60. Elena (Sofía)

La mujer misteriosa se presenta como Elena, me cuenta que ya ha cruzado, pero que ha conseguido un permiso especial para venir a solucionar un tema a este lado del mundo.

—Por eso es por lo que te veo distinta, como si tuvieras un halo de luz blanca alrededor —susurro con curiosidad, cada vez me apasiona más todo lo relacionado al don, pensar que una vez lo rechacé sin más.

—Así es —asiente con una sonrisa radiante.

—Lo que me resulta extraño es que te den permiso para venir a impedir una boda. ¿Por qué no quieres que la persona a la que amas sea feliz? ¿Acaso no es ese el fin último del amor? —inquiero y no puedo evitar pensar en mis sentimientos por Agus, debería ser feliz por él si él es feliz con Malena, ¿no?

¿Por qué no puedo serlo?

—Es que si lo hace se equivocará, esa mujer no es para él —explica y niega.

—¿Quién es entonces? ¿Tú? Porque no lo creo debido a que ya no estás aquí —digo y ella sonríe.

—No, yo tampoco justo porque ya no estoy, pero... solo quiero que abra los ojos, quiero que sea feliz, de verdad...

Suspiro.

—¿Cómo impido una boda? ¿Llego y en plan telenovela interrumpo al sacerdote cuando dice eso de que si hay alguien que se opone que hable ahora o calle para siempre? —pregunto con diversión.

Ella niega, pero no se enfada, tiene tanta luz alrededor que no creo que pueda hacerlo.

—Ya veremos... por el momento con saber que me ayudarás es más que suficiente. ¿Por qué no me hablas de ti, todavía estaré un tiempo por aquí y sería bueno conocerte más?

—La verdad, y sin ofenderte, es que no tengo muchas ganas de entablar otra relación con un espíritu y volver a sufrir cuando se marche —respondo con sinceridad.

—¿Ya lo has vivido? —inquiere con curiosidad.

—Sí, y duele...

—Cuéntame... —pide con entusiasmo y agita las manos como niña que va a recibir un regalo sorpresa.

Lo dudo, no sé si hacerlo o no, pero su mirada curiosa y su actitud tan amable hace que me abra. Se lo cuento todo, incluyendo la aparición de Agus vivo y mi ruptura con Jorge. A lo mejor necesito hablar todo lo que me aflige con alguien imparcial.

Ella cambia de expresión a medida que le voy contando la historia.

—Entonces el amor de tu vida también se casará con otra —menciona luego de un rato.

—A lo mejor no es el amor de mi vida...

—A lo mejor lo es —afirma—. Pienso que el amor de la vida de una persona no necesariamente tiene que ser quien se quede con ella, a lo mejor no están destinados a estar juntos, o a lo mejor sí, pero el amor de tu vida es esa persona que te toca el alma y te la cambia para siempre... Es la persona que te deja huella.

—Entonces es él... —afirmo con certeza.

Ella sonríe.

—Me duele el daño que le he causado a Jorge y el haber salido así de su vida. Me planteo si vale la pena, ¿sabes? Hace unos meses atrás todo estaba ordenado, todo tenía un camino por el cuál seguir, una meta a la que llegar, ahora... estoy perdida...

—Yo creo que ser sincera con él es lo mejor que pudiste haber hecho, no ibas a ser feliz a su lado, cierto, pero piensa que él tampoco iba a serlo —comenta Elena—. Tarde o temprano tu amor no iba a ser suficiente y él lo iba a sentir... de hecho, según me dices, él te mencionó que el fantasma de Agustín siempre estaba entre ustedes, así que es probable que él ya se sintiera así, como si lo que hiciese por ti no fuera suficiente...

—¡Pero es que sí lo era!

—En ese caso no estarías aquí preguntándote si Agustín ya se ha casado. Lo hubieras visto, lo hubieras dejado ir y no habría dejado tantas marcas en ti... Si todo fue tan intenso para que hablaras con Jorge y lo dejaras ir a él, es porque sabes dónde está tu corazón... Y también sabes que es lo mejor para Jorge ...

—Pero es doloroso, me hace daño saber que él está sufriendo y yo no puedo estar ahí para consolarlo.

—Lo comprendo, Sofía, pero ha sido amor lo que te ha llevado a alejarte de él, porque sabes que ese chico merece algo más, alguien que lo ame con la locura con la que tú amaste a Agustín, ¿no?

—Supongo...

—¿Y no crees que lo de ustedes puede funcionar?

—¿Lo de quién? —inquiero confusa.

—Lo tuyo con Agustín...

—¿Pero es que no has atendido lo que te he dicho? —pregunto con un enfado que no sé de dónde procede—. ¡Va a casarse con otra!

—¿Por qué no lo impides?

—¿Quieres que impida dos bodas? —pregunto y ella se echa a reír con diversión.

—Suena a problemas —admite y yo asiento—. Pero ¿acaso no está justificado?

—¿No te parece que amar no debería justificar hacer daño a más personas? ¿Qué clase de amor pasa por encima del sufrimiento de terceros?

—Bueno, pero no es culpa de nadie, Sofía. Tú lo creías muerto, él no te recordaba... Malena y Jorge solo han estado en el lugar equivocado en el momento equivocado... A veces pasa —dice y por un momento noto melancolía en su mirada.

—Al menos yo no tenía planes de boda. Sería horrible para Malena que él lo cancelara ahora, ¿no?

—¿Y eso sería factible? —inquiere con curiosidad—. ¿Crees que Agustín siente aún algo por ti?

—Puede que sí, pero solo parece ser curiosidad... ganas de experimentar lo que en su momento no pudimos, ver cómo se siente...

—¿Y tú? —inquiere.

—Es más que eso... —suspiro con una certeza que me rompe el alma—. Yo nunca he dejado de quererlo y verlo ha... ha removido todo... Pero no es lo mismo, es justo eso, que yo no lo he dejado de amar, tuve que dejarlo ir porque pensé que había muerto, ¿qué podía hacer ante la muerte? Para él fue distinto, me olvidó por tres años y en esos años él pudo construir algo en el que yo no existía.

—Tienes un buen punto —dice y me mira con compasión.

—Tengo que dejar de pensar en esto, ¿sabes? Tengo que cerrar esto...

—¿Y cómo puedes hacer eso? —inquiere con curiosidad.

—No lo sé...

—Entonces, deberíamos averiguarlo —ofrece y yo la miro—. Podríamos ayudarnos mutuamente... —propone.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top