10. Búsqueda (Agustín)
Está enfadada y no me habla desde lo del tal Mateo, pero cuando salimos al fin de clases se dirige a la biblioteca, no sin antes pasar por una de esas máquinas en las que metes una moneda y sacas un chocolate o unas papas fritas.
—¡Comes todo el día! —exclamo para molestarla.
—¿Y? ¿Envidia? Tú no puedes comer —responde con diversión.
—Golpe bajo —susurro y la sigo.
—Vamos a buscar cómo demonios te mataste —masculla entre dientes para que nadie la oiga.
Llegamos a la biblioteca y busca una computadora libre, se conecta a internet y escribe en el buscador:
«Accidentes de moto».
—Demasiado genérico —comento.
Vuelve a tipear:
«Idiota lleno de testosterona se mata en su moto en una carretera sin iluminación para convertirse en un fantasma molestoso y atormentar a una preciosa jovencita de un pueblo perdido en el mundo».
—Ja, ja, ja —digo, pero me río.
Ella borra lo que escribió antes de darle Enter y vuelve a probar.
«Joven accidentado en motocicleta».
«Fallece un joven en motocicleta».
«Accidentes de jóvenes en motocicleta».
«Agustín + motocicleta + accidente».
Pero nada da resultado.
—Es como buscar una aguja en un pajar —susurra.
Me dejo caer a su lado y suspiro, pierdo la vista en el reloj de arena de mi muñeca.
—Al menos no ha caído casi nada de polvo, supongo que me queda tiempo.
—Lo siento —masculla—. Seguiremos buscando, lo prometo.
Salimos de la biblioteca sin mucho éxito y caminamos con destino a su casa. Cuando estamos por llegar, suena su celular.
—¿Mamá? —saluda—. Okey... sí...
—¿Qué quería? —pregunto cuando corta la llamada.
—Que vea si Mariana ordenó su cuarto y puso la ropa a lavar.
—¿Y ella dónde está?
—¿Mi madre? Se quedará a dormir en la casa de la señora a la que cuida ya que la del turno noche ha tenido un problema, le pagarán el doble...
—Ya...
Llegamos a su casa y ella ve que su hermana está dormida en su cuarto desordenado y no ha hecho nada de lo que debía.
Entre suspiros, coloca música y va a lavar la ropa. Yo la sigo y cuando al fin ha terminado nos sentamos en el comedor.
—¿Vas a comer? —pregunto y ella asiente mientras se dispone a prepararse una ensalada de verduras y queso.
—Me gustaba la pasta... —digo de pronto.
—¿Sí? ¿Cómo lo sabes? —inquiere.
—No lo sé, solo me ha venido esa idea —respondo.
Ella busca su agenda y lo anota.
—¿Qué más?
—Las naranjas... me gusta el jugo de naranjas —comento.
Ella sonríe y lo anota.
—Con esto lo tenemos más que claro: Chico que adoraba la pasta y las naranjas se estrella en su moto —añade con diversión.
Yo niego y ella se encoje de hombros.
—Solo bromeo —dice.
—Lo sé, no me molesta... —respondo y nos miramos.
Sus ojos son de una mezcla de grises que le da un aire gatuno, se rasgan un poco en las esquinas y tiene las cejas bastante pobladas. No es la misma belleza que la de sus hermanas, pero definitivamente no es fea.
Se sienta a comer y yo la observo.
—Lo que daría por un helado —susurro.
—También te gusta el helado —añade.
—Al parecer...
—¿Qué sabor?
—Chocolate... —respondo—. ¿A ti?
—Chocolate... vainilla... bien clásico...
—¿Qué te pondrás para la fiesta? —pregunto entonces.
—No creo que vaya. No puedo ir sola a una fiesta...
—Pero irá Mateo y dijo que te esperaba, te ayudaré a vestirte y te acompañaré...
—Vaya... ¡Qué gran idea! Iré a una fiesta con Gasparín —exclama y yo sonrío.
—Es mejor que nada, ¿no? —pregunto.
Ella solo se encoje de hombros.
—Dale, vamos, diviértete por mí —insisto.
—Te gustaba la fiesta también, por lo que veo —añade.
—Eso creo...
Un rato después bosteza.
—Deberías ir a dormir, te notas cansada y no has parado desde la mañana —digo y ella sonríe.
—Un fantasmita considerado —añade—. ¿Dónde irás?
—No lo sé... a lo mejor a asustar niños —respondo y ella niega—. Iré a lo de tu abuela a buscar más información en esos libros que tiene, a lo mejor ya puedo abrir alguno... o al menos, seguiré practicando.
—Lo de hoy ha sido divertido... lo del lápiz —dice.
—Sí, ¿verdad?
Ella asiente y se despide con la mano para subir las escaleras hasta su habitación. Yo no me voy enseguida, camino por la casa y pierdo mi vista en las fotos que cuelgan por las paredes. La madre con las tres hijas en diferentes circunstancias. La mayor tiene fotos de festivales de danza, la menor tiene fotos de patinaje, pero Sofía no aparece haciendo ninguna actividad en especial.
Un rato después, decido ir a lo de la abuela y seguir practicando para poder manejar mejor mi energía.
Bueno, hoy amanecí en Brasil y ya voy a dormir en Paraguay... se acabaron las vacaciones :( pero bueno, aquí les traigo el cap de hoy :)
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