19. Discordias y disgustos
La monja María, quien era conocida por impartir las clases de español caminaba por el pasillo a con paso apresurado mientras en su mano izquierda se movía un rosario de caoba. Se detuvo frente a la puerta del aula y respiro profundo, luego abrió la puerta sin tocar atrayendo la atención de los alumnos.
—Hermana Carlota— exclamo la mujer mirando a su compañera.
—Hermana María ¿Qué sucede? ¿Está bien? — pregunto con preocupación la otra mujer acercándose a ella— Siéntate por favor.
Los alumnos comenzaron a murmurar sin dejar de ver la extraña actitud de María, Oliver estiro un poco el cuello para poder ver, al estar hasta los lugares de atrás le era casi imposible escuchar con claridad lo que pasaba.
—Ha sucedido un pequeño accidente...—miro María a Carlota— Con todo esto que está pasando no recuerdo con claridad si el pequeño esta en tu clase...—se tocó la cabeza y miro a su compañera— ¿Jackson Dawson esta en esta clase?
—Así es hermana, por favor, dígame ¿Qué sucede? — pidió con voz preocupada Carlota.
—Dawson ha sido atacado por alguien, le han cocido la boca...—contesto María y soltó un sollozo—No sabemos quién ha sido, lo hemos encontrado a las afueras del colegio así, con muy mal estado...—parpadeo y varias lagrimas cayeron de sus ojos— ¿Usted ha visto a sus amigos? Me gustaría que estuvieran con el, en este momento...—busco en el aula— Creo que uno de ellos es Oliver Taylor.
—Así es maestra— exclamo Oliver levantándose de su silla— ¿Puedo...?
—Por favor, andando...—luego señalo a dos personas— A ustedes también las he visto con él, por favor, acompáñenme— pidió mirando a Agnes y Lilith.
Los tres jóvenes siguieron a la mujer por los pasillos hacia enfermería, la hermana María abrió la puerta y señalo.
—Pasen a verlo— señalo— Yo tengo que ir a buscar a la Abadesa.
María cerró la puerta y se alejó. Los tres jóvenes miraron hacia la camilla en donde Jackson estaba recostados, tenía una mascarilla de oxígeno sobre su nariz y estaba dormido, Lilith se aproximó a la cama con lentitud y soltó un exclamo al mirar su boca cocida.
—¡Por dios! — exclamo y tomo la mano de Jackson apretándola, Agnes se aproximó y abrió sus ojos con mucho miedo al mirar la boca del chico, entre lamentos Lilith pregunto— ¿Quién le haría esto?
—Malhechores—hablo María entrando a enfermería con una botella de alcohol en la mano y unas gasas— Existen muchos que rondan por esta zona, es un milagro que lo hayan dejado vivo— destapo el alcohol y saco una de las gasas, las impregno del líquido y comenzó a limpiar la herida— Haremos lo que esté en nuestras manos para ayudarlo...—miro a los tres— Estará bien. Hable con la Abadesa, nos encargaremos de mantenerlos seguros, en un momento viene para acá.
Dejo el alcohol y las gasas sobre la mesa de madera que estaba al lado de la cama de Jackson.
—Me veré en la necesidad de volver a molestar a la Abadesa— los miro— Ahora vuelvo.
Salió de enfermería y cerró la puerta.
—Tenemos que irnos de aquí—soltó Agnes una vez que mujer abandono el lugar— Esto es una prueba más que no estamos seguros aquí.
—¿Y a donde piensas ir? —pregunto con tono desafiante Lilith mirándola con el ceño fruncido y ojos llorosos— No podemos salir de aquí, hay personas más desquiciadas fuera de este lugar.
Agnes alzo una ceja y miro hacia la entrada comprobando que la mujer no había regresado.
—¿Enserio les has creído el cuento? ¡Lo hicieron esas brujas! — señalo— Debemos irnos, ahora.
—No voy a ir a ningún lado contigo— exclamo alzando la voz Lilith y acercándose a Agnes—
¡Todo esto es culpa tuya
—¿Mi culpa? — pregunto Agnes alzando la voz— ¡Yo no les pedí que me metieran en su investigación estúpida sobre este lugar! ¡Yo iba a escaparme desde el primer día! —la señalo— ¡Ustedes me detuvieron y yo no pedí que lo hicieran!
Lilith la miro mientras su respiración subía y bajaba con rapidez ante lo alterada que estaba, se dio media vuelta dándole la espalda.
—Entonces, lárgate— exclamo sin mirarla— Tienes razón, jamás debiste estar con nosotros, fue un error.
Agnes miro a Llilith, apretó manos al costado formando unos puños, sin volverla a mirar se dio media vuelta y salió de enfermería con paso acelerado. Camino hacia el dormitorio y lo abrió de golpe, sus ojos negros buscaron con rapidez su maleta y al encontrarla la tomo y la subió en la cama, comenzó a arrojar sus pertenencias.
—-Agnes, por favor, ¿Qué estás haciendo? — pregunto Oliver entrando a la habitación, Agnes se retiró una lagrima con el puño con un arrebato y siguió guardando sus cosas— Agnes— la tomo del brazo y lo miro— Por favor, no te vayas— pidió.
—Lilith tiene razón, desde que llegue los he metido en problemas y lo mejor sea que me largue— exclamo mirándolo, Oliver negó con la cabeza.
—No piensas correctamente— hablo con tranquilidad Oliver.
—Lo hago y me largo— cerro la maleta y la bajo al piso, empujo ligeramente a Oliver y salió del dormitorio.
Oliver la miro alejarse y corrió detrás de ella.
—No podrás salir de aquí— hablo mientras descendía las escaleras detrás de ella, Agnes solo lo escuchaba— ¡Agnes, espera ahora! — ordeno y la joven se dio vuelta encarándolo.
Agnes respiro con rapidez y soltó un sollozo ahogado.
—¿Acaso no te das cuenta? — pregunto con la voz rota— Todo esto es culpa mía, por mi culpa te han golpeado, por mi culpa los he metido en peligro, por mi culpa Jackson está donde está. Si yo nunca hubiera llegado, ustedes no hubieran hecho nada de esto, estaría bien.
—Nadie está bien en Wolfworld—contesto Oliver y el tomo de la mano— No te vayas, no nos dejes—luego la tomo del rostro con sus manos— No me dejes.
Agnes cerró los ojos y coloco su rostro cerca de el de Oliver, luego lo abrió lentamente y se separó de él, Oliver la miro con ojos llorosos.
—Adiós Oliver.
Apretó la maleta entre sus manos mientras sus mejillas se encontraban húmedas de tanto llorar.
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