo 🥺💜 Me encanta aparecer para alborotarlas <3 Son las mejores, bbs, nunca cambien 😘
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ESTO NO ES UN CITA
Parte 1
Raziel me mira desde el otro lado de la mesa con los brazos apoyados sobre la rígida madera y una humeante taza de café enfrente. Lleva una playera negra, muy desteñida, el cabello lo tiene despeinado y bajo sus ojos unas ojeras que componen todo el aspecto de una persona que no ha dormido bien.
—¿Por qué me miras así? —cuestiono, llevando la taza de té que me ha preparado a mis labios. Está igual de humeante que la suya y tiene un sutil aroma a canela que me recuerda a Seth.
—Se suponía que anoche hablaríamos, tal cual llevas deseando desde hace días.
Su mirada penetrante permanece. Es como un animal que me acecha entre la maleza, buscando el momento adecuado para aventarse contra mi cuello. Está molesto porque anoche no pude resistir lo tentadora que se sentía su cama.
Pasó más o menos así:
Cuando susurró que ya no habría más secretos y me dio el abrazo más tierno que jamás me había dado nunca, nos compenetramos un momento para seguir con las caricias y los besos. Raziel me despojó de mi abrigo con sutileza; sus manos recorrieron mi espalda apresándome contra su pecho. Lo hacía de una forma anhelante, en busca de la satisfacción de tenerme cerca de él otra vez. Sus besos me lo demostraron. Saboreaba mi boca como si fuera completamente suya, pero al mismo tiempo con una delicadeza extraña. Así, me llevó hasta su habitación, me recostó en su cama, me besó con muchísima más intensidad y luego me dijo «ya vuelvo». No sé cuánto tiempo esperé, ni qué tan pronto me dormí, solo recuerdo cuán plácida me sentí.
Supongo que volver al cuarto y encontrarme dormida era todo menos lo que él esperaba.
—Van dos —indica en ese tono de anciano gruñón que saca cada vez que está molesto.
—Lo siento —admito con sinceridad, encogiendo los hombros—. Tenía sueño, recuerda que vuelvo de un agitado viaje.
—Tus sueños también son bastantes agitados —alude entre dientes—. Porque anoche no solo te dormiste, también te apoderaste de la cama y tuve que dormir en el sofá. —Mueve la cabeza de un lado a otro, enfatizando en el lugar donde le duele—. Eso te costará un masaje.
—Te lo quedaré debiendo. Me tomo esto —elevo la taza— y me voy.
—¿Y qué pasó con la charla?
Se ve que su interés es auténtico, lo que me saca una sonrisa interna porque demuestra que va en serio con lo de «no más secretos». Pero no puedo evitar ser esquiva, hacer que sufra un poquito más.
—Necesito comprar un celular —respondo sin darle mucha importancia a sus palabras. Él frunce el ceño sin comprender, y yo por poco olvido que no se ha enterado de algunas cositas sobre mi viaje—. Me asaltaron.
—¿Lo dices en serio?
Va de la sorpresa a la preocupación. Está mostrando más expresiones que de costumbre. Tener a Raziel adormilado frente a mí tiene una ventaja después de todo.
—Sí. —Resoplo recordando lo que ocurrió—. Ese día planeaba el Time Square, pero todo empeoró. Pero no me hicieron nada, solo sentí impotencia por el robo.
—¿Por eso no respondías a mis mensajes?
—No respondí a tus mensajes porque estaba molesta contigo. Sigo molesta contigo —me corrijo al instante—. Eso no va a cambiar.
—Eres más orgullosa de lo que creí —lo dice como si le diera gracia y ternura a la vez—. Estoy impresionado.
—Creí que ya lo habías notado.
—Tú eres una caja de sorpresas. Odio las sorpresas, pero puedo tolerarte. ¿Quieres hablarlo ahora, mientras acabas el té?
—Odiaría tener que molestarme tan temprano por la mañana —increpo con un sarcasmo que no se lo toma personal. Ensancha su sonrisa y enciende la pantalla de su celular.
—Son las 10:52 am., temprano me temo que no es.
—Bueno, tengo todo el día libre. Ya sabes, el privilegio de ser la chica que «no ganó».
Odio tener que denominarme como tal, pero es la espina que cargo desde que dijeron el nombre de Dhaxton en esa sala. Y odio saber que, tal vez, todo este tiempo subestimaron mi trabajo y no me llevaron como una posible ganadora, sino para que todo se resumiera en la propuesta que me propinó aquella noche en su habitación de hotel.
—Fuiste muy optimista al creer que ganarías un concurso en el que participa Crusoe. Él no puede perder.
«Pero él iba a dejarse perder si lo besaba», quiero decir para sacar de mí el enojo que cargo por ello, mas soy consciente que, de hacerlo, despertaría de nuevo el lado celoso de Raziel que jamás creí ver.
—¿Qué ocurre?
Pestañeo para volver a mis cabales y tomo la taza de té, eludiendo cualquier mueca expositiva.
—Nada.
—Puedo detectar cuando mientes. —Aunque había olvidado el detalle de que para Raziel la palabra «nada» tiene un montón de significados, menos el propio—. ¿Qué es?
Rehusándome a que quede por encima de mí, y evitando a toda costa que se percate de mi nerviosismo, actúo a la defensiva:
—Yo haré las preguntas a partir de ahora.
—Ya te habías tardado —suelta con arrogancia apoyando la espalda en la silla y cruzando los brazos a la altura del pecho.
—¿Qué ocurre con Lucy? ¿Cómo supiste que ella manejaba la página? ¿Ella te conoce? — Pese a que me muestre ese lado receloso, que esté dispuesto me motiva a preguntar de nuevo sobre lo que inició nuestro enojo.
—Cualquiera que observe más allá de su propia nariz podrá notar las actitudes que tiene esa niña hacia la academia en general.
—Pero debiste tener un interés particular para fijarte en ella entre cientos de estudiantes —digo para empujarlo a hablar con detalles.
—Los estudiantes populares no siempre son los que resaltan; los de bajo perfil, al ser apartados, también lo hacen. Estos suelen cargar con mucho rencor por el rechazo, y Lucy es una de ellas —resume. Su voz es tranquila y profunda, y su actitud es relajada, pero no lo suficiente para tomarse libertades—. Bastó mirarla un par de veces para darme cuenta que coincidentemente cada vez que portaba su celular durante mucho tiempo, una nueva actualización de Happy Little Tea aparecía. Se tomaba su tiempo para observarlos con la misma expresión de asco que pones cuando pasas junto a un montón de basura maloliente. Ser invisible tiene sus ventajas, eso lo sé muy bien.
Finaliza con una sonrisa de satisfacción, orgulloso de sus últimas palabras.
—Sí, de mirar a la gente sabes mucho —le doy la razón—. Si no fuera porque sé las intenciones que tienes detrás, diría que eres un acosador.
Mi burla lo baja de su nube con un aterrizaje forzado.
—Gracias por la etiqueta.
Fastidiarlo es divertido y su cambio de semblante me saca una sonrisa que él me devuelve apoyando ambos brazos en la mesa. Se ve atractivo, incluso con el cabello alborotado y las ojeras. La luz natural de su ventana deja en evidencia algunas marcas en la piel de las que no me fijé antes, como una pequeña cicatriz en su pómulo y un corte en el mentón, tal vez hecho con la afeitadora. Hasta con todos sus defectos se ve bien. Es endemoniadamente guapo. Desde su mentón subo a su boca; esa mueca arrogante ha vuelto. Se lame los labios, insinuante.
He sido demasiado obvia.
—Y... —me refugio en mi taza de té y sigo con el interrogatorio—: ¿cómo le hablaste?
—Me creé una cuenta anónima y desde una IP, que no me delatara mi ubicación, le escribí un mensaje en el que le decía que sé quién es. Al principio no me creyó, pero cuando coloqué su nombre se asustó bastante.
—Luego la chantajeaste.
Dejarlo como el «malo» no le gusta nada.
—Prometí que no la delataría con la condición de que me hiciera algunos favores a futuro —explica.
—Como la publicación de nuestra foto.
—A veces es necesario tener aliados sin importar la clase de calaña que sean. —No me sorprende su respuesta, Raziel haría lo que fuera para llegar al fondo de todo lo que envuelve a Seth y Dhaxton—. Sabía que revelarte quién era, con toda tu ética, sería el fin de la página, que no estarías de acuerdo de usarla.
—Con motivos. Sigo sin creer que Lucy es la creadora.
—¿Por qué?
—Porque no se veía como alguien que poseyera tan malas intenciones.
—Uno nunca termina de conocer a las personas, Angelito. —Sus ojos me atrapan y no me dejan ir—. Si usas esto como mantra, no te sorprenderás cuando sus acciones salgan de lo común.
—¿Eso es una advertencia? —inquiero, reticente.
—Es un consejo.
—Tu consejo ha llegado algo tarde. —El rostro de Sol viene a mí como un mal recuerdo—. De haber sabido esto, quizá no habría dolido tanto lo de Sol. —Toco mi pecho, justo donde una maraña de sensaciones irracionales me invaden. Duele, aunque intente negarlo, sigue doliendo su decepción—. O tal vez me lo hubiera pensado mejor antes de confiar en Grey. Ella me pidió no participar en el concurso, casi me rogó que no lo hiciera... y, tonta de mí, casi caigo.
—Que te lo haya pedido así simplemente demuestra lo mucho que te teme y lo insegura que es —dice Raziel con calma. A diferencia de como habla de su dúo favorito, con Grey no parece estar tan molesto aunque ella también formó parte del juego.
—Al final, igual habría sido para nada, porque perdí.
Admitirlo en voz alta me sabe mal. Es como sentir el sabor metálico de la sangre, una molestia.
—Te has llevado pasta, no diría que perdiste del todo. Dinero que puedes usar para gastarlo en lo que se te antoje.
—Como en un celular —suelto.
Es cierto. No tengo mi celular, necesito uno para no estar tan incomunicada.
Me pongo de pie sin pensar.
—¿A dónde vas? —interroga Raziel, sin comprender mi repentina acción.
—Dejemos la charla para después. Iré a comprarme un celular con lo que llevo ahorrado.
Salgo de la cocina a la sala, donde mi abrigo está tendido en el sofá junto a las arrugadas frazadas de Raziel, la prueba de que eso de dormir en el sofá es sincero. Él no tarda en llegar junto a mí.
—¿Quieres que te acompañe?
—Debo volver a los dormitorios a cambiarme y buscar el dinero —replico mientras me coloco la ropa.
—Tomaré ese riesgo.
Su buena voluntad me sorprende, sobre todo teniendo en cuenta que volverá a visitar la academia después de haber sido despedido. Tal vez planea algo que no quiere decirme y lo de acompañarme es una coartada. O tal vez sus intenciones son honestas, cosa que me resultaría extraño.
Después de que se arregle, salimos del edificio y vamos al aparcamiento descuidado donde guarda su moto. Los dos cascos cuelgan del manubrio; uno para mí y otro para él. Sostiene uno entre sus manos y me indica con un simple gesto que me acomode para ponérmelo, pero, para alimentar mi sorpresa, es él quien me lo pone, acomodando mi cabello hacia atrás antes de hacerlo.
—¿Qué ocurre contigo? —le cuestiono, levantando la visera— Estás muy servicial.
—Te tengo que volver a simpatizar.
—Nunca lo has hecho realmente.
Me echo a reír y él me baja la visera sugiriendo que me calle.
Aferrada a su espalda para refugiarme del viento que se rompe con la velocidad de la moto, es una de las sensaciones más adrenalínicas que experimenté. Llegamos a los terrenos de la academia tan rápido como un pestañear. Raziel aparca en un punto donde no lo vean y yo bajo con rapidez para ir en busca de mis ahorros. En los dormitorios, casi no hay estudiantes, pues es horario de clases, y en mi habitación la maleta está tal cual la he dejado anoche. Me coloco una camiseta de tirantes bajo mi playera y un jersey corto para amortiguar mejor el viento, guardo mis ahorros en un bolsillo seguro y bajo para reencontrarme con mi chofer personal, quien degusta de un cigarro apoyado en el largo muro que divide la academia de la calle.
—¿Nos vamos?
Su actitud me recuerda a la del chico malo adolescente retratado en las películas y series, con su vestimenta grunge y el cigarro entre los labios. Es la clase de sujeto por la que cualquier persona caería rendido a sus pies, un puzle lleno de piezas escondidas bajo la alfombra, la persona que puede romperte el corazón en mil pedazos o salvarte de la más apretada situación. Parece una escapada o, tal vez, una especie de cita...
Sonrió ante este pensamiento.
—¿Qué es tan gracioso? —pregunta.
Niego con la cabeza y me pongo el casco.
—Nada.
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baia baia, será que nuestra Drey va a caer... ¿o sha cayó?
Este capítulo sería más largo, pero ya saben que nací vaga y me crié con flojera, y corregir se me hace muy tedioso xD Pido perdón por dividir el cap. De todas formas, tengo la mitad de la segunda parte escrita, así que les dejaré un mini adelanto sobre lo que pasará :o
—Aún no, Angelito —reclama Raziel a mi espalda, susurrando junto a mi oreja y sosteniendo mi barbilla con su mano. Busco su rostro por encima de mi hombro, encontrándome con sus labios—. No vas a escapar esta vez.
Solo diré que en la segunda parte no tengan a nadie cerca xd
Felicidades de nuevo a las chicas y el chico xd del grupo <3
Y nos vemos prontito~
(si es que no trituré este compu maldeto -_- de verdad, me tiene harta)
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