- Bien compartirás habitación con Alejandro- explicó Garp mientras llamaba a la puerta.

-¿En serio? ¿Con un hombre?- preguntó la chica sin entender que le pasaba por la cabeza a ese hombre. - ¿Acaso no ve que yo soy una mujer?- preguntó molesta con ganas de golpearlo.

- Tranquila, él es inofensivo- contestó el director. -Alejandro abre, te traigo a tu compañera- dijo mientras volvía a llamar.

- Inofensivo mis ovarios- pensó la pelifuego realmente molesta y más con sus padres que seguro que estaban al tanto y no le dijeron nada.

De golpe se abrió la puerta dejando ver a un chico con el pelo violeta corto con una pinza de una margarita en el cabello.

- Oh, buenos días director- saludó Alejandro con una pequeña sonrisa.

- Buenos días Alejandro, ella es Serena tu compañera de habitación- presentó Garp mientras se comía una galleta.

- Oh un placer- saludó el pelivioleta con una sonrisa tímida.

La pelifuego sólo movió la cabeza en modo de saludo, debía admitir que se le veía inofensivo pero aún así no dijo nada ni cambió su expresión de la cara de enojo.

- Bien, enséñale todo esto, yo debo regresar a mi despacho-explicó Garp sin dejar de comer su galleta e irse.

- Pasa, siéntate como en casa- dijo Alejandro con timidez y dejándola pasar.

Serena suspirando entró en silencio al lugar viéndolo limpio y sin trastos por el medio cosa que hizo que se relajara un poco.

-¿Quieres acomodarte o prefieres que te enseñe el lugar?- preguntó Alejandro con timidez.

- Seguro que me expulsan rápido así que es absurdo que deshaga maletas- contestó ella dejando sus cosas a un lado para que no molestaran.

- Es...esta bien- contestó Alejandro sin saber muy bien que decir, si quieres podemos ir a por un café y de paso te muestro todo- propuso un poco asustado por la seriedad de lachica.

- Eso no te lo voy a negar- afirmó Serena con tranquilidad dirigiéndose a la puerta.

Alejandro la siguió en silencio y empezó a mostrarle todo el lugar aunque ella no es que prestara mucha atención, hasta que escuchó algo que no le hizo mucha gracia.

-¿Es obligatorio pertenecer a un club? No me fastidies- negó ella molesta.

- Lo...lo siento, son las normas del instituto- se disculpó Alejandro apenado.

- Estúpidas normas...¿Qué clubs hay?- preguntó Serena encendiéndose un cigarro.

- Teatro, cocina, música, baile...- empezó a nombrar Alejandro.

- Más fácil, ¿Hay algún club que no haya mucha gente?- preguntó ella viniéndole dolor de cabeza al escuchar nombrar tantos clubs.

-¿Eh? Pues... supongo que el club de lectura que esta en la biblioteca...¿No te gusta estar con gente?- preguntó con curiosidad.

- Me agobia- contestó cortante sin ganas de hablar del tema.

- Ya veo...- dudó Alejandro sin saber como seguir conversando con ella ya que lo veía bastante complicado aunque sintió alivio al llegar a la cafetería. -¿Que quieres tomar? Yo invito- dijo con una sonrisa.

- Un café muy cargado- contestó ella observando la cafetería sintiéndose aliviada al no ver a mucha gente.

- Oe Alejandro- saludó un chico con un sombrero de paja con una cicatriz debajo de su ojo. -¿ y ella?- preguntó con curiosidad.

- Ella es Serena nueva estudiante-  presentó Alejandro. - Serena él es Monkey D. Luffy, el capitán del equipo de futbol aunque también esta en otros clubs-  explicó con calma mientras le entregaba el café.

- Shishishi un placer- sonrió Luffy mirando el café y olerlo. - Buah...que olor más fuerte- puso cara de asco.

- ¿Esta bien de la cabeza?- preguntó Serena encontrándolo extraño pero se tomó su café con tranquilidad.

- Él es así, no debes preocuparte, además es el nieto del director- contestó Alejandro con una pequeña risa.

- Como si es el hijo del papa de roma- contestó ella rodando los ojos terminándose su café. -¿Donde esta la biblioteca?- preguntó con curiosidad.

-¿Te gusta leer? Que aburrida, mejor ven y te presento a mis amigos- propuso Luffy con una sonrisa de oreja a oreja.

- Prefiero ser aburrida teniendo una buena lectura que ir con un mono de feria- contestó ella ya empezando hartarse de ese chico.

- Vamos será divertido- insistió Luffy poniendo su mano en su hombro.