Paso #51: Haz ejercicio.
—Espera un momento... —Clarisse fue la primera en hablar, cuando Drew al fin guardó silencio. Todos estaban asintiendo a sus palabras, esperando a que hiciese la pregunta importante, pero ella solo soltó un—: ¡¿Frank tenía admiradoras en el campamento?!
Lo cual hizo que la mayoría de los presentes rodaran los ojos o soltaran exclamaciones de "¿qué importa eso?". A Frank y a Hazel, sin embargo, sí parecía importarles, porque tenían los ojos muy abiertos y el oído atento por más detalles al respecto. De todos modos, no obtuvieron lo que querían, porque Percy habló, ignorando a Clarisse y haciendo la verdadera pregunta importante:
—Pero... —se cruzó de brazos como si intentara pensar o concluir algo— Los favores sexuales no son un delito... —miró a su fuente de conocimiento favorita—. ¿Cierto? ¿Cómo es que está aquí encerrada, entonces? Ser puta no es ilegal... o sea, no digo que lo seas, solo que... bueno... tú entiendes...
—No... —Annabeth le contestó antes de que metiera la pata más al fondo— Pero ustedes robaron su ficha, ¿no? Decía... No recuerdo el término, pero significaba algo así como "cita por compensación" en su delito. Hubo un gran revuelo entre todos los hombres cuando se publicó esa información, ¿no lo recuerdas? Creo que fue entonces cuando denominaron a Piper y Drew como legítimas enemigas archirrivales.
—Enjo Kosai —Drew asintió con la cabeza, con más desdén que otra cosa— y sí, significa prácticamente que soy una puta y cobro por ello, muchas gracias... No es ilegal aquí, pero en Japón sí. Y mi padre tiene suficiente dinero y potestad para decidir si estudio en la Academia más cara para chicos y chicas con problemas de conducta o no —luego se volteó hacia Clarisse, como si solo mirar el feo rostro de Frank fuese doloroso— y sí, tenía una admiradora con una diadema de pacotilla. También a ti te perseguía ese chico con cara de caballo.
—Sí, eso lo recuerdo— Clarisse le quitó importancia con la mano—. Pero, no recuerdo a ninguna...
Ni siquiera Drew quiso seguir prestándole atención, por el contrario, su vista volvió a concentrarse en Nico y se quedó ahí, mirándolo, como si esperara un veredicto, o aunque fuera una reacción por parte de di Angelo. Pronto, no fue la única, todos ejercieron presión visual sobre él, hasta que tuvo que forzarse a escupir los pensamientos que habían estado formándose en su mente.
—Después de todo lo que has dicho... —inició—. Solo puedo concluir que Dimitri es un idiota adinerado. ¿Qué hay de nuevo en eso?
—Este lugar entero está lleno de idiotas adinerados, sí —Drew no se molestó por la pregunta, por el contrario, la contestó con toda la seriedad posible— Pero, ¿cuántos de ellos pueden montar un prostíbulo en el piso superior de su casa? ¿Cuántos tienen tanto dinero para drogar a todas las chicas que desee sin que nadie se lo impidan? ¿Cuántos tienen tubos para que las putas bailen y los entretengan?, ¿y pueden darse el lujo de invitar a una gran cantidad de gente, sin temerle a la policía?
>> Presta atención a los detalles, di Angelo. Dimitri ni siquiera ha tenido un trabajo de medio tiempo en su vida. ¿De dónde crees que saca el dinero para comprar alcohol para mantener a tantos estudiantes de su lado? Tal vez no te parezca sorprendente porque tú naciste en una cuna de oro y nunca te ha faltado nada —continuó la asiática—, pero el dinero no llueve del cielo y un bueno para nada como Dimitri no puede sacarlo de debajo de las rocas. La casa no era suya, y el dinero tampoco, sino de su padre... Y, ¿qué padre con un negocio puro y legal tiene un prostíbulo en su casa? Hagamos la prueba: Belladona, tu padre es político, ¿alguna vez viste algo así?
—No. —Contestó Calipso, en seco.
—Hazel, tú has pasado más tiempo con tu padre que Nico— siguió Drew—, ¿te parece normal?
—No... Definitivamente, no —respondió Hazel, en un susurro.
—Jason, cariño— Drew se volteó hacia él, Piper gruñó como bulldog hambriento—, y Will. Sus padres son los hombres más promiscuos y liberales de los progenitores de quienes estamos aquí... ¿Algo qué decir?
—He estado en fiestas locas —confirmó Will, mirando a Nico—, pero Drew tiene razón, incluso mi padre tiene una reputación que mantener. Nada ilegal hasta ese nivel.
Jason, a quien la pregunta parecía afectarle más que a Will, simplemente negó con la cabeza. Drew se dio por satisfecha con eso, asintió con la cabeza y concluyó su teoría como toda una exponente en feria científica estudiantil. Si el tema no hubiera sido tan polémico, posiblemente su padre habría estado orgulloso.
—Estamos hablando de un hombre que está metido en negocios realmente oscuros. Nada como los disque-delincuentes que hay aquí. ¿Quemar el instituto, robar un auto? Pfff, este hombre posiblemente vende drogas, o mujeres, u... Órganos. No lo sé, tal vez es un sicario —Drew se encogió de hombros— ¿Realmente eres todo lo que dicen, di Angelo? Porque si es así, adelante, sería una batalla de asesino versus asesino, pero contra el padre de Dimitri... No contra él.
>>Y si no lo eres, entonces mejor cuida tu espalda, porque si en algo se parecen los criminales reales a mis compatriotas, es en que el honor tiene un valor superior a toda lógica. Y si humillas a Dimitri como acabas de hacerlo, no tardarás en llamar la atención de su padre, y te costará muy caro.
Hubo un espacio de silencio en el cual todos los chicos se miraron entre sí. Drew mantenía la barbilla en alto, con su vista fija en Nico. Will se aventuró a poner la mano sobre su rodilla, mostrando preocupación. Percy miraba a Jason para luego pasar a Annabeth, quien a su vez compartía el mismo gesto con Piper. Frank tenía el ceño fruncido, Hazel sufría un escalofrío y por ello se ganaba un abrazo de Calipso. Isaak se había puesto muy serio y ya no acosaba a Will con tanto entusiasmo, Andrew se había acomodado un poco y ya no parecía un hámster muerto; mientras que Leo se había aburrido a mitad de la conversación y ahora intentaba hacer un helicóptero de papel, en tanto Clarisse seguía intentando recordar quién coño era Tiffany.
Entonces, Nico simplemente se encogió de hombros.
—No me asusta —dijo con altanería. Drew soltó un bufido burlón—. Pero dijiste que estabas en su contra, ¿lo mantienes?
—Claro que sí.
—Entonces ahora estás de nuestro lado, supongo —Nico volvió a encogerse de hombros, y luego formó un puchero al ver a Isaak.
Sus ojos gritaron: "Lárgate ya" en su dirección, y casualmente, colocó su codo sobre el hombro de Will como quien no quiere la cosa.
—Donde ella esté, estoy yo —sonrió Isaak con suficiencia, entendiendo el mensaje—. Así que piénsatelo bien, antes de aceptar —parecía tan orgulloso de sus palabras, que a Nico le pitó el collar una única vez, lo cual hizo carcajear a Isaak.
—¿Y por qué sería así? ¿Eh? —Calipso fue quien se quejó primero, buscando proteger la sacrosanta y virginal entrepierna de su solecito—. ¿Acaso están pegados tú y Tanaka? ¿O qué? ¿Por qué nos ayudarías tú? ¿Es que tienes una historia trágica también?
—Supongo que puedo contarles mi historia —Isaak habló con tranquilidad, al tiempo que jugueteaba con su pendiente de estrella—, pero es tres veces más corta y seis veces más porno que la de Drew. En realidad dura quince minutos con cuarenta y cinco segundos... Tenemos el video —señaló los senos de Drew—. ¿Quieren ver?
Drew, nada ofendida y sumamente eficiente llevó su mano hasta su pecho izquierdo, buscando su preciado celular rosa para mostrar dicha evidencia, sin embargo, Andrew la detuvo al poner una mano sobre la de ella:
—No creo que sea necesario —le dijo, recobrando el habla después de tanto tiempo en silencio. Luego, se dio cuenta de que había puesto la mano justo sobre la de Drew, que, de hecho, estaba justo sobre su bubbie. Lo cual era exactamente igual que decir que, estaba a una mano y un trozo de tela de llegar a segunda base con Tanaka. Soltó una especie de unión entre jadeo y chillido y retiró la mano de inmediato.
Drew llevó la mano en cuestión hacia sus labios para disimular la risa que su reacción le había dado, cubriéndose el rostro como lo habría hecho una geisha con su abanico, de forma coqueta y estilizada.
—Tú... —comenzó Will, dirigiéndose a Isaak. (Nico controló sus celos por el simple hecho de que le diera el honor de prestarle atención)—. Tus papás te enviaron a un internado donde compartes habitación con otros dos chicos, por...
—¡Por compartir la cama con otros dos chicos, sí! —Isaak completó por él y luego soltó una carcajada—. ¿No es una ironía hermosa? Y bueno... Por grabarlo, supongo... Y por venderlo a una página web... Y por fingir ser mayor de edad... ¡Pero ese no es el punto! Drew y yo vamos juntos. Además, Dimitri no pierde ni un solo segundo para mortificarme la existencia, así que... Es lo que hay... ¿Estamos dentro o no?
—¿Y qué con Jesse? —preguntó Piper— Sales con él.
—El verdadero oro brilla con intensidad —Isaak volvió a acariciar su estrella, muy pervertidamente, y mirando de nuevo a Will— Jesse solo es bisutería.
Nico se levantó, y como si realmente fuera un rey, sus súbditos lo siguieron. La hora libre estaba empezando a acabarse y pronto tendrían que tomar una decisión y formar un plan, si no querían perder el control que tanto les había costado adquirir.
—Todo eso da igual —concluyó Nico finalmente, observando a Isaak con recelo. Por su expresión, parecía que preferiría cortarse su mano derecha con los dientes antes que aceptar a Isaak en su grupo—. Cualquier rata puede tener asuntos pendientes con Dimitri y no por eso vamos a permitirle estar cerca de nosotros. Hasta Andrew es útil, como el otro día, con las cámaras. ¿Tú de qué me vas a servir?
Isaak se acercó a Nico, y con una encantadora sonrisa reluciendo sobre sus labios, invadió completamente su espacio personal.
—Bueno —hizo un gesto como si fuera a acariciar el mentón de Nico, pero solo pasó de largo con una fioritura—. Puedo chuparles el pito.
Leo se llevó las manos a la entrepierna al instante, como si fuera a ser atacado sin previo aviso. Percy y Jason dieron un instintivo paso atrás. Por otro lado, Isaak soltó otra escandalosa carcajada, y luego, formó un beso en sus labios y se inclinó hacia Nico como si fuera a dárselo. Sin embargo, Nico lo empujó lejos de él, horrorizado como si la psicóloga del Instituto hubiera poseído a Isaak.
Lo bueno, Nico se lo había quitado de encima. Lo malo, Will y sus reflejos de superhéroe actuaron por instinto para ayudarlo. Lo atrapó justo a tiempo de la cintura para evitar que cayera y por la carcajada que soltó Isaak, era posible que ese hubiese sido su plan desde un inicio. Sus brazos se lanzaron y rodearon el cuello de Will, sus dedos, ni lentos, ni perezosos, se metieron automáticamente dentro de los rizos rubios de Solace como ladrones furtivos. Y lo peor, toda su boca sucia estaba sobre el cuello de Will.
—¡Ay! ¡Buena atrapada, hermoso! —exclamó Isaak jubilante, dando saltitos en su lugar, mientras Will ponía una mirada aterrorizada.
Nico enrojeció y el collar empezó a pitar como no lo había hecho desde el accidente en carretera. Parecía estar a punto de arrancar a Isaak de su lugar y lanzarlo de una patada en las bolas hasta el infinito y más allá; pero Drew se le adelantó y lo tironeó del brazo hasta ponerlo detrás de su cuerpo.
—Aburrida —se quejó Isaak, pero no opuso resistencia física.
—Dimitri está consiguiendo nuevos aliados— dijo Drew—. Y tú los necesitas también. ¿Recuerdas el computador de Andrew? Bueno, Isaak fue quien lo recuperó de la oficina del señor D. También puede pelear contra chicos y contra chicas, que no te engañe, es más fuerte de lo que parece, que te lo confirme Belladona— la miró un segundo y luego volvió a Nico—. Ella ya ha probado sus puños... O sus uñas limadas al estilo lanza, como quieras llamarlo.
—¡Solo manten tus uñas lejos de Will! —amenazó Nico ignorando a Drew, mientras Will a su lado exclamaba: ¡Mi héroe!— No volveré a repetirlo.
—¡Mientras haya un chico tan sexy como ese en este mundo! —Isaak le envió una sonrisa torcida— ¡Jamás! Pero mira, podemos hacer un trato. De vez en cuando, le hago favores a Cherry... si sabes de lo que hablo... —Will colocó una expresión escandalizada—. Si me aceptas en tu grupo. La próxima vez que necesites distraer a ese guardia de seguridad pervertido, puedes usarme a mí en lugar de nuestro rayito de luz.
—No es "nuestro" rayito de luz— espetó Nico. Sin embargo, se quedó sopesando la idea un segundo, hasta que, formando una arruga de disgusto sobre los labios, accedió—: Bien, pero, repito, mantienes tus manos, ojos, labios, nariz y oídos lejos de Will.
Drew le dio un codazo a Issak, éste la miró con una cara de: "¿Debo hacerlo?" Drew se cruzó de brazos desafiante, por lo que finalmente, Isaak soltó un suspiro de resignación.
—¡Bien! —No se aguantó—:Pero no me hago cargo de las consecuencias si él termina buscándome.
Nico abrió la boca para soltar su próximo insulto, más el sonido de delfines que Leo había instalado en los parlantes cada vez que se encendían, desde inicio de curso, lo interrumpió.
—¡Hey! Mocosos, para los que siempre están en la luna y no se han enterado— dijo la voz del señor D, resonando en todo el instituto desde su oficina— Haremos una fiesta...
—Pero, señor D... —la voz de Quirón sonaba de fondo, intentando convencerlo—. Piense en todas las repercusiones que esto...
—¡Fiesta, dije! — insistió el señor D, haciendo que Nico se olvidara de Isaak y sonriera de nuevo, antes de que el director soltara el verdadero anuncio—: Ah sí, y busquen su ropa de niños buenos y patéticos. ¡Mañana es la reunión de padres de familia! Si no quieren estar todo el día en charla motivacional con la Psicóloga y sus padres, ya saben que hacer. ¡ESO ES TODO! AHORA A CLASE, A CLASE. ¡MUÉVANSE! ADIÓS.
—¿Qué? —Frank reaccionó primero— ¿Ya es mañana?
—Ay, noooooo —Annabeth llevó ambas manos a la cabeza, tal vez pensando en arrancársela—. Otro día en el que tendré que detener a mi madre para no matar a la mamá de Piper.
—Espero que esta vez al menos mamá venga sola —Piper bufó con desdén, luego se dirigió hacia la "Bestia"— Clary, amigui... ¿No me harías el favorcito de meter a mi hermana al escusado si viene? Es por una buena causa, lo prometo.
—Yo espero que mi padre choque de camino y no llegue —Calipso gruñó.
—Ojalá y choque con el mío— río Jason apoyando su idea, luego se mostró algo culpable—. Nada grave, ya sabes, solo que no les dé tiempo de llegar.
—Llorones— Clarisse rueda los ojos—. Al diablo los padres, ¿qué más da eso? Vienen a cada rato —luego se acerca más, cerrando el círculo en el que estaban—. Esta noche, en mi habitación, hay que establecer las cosas con Chris.
—Ah... ¿Nos estás echando para hacer cochinadas de reconciliación? —Piper parecía confundida— Ah... ¿Es el precio que pones por ahogar a mi hermana en el inodoro?
—No, tonta —Annabeth le dio un librazo por la cabeza y luego le devolvió a Leo el cuadernillo de planes macabros—. Está invitando al resto — luego explicó para todos—. Según entiendo, Chris accedió a ser nuestro espía, así que... Esta noche, en nuestra habitación, hablaremos más al respecto.
Nos vemos a las ocho.
A las siete y cuarenta y cuatro minutos de la noche, después de acabar las clases y las tareas como los niños responsables que Will y Jason los obligaban a ser, el Ejército Tormenta Marítima del Fuego Solar de la Oscuridad se escabullía por en medio de los pasillos y el jardín entre edificios para llegar hasta las habitaciones de las chicas. Will tuvo que coquetear con Cherry de nuevo para que no los descubriera e Isaak brilló por su ausencia: pésimo servicio.
Fue una odisea, casi los descubrieron tres veces, pero, al final, consiguieron estamparse contra la puerta de la habitación de Hazel y empezar a golpearla con desesperación, hasta que Calipso la abrió y pudieron ocultarse dentro mientras dos guardias patrullaban por el pasillo. El ruido fue comprometedor, pero Hazel salió con su carita de inocencia eterna a decir que Calipso y Drew se habían peleado por ver cuál de las dos llegaba primero al baño y por eso había sonado un portazo. ¿Qué? ¿Entrar a revisar? No, no, no, las dos estaban en paños menores y los guardias eran hombres, eso sería un abuso por su parte.
Y fin. Argus y su compañero de turno se retiraron sin dar más problemas, cabizbajos por el regaño de Hazel.
Dentro de la habitación, no sólo estaban Cali y Drew, sino también Isaak quien, siendo al parecer más listo que ellos, se había colado antes del toque de queda y se iba a quedar a dormir con Drew como las mejores amigas forever que eran. Esperaron diez minutos antes de volver a salir, ahora todos juntos en dirección a la habitación de Clarisse. Tanto las chicas como Isaak traían pijamas, la del último en un rojo puta bastante colorido. Hazel con shorts en amarillo, Cali con un enterizo de abuelita en blanco y Drew con su mono verde menta. Los chicos llevaban jeans y camisetas porque nadie les avisó que podían venir en pijama.
—¿Cómo vas con lo del collar? —Will se retrasó del grupo, arrastrando a Leo con él, para poder preguntarle. Nico estaba tan entretenido en asegurarse de que Frank no se quedara más tiempo de la cuenta mirando las piernas de Hazel, que no se percató de ello. Frank, por su parte, estaba más concentrado en vigilar que no vinieran más guardias, que en Hazel, pero ese no era el punto para Nico.
—¿Qué collar? —Leo fingió no saber nada al respecto por un momento, llevó una mano a su barbilla, como intentando recordar y luego empezó a balancear sus cejas de forma insinuante—: ¡Ah! ¿El collar de Nico? ¿El que le quieres quitar para hacer cochinadas con él? ¿Ese collar?
—Sí, ese collar— Will rodó los ojos— Pero tú también se lo quieres quitar, fue tu idea para empezar.
—Sí, pero no para hacer cochinadas — Leo repitió su bailecito de cejas, luego se puso serio y contestó—: Estoy en eso, pero es más problemático de lo que parece, sobre todo si lo secuestras para besuquearlo todo el día y no me dejas hacer pruebas.
—Yo no lo...— Will quería defenderse pero Leo balanceó una mano quitándole importancia.
—Estoy recreando el collar desde cero, para entender cómo funciona su maquinaria— explicó con la voz más profesional que Will había escuchado de él en todo el tiempo que tenía de conocerlo—, una vez que consiga eso, desactivarlo será pan comido.
—Excelente — Will le dio un golpecito de colega en la espalda—. ¿Crees que tardes mucho?
—Paciencia, mi joven padawan — contestó Leo y casi hizo a Will fangirlear por entender la referencia a una de sus sagas de películas favoritas—. ¡Paciencia!
Fue todo lo que les dio tiempo a conversar antes de llegar a la puerta de los dominios de Clarisse.
Cuando entraron, descubrieron que quizá eran demasiados para estar todos en una habitación tan relativamente pequeña, Piper, Leo y Jason se sentaron en la litera superior para liberar espacio. Annabeth, Percy, Hazel y Frank se quedaron sobre la parte inferior. Nico y Will unieron las mesitas de noche para sentarse en ellas, y Calipso se apretujó en medio, como si fuera su hija pequeña perdida. Drew e Isaak se sentaron juntos sobre la alfombra y Andrew, quien había sido traído por Chris como ofrenda de paz y estaba en la cama de Clarisse, con ellos dos, siendo prisionero, pudo escapar al encontrar un instante de distracción en la bestia. No pudo huir muy lejos sin embargo, puesto que fue capturado por Tanaka y sujetado contra su costado como si de un poodle se tratara.
—¿Y ustedes cómo llegaron aquí tan rápido? —preguntó Percy, mirando molesto a Chris Rodríguez quien se veía bastante tranquilo y satisfecho de estar en la cama de Clarisse.
—Usando el agujero en la parte trasera del edificio, por supuesto — Chris contestó, como si fuera la cosa más sencilla del universo—. ¿Ustedes por qué tardaron tanto?
—¿A-agujero? — Percy estaba completamente descolocado — ¿Qué agujero?
—Pues el atajo que todo el mundo usa para colarse a las habitaciones de las chicas— Chris pronunció con voz de obviedad— ¿En serio no lo conocían? ¡Hasta Andrew lo sabe! ¡Por eso son vírgenes, tarados!
—¿Por qué nadie me dijo de ese atajo? — se quejó Jackson buscando culpables, por accidente hizo contacto visual con Nico.
— A mi no me mires— se quejó di Angelo de inmediato— ¿Acaso tengo cara de colarme a menudo al edificio de chicas? ¡Es la primera vez que vengo!
—A mí solo me buscan en su período — Will levantó las manos liberándose de responsabilidad— ¡Y siempre me traen de forma lícita! O me esconden en el carrito de las sábanas limpias.
Percy miró a Annabeth acusatoriamente y después a Piper, con el ceño fruncido.
—He aquí la prueba —Piper levantó las manos al cielo, o más bien las pezuñas de su pijama de unicornio —, de que no contrabandeo chicos a mi habitación.
—Ya, como sea —interrumpió Clarisse. Ella, valía la pena hacer mención, no estaba usando la camiseta gigante y deslucida con la que dormía siempre, sino que tenía una camiseta blanca como las que usaba Frank bajo el uniforme, pero que a ella le marcaba el escote gigante con el que sus genes la habían dotado, y un short holgado que, en realidad, le quedaba muy bien. Dos por uno, sexy y libre para dar patadas karatecas. Perfectamente equilibrado— Vamos a lo que vinieron, y hablando de pruebas, por si no me creían, aquí está Chris, nuestro nuevo espía.
Leo empezó a aplaudir, Piper se le unió y pronto todos estaban haciéndolo. Chris rodó los ojos, pero luego cedió ante la atención e hizo un par de reverencias. Piper soltó un: "Esa es mi chica sexy", y Clarisse como que se sonrojo un poquito, pero nadie iba a mencionarlo porque no querían morir tan jóvenes. Después de que las cosas se calmaran de nuevo, bajo la insistencia de Annabeth de que el escándalo podría llamar la atención de los guardias, Chris fue directo al grano.
—Saben que me estoy jugando la vida en esto, ¿verdad?— preguntó y Clarisse puso una mano sobre su rodilla lo cual le produjo una sonrisa sobre los labios y lo llenó de valor para continuar— La mayoría no es nada que no sepan, o al menos creo que no... Golova no suele comentar sobre lo que va a hacer o no.
—Primero... No lo llames así— Nico lo interrumpió—, y segundo, tú eres algo así como su hombre de confianza, ¿no? Así que... lo que sea que traiga entre manos, definitivamente serías el primero en darse cuenta.
—Es la costumbre, a él le gusta ser llamado de ese modo— Chris se encogió de hombros como si no le importase realmente— y supongo que sí, pero más porque se lo saco a cucharadas de la garganta, no porque le guste regodearse al respecto. Es un idiota, pero un idiota discreto en lo que respecta a su padre.
—Ah, sí— Clarisse fue quien lo interrumpió esta vez— Antes de que llegaran le conté lo que nos dijo la novia china de mi hermano— puso una mueca, como si se le hubiera ocurrido de pronto—: ¿Cuándo dejaste de ser un bodoque regordete y conseguiste tres novias?
—¿Tres novias?— Frank se mostró ofendido de inmediato— ¡A duras penas conseguí una! Y Drew es japonesa, Clarisse, Ja.Po.Ne.Sa.
—Asumo que Hazel es la real— bufó Drew, apachurrando a Andrew más fuerte contra sí y más hastiada que divertida al respecto— Supongo, por lo que acabas de decir, que yo soy la segunda... ¿Y la tercera?
—La tal Britanny —contestó Clarisse, en lo más cercano a una conversación de chicas que ella podía tener—. La de la corona rara.
—Tifanny —la corrige Drew—, y era una diadema, no es lo mismo que una corona... Y...
—Si Clarisse dice que se llamaba Britanny y usaba una corona —la detuvo Chris, al tiempo que la amenazaba con un dedo acusador—, entonces se llamaba Britanny y era la princesa de Versalles. ¿okay?— Drew rodó los ojos, Chris se llevó dos dedos a los propios y luego de vuelta hacia Drew, en una clara amenaza.
—Como sea... —Drew volvió a concentrarse en su mascota-novio.
—Volviendo a Dimitri...— Annabeth, como siempre, fue quien se concentró en lo importante—. No necesitas decirnos demasiado sobre su padre, aunque te lo agradecemos, de verdad... Nos conformamos con que puedas hablarnos sobre sus planes o al menos mantenernos al tanto sobre lo que hace o no. Andrew no es muy bueno en eso de espiarlo durante las clases.
—No, claro, él está más ocupado en espiar a Drew— Isaak soltó con burla.
—¡Ojalá! — se quejó Drew —Me temo que mi Andrew-bebé simplemente se concentra en las clases porque es muy responsable, ¿verdad, bebé?
Como respuesta, Andrew solo sacó su inhalador, con la expresión de alguien que ya ha aceptado que morirá de una neumonía, y lo presiona dos veces contra su boca. Después de eso, al fin dice:
—Dimitri se sienta al final del salón, yo al frente —presionó otra vez su inhalador— Y no tengo oídos supersónicos para escuchar lo que dicen.
—¡Ah, vaya! — exclamó Will en el tono más odioso que fue capaz de conseguir— ¿Se le acabaron los superpoderes al impresionante Andrew? ¡Qué lástima! ¿No?
—Ya, déjalo en paz— Nico le dio un codazo a Calipso porque Will estaba muy lejos, pero ella, después de soltar un "auch", muy eficientemente, se lo transmitió a Will—. No lo fastidies, hace lo que puede.
—¡Ah! —Isaak hizo un exagerado sonido de indignación— ¿Acaso estás llamando a Will-fóllame-duro-Solace, fastidioso? Will, yo que tú le terminaba aquí mismo, para que aprenda a respetarte.
—No lo llamé fastidioso —Nico frunció el ceño— tú eres fastidioso. Y te prohibo ponerle apodos a Will. Bien, volvamos a la cuestión.
Will se cruzó de brazos y desvió la mirada, terminó mirando a Isaak, quien le guiñó un ojo, volvió a desviar la mirada asustado, esta vez se topó con Leo, quien también le guiñó un ojo y balanceó la mano. La llevó hacia sus labios y le lanzó un beso en el aire, en el gesto más gay de coqueteo que nadie nunca le había dirigido, y le hizo reír. Leo sonrió también con el triunfo irradiando en sus ojos. Calipso soltó un bufido de diversión, y eso le devolvió la seriedad a Leo, sus mejillas se tornaron de un muy saludable color rosa.
—Bueno, lo que sé —continuó Chris—, es que Dimitri mantiene comunicación frecuente con su padre y que desde hace varios días, desde antes de la competencia de vencidas, incluso antes de nuestra escapada —miró a Clarisse con una sonrisa en sus labios, y se movió un poco más hacia ella—, le está suplicando porque envíe refuerzos. Así que, si se estaban preguntando de dónde salieron los nuevos estudiantes, ahí está la respuesta. Estoy seguro de que aún falta al menos un par más por llegar.
Como quien no quería la cosa, Clarisse estiró los brazos hacia arriba, estirándose, y al bajarlos, extendió la mano hasta rodear la cintura de Chris. Éste fingió no darse cuenta, pero su voz tembló un poco mientras hablaba. El resultado, fue una posición bastante poco convencional, en la cual Clarisse parecía la Reina del Sur, en el trono de Hierro, con la corona del Rey David, y una puta muy guapa perteneciente a la mejor casa de mafiosos del mundo. Excepto que su puta no usaba minifalda y escote, sino jeans y camiseta, era hombre y tenía el mejor six pack del Instituto.
Chris parecía tan feliz por ello como Rayita en los brazos de Zayn Malik.
—No le gustó para nada la alianza que todos ustedes montaron —continuó Chris— especialmente no después de darse cuenta de que Hazel y di Angelo son hermanos— señaló a Nico—. Tú nunca le has caído bien, tu simple existencia le resulta detestable.
—Me halagas —comentó Nico sarcástico —. Creo que me estoy sonrojando.
—Además está el otro asunto— Chris volvió a encogerse de hombros— Las chicas locas que odian a los hombres. A Dimitri no le gusta ninguna mujer que no pueda controlar, excepto Hazel, por algún motivo. Si no pueden convertirse en sus putas, entonces las detesta y el único motivo por el cual no ha empezado a meterse con ellas, es porque de momento no le resultan tan amenazantes... Pero los dos las vimos hablando con Belladona el otro día.
—¿Y yo qué tengo que ver? —se quejó Calipso, echando ambos brazos hacia atrás, dejando un codo sobre el hombro de Will y el otro sobre el hombro de Nico. Nico, por supuesto, se lo quitó de encima en segundos— ¿Ahora no puedo hablar con la gente o qué?
—Necesitan una líder poderosa— tradujo Frank— Sin líder, solo son un grupo de locas, contigo... forman otro bando.
—Sí, pero mientras tengas a Solace...— continuó Chris—. No te van a dejar ser una de ellas.
—No quiero ser una de ellas, las detesto— se quejó Calipso y luego elevó la mano libre para pellizcar la mejilla de Will, casi con violencia, tirando la piel de izquierda a derecha— Y Will sigue siendo mi chicle favorito, ¿a que sí?
>>De todos modos, ¿Por qué yo? ¡Qué se lo pidan a Clarisse o a Annabeth! ¡Hasta a Piper si quieren, aunque sería bastante idiota de su parte! ¡Yo no tengo nada que ver con ellas.
—¡Hey! —Piper se quejó.
—Debe ser porque ninguna de ellas vive declarándole la guerra a los hombres, como tú —Leo intervino solo para ganarse una mueca de Calipso.
Mientras tanto Will masajeaba sus mejillas, con una expresión lastimera. Como uno de los pasatiempos favoritos de Cali era ignorar a Leo, procedió a hacer eso y luego se volteó hacia Nico.
—¿Ya le has tocado las mejillas a Will? —le preguntó, casi amistosamente— Sonríe tanto que las tiene tan ejercitadas como los abdominales de Chris, o los brazos de Clarisse —empezó a picar la mejilla izquierda con el dedo índice, para probar su punto— ¡Mira! Son durísimas.
—Eso es imposible... —Nico rodó los ojos, pero cedió ante la tentación y extendió su mano, con el dedo índice listo para imitar el movimiento de Calipso. Will, en consecuencia, sonrió para tensar el músculo. Tan pronto como Nico lo tocó, exclamó—: ¡No inventes! Si son duras... ¡Hazel, ven a tocar esto!
—¡Te dije! —Calipso empezó a asentir reiteradas veces, con una expresión muy pagada de sí misma.
—¿Eh? ¿En serio?— Hazel se levantó obedientemente y se acercó a tocar la mejilla derecha de Will—. ¡Oh por Dios, es cierto! ¡Frank, mira! ¡Siente!
—Okay, ya, suficiente —Annabeth-aguafiestas-Chase los detuvo— ¡Dimitri! ¡Volvamos a Dimitri, o estaremos aquí toda la noche! ¿Algo más Chris?
—Oww... Yo también quería tocar— se quejó Percy, y Annabeth lo silenció lanzándole una almohada.
—Decía que mientras Calipso esté cerca de Will, Dimitri no le va a prestar atención —concluyó Chris—. Pero la mantiene bajo vigilancia, aunque eso también tiene que ver con el hecho de que, como es quien está más cerca de Will, es quien sabe mejor dónde están las pastillas que lo vuelven loquito... Y también que Will es quien está más cerca de di Angelo, y tal...
—De acuerdo —intervino Jason, sosteniendo la pezuña de Piper entre sus manos, como si fuera lo más normal del mundo—, esto solo nos hace reforzar la convicción que ya teníamos... No podemos permitirnos andar solos por ahí. Especialmente Nico. Dimitri no es tan idiota.
—Sí... Y es posible que vaya a planear algo para el día de la fiesta — añadió Piper— Tenemos que tener cuidado, y prepararnos para ese momento...
—Es decir... ¡Tampoco se pongan paranoicos! —intervino esta vez Drew—. Es una fiesta aprobada por el señor D y autorizada por los padres... Estarán todos los guardias de seguridad asegurándose de que no haya escenas de sexo salvaje por doquier. ¿Qué es lo peor que puede hacer? ¿Una batalla de baile?
—Will le ganaría en segundos, de eso no hay duda —sonrió Nico.
—¿Vas a bailar conmigo esta vez? — preguntó Will, con los ojitos brillándole cual estrellas fugaces.
Y fueron fugaces, porque no duró mucho.
—No creo que sea recomendable —señaló Annabeth, luego pareció apenada por ello—. Me refiero a... Debemos mantener la reputación de Nico y eso... y... No sé... Tal vez sí se pueda, ya veremos.
Will formó un puchero en sus labios, pero no dijo nada más.
—De cualquier modo— Percy intentó aligerar el peso sobre los hombros de Annabeth—, y no me mates Pipes, pero Drew tiene algo de razón. No hay que ponernos paranoicos, ya veremos cómo afrontar lo que sea que haga Dimitri, cuando sea que pase.
—Está bien—Piper asintió con firmeza—. Te perdono solo por tu posición de amante de Jason, que te da cierto respeto frente a mis ojos. Nada más por eso, Jackson.
—¿Soy la amante legítima? —preguntó Percy entusiasmado, saliendo un poco de debajo de la cama para mirar hacia arriba, donde estaba McLean.
—Sí, pero solo porque tienes derecho de antigüedad —le contestó ella, asomándose por el borde de la cama para mirarlo también.— Aún así no le puedes meter mano, y no le puedes tocar el trasero.
—¿Trasero? Sus pectorales de dioses es lo que le quiero tocar —confesó Jackson, con la seguridad de una prostituta en busca de clientes en las calles de Nueva York, a las diez de la noche.
—Aquí no, Perce...— lo regañó Jason, fingiendo un susurro—. En la habitación.
Mientras ellos continuaban con sus no-homosexualidades, y Piper demarcaba los límites de lo que aceptaba o no, con una que otra intervención por parte de Annabeth de vez en cuando, Nico se inclinó hacia atrás, para saltarse a Calipso y poder susurrarle a Will en el oído:
—Bailaré contigo si eso quieres— su voz era baja, pero aún audible para Cali, quien, por respeto y educación, fingió ser sorda por un par de segundos— Pero deberíamos practicar un poco, ¿no? Sabes que no soy bueno en ello.
—Sí, claro —a Will volvieron a brillarle los ojos— cuando quieras, en la habitación...
Se sonrieron, y entonces cada cual volvió a su respectivo lugar.
—Hay algo más— Chris elevó su voz para ser escuchado por todos— Si quieren saber a qué nos enfrentamos, mañana es cuándo. El Golova, el auténtico Golova, es decir, el padre de Dimitri... Asistirá a la reunión de mañana.
Frank estaba soñando que era un lindo patito, nadando con la linda patita Hazel en medio de un bonito estanque de aguas cristalinas, y peces coloridos.
—¡Cuac, cuac, cuac! —exclamó seductoramente Frank, y movió sus alas con galantería.
—¡Cuac, cuac! —comentó Hazel, "tengo hambre", en dirección a Frank.
De inmediato, Frank sumergió su pico en el agua, y hábilmente, atrapó un pescadito de color azul que se retorcía desesperadamente tratando de escapar, y pedía socorro a su novia la pescadita gris que golpeaba las patas de Frank con sus diminutas aletas. Él la mandó volar con unas pataditas.
A continuación, Hazel aceptó el regalo de Frank, comiéndose el pescadito de un bocado, y satisfecha, se lo agradeció frotando su cuello contra el de Frank. Él se rio en patoñol, y seguidamente, cuando estuvo a punto de darle un beso a Hazel, su hermano mayor, Nico, que por alguna razón terrorífica era un puma, los interrumpió salpicando agua hacia ellos.
—Grrr —gruñó Nico amenazante.
—¡Cuac, cuac! —protestó Frank indignado.
Entonces, Nico estaba a punto de matar a Frank, pero en eso, un lindo Golden Retriever se abalanzó sobre Nico y lo detuvo en el acto. Nico miró perplejo al perro muy rubio y muy baboso, y ronroneó algo como: ¿Will? A lo que el perro respondió, con una lamida en el hocico de Nico, para después colocar su cabeza sobre la suya. Frank juró que el puma se había sonrojado.
Así que, Nico y Will se quedaron dándose arrumacos a un lado. Frank agradeció inmensamente a Will, y a continuación, se dio la vuelta hacia Hazel, y con decisión, se acercó a darle su...
El sonido de trompetas despejó violentamente a Frank de su sueño. Había pasado un tiempo desde que lo había oído por las mañanas, por lo que se asustó tanto, que cuando rodó hacia un lado, se encontró con el aterrador vacío y unos segundos después, con el frío y duro piso de su habitación. Si Nico y Will no despertaron mediante el escándalo de trompetas, definitivamente, sí lo hicieron por el grito súper agudo de Frank.
—¡¿Qué pasa, qué ocurre? ¡No sé cambiar pañales! —exclamó Will de súbito, levantándose de la cama de Nico y de sus brazos.
Frank lo miró. La sábana se deslizó del cuerpo de Will, y se aglomeró sobre su entrepierna. Él vio que Will no traía camiseta, y cuando sus ojos descendieron por inercia hacia su vientre, notó que la mano de Nico estaba... Frank soltó un alarido, cual adolescente traumatizado luego de atrapar a sus padres en pleno acto coital.
Will finalmente se dio cuenta de él y se tapó los pechos con las dos manos.
A pesar de que él no tenía pechos...
—¿Qué es todo ese puto alboroto? —gruñó Nico, incorporándose al mismo tiempo hasta quedarse sentado. Luego, viró su cabeza hacia Will—. Y tú, ¿por qué te estás tapando los pezones?
Antes de que Will pudiera explicarse, desde abajo, y por todos lados, se oyeron de improviso: puertas siendo abiertas estrepitosamente y voces airadas que se alzaban hasta llenar todo el edificio de un gran bullicio como si estuvieran en medio de un campo de fútbol. Frank se levantó del suelo de inmediato, se dirigió hacia la ventana y la abrió de par en par. Afuera, el sol ni siquiera había salido, el horizonte estaba pintado de lengüetazos violetas y cuando echó un vistazo al reloj, confirmó que apenas eran las 4:45 am.
Aún así, había ya cierta claridad para que los ojos humanos pudieran adaptarse y ver, por lo que rápidamente, logró distinguir a la persona que se encontraba firmemente de pie en medio de los edificios masculinos y femeninos, tocando una trompeta con pasión y el pecho inflado. Allí, con el director a su lado (sonriendo con malicia mientras observaba a sus guardias de seguridad arrastrar a sus alumnos afuera, al patio), se encontraba el señor de sus pesadillas, General Condecorado de la Armada de Estados Unidos, terror de las masas, el horror de sus enemigos, llamado y respetado como: "Ares". Su padre, su querido y gentil padre.
—Qué demonios... —murmuró Nico a su lado, quien también se había levantado a fisgonear, con ropa puesta; y todo el pelo negro en puntas como si alguien lo hubiera estado estirando toda la noche.
Abajo, el señor La Rue dejó de tocar la trompeta, y la lanzó hacia uno de sus tenientes, a quien probablemente, había arrastrado hasta aquí para que le sirviera de secretaria. Seguidamente, esa fue la señal para que el director hablara, a través de su muy preciado megáfono.
—¡¿Pensaron que se habían salvado del castigo por lo de las vencidas, eh?! —gritó, con mucho regodeo—. ¡Disfruten de su lindo día con el señor Ares, mis niños!
Acto seguido, le pasó el megáfono al imponente hombre a su lado, con un gesto de manos todo feliz que denotaba el mensaje: "Todo tuyo". El señor La Rue aceptó el megáfono, y se lo llevó a los labios inmediatamente. Carraspeó, se ajustó los lentes de sol que le encantaban, y gritó:
—¡ARRIBA, ARRIBA, MONTÓN DE NIÑAS INÚTILES! ¡HOY LES ENSEÑARÉ LO QUE ES LA VERDADERA DISCIPLINA! COMO MI PADRE ME ENSEÑÓ A MÍ, Y MI ABUELO A MI PADRE, Y MI BISABUELO A MI ABUELO, QUE LO TENGA DIOS EN SU SANTA GLORIA. ARRIBAAAAA.
En ese mismo instante, la puerta detrás de ellos se abrió de súbito y golpeó la pared con tanta fuerza que Frank se preguntó si habían destruido el yeso. Velozmente Nico y él se dieron la vuelta para observar a Cherry irrumpir en la habitación, agarrar a Will de los brazos y colocarlo sobre sus hombros como una pesa. Will, obviamente, chilló y demandó ser puesto de nuevo al suelo, no obstante, fue sacado de la habitación con Cherry corriendo por los pasillos y sus uñas dejando una línea de rayas en las paredes.
—¡Ayuda! ¡No se queden ahí! —Se oyó la voz de Will, desaparecer por las escaleras—. ¡Socorrooooo!
Transcurrieron unos segundos, en los que ambos se quedaron mirando el lugar donde Will había sido secuestrado. Luego, de forma tardía, Nico explotó:
—¡Hey! —Salió corriendo detrás de él, con calzoncillos y camiseta negra—. ¡Devuélveme a ese rubio acosador en este instante!
Frank, de pie en su habitación, ahora solo, de pronto oyó la risa macabra de su padre proviniendo desde afuera. Era la misma que había soltado cuando lo obligó a caminar sobre carbón encendido, la misma que soltó cuando el jabalí estuvo a punto de embestirlo, y cuando aún con yeso, luego de casi haber perdido la pierna contra un cocodrilo, lo obligó a hacer sentadillas con ella. Frank soltó un suspiro de resignación.
Hoy definitivamente, requería equiparse con dobles calzoncillos.
Una cosa estaba clara: Ares no se ablandaba con los años.
Peor, hizo de la vida de los alumnos un infierno. Llevando ropa de dormir, pijamas, e incluso lencería cara, no hubo distinción de género, ni nombre para implementar los ejercicios físicos sobre ellos. No importó cuando Dimitri intentó zafarse de los castigos, no importó que Drew chillara sus derechos. Cuando los guardias de seguridad habían terminado de traer a todo el estudiantado, asegurándose detenidamente de que ninguno hubiera quedado rezagado, o escondido en el agujero de un colchón, Ares procedió a separarlos en pelotones, y los hizo alinear enfrente de él, con las frentes en alto y los pechos firmes.
Para ese punto, ya había salido más de la mitad del sol. Ya no hacía tanto frío y las chicas habían dejado de temblar. Ares estaba de pie frente a su compañía improvisada, tenía a los guardias de seguridad detrás de él y rodeando a los alumnos para que ninguno se escapara. A su lado, el teniente Fernández se encontraba rígido con una mirada severa en su faz, mientras que el señor D, el director del Instituto, encargado de velar por su seguridad... Los había abandonado a su suerte.
Para Clarisse fue como volver a casa, hogar dulce hogar, para Frank volver a despertar sus instintos, y para el resto, aprender que las piernas podían hacer distintos sonidos antes de quebrarse.
Primero, el señor La Rue les ordenó hacer lo simple: Mil estocadas, cambio de pierna y mil de nuevo; mil bumpees, mil sentadillas, y mil quinientos ejercicios de tenderse y levantarse. Si uno ya no podía, se detenía, o perdía el compás. Ares, con una sonrisa de dientes afilados, establecía de nuevo la cuenta desde cero. Hubo un par de torceduras de tobillos en el camino, un montón de calambres que hicieron llorar hasta a los que parecían más duros (Oto, por ejemplo, había lloriqueado bastante).
Sin embargo, la piedad no estaba en el vocabulario del padre de Frank y Clarisse, de hecho, ni siquiera sabía que esa palabra existía en el mundo, él pensaba que era algún tipo de comida que se servía en Bolivia.
Cuando veía que uno de ellos se lastimaba, o gimoteaba, traía a ese pobre infeliz al frente del pelotón para obligarlo a hacer el mismo ejercicio hasta que sus músculos gritaran misericordia y de sus ojos salieran lágrimas de sangre. Fue tan duro, que los chicos ni siquiera tuvieron ganas de contemplar a las chicas en paños menores, como Silena en camisón de seda semi-transparente. Incluso Will no se molestó en ver a Chris sin camiseta, puesto que estaba más ocupado tratando de respirar como Andrew, y recordarse que era médicamente imposible... quizás, que el corazón explotara súbitamente por su garganta.
En un momento dado, Leo se había detenido para llevarse las manos a la boca y contener el vómito que quería salir de su garganta. Ares, al verlo, como el gentil hombre que era, por supuesto, le gritó:
—SIGA CUMPLIENDO SU CASTIGO SOLDADO INÚTIL. LE VOY A DECIR QUE SI QUIERE VOMITAR, VOMITE AHÍ MISMO DONDE ESTÁ Y LUEGO SE VA A TIRAR ENCIMA DE SU VÓMITO. Y SEGUIRÁ CON LOS ABDOMINALES.
Después de eso, milagrosamente, Leo ya no tuvo ningún tipo de náuseas.
Entonces, cuando Piper, en su pijama de unicornio ya no pudo más, Andrew parecía un pez sin aire con los ojos tan grandes como globos de helio a punto de explotar, y Annabeth estaba viendo una alucinación de Stephen Hawking llamándola para que dejara este vil mundo de tormento (Percy gritaba que resistiera por él a los lejos), de repente, Ares decidió que era suficiente de las sentadillas y los mandó a limpiar los baños del Instituto.
El estudiantado suspiró de alivio, esperanzado de realizar el trivial castigo al que estaban acostumbrados... Fue una trampa. El ataque físico había acabado, ahora comenzaba el verdadero ataque psicológico, que consistió en restregar los suelos y el inodoro con cepillos de dientes, y la parte favorita de Ares: Gritar y maldecir con propiedad.
—¡TÚ! —dirigiéndose a Ethan—. ¿A ESO LE LLAMA LIMPIAR? ¿A ESO LE LLAMA RESTREGAR? ¡¿QUÉ PASA SOLDADO TUERTO, NECESITA UNA LUPA?! SEGURO ES UNA DECEPCIÓN PARA SU FAMILIA, ENCERRADO EN ESTE MALDITO LUGAR, SU MADRE DEBIÓ HABERSE CAMBIADO DE NOMBRE Y DE CARA PARA QUE NUNCA PUEDA VOLVER A ENCONTRARLA.
—¡Mentira! —negó Ethan, con una lágrima brillando sobre su ojo y luciendo un pijama de bob esponja—. ¡Mi madre me ama!
—¡ESO ES UNA VIL MENTIRA SOLDADO TUERTO, NI EL MISMO SEÑOR JESUCRISTO HA DE AMARLO POR LAS COCHINADAS QUE HIZO PARA ACABAR AQUÍ!
—¡Ella siempre me trae galletitas! —devolvió Ethan, temblando como gelatina.
Ares acercó su rostro peligrosamente al de él.
—Las galletitas de su madre —gruñó— ¡apestan, como usted, soldado tuerto!
Ethan salió del baño llorando desconsoladamente mientras gritaba: ¡Mamiii!
—¡ESO, CORRE NIÑITA, CORRE! —Ares alzó de nuevo el megáfono, y siguió gritando a través de ella—: ¡VAMOS, VAMOS, NENITAS INÚTILES, MI HIJA DE TRES AÑOS TENÍA MÁS FUERZA QUE TODOS USTEDES EN SUS BRAZOS. QUIERO ESOS INODOROS TAN RELUCIENTES PARA QUE EL MISMO PAPA FRANCISCO PUEDA PONER SUS PONTIFICIAS NALGAS ALLÍ.
>>SOLDADO PESCADO, ¿QUIERE CONOCER EL AGUA DEL INODORO? SI NO DEJA DE HOLGAZANEAR VOY PONERLO A HACER GÁRGARAS... NO. PRIMERO VOY A ORINAR EN ESE INODORO. Y LUEGO LE DIRÉ QUE HAGA GÁRGARAS CON MI ORINA.
>>¿SOLDADO CHISPITAS QUIERE LLORAR? PUES LLORE YA Y UTILICE SUS LÁGRIMAS PARA LIMPIAR MEJOR EL PISO. QUIERO QUE ESTÉ TAN LIMPIO QUE EL PROPIO SATANÁS PUEDA VER EL REFLEJO DE SU PODRIDA ALMA CONDENADA Y SE ARREPIENTA TANTO DE ELLA QUE VUELVA A SER EL HERMOSO ÁNGEL QUE ALGUNA VEZ FUE.
Luego habían ido a limpiar los salones, los suelos, las sillas, y el chicle de debajo de las mesas.
—SOLDADO TANAKA, LA ESTOY VIENDO, QUITE ESAS GOMAS DE MASCAR DE LOS PUPITRES ANTES DE QUE DECIDA PONERLAS EN SU CABEZA.
Luego habían ido al gimnasio, y al acabar la exhaustiva limpieza alrededor de las graderías y las ventanas de vidrio. Tuvieron una pequeña y milagrosa pausa para descansar que duró... dos minutos antes de que el Señor La Rue volviera a hablar por su megáfono.
—¿Están cansados, soldados? —preguntó, con una peligrosa voz gentil, que sus hijos sabían que significaba.
Leo fue lo suficiente estúpido para contestar:
—Sí, señor... Creo que hemos aprendido la lección. Además, ya no siento las piernas.
—Oh, ¿en serio, soldado elfo? —Ares sonrió con diversión—. En ese caso, CIEN SENTADILLAS, AHORA SOLDADOS, YA, YA, YA.
Hubo un murmullo de quejas al instante, y reproches que se lanzaron hacia Leo, por su boca floja.
—¿Qué es todo este lloriqueo y protestas? —El señor La Rue gritó—: ¡AQUÍ EL ÚNICO QUE PUEDE PROTESTAR SOY YO! ¿NO SON CAPACES DE DAR CIEN SENTADILLAS? PUES BIEN, ¡SERÁN MIL SENTADILLAS, MIL ESTOCADAS, Y MIL JUMPING JACKS, eh... sí, excepto las mujeres por sus... —apartó la mirada, luciendo incómodo con el tema de las chicas en pijama y sin sostén— ¡PERO SOLO POR ESO, EN SU LUGAR, HARÁN TRESCIENTOS ABDOMINALES!
—¡Señor, sí, señor!
—Y tú... —Ares se dirigió hacia Nico, que se encontraba sentado tranquilamente en las graderías con un juguito de uvas en sus labios.
—Lo sé, lo sé —Nico soltó un teatral suspiro lleno de melancolía—. Es una pena que no pueda hacer los duros ejercicios físicos por culpa de este tonto aparato —dio golpecitos con su dedo índice a su collar metálico, y luego se encogió de hombros—. Sí, sí, una verdadera lástima.
Luego le sacó el dedo del medio a Dimitri, que lo miraba furioso desde su posición en el segundo pelotón. Todo su rostro era de regodeo y burla, mientras se recostaba lánguidamente con una mano apoyando su cabeza. Había tenido que ayudar en la limpieza, pero nada más, por lo cual Ares, apartó la mirada, y chasqueó la lengua como un niño berrinchudo al que no le dejaron jugar con su juguete. En su lugar, se fijó en Frank, que si bien hacía todos los ejercicios de manera eficiente como se esperaba del hijo del general, sus ojos no dejaban de moverse hacia la chica del otro pelotón.
—¡FRANK! DEJA DE MIRAR A ESA MORENA CON OJITOS DE BORREGO PREOCUPADO. ¡NO SE VA A MORIR POR UN PAR DE ABDOMINALES!
A un lado, Hazel Levezque estaba casi en estado catatónico, con los ojos en blanco, y la respiración tan frenética como una embarazada en proceso de parto.
—¡Oh! —exclamó Clarisse con la respiración tan tranquila como en cualquier día normal, a la par que formaba una sonrisa torcida mientras hacía los Jumping Jack's junto a los hombres, porque había sido lo suficientemente lista para ponerse su sujetador en el segundo exacto que escuchó la trompeta—. Es que, verás papá, se trata de la novia de Frankie.
—¡¿QUÉ?! —El señor La Rue profirió tan fuerte, que asustó a todos y especialmente a Hazel, quien se detuvo en la mitad de un abdominal para quedarse mirando a su suegro con el miedo marcado en cada rasgo de su rostro. De inmediato, Ares se encaminó en su dirección, hasta quedar justo delante de ella—. SOLDADO MORENA, PÓNGASE DE PIE, YA.
Como si alguien le hubiera dado una patada en el trasero, Hazel se levantó del suelo con un brinco y cuadró los hombros lo más firme posible. Mantuvo la mirada al frente, mientras gotas de sudor por el ejercicio o el estrés, corrían de su sien hasta su mandíbula. Ares se quitó los lentes de sol con un ademán brusco, seguidamente, dio otro paso más cerca de ella, y la miró con sus severos ojos marrones que parecían albergar todas las almas que alguna vez torturó bajo su poder.
A un par de metros, Frank se encontraba realmente nervioso. Se había detenido a mitad de sus flexiones, y ahora sólo quería correr hasta llegar a su dulce novia, para protegerla de su padre y sus crueles gritos. Su padre era experto en ello, estaba completamente aterrorizado de que la lastimara. Y también estaba muy consciente de que Nico los observaba atentamente, con sus grandes ojos negros y una expresión inmóvil que podría derrumbarse con el más mínimo detonador.
A decir verdad, no sabía qué lo asustaba más, si la reacción de su padre o la de Nico.
—Así que es usted, a quien mi hijo ha honrado denominándola "su novia" —Ares la fulminó con la mirada—. Dígame soldado morena, ¿cree que es digna de recibir y llevar tal título encima?
—¡Señor, sí, señor! —gritó Hazel por inercia. Luego apretó los labios, y su expresión se llenó de duda—. Yo... ¡no lo sé, señor! Frank es una gran persona, es seguro, amable, bueno y perseverante. Merece a alguien igual de genial que él, pero... —añadió, con la resolución haciendo brillar sus ojos como el sol—. Es por eso que voy a esforzarme en ser una mejor persona. Sé que acabé en un lugar como éste, y eso me quita puntos de confianza. Soy una delincuente, no es lo que usted querría. ¡Pero le prometo que daré siempre lo mejor de mí! ¡Me haré fuerte, tan fuerte como Frank!
>>Y lo ayudaré, estaré a su lado siempre, porque lo quiero. Realmente lo amo. ¡Y sé que mi amor es tan grande, que me dará la suficiente fuerza para hacer las mil sentadillas, los mil bumpees, y tantas flexiones como usted me pida! Porque, después de todo, el músculo más fuerte que compartimos todos los seres humanos —Hazel colocó una mano sobre el pecho— es el corazón.
El gimnasio se sumió en un silencio tan absoluto, que se podía oír hasta el impacto de las gotas del sudor contra el suelo. Todos los alumnos se habían detenido a escuchar y a mirar. Piper tenía una mirada enternecida en el rostro, y se limpió una lágrima con el borde de la pezuña de su pijama, la cual estaba algo sucia ahora. Calipso y Will tenían la misma expresión, Drew estaba más ocupada poniendo su alma de vuelta en su cuerpo. Dimitri miraba a Hazel con una mezcla de celos, rabia, y asco. Y en las graderías, Nico seguía sobrenaturalmente quieto.
Frank esperó con el corazón en la garganta, su boca estaba muda. Miró preocupado a su padre, que se veía estupefacto y descolocado como si alguien le hubiera dicho que acababa de probar un cartucho treinta y seis en un rifle veintidós, porque se parecía a una escopeta. Frank pensó en intervenir en ese momento, desviar la atención de su padre antes de que explotara, sin embargo, fue demasiado tarde.
—¡¿Qué carajos eres?! —exclamó abruptamente, provocándole un respingo a Hazel. Ella se preparó para contestar, con las mejillas pálidas, pero Ares la interrumpió para volver a gritar—: ¡Ah! Eres como un regalo de la Virgen María. ¡Qué corazón tan noble!, con la fuerza de una valkiria o una amazona. Olvida lo que dije. ¡¿Qué haces con mi hijo?! ¡Ni siquiera el mismo Audie Leon Murphy podría haber sido digno de tener tu mano!
Hazel se puso colorada, y empezó a balbucear cosas ininteligibles.
—¡Tú, deja esos tontos ejercicios y ven aquí! —Bajo la mirada estupefacta de todos, Ares la llevó hasta la gradería, y la hizo sentar poniendo sus manos gentilmente sobre sus hombros—. Sí, sí, siéntate aquí. Nuerita, ¿quieres agua? ¿Jugo? ¿Whisky? Pide lo que sea, mi hijo aquí, te traerá un trozo de hielo de la puta Alaska si es lo que quieres.
—Yo... no es necesario, ah —terminó Hazel, abanicándose las mejillas calientes con las manos mientras seguía murmurando sinsentidos.
Detrás de ella, en unos escalones más arriba, Nico soltó un suspiro de alivio, y siguió disfrutando de su bebida predilecta. Ares mantuvo una mirada distraída y entrañable un ratito más, le dio un par de palmaditas cariñosas en la cabeza a Hazel, y luego se dio cuenta de que nadie estaba continuando con los ejercicios. Su voz volvió a rugir a través del megáfono, aunque ni siquiera necesitaba del aparato.
—¡¿QUÉ?! ¿ACASO LES DIJE QUE SE DETUVIERAN MANGA DE INÚTILES, NIÑITAS DE MAMI Y PAPI? VUELVAN A POSTRAR SUS MISERABLES CUERPOS EN EL SUELO SOLDADOS Y CONTINÚEN CON LOS EJERCICIOS.
De inmediato, el gimnasio se llenó de de nuevo de los sonidos de dolor, agonía, y llanto al continuar con sus castigos. Las flexiones se hacían casi al unísono, las estocadas se lograban poniendo en peligro sus vidas y los abdominales estaban forzando tanto el cuerpo que era inevitable que una y otra flatulencia se escapara de sus traseros. Will Solace, estaba utilizando todos los conocimientos del yoga para mantenerse cuerdo. El sudor corría por su espalda y su pecho desnudo, pero se veía particularmente bien mientras repetía una y otra vez para sí mismo: "Paz interior. Paz interior. El sufrimiento es parte de la vida. Paz interior".
Frank sentía que se le desgarraban los músculos. Estaba fuera de práctica. Su espalda chocaba contra el suelo, y cada ascenso se hacía más difícil, al completar un abdominal. A su lado, Jason tenía la cara tan roja como el pijama de Issak. Detrás de él, Percy mascullaba maldiciones sobre el abuso militar. La mayoría farfullaba las mismas quejas, pero ninguno de ellos era lo suficientemente valiente para decirlas en voz alta. Porque el señor La Rue daba miedo, y porque eso significaría otros mil abdominales.
—¿QUÉ SUCEDE SOLDADOS? ¿ACASO YA SE CANSARON? —gritaba Ares con la misma voz estruendosa como si tuviera músculos hasta en la garganta—. SON UNA VERGÜENZA. DÉJENME DECIRLES QUE MI ABUELA CON CIENTO VEINTE AÑOS Y EL COLESTEROL ALTO, ES TOTALMENTE CAPAZ DE HACER MIL SENTADILLAS Y AÚN SIGUE LISTA PARA CORRER DIEZ KILÓMETROS CON CHALECO ANTIBALAS Y UNA MOCHILA DE CINCUENTA KILOGRAMOS. Y AUN ASÍ, PODRÍA LLEVAR CARGANDO A FRANK, A SU NIETO DE NOVENTA KILOGRAMOS EN LA ESPALDA Y A SU NIETA DE SETENTA KILOGRAMOS ENTRE SUS BRAZOS COMO A UN BEBÉ.
En ese momento, en medio de una de sus tendidas y levantadas, Charlie se desplomó boca abajo contra el suelo, y de allí no se levantó más. Automáticamente, Ares se dirigió hasta él, se colocó de cuclillas al lado del charco que era Charlie, y le gritó sin contemplación:
—¿ACASO DI LA ORDEN DE QUE DESCANSARA SOLDADO INÚTIL? ¡LEVÁNTESE YA MISMO!
—Por favor, piedad...
—¡SU PIEL ES REALMENTE OSCURA SOLDADO INÚTIL! —Lo interrumpió Ares, sonriendo como un tiburón—. ¡SI LE DOY UN PAR DE GOLPIZAS COMO MI PADRE ME LAS DABA A MÍ DE NIÑO, SEGURO NO SE NOTARÁN EN SU PIEL, Y EL DIRECTOR NO LE CREERÁ CUANDO VAYA LLORANDO A PEDIRLE AYUDA.
Acto seguido, el señor La Rue tomó bruscamente a Charlie de la tela de su camiseta. Su brazo se alzó, y en pánico, con las manos alzadas y lágrimas en los ojos, Charlie gritó:
—¡No, por favor, a mí no! ¡Mejor golpee a Rodríguez, él se lo merece más, muchísimo más! —Luego apuntó con una mano temblorosa a Chris, que estaba justo a su lado, a mitad de una flexión olvidada. Su rostro se puso tan blanco, como el de Nico antes de recibir un beso de Will.
"Ay, no" —pensó Frank, captando por el rabillo de su ojo a su hermana chocar la palma de su mano contra su frente.
—¡¿Qué?! ¡¿Por qué lo haría?! —Su cuello se giró hacia su hijo— ¡FRANK ZHANG!
—¡Es el novio de Clarisse! —soltó él sin pensar, y luego se horrorizó por lo que había dicho.
Pero ya era tarde. Su padre se ponía de pie de vuelta, y parecía llevar las llamas del infierno en cada mano que había cerrado en fuertes puños. Se acercó a Chris con dos largas zancadas, puso su rostro a centímetros del latino al que le temblaban los hombros y buscaba formas de huir mirando por todos lados, y a la nada a la vez, entonces, gritó:
—¿ASÍ QUE ERES EL NOVIO DE MI HIJA?
Chris sufrió un estremecimiento de terror, y alzó las manos en alto, como si de ese modo, pudiera detener el ataque de un pitbull.
—¡No, no! ¡Ya no somos novios, acabo de romper con ella!
—¿ASÍ QUE LE HAS ROTO EL CORAZÓN A MI PRECIOSA HIJA?
Chris bajó las manos lentamente, mientras el sudor se multiplicaba en su rostro. A lo lejos, Clarisse se preguntó distraídamente, desde cuando era su "preciosa" hija.
Un momento después, Chris se encontraba en la primera fila, cumpliendo una serie de mil flexiones con los pies elevados en el aire, y el pie del señor La Rue en su cabeza. De vez en cuando, ponía más presión en la punta de su pie, y disfrutaba ver la nariz de Chris apretarse contra el piso.
Al mismo tiempo, el resto de los "soldados" se encontraban de cuclillas en sus lugares. Tenían los brazos flexionados a los costados como las alas de un ave, y después de cada saltito sobre las puntas de sus pies, exclamaban: ¡Pío! Ares lo llamaba: El ejercicio del pollito de la vergüenza.
—¡Quiero oír esos píos con más fuerza! —Se río Ares entre dientes, y fue en ese mismo momento, que la puerta del gimnasio se abrió con un fuerte estrépito, y detuvo de forma instantánea cada movimiento alrededor.
—¡YUJUUUUUU, MI AMOOOOR! —profirió Afrodita, llevando un vestido rojo que haría sonrojar hasta a Lady Gaga, y la luz del sol detrás de ella recortando su figura de reloj de arena.
—¡¿Mamá?! —exclamó Piper atónita.
—¿Mi amor? —repitió Frank aterrorizado.
—¡TERNURA MÍA! ¡MI RAZÓN DE VIVIR! —devolvió Ares volteándose hacia ella, quitando el pie de la cabeza de Chris y, para fortuna del susodicho, olvidándose completamente de él— ¡¿Has venido a mí porque me has extrañado?!
Afrodita no contestó, en su lugar, bajo la mirada de cien delincuentes sudorosos y estupefactos, que estaban demasiado agotados para excitarse... Echó a correr hacia Ares, con sus zapatos de tacón de aguja de quince centímetros creando fuertes repiqueteos en su andar. Llegó hasta su amado rápidamente, y como si fuese un gesto que habían estado haciendo desde hace mucho: ella saltó, y Ares la sostuvo de sus nalgas para inmediatamente apretarla contra su fuerte pecho ataviado en ropa militar.
Ambos, ignorando al público, y a sus hijos, se fundieron en un apasionado beso allí mismo. Afrodita incrustó sus uñas en la cabeza rapada de Ares, él gruñó contra los labios de ella, y apretó entre las manos sus voluptuosos glúteos como si fuese gelatina moldeable. Mirando toda la escena con una incredulidad horripilante, estaban Frank y Piper, con los labios abiertos, y la nariz arrugada, en una mueca que parecía que se quedaría allí para siempre.
—Qué carajos... —exclamó Clarisse, y sacó la lengua al aire en un gesto de asco.
Finalmente, luego de una larga sesión de besuqueo, más toqueteos aquí y allá, y contoneos súper apasionados de caderas. Afrodita desenroscó sus piernas de las caderas de Ares y colocó sus pies de vuelta a tierra firme. Tenía la falda ligeramente levantada y el escote inclinado, sin embargo, no lo arregló. Plantó las palmas de sus manos sobre los abultados pectorales de Ares, y se recostó contra su cuerpo como una supermodelo. El señor La Rue, descansó una de sus manos sobre su cadera.
—Te extrañé muchísimo, mi amor —dijo Afrodita, en un tono fogoso y meloso cual miel en panal—. Pero también vine a avisarte que la reunión de padres está por comenzar.
—Oh, ¿de verdad? Se me ha pasado la hora haciendo sufrir a estos inútiles —gruñó Ares. Luego, con voz sorprendentemente suave, agregó—: Sin embargo, no he dejado de pensar en ti ni un solo segundo, ¿sabes? Mi hermoso botoncito de pasión —Afrodita de rio tontamente— ¿Nos vamos, mi querida? —seguidamente, se volteó hacia ellos con desdén— ¡DESCANSEN, SOLDADOS! ¡PERO RECUERDEN, OTRO PASO EN FALSO, Y VOLVERÉ PARA DESTRUIRLOS CON MÁS EJERCICIOS!
Dicho eso, al unísono, todo el cuerpo estudiantil se desplomó contra el suelo para descansar, o finalmente desmayarse. Personas como Dimitri y Jesse parecían solo cadáveres postrados en el piso, Percy y Jason se habían dejado caer espalda contra espalda, y discutían desganadamente, sobre quien había superado al otro.
Ares y Afrodita se enfrascaron el uno al otro. Como dos piezas de imanes, se giraron y empezaron a caminar hacia la salida con las manos unidas y las cabezas muy juntas mientras soltaban risitas. Afrodita le estaba diciendo algo como: "Amo tu fervor al destruir los corazones de esos chicos, me encanta". Ares le contestó: "A mi me encantaría destruir algo tuyo, y no tu corazón, mi amor". A lo que Afrodita soltaba fuertes carcajadas que sonaban como: ¡Jo,Jo,Jo!
Estaban a punto de salir por las puertas, cuando de improviso, las figuras de Frank, Piper, y Clarisse, se interpusieron en su camino. Parecía imposible que pudieran seguir moviéndose luego de aquellos ejercicios de tortura, aún así, los tres encontraron que el horror podía hacerlos sacar fuerzas en algún lugar de sus cuerpos todavía.
—¡Esperen! ¿No van a irse así como así, o sí? —exigió Piper, con los ojos desmesurados— ¡Tienen que explicarse!
—¿Explicarnos? —Afrodita ladeó su cabeza en confusión, luego el entendimiento pareció golpearla como una nalgada en el trasero, y echó otra risita—. ¡Oh! Claro, cierto. Hija... —su madre acarició el pecho de Ares con ternura—. El señor La Rue y yo estamos saliendo. ¡Ahora puedes llamarlo papi! Y, ah, supongo que debes estar feliz, ¡ahora también tienes una nueva hermana!
—¡¿Qué?! ¿La bestia?
—¡¿La cotorra como mi hermana?!
Gritaron Piper y Clarisse respectivamente, mirándose de inmediato con horror, y desesperación.
—¡No podemos ser hermanas! ¡Terminaré asesinándola! —protestó Clarisse.
—¡Clarisse! —Ares la regañó, con un severo entrecejo fruncido—. Ya has oído a tu nueva madre. Desde hoy, no solo debes proteger a Frank, sino también, a Piper McLean. Sé que ambas lograrán llevarse bien.
—Momento... —la expresión de Piper se llenó de incredulidad por un instante, parecía darse cuenta de algo, y luego, se volteó abruptamente hacia Frank, con el vivo y fuerte amor fraternal exhalando en cada poro de su ser— Frank, mi compañero de asiento... y... ¡Oh por Dios¡ ¡Oh por Dios! ¡Sí! ¡Hermano, Frankie duu! ¡Ahora somos hermanos!
Seguidamente, Piper chilló, y se abalanzó hacia los brazos de un perplejo Frank.
—¡Siempre quise un hermanito súper dulce y tierno! —continuó Piper— ¡Estoy tan feliz! ¡Por favor, cuida de la mujer delicada y frágil que soy, Frank!
—Oh —de pronto Frank pareció llegar a una revelación—. Yo siempre quise también... tener una hermanita a quien poder proteger.
A continuación, Frank y Piper se encontraban saltando en círculos, riendo y celebrando sin dejar de abrazarse.
—Traidor... —siseó Clarisse, enviándole un gesto de degollarlo más tarde.
—Me alegra de que estés tan feliz, cariño —murmuró Afrodita, con voz ahogada por la emoción, y quitándose una lágrima de la comisura de su ojo bien delineado—. Ahora, el señor La Rue y yo nos uniremos a la reunión con el director. Volveremos a vernos dentro de unas horas, niños.
Despidiéndose de los tres, y con el brazo de Ares firmemente alrededor de sus caderas, ambos padres se marcharon hacia el edificio central del instituto, donde una fila de padres se hallaba ingresando poco a poco. Entre ellos, se podía distinguir a un hombre muy parecido a Dimitri, bajar de un maserati rodeado de guardaespaldas. El papá de Poseidón traía bermudas y chanclas a una reunión importante, y el papá de Andrew estaba bajándose de su helicóptero privado en ese instante.
Las hélices del helicóptero levantaron polvo y hojas por todas partes, y envió ráfagas de viento que hicieron levantar la falda de Afrodita al estilo Marilyn Monroe. Ares la tomó entre sus brazos, y la hizo girar sobre su propio eje como la escena de una película romántica de los noventa. Afrodita levantó sus piernas y se movieron como las alas del helicóptero en el aire. Ambos se rieron con júbilo, luego se besaron con el intenso fuego del amor que explotaba con la facilidad de un cerillo sobre gasolina. Eran felices, y Frank, Clarisse y Piper, lo contemplaron desde el interior del gimnasio.
Entonces, con voz cálida y esperanzada, Piper dijo:
—Nah, no durarán. Les doy tres meses.
Paso #51: ¡HAZ EJERCICIO! ESFUÉRZATE SOLDADO INÚTIL, SUPERA EL DOLOR, SIENTE EL DOLOR, ABRAZA EL DOLOR. LA VIDA ES SUFRIMIENTO, SOLDADO, NO QUIERO VERLO HOLGAZANEANDO O LLORIQUEANDO COMO NIÑITA. SI DEBES HACER ALGO, HAZLO YA, YA, YA.
¡ESPERAMOS QUE LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO, SOLDADOS INÚTILES Y MIOPES DE TANTA LECTURA COCHINADA DIA A DIA, DEJEN SUS MALDITOS COMENTARIOS Y SU MISERABLE VOTO. ¡NOS VEMOS LA PRÓXIMA!
Los queremos tanto como Hazel quiere a Frank. Tanto como Cherry quiere sabrosearse a Will, y tanto como Nico quiere matar a Isaak.
Nos leemos pronto, disfruten sus 12 mil palabras.
DEEEEEESCAAAAAANSEN, SOLDADOS.
CUARTEL GENERAL DEL SISMANCE.
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