Paso #6: Sobrevive
Los ojos de Amer se iluminan cuando al fin logra observar la máquina de escribir a la distancia. El precioso artefacto se encuentra en medio de una isla desierta, sobre un escritorio de madera pulida. Ha hecho un recorrido tan largo que todo su cuerpo ruega por un descanso. Avión, barco, autobús, bicicleta, incluso monto una cerda para llegar hasta este punto. La cantidad de viajes sombra que realizó ya superaban el límite de lo saludable... Así que fue en un pequeño bote, remando tranquilamente para llegar hasta la isla.
Cuando de repente, aleta salvaje de tiburón aparece en la superficie del agua a un costado del bote y va en dirección a la isla. Y cuando toca tierra sale de la superficie y con gran sobresaltó observa que se trata de RLkinn, con un sensual traje de baño rojo y una aleta de tiburón en la espalda.
- ¡Ja, escribiré primero Frazel, nena! - Le grita y corre en dirección a la máquina. Entonces, de la sombra de una palmera sale Amer y taclea al RLkinn y ruedan por la arena.
- Escribiremos Caleo, todos aman el Caleo ardiente, se los daré tan candente que pensarán que sienten las llamas de Leo. - Demanda mientras intenta hacerle una llave y esquiva las manos de RLkinn.
RLkinn patea a Amer, ella sale volando varios metros y cuando está a punto de ir de nuevo al ataque. RLkinn saca su arma secreta, la más poderosa de todas, la que neutraliza todos los poderes de Amer.
RLkinn saca una hamburguesa, Amer queda con la boca abierta cayendole baba y sus ojos brillan con fervor. RLkinn la tira y Amer la atrapa al aire y empieza a comerla lentamente saboreando cada mordisco llorando de felicidad y absorta de todo.
- Momento... Vine aquí por alguna razón. - Susurra Amer repentinamente, tratando de recordar. - ¿Qué iba a hacer?
- Comerte esa hamburguesa. - Le dice RLkinn con mirada coqueta, a la vez tomaba un cóctel cuidadosamente para no arruinar su labial marca Shipps - Candentes.
- Oh cierto. ¡Eres la mejor! - Entonces Amer se droga con el olor de la hamburguesa y empieza a engullirla. RLkinn cruza las piernas y se acomoda el cabello con un movimiento de cabeza, para finalmente empezar a escribir.
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Me senté en un pupitre en el centro exacto del salón, el pedazo de tabla que utilizaría para escribir estaba lleno de garabatos incoherentes, obscenos, copiatines, y el número de teléfono de un chico desesperado, o, y debajo de esta, cubierto completamente de gomas de mascar usados con antigüedad de más de veinte años.
Sabía que este año iba ser tan duro como ponerle un vestido a un elefante... ¿Por qué el destino se había enojado tanto conmigo? ¡¿Qué hice para merecer esto?! No bastaba solo con que mi padre me obligara a permanecer aquí en esta selva salvaje llena de peligrosos depredadores, sino que ahora no podía confiar en los que se hacían llamar "mis amigos".
Miré hacia los pupitres de la izquierda y como era lo habitual, Annabeth y Piper compartían asientos, observé con extrañeza que la castaña estaba cruzada de brazos y lucía una mirada enfurruñada. Annabeth parecía estar explicandose acerca de algo, entonces Piper la interrumpe bruscamente.
- ¡Eres asombrosa! - Exclamó con sarcasmo y soltando un bufido. - Claro, mientras que yo sufría con cada segundo de esa agonizante espera. Tú simplemente hacías de las tuyas con Jackson en un apestoso baño. ¡Pude haber muerto!
- ¡Piper! - Reclama la rubia, sus mejillas se ponen ligeramente sonrosadas. - Ya te lo dije mil veces...
- Al menos espero que haya válido la pena, ¡lo menos que podrías hacer es contarme todos los mínimos detalles de tu primera sesión sexual. - Chilla golpeando su pupitre con una mano, con eso, un montón de pares de ojos se posan en ellas y noté que Annabeth parecía solo querer volverse invisible por arte de magia.
Respiro hondo, e intento ignorarlas lo más que puedo, no estaba de humor para escuchar parloteos sin sentido. Estúpido Leo Valdez, se pasó de la raya al ponerme en la habitación de Nico di Angelo. Es decir... nunca fuimos los mejores amigos del universo, pero, al menos esperaba un poco de misericordia por su parte.
Bueno, Will había dicho que debíamos ver las cosas de forma positiva. Pues eso haría. Sí, Solace parecía estar drogado la mayor parte del tiempo, pero era un buen compañero, me agrada lo suficiente como para confiar en su criterio. Esta era una oportunidad de oro. Es cierto que mi padre no hará nada para sacarme de aquí, pero tal vez el padre de Will sí. Hablaremos con él, le contaremos la situación y él pedirá un cambio de habitación, o en el mejor de los casos, convencerá a mi padre para que me saque de aquí. Sí. Todo iba a estar bien. Todo...
-¡Frank! ¡Mi amigo del alma!- Will apareció frente abruptamente desbordando un tipo de energía nuclear que casi me lanzó de mi silla. Su sonrisa brillaba tanto que por un momento creí ver pequeños soles reflejados en sus incisivos. No sé cómo rayos mantiene su sonrisa todo el tiempo, es decir, casi muere hace unos pocos segundos allá afuera. Debe ser la magia de las drogas, sí, debería pedirle unas cuantas también - Tengo muy buenas, grandes, monumentales buenas noticias que cambiaran completamente el curso de nuestras vidas.
- ¡Habla de una vez! - Demande impaciente. ¿Buenas noticias? ¿Era eso lo que yo creía que era? Una luz al final del túnel, mi carta de salida hacia la libertad al fin había sido firmada. - ¡¿Lo expulsaron a Transilvania?! ¡¿Es eso?!
- ¡¿Q-Qué?! ¡¡NOO!! ¿Ahora lo catalogan de vampiro? - Inquiere Will rodando los ojos con fastidio, y repentinamente me dan ganas de zarandear a este chico para sacarle las respuestas. Tal vez, la personalidad de Clarisse iba influenciando la mía poco a poco. - ¡Conseguí que Nico nos deje quedarnos en la habitación con él! - concluyó el rubio con la respiración entrecortada.
-¡¿Qué conseguiste qué?!- grité más fuerte de lo necesario en el momento justo en que la maestra Tesla apareció por la puerta con cara huraña. Lo cual la puso furiosa y estalló en gritos de inmediato.
- TODOS A SUS LUGARES, DELINCUENTES DEL INFIERNO. - Bramó ella, sin embargo cuando todos aún seguían sentados con caras estupefactas, volvió a gritar poniendo los brazos en jarras. - ESOS NO SON LOS LUGARES EN DONDE SUS INMUNDOS TRASEROS DEBEN ESTAR. VALDEZ FRENTE A MI ESCRITORIO. SOLACE A SU LADO. LA NUEVA MOCOSA TRAS VALDEZ, BELLADONA JUNTO A ELLA. ZHANG TRAS LA NUEVA, PIPER LA COTORRA JUNTO AL CHINO. GEMELO DOS Y FLORECILLA DOS EN LOS ULTIMOS ASIENTOS A LA IZQUIERDA. A LA DERECHA EL PAR DE RUBIOS, TRAS ELLOS LA RUE Y EL BOBO, SILENA Y BECKENDORF DESPUES. FLORECILLA UNO Y GEMELO UNO LES SIGUEN. - Finalmente, soltó un largo suspiro y todo su rostro cambio de expresión al igual que el tono de su voz. - Nico Di Angelo, puede elegir el asiento que guste.
Todo el mundo se levantó de golpe de sus asientos como si a cada uno nos hubiera dado una patada en el trasero personalmente, nos apresuramos chocando entre nosotros y tropezandonos hasta llegar a nuestros asientos asignados de hace como doce segundos. Todos menos Nico di Angelo, quien se quedó en el asiento en el que estaba, solo, al final de la clase apartado del resto de nosotros. Eso estaba bien para mí, mientras más lejos pudiera estar de mi futuro asesino, más tiempo sobreviviría. ¿De esto se trataba todas estas clases, no? Esta institución en sí. Sobrevivencia en el día a día.
Dejé mi mochila detrás de mí asiento y me giré lentamente para encarar a la Cotorra- Piper que de ahora en más sería mi compañera de asiento. Ella ya estaba mirándome con los ojos bien abiertos, estudiándome, midiéndome, hasta que finalmente me regaló una sonrisa tan brillante como la de Will.
- ¡Hola, Frank! - Puso sus codos encima de su pupitre y colocó su mentón en sus dedos entrelazados. - Te divertirás escuchandome hablar, y yo escuchándote. Nos contaremos nuestros secretos amorosos, yo te ayudaré a conquistar a la chica que quieras, a partir de este momento seremos dos partes de una misma manzana. Hablaremos y compararemos experiencias y al final del día miraremos el horizonte en busca de nuevas aventuras que vivir juntos.
Tragué saliva imperceptiblemente, lo bueno de todo era que frente a mí, estaba sentada la chica de hermoso y abundante pelo enrrulado color castaño, Hazel Levesque, Calipso le había dado un mini abrazo de unos segundos con un rostro lleno de dicha por tenerla a su lado. Aunque cuando miró quién estaba en frente, nada más que Leo Valdez tratando de coquetear con la nueva, su rostro se puso completamente agrio de nuevo.
-¡Solace! - gritó la profesora. - Su vista al pizarrón. Las chicas detrás suyo son todas bien feas, así que no hay nada que mirar hacia atrás.
- ¡Agh! - Piper puso una mueca exageradamente indignada, mientras que Calipso y Miranda la imitaban al unísono como si hubieran recibido una cachetada de lleno en sus caras. - Envidiosa, la única cara de simio mojado eres tú. - Siseó Piper en un susurro contenido y sujetando su cuaderno como si fuera a partirlo en dos. La única que no parecía del todo afectada era Hazel quién simplemente echó una risilla nerviosa y apenada.
- Pues hay mejor vista que en el pizarrón. - Se le escapa a Will de los labios e inmediatamente se tapa la boca con dos manos luciendo realmente arrepentido, suelta una carcajada algo desafinada moviendo las manos delante suyo aparatosamente. - ¡Nada, nada! ¡Tiene razón, atrás no hay nada de nada!
-Excepto el italiano oscuro. - susurró Piper con voz cantarina, volviendo a su estado natural muy rápidamente. - ¡Ya solo déjalo respirar, Will. No va a desaparecer por las sombras de un momento a otro, puedes seguir tu inspección más tarde.
-NO estaba mirando en su dirección. - contestó Will, al tiempo que giraba la parte superior de su cuerpo hacia atrás y volvía al frente en repetidas veces- Estoy estirando los músculos, profesora. Intento reducir los niveles de estrés que a largo plazo pueden causar dolencias en la espalda y el cuello y...
- Su vista al pizarron, dije. Abran sus libros en la página 55. - Todos hicimos lo ordenado, y las miramos esperando por más instrucciones. - Ahora lean y terminen los ejercicios de la página. - Se sentó en su silla, sacó su celular abriendo Facebook o Twitter que bien sabían todos que tenía un vicio con esas redes sociales. ¡Benditos celulares! ¡Como extrañaba el mío! Pero en esta prisión están terminantemente prohibidos, creo que ella presume el suyo a propósito, para fastidiarnos aun más la existencia. Cuando todo el mundo aún seguía mirándola, alzó los ojos con fastidio. - ¡¿Qué?¡ ¿Esperan algún tipo de enseñanza? No sean ridículos, no me pagan lo suficiente para aguantarles, ¡allá ustedes si no saben leer!
Dicho eso, inmediatamente todos reanudaron sus conversaciones, las voces se alzaron cada vez más alto tratando de interponerse con la voz del otro y cuando ya prácticamente todos estaban gritando, la profesora Tesla agarró una cartuchera de acero y la golpeó contra la mesa varias veces creando un estruendo insoportable que calló a todos.
- La primera cosa que voy a robar y enterrar a diez metros debajo de la tierra. - Rezongo Connor detrás de mí con fastidio. - O tal vez me servirá para despertar a Travis por las mañanas.
Miranda soltó un bufido a su lado, con sus orejas protegidas por sus dos manos.
- No griten, esto no es el mercado negro, holgazanes. - Gruñe la profesora Tesla sacando una bolsa de mani de su bolso. - Finjan un poco idiotas, hagan como que leen, y me avisan si el Señor D hace su inspección matutina por la ventana. - Terminó de decir y volvió a su mundo de chismes.
Esperaba el primer ataque de Piper con temor, pero por suerte Silena le tiró un papelito para llamar su atención. Acción con la cual me gané algunos minutos de tiempo para pensar en todas las posibles vías de escape para evitar la "conversación" de Piper.
- Me siento tan triste de que este año no seamos compañeras de cuarto. - Gimoteo Silena estirando una mano suplicante en su dirección. - Es tan injusto, mis compañeras de este año son extremadamente sosas y aburridas. ¡No sé cómo sobreviviré sin tus parloteos, amiga!
- ¡Ay amiga, tampoco tengo una idea de que haré sin nuestras discusiones diarias sobre chicos sexys de ahora en más! - Le responde, alcanzando y entrelazando su mano con la suya. - Además, nunca logramos decidir quién era más sexy o Jhonny Depp o Zac Efron.
- Es que los dos están en otra dimensión de sensualidad. - Habló mordiéndose el labio, luego su rostro cambio a una llena de pesar. - ¡Qué deprimente! Cuando recuerdo que nunca tendré un novio tan exquisito como esos. ¡Realmente una tortura! - Ambas amigas suspiraron con la mirada perdida y soñadoras. Mientras que compartía una fugaz mirada con Charlie Beckendorf, quien parecía ligeramente afectado.
- Chocolatito celestial, ¿ya te han dicho? Qué tienes un cabello tan hermoso cual cables de oro que con un toque crean la explosión más sublime y magnifica jamás vista. - Dice Leo Valdez con una mirada seductora y una voz de terciopelo tan suave como una caricia indecente hacia la nueva. - Déjame ser ese mecánico tuyo que hará que explotes...
- Ey, elfo pervertido. - Lo corta abruptamente Calipso en tono oscuro. - Por qué no nos haces el favor y vuelves a tu arco iris a vigilar tu olla de oro.
- Tus ojos son cual monedas de oro, hermosa Hazel. - Suspira Leo en tono soñador, sosteniendo su rostro en la palma de su mano. - Oh, como me gustaría ser el dominus de esas refulgentes dracmas doradas hasta la eternidad del Cosmos.
- Wow, Apolo el Dios de la poesía estaría...- Empieza Will soltando un silbido impresionado sentado a su lado. - O muy impresionado o muy muy celoso de ti, Valdez. ¿De donde sacaste esas palabras de dominus?
-Mi amigo el superman rubio las usa todos los días de su miserable existencia, tiene un serio trauma con el latín. - Contestó Leo. - Ya era hora de que Jason sirviera para algo ¿no? Ahora puedo usar sus palabras como parte de mi sutil coqueteo hacia la bellísima modelo de chocolate.
- Sí, vaya... Eh - Responde Hazel con simpleza, sus mejillas se ponen algo coloradas pero presentía que era más por el bochorno. Parecía estar buscando una forma amable de rechazarlo pero ya no fue necesario pues su auto proclamada guardaespaldas ya estaba dándole una palmada a su mano hostigadora.
- ¡Deja en paz a la pobre chica, maldito acosador! - Advierte, sus manos se dirigen a su cuello pero Will ya estaba intentando interceptar las ansias asesinas de la chica, y esquivando el acto para que sus uñas bien afiladas no le quitarán un ojo al duende latino.
- Tranquila, Princesa. - Intenta Leo con una sonrisa temblorosa, pero el chico simplemente no sabía cuando callarse. - No hay porqué ponerse celosa, tengo suficiente amor para todas.
Sonreí internamente, de repente, me di cuenta que estaba mirando, desde hace un buen rato, el perfil de Hazel. Desde mi lugar, ni siquiera había notado que pasaron varios minutos y me encontraba gratamente distraído con su presencia. Ella parecía nerviosa, sus labios están curvados en una sonrisa pero sus ojos vagaban toda la clase con ansiedad como si esperará que Clarisse apareciera de nuevo a quema ropa.
Me encogí internamente por el recuerdo, la culpa vino con tanta fuerza que me dejó sin respiración momentáneamente, envenenando cada parte de mí a una velocidad vertiginosa. Había estado allí, pude haber intervenido en medio de ellas y tratar de apelar a la poca comprensión de mi hermana. Sin embargo, simplemente me había quedado atónito y estúpido observando hasta que gracias a los Dioses, Di Angelo apareció. (Alegrándome por primera vez de su presencia) Era un cobarde, y moría de vergüenza ante ella, temía porque me mirara con desprecio o acusación en cualquier momento.
Volví a suspirar hondo, me rasque el costado de mi cuero cabelludo con nerviosismo y tome una decisión impulsiva mientras sentía que mi corazón se aceleraba rápidamente. Escribí un saludo amable en una hoja, lo doble y aprovechando la distracción de Calipso le pasé el papel por debajo de su brazo.
- Tss... Tss... - Le di unos pequeños golpesitos con el papel. Ella se sobresaltó y viró su rostro hacia mí, quedándonos cara a cara, me había agarrado totalmente desprevenido que pensé que mi corazón había sufrido de un pre-infarto y debía pedir socorro a Will. - Ten. - Indiqué agachando la mirada con timidez.
- ¿Para mí? - Preguntó suavemente, sin rastro de fastidio en su voz tranquilizándome un poco. Asentí e inmediatamente miró de soslayo hacia Calipso al mismo tiempo que abría su cuaderno y estrategicamente lo ocultaba de ella para leerlo. Hubo una pausa de sorpresa y luego vi que agarraba un bolígrafo y empezaba a escribir en la hoja. Creo que podía escuchar mi corazón retumbando en mis oídos furiosamente mientras esperaba con ansiedad su respuesta.
Entonces lo dobló y su brazo salió disparado hacía atrás.
- Hola, Frank. - Decía simplemente, dos simples palabras con una caligrafía bonita típica de las mujeres, escrita con tinta azul.
Bueno, eso era un gran paso hacia adelante. Había contestado, lo que significaba que no me odiaba, no era un ser repulsivo para ella. Esto me dio valor para escribir una nota más larga esta vez. Sabía que era mas fácil pedirle que se volteara y hablar con ella directamente, pero... No... No me arriesgaría a... A... No se ni siquiera a qué, simplemente no me arriesgaría.
-No se si lo sabes- Empecé, esforzándome en qué mi caligrafía pareciera decente. - Pero Clarisse es mi hermana. Lamento mucho lo que pasó hace rato. Yo debí haber, intervenido, pero no lo hice. En serio, lo lamento mucho.
Extendí mi mano una vez más, al sentir el rose del papel ella intento tomarlo sin mirar. Su vista estaba concentrada en Calipso, en la discusión que esta estaba teniendo con Will, quien había optado por girarse por completo, pretendiendo hablar con Calipso pero mirando hacia un lugar un poco más alejado y completamente al otro lado del salón. La mano de Hazel buscó el papel, sin embargo se adelantó un poco más de lo necesario y terminó sujetando mi mano.
Su piel era extremadamente suave y cálida. Su tacto solo duró unos cuantos segundos, sin embargo mi mano quedo hormigueando, incluso después de que ella tomó el papel y se alejó.
Incluso, mi mano se quedo allí varios minutos, todo el tiempo que ella tardo en escribir la respuesta. Mi mano simplemente se quedo inmóvil, como si necesitara que se reanudara el contacto para poder volver a trabajar.
- Necesito mudarnos de aquí a Hazel y a mí. - Explicaba Calipso con una mueca amarga. - O estoy segura de que cada vez estaré más cerca de cometer asesinato en primer grado- Terminó de decir y observó con precaución hacia Leo como si el barquito de papel con alas que estaba haciendo fuera a convertirse en un Dragón escupe fuego en cuestión de segundos.
- Hay que hacer estrategias y sobrevivir. Aja, sí. - Will simplemente asentía y contestaba monosílabos con la mirada perdida al fondo.
Cuando Hazel me regresó la nota, las puntas de nuestros dedos volvieron a tocarse, y esta vez, un escalofrío se extendió desde la zona del contacto hasta mi espalda, incluso más que eso, fue como si me electrocutaran con una lanza eléctrica.
-No te preocupes- decía su pulcra letra- No es tu culpa, yo también tengo un hermano "peligroso" ¿recuerdas? Gracias por ser amable conmigo de todas formas.
Ella voltea disimuladamente, recostando su espalda contra la pared, entonces me dirige una mirada y sonríe, su rostro tiene la forma de un corazón observó. Yo le devuelvo la sonrisa, mientras que un calor relajante inunda todo mi cuerpo y siento tanta ternura hacia esta chica. Creo que estoy sonrojado, pero por alguna extraña razón no puedo romper el contacto visual, y de alguna forma, se que la sonrisa se quedará grabada en mi rostro durante algunas horas, al menos.
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-¿Vieron cómo Solace no podía dejar de mirar hacia atrás? – Canturreo Piper con esa voz melodiosa pero irritante al mismo tiempo. – Es tan tierno con todas y sus tendencias acosadoras. ¡Es el mejor cuñado que podrías conseguir! ¿Eh, Hazel?
Miré a mi nueva amiga sonreír simplemente y encogerse de hombros. Ah, agradable, Hazel. Esta era una de las razones por la cual la chica me había caído tan bien en cuestión de minutos, era tranquila, inteligente y prudente sin decir nada de más para solo agradar a los demás. Atributos que en esta mugrosa Institución era difícil de encontrar, recuerdo que los primeros años traté de escaparme de este lugar, había logrado burlar a todos los guardias y cuando ya pensaba oler el dulce aroma de la libertad...
Me había encontrado con un muro de tres metros y medio con alambres de púas y como si fuera poco, el chisporroteo de electricidad que lanzaba en la oscuridad cada que una mosca aterrizaba... Me dijo que a no ser que quisiera terminar rostizada, no iba a poder cruzar, o, y claro a no ser que aprendiera a saltar como Spiderman.
- ¿Acaso tú no piensas luchar por el amor de Will, Calipso? - Me interroga Piper sonriendo como el gato del país de las maravillas. - Es que siempre estás con él...
- No lo mal intérpretes, Piper. - La interrumpo con voz cortante. - No hables de lo que no entiendes.
Me miró malhumorada, bueno, ¿por qué repentinamente estas dos lapas estaban caminando conmigo? Ah sí, era por Hazel. La chica tenía un extraño aura que acercaba a las personas alrededor y hacía que nacieran en uno, fuertes instintos protectores, o al menos eso me había sucedido a mí. Tenía el extraño presentimiento, algo que me decía que permaneciera a su lado un rato más, aún no estaba segura del porqué pero definitivamente Valdez tenía que ver en esto. Ese elfo siempre tenía que ver en todo. Debía protegerla, ella parecía muy sensible e ingenua... Como una vez yo lo había sido... Se parecía a mí cuando yo aún... Cuando yo aún tenía...
-Mejor nos apresuramos a nuestra habitación, Piper. – Dice Annabeth en tono impaciente, sacándome de mi ensimasmieto, por primera vez me alegre al escuchar su voz hueca. – Antes de que Clarisse este tirando nuestras cosas por la ventana.
-Ahh, ni me lo recuerdes, probablemente seamos las personas más desafortunadas de todo el campus en este momento. – Suspira Piper con resignación. - Nunca pensé que pasaría este año escolar encerrada en el baño para evitar ser utilizada como saco de boxeo.
-No lo creo, ¿dime que es peor que compartir con la persona más odiosa y perra de todo el instituto? – Exclame con los dientes apretados con rabia, otra razón más para odiar al estúpido elfo doméstico de Valdez como si no fuera suficiente todas las otras razones que se acumulaban a él. - Las posibilidades de sobrevivir son cada vez más nulas.
- ¿En qué piso esta su habitación, Annabeth? – Pregunta Hazel con curiosidad. – Nosotras estaremos en el tercer piso según la lista del profesor Quirón.
-¡Genial! – Soltó alegre Piper a la vez que daba un aplauso entusiasta. – A nosotras también nos tocó el tercer piso, ¡seremos como vecinas!
-Demonios, no. – Solté de golpe al enterarme de aquello. – Para el colmo…
No podía creer que encima tendría a la odiosa número dos de todo el instituto cerca de nuestra habitación, me sentía completamente atrapada y encarcelada, más de lo que debería en este lugar, últimamente subiendo y sobrepasando mis niveles de tolerancia, empezamos a subir las escaleras para llegar hasta el último piso, trataba de mantenerme lo más alejada que podía de esa cerebritos y su amiga que hablaba hasta los codos. Realmente, lo único bueno de todo esto era que esperaba que Hazel pudiera tener el equivalente de fuerza de Will para poder detenerme cada que intentará matar a nuestras compañeras. Realmente no era una persona muy tolerante, y no iba a cambiar ahora mismo ni en un buen rato.
-Vaya que sincera. – Dijo Piper mandandome una mirada irritada.
Pisamos el tercer piso, nuestra habitación era la tercera de la izquierda. Las cuatro nos pusimos delante de la puerta y mirando el picaporte como si fuera a escupir ácido. Podía escuchar algún tipo de ruidos como cosas pesadas moviéndose y pasos correteando aquí y allá. Ni siquiera podía imaginar que atrocidades podría haber detrás de la puerta, que cosas horrorosas habría preparado para dejar una huella traumante en nosotras.
Miré como Piper tragaba saliva teatralmente y ruedo los ojos con irritación.
-¿No deberías irte a tu propia habitación? – Le digo de manera directa para que se largue, ella simplemente me frunció el ceño y se aferro al brazo de Hazel.
-No voy a dejar sola al chocolatito en estos momentos difíciles. – Responde y cuando Annabeth esta a punto de girar y marcharse en dirección a su habitación, deduzco. Piper la sujeta del cuello de su blusa y la mantiene en su lugar con una ridícula fuerza. - No la dejaremos sola, Annabeth peleará con uñas y dientes y libros a mi lado.
-No entiendo todo el drama que hacen, ¿esta chica…? – Empieza Hazel tratando de recordar, Annabeth y yo le decimos el nombre al mismo tiempo haciendo una mueca a la vez.
- Drew Tanaka. – Incluso creí oír algo rompiéndose a lo lejos y un grito aterrorizado, acompañado de la musica de la película del exorcista.
- Drew… ¿Qué tan mala podría ser? – Dice y pone una mirada optimista que para nada influye en mi amargado ser. – Apuesto que solo están exagerando. – Se adelanta antes que todas, agarrando el picaporte, lo abre y entra en la habitación en un vendaval con nosotras detrás de ella mirando con temor.
- Oh. Por. Dios. – Annabeth queda con la mandíbula desencajada y da un paso hacia atrás instintivamente.
- Definitivamente es peor de lo que imaginaba. – Susurre mientras sentía que mis ojos pronto llorarían lágrimas de sangre. – Tendré pesadillas cada noche por el resto de mi miserable existencia…
Y allí estaba, estaban mejor dicho, no había casi un solo espacio vacío de la pared en donde Tanaka lo había llenado con pósters de nadie más y nadie menos que el ser más despreciable y egoísta y tacaña de todos los tiempos.
-Taylor Swift. – Escupí, y luego solté un gruñido enfurecido y lancé mi mochila con fuerza contra uno de los pósters para que le diera justo en toda su plástica cara. - ¡¿Quién carajos podría haber hecho está aberración?
Y como por arte de magia en contestación, Drew Tanaka salió del baño con una caja de cosméticos variados de todos los tamaños y colores en manos, tenía un top color naranja, una falda más corta que mi paciencia y unas medias blancas hasta los muslos. Soltó un chillido indignado hacia mi mochila que impacto en la cara de Taylor hasta que cayó en el suelo con un golpe seco.
-Ey, ¿acaso estás estúpida? – Inquiere alzando una ceja descarada. – No te metas con mis pósters y con mi cantante favorita o te juro que te quitaré las cejas con cera mientras duermes.
-Esto será el mismo infierno. – Siseo sin apartar mi mirada fulminante en ella, ambas nos enfrascamos en una competencia de miradas de muerte, ella no retrocedió un segundo y alzó el mentón con arrogancia. – (Claro que Sí. Sobrevivir aquí será como caminar en cuerda floja y lava debajo de nosotros.) Pensé mientras me cruzaba de brazos preparándome a la primera contienda.
RLKin se cruje los dedos por el intenso ajetreo de escribir en la máquina apresuradamente con temor de que Amer vuelva a atacar al acabar su hamburguesa. Mira un momento lo escrito, asiente y le da un brindis a la nada satisfecha por su trabajo.
- Oye, Amer... Estás como que muy callada... - Empieza girandose en su dirección. -
Su boca queda colgando cuando observa hojas de papel escritas y rellenadas hasta el más diminuto espacio, ordenadas debajo de una roca para que no se las lleve el viento.
- ¿Cómo demonios has escrito tanto y tan rápido? - Exclama entrecerrando los ojos. - ¿Dónde conseguiste la tinta? Se supone que no tenemos presupuesto para bolígrafos en esta historia.
Amer sonriente, oliendo de vez en cuando la bolsa de plástico, drogandose con el olor residual de la hamburguesa, termina de escribir y agarra todos sus escritos para acercarse a RLkinn.
- Lo hice yo misma, agarre un pulpo y utilice su tinta y lo llene en esta concha de mar. Luego, arranque una pluma de una gaviota para poder utilizarla como pluma. - con mirada altiva le sonríe con arrogancia. - Ja, además tu propio plan te traicionó. Las hamburguesas me llenan de inspiración desmesurada, nena. Hake Mate.
- ¿Has escrito Caleo todo este tiempo? - Demanda estupefacta.
- No, una vez más. - Pone las hojas la mesa, haciendo tambalear el cóctel de RLkinn. - Te estoy dando algo de tu propia medicina.
~~~~~~
¿A quien se le ocurre hacer ejercicio después de clases, en una habitación y frente a un asesino en serie? La respuesta era sencilla. A Will Solace. Lo peor de todo es que me estaba obligando a hacer su "práctica de yoga" con él. No me juzguen, a veces Will podía ser muy convincente.
-Pasaremos a la posición de árbol, Frank- dijo el rubio- a la cuenta de tres.
-¿Árbol?- pregunté yo, a duras penas había podido aprenderme la posición del "perro mirando hacia abajo" o como se llamará. ¿Como demonios iba a saber cual era la posición del árbol?
-Tú solo has lo que yo hago- fue la única respuesta que me dio él. Antes de elevar su pie derecho y colocar la planta contra la parte superior de la pierna izquierda, consiguiendo una posición en la que debías mantener el equilibrio. Yo intente imitarlo, sin embargo mi cuerpo se tambaleaba.
- ¡¿Pueden hacer esa maldita mierda fuera de la habitación?! - explotó di Angelo de pronto, y tuve las ganas inmediatas de salir corriendo. ¿Como podía ser, él, hermano de Hazel? Ella era tan linda y dócil y suave. Sin contar que era sumamente hermosa, su sonrisa amigable y sus labios... No es que me haya fijado en sus labios pero... Ehh... ¿En que estaba?
-También deberías hacer un poco de yoga- contestó Will, quien mantenía los ojos cerrados y el equilibrio de una grulla.- ¿Tienes las manos en posición de oración, Frank?
- ¿Y por que debería hacerlo, según tú?- el italiano sonaba molesto, pero la sonrisa de Will se amplió a sobremanera en el momento en que escuchó que no era ignorado. Will Solace y su demente complejo de hacerse amigo de todo el mundo. ¿Qué no le temía a la oscuridad de ese chico?
-Te ayudará a relajarte- dijo el rubio- También te dejará llegar a un equilibrio contigo mismo. Con tu ser interior.
-¿Me estas diciendo desequilibrado?- di Angelo se levantó de su cama y encaró a Solace, quien al sentirlo cerca abrió nuevamente sus ojos, aun sin perder la posición. Yo ya no lo soportaba, caería al suelo en cualquier momento, estaba seguro.
-No pongas en mi boca palabras que no he dicho- se defendió Will, sus ojos vagaban como un torbellino por todo el rostro de Nico como si estuviera embebiendose de él.
- Sonó como una clara indirecta.- la voz de Nico cada vez sonaba más amenazante.
-No, ni siquiera lo pensé. Si te tomaras cinco minutos de tu tiempo para intentar conocerme sabrías que estoy de tu lado. Pero prefieres mantenerte en tu círculo depresivo todo el día. - Contraataca Will ladeando la cabeza. Demonios, ese chico no le temía a la muerte.
Oh no, Will estaba a punto de morir asesinado frente a mis ojos y yo no podría hacer nada para evitarlo. Además mi cuerpo ya no soportaba mantener la posición del... del.... ya no me acuerdo cual posición era, pero mi cuerpo temblaba y se tambaleaba de un lado a otro.
- ¡Eres desesperante!
Después de un ultimo gruñido por parte de di Angelo, no lo soporte más. Mi cabeza se fue hacia el frente junto con todo mi torso. Lo siguiente que supe fue que mi nariz había chocado contra el duro piso. Toda la habitación tembló, algunas cosas se cayeron al piso. Si tuviera que apostar diría que escucharon el golpe en el edificio de las chicas.
-No dije que podíamos cambiar de posición, Frank- me regañó Will, quien mantenía el equilibrio tan bien como si estuviera sobre sus dos pies.
-Perdón- dije con mi cara aún contra el piso. Quizá fue el golpe, o la cercanía con mi momento de muerte a manos de di Angelo, pero por alguna extraña razón pronuncie unas palabras que no admitiría en voz alta en mi sano juicio- Tu hermana es muy linda- resongue.
Hubo un momento de silencio. Bueno al menos había conseguido que dejaran de discutir, por lo tanto le conseguí unos cuantos minutos más de vida a Will. Eso, o ya estaba muerto y su sangre pintaba la pared de la habitación y cuando me levante presenciaré los horrores de hacer enojar al chico sombra, justo antes de morir también de forma dolorosa y que mi cuerpo desaparezca de la faz de la tierra sin dejar rastro de que existí.
- Eso no te importa. Y sí, lo es- contestó di Angelo en voz baja- y también es idiota. Venirse a meter aquí por propio gusto...
- Ella solo habrá querido estar con su adorado hermano. - Dice Will. - Realmente eres un desconsiderado desagradecido.
Nico rodó tanto los ojos que pensé que se le saldrían de sus cuencas y quedaría como una calavera. - Yo no le pedí que viniera.
- También eres un tonto. - Suelta Will y entonces, sin bajar su pie al suelo, inclina su torso hacia el piso, sus manos tocan el suelo, su cabeza toca su rodilla y su trasero queda expuesto al cielo. ¿De donde diablos saca esa flexibilidad?
- ¿Quién te? Quién tú... - Empieza Nico con nerviosismo mirando por todos lados sin saber que mirar para evitar el espléndido trasero de Will Solace luciendo en todo su esplendor frente a su cara. - ¡¿Puedes parar con las posiciones raras?! ¡¿Al menos podrían ser compañeros normales?!
- Frank... ¿Por qué no estás imitandome? - Me dice ignorando absolutamente con una sonrisa inmutable. - Ahora vamos con mi favorito. ¡El saludo al sol!
- ¡Saluda a la luna o a pluton, idiota! - Demanda Nico tirándole mi zapato. - ¡Cualquier lado lejos de mí! ¡Demonios, Moriré de rabia con ustedes aquí!
Suspire hondo, rascando un lado de mi cuello, me levanté de mi lugar y me dirigí hacia la ventana, al otro lado estaba el dormitorio de las chicas, me pregunté en cual de todas esas ventanas podría estar Hazel haciendo algo que a ella le gustara hacer como pasatiempo. Realmente iba a ser un año muy duro y problemático teniendo en cuenta este comienzo poco esperanzador. Sin embargo, al mismo tiempo, sentía una extraña chispa de esperanza en mí.
Definitivamente este año sería o muy malo, o muy bueno. Terrible o magnífico. Las probabilidades de sobrevivir este año se mostraban precarias pero seguras. Solo debía mantenerme callado, no volver a tener un desliz como el comentario de hace rato acerca de la hermana de Di Angelo. Realmente era un estúpido, gracias a los Dioses se había olvidado de mí...
- Un momento. - Escucho la voz de Nico di Angelo detrás suyo, en tono bajo y peligrosamente calmado. - ¿Dijiste que mi hermana era "linda"?
Mierda, las probabilidades de sobrevivir bajan a cero sobre cero.
Paso #6 Sobrevivir. = Estrepitosamente fallido.
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Amer: Hola queridos lectores, esperemos que les haya gustado el sukulento capítulo. ¡lo hicimos con mucho amor! Casi valió un ojo miope de mi cara así que ¡Amenlo!
RLkinn: ¿Podemos tomarnos un momento para aplaudirle a la preciosidad del Frazel al fin naciendo frente a nuestros ojos? ¿Donde esta mi café?
Amer: También queremos aclarar que independientemente de los duelos de quién escribe esto o aquello. Aclaramos que tanto RLkinn como yo, escribimos casi al mismo tiempo y cada una se mete en el escrito de la otra y así.
RLkinn: Exacto, nuestra genialidad es tan grandiosa que a veces yo escribo la mitad de un párrafo y Amer lo termina. Somos como gemelas malvadas, a veces ni nosotras mismas recordamos cual de las dos escribió qué.
Amer: Exacto, a veces estoy como leyendo y digo esto yo lo escribí... No momento, eso no, lo otro... No... esperen ¿QUÉ ESCRIBÍ YO? En fin... ¡Comenten mucho delincuentes!
RLkinn: Nos leemos pronto, feliz día del libro.
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