Paso # 42: Conserva tu trono.

Capítulo dedicado a ElirMonteyro por su reciente cumpleaños <3 <3

❤❤❤

Me siento como cuando Clarisse había prometido darme un helicóptero de juguete en Navidad, y en su lugar, me dio una pica eléctrica para que la utilizara con nuestros tíos después de que cayeran en un coma etílico.

Estafado, es la palabra. Más una sensación de pesadumbre, que me tienta a hacer berrinches, pues antes de despertar había estado soñando que la bellísima Hazel Levesque se había convertido en mi novia, y luego tenía al aterrador Nico di Angelo, estrechándome la mano con aprobación, mientras repetía lo feliz que estaba por ser mi cuñado. Oh, y tampoco olvidemos a su padre, quien durante todo el sueño, se la había pasado sirviéndome vino como un fiel admirador.

—¿Quiere otra copa más, señor Zhang?

—Por favor, mi estimado suegro, Jojojo

Ah... Suelto un largo suspiro de enamorado descorazonado.

Despertar nunca me había parecido tan desolador como hoy. Desde entonces estuve en estado consciente, desde alrededor de las cuatro y media de la mañana, rumiando sobre lo desafortunada que era mi vida. Will despertó desde hacía un buen rato también, por lo que ahora sé que son exactamente las seis de la mañana, ya que Will posee un sobrenatural reloj interno que lo hace despertar al segundo que se ve cualquier minúsculo rayo de sol a través de la ventana.

Él incluso ya terminó de ducharse, y probablemente está pulcramente vestido con la ropa naranja del instituto, listo para otro día de clases en el que se nos enseñarán las consecuencias de matar a tu prójimo. Justo ahora, puedo escuchar a Will haciendo un poco de ruido ahí abajo, sábanas siendo estiradas, manos buscando libros en la mesita de noche. Luego pasos acercándose sospechosamente hacia nuestro camarote, el cual comparto con el rey de los muertos.

—Nico... —la voz de Will es suave y cariñosa, y me lo imagino sonriendo de esa forma tan angelical suya, que muestra cada vez que hablaba con el chico oscuro— Ya es tarde, despierta— no hubo respuesta—. Te dejé algo de agua caliente.

De nuevo silencio. Y uno pensaría ahora que él se alejaría para dejarlo dormir tranquilo. Pero no, oh no, porque yo sé, que de una forma espeluznante, Will Solace, aún se mantenía allí, de pie, en silencio; observando a Nico di Angelo dormir como el buen acosador que es. Por un momento me pregunto si realmente estará aquí por narcotráfico, y no por acosar a sus vecinos.

Luego de un rato, vuelvo a escuchar a Will, y esta vez él deja salir, un largo "owww" de ternura, antes de exclamar:

— ¡Qué tierno, Nico! — lo dice con una vocecita diminuta, que aún así, escucho perfectamente en el silencio de nuestra habitación. — ¿Quién dijo que eras un monstruo espeluznante? Si pareces más bien una cosita angelical.

Ruedo los ojos al escuchar su diatriba cursi, mientras la irritación casi me hace soltar un bufido de mofa. Es decir, no es como que me moleste que Will y Nico hayan empezado a salir románticamente, en realidad estoy feliz por ellos, es solo que me parece injusto que Nico sí pueda disfrutar de los beneficios del amor mientras yo estoy aquí, solo y apestoso, porque el egoísta hermano mayor de mi crush no me permite acercarme siquiera a saludarla.

Ahogo un gruñido contra mi almohada.

¿Por qué Nico tiene que ser tan malvado? Está bien entiendo que por el lugar dónde nos encontramos, él pueda desconfiar de mí, (lo cual demuestra que es un excelente hermano mayor cuidándola) ¡pero ya he demostrado en múltiples ocasiones que soy un buen tipo! Además, no es como si pudiésemos hacer mucho por aquí, las salidas para ir a una cita están más que descartadas. Tan sólo, quiero tener la oportunidad de conversar con ella, y quizás, también de cortejarla un poquito.

—Ojalá tuviera una cámara— Will sigue hablando en tono soñador, y me contengo para no tirarle una almohada, ¿qué demonios hace tanto? — Me pregunto si... ¡¡AHHH!!

Todo mi cuerpo se activa por inercia como bocinas de ambulancia en el segundo en que oigo a Will Solace proferir un grito de dolor agudo como sacado de una película de Masacre en Texas. Velozmente me incorporo sobre mi litera, y miro frenéticamente hacia abajo en busca de una cabellera rubia que pudiera estar desangrándose en el suelo por haber tentado a la muerte.

—¡¡WILL!! ¡¿Qué ha pasado?! —pregunto con voz urgente, y entonces diviso a Will frotando incesantemente sus ojos contra las palmas de sus manos, mientras sigue lloriqueando de dolor. —¡¿Estás bien?!

—¡¿POR QUÉ HICISTE ESO? — Will grita en lugar de responderme, aún restregando sus ojos— ¡PUDE QUEDARME CIEGO! ¡CASI HAS METIDO TUS DEDOS HASTA MI CEREBRO!

—TE LO MERECES POR SER UN ACOSADOR COMPULSIVO — Nico le grita histérico y oyéndose bastante despierto ahora—. ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTABAS HACIENDO DELANTE DE MI CARA?!

—¡SOLO TRATABA DE DARTE UN BESO DE BUENOS DÍAS, ZOPENCO!

—¡¿QUIÉN DIABLOS HACE ESO?!

—¡LAS PAREJAS NORMALES, IDIOTA!

Oh, no, aquí van de nuevo, suspiro, apretándome el puente de la nariz con los dedos. Son como perros y gatos, ¿cómo rayos terminaron tratando de salir esos dos? Eran totalmente polos opuestos, como el día y la noche.

—¡NO ME LLAMES IDIOTA, TÚ, IDIOTA! — Nico le responde, todavía a gritos.

No lo veía, pero sé que tiene los puños completamente cerrados y preparados para dar pelea. Y yo, yo solo quiero volver a mi hermoso silencio melancólico para inmiscuirme de nuevo en la miserable nube negra deprimente en la que estuve hace un momento, antes de que estos dos empezaran a mostrar su amor al estilo cavernícola. Y yo...

Me harté, llegué a mi límite. Estoy harto, y aunque sé que su pelea no tiene nada que ver con la decisión que he tomado justo ahora en un arranque impulsivo, igualmente su discusión ha logrado irritarme lo suficiente para llenarme de valor a actuar por fin. Hoy es el gran día. Lo estuve considerando durante mucho tiempo, y he llegado a la conclusión de que no puedo, ni debo, retrasarlo más. Tiene que ser hoy, ahora mismo, o volveré a acobardarme.

Nico di Angelo me escuchará, quiera o no. Yo no puedo refugiarme en el miedo nunca más, si mi padre se entera de que he estado siendo un cobarde, se pondrá furioso conmigo.

—¡Felicidades, Nico! — sigue quejándose Will— Me dejaste ciego, ahora tendrás que ser mi guía y tomarme de las manos...

¡Ahora, no pienses, no necesitas las escaleras! Apoyo mis manos contra el colchón, y con un solo movimiento ágil, me impulso con solo la fuerza de mis brazos para lanzarme y dejarme caer en picada desde mi litera. ¡Pum! El vidrio incluso tiembla un poco cuando mis pies aterrizan con fuerza en el suelo, con las rodillas flexionadas y los brazos extendidos para mantener mi equilibrio, justo delante de unos atónitos Will y Nico; quienes han dado respingos y se han quedado totalmente mudos al verme descender de repente delante de ellos.

—¡Nico! — pronuncio su nombre con coraje y firmeza, pues hoy es el día, en el que iba a conversar de hombre a hombre, con Nico di Angelo— Hay algo de lo que quiero hablarte ahora mismo.

Nico mira la distancia que hay entre el suelo y mi cama encima de la de él, y luego vuelve a mirarme con cara anonadada.

— Mierda, de verdad te tiraste desde ahí arriba, ¿qué eres, una cabra de montaña? ¿No te duelen los pies?

—Mi padre me hizo caminar sobre carbón encendido desde los siete años—. Dije con voz atribulada, parándome recto y encuadrando mis hombros varonilmente, como mi padre me enseñó, antaño, como debía lucir un hombre cuando está a punto de hacer algo sumamente arriesgado y heroico. — He perdido la sensibilidad en los pies. Yo ya no siento dolor.

— Eso es médicamente malo. —Will murmura en respuesta, olvidándose momentáneamente de su dolor de ojos. —Bárbaro. Pero malo.

—Oye, ¿estás bien?— le pregunto a Will preocupado, cuando observo que de sus ojos rojos empiezan a caer un par de lágrimas que ruedan hasta sus mejillas, a pesar de no verse triste. Will me sonrió con un gesto tranquilizador inmediatamente, y dice:

—Sí, descuida, solo debo...

—Olvídate de él, sobrevivirá— Nico lo interrumpe de sopetón, por lo que se gana una mirada enojada por parte de Will, la cual ignora totalmente —. Mejor apúrate, y dime de lo que querías hablarme.

Él tiene razón, no debo volver a perder el tiempo distrayéndome y tengo que apurarme a hablar antes de que volviese a mi versión asustadiza y de vuelta tenga que sufrir con mi incertidumbre de siempre. Por lo que empiezo en mi fuero interno, a darme cachetadas mentales para darme valor a utilizar mi mejor y más varonil tono de voz a partir de ahora. Luego finalmente, algo lento, muevo mi mirada de la cara mosqueada de Will Solace, para dirigirla sobre el hermano mayor de mi crush.

De acuerdo puedo con él, no se ve tan intimidante como siempre, pienso esperanzado, mientras voy calibrando a mi contrincante. Nico se encuentra aún sentado sobre su cama, una de sus piernas está estirada hasta tocar el suelo, y la otra está escondida debajo de su muslo; se sostiene mediante una mano contra su colchón, mientras la otra la tiene descansando sobre sus mantas.

Al ver a Nico con ese aspecto, puedo pecar, incluso, diciendo que tal vez estamos al mismo nivel. Entonces sus ojos se encuentran con los míos, penetrantes e implacables, parecen ser capaces de cortarme a pedacitos con solo dos palabras, y de pronto, así como así, todo mi estúpido valor, se esfuma como espuma en el agua, y mi cara valiente, se transforma en una de puro terror.

—¿Y bien? Estoy esperándolo, soldado — ordena, inclinando sus labios en una sonrisa cruel.

Oh, Dios. Oh. Dios. OH, DIOS. ¿En qué demonios estaba pensando? ¡Claro que no puedo hablarle! ¡Me matará! ¡Me destrozará! Empiezo a retroceder lentamente hasta que mis piernas chocan contra la cama de Will, y entonces aprovecho para sentarme tímidamente delante de él, con la mirada cabizbaja y las manos juntas para retorcerlas con nerviosismo. Por el rabillo de mi ojo, diviso a Will aún de pie a unos metros, observándome fijamente extrañado, y con una expresión preocupada.

—Ah, sí... Sobre lo que quería hablarte, pues, es sobre que...quee — mi tono disminuye hasta desaparecer, muevo mis labios, pero no hay sonido saliendo de ellos — uhmmm —¡hazlo de un tirón, cobarde!— Es sobre Hazel.

—¿Qué hay con ella? — Su voz suena como un disparo, acaba de asesinar a su personalidad divertida, y ahora toma su lugar, una completamente oscura y peligrosa que empeora mi taquicardia. —¿Dimitri la está molestando otra vez?

— Eh, no, no, para nada... Creo. O sea, ya no le es posible porque Hazel nunca está sola desde ese día, así que, no hay problema con el ruso. Es otra cosa, muy distinta, ehh...

¡¿POR QUÉ NO DEJÉ ALGO DEL WHISKY DE MI PADRE PARA ESTE DÍA?! Grito internamente, mientras llevo una mano detrás de mi nuca en un gesto involuntario para rascarme. Mis dedos tiemblan un poco cuando los dejo libres así que aprieto la sábana debajo de mí para que él no lo note. Todavía no he empezado y el estrés está por hacerme desmayar.

Siento la mirada de Will Solace sobre mí, y de nuevo, lo observo por la comisura de mis ojos con gesto desesperado. Quiero gritarle, ¡¿qué parte de este tipo aterrador te hizo enamorarte?! Uno tiene que ser bastante intrépido para andar con alguien que en lugar de lindas mariposas en el estómago te provocara murciélagos rabiosos devorando tus entrañas.

Parecía que Will había captado algo de mis pensamientos, porque inmediatamente, este me sonríe para infundirme un poco de valor otra vez, como diciéndome al mismo tiempo: "Tranquilo, solo ladra, no muerde", pero tomando en cuenta que Nico acababa de picarle los ojos sádicamente, me fue imposible creerle. Sin embargo, se lo agradezco con un vago asentimiento para acto seguido, volver a mirar la cara ahora muy impaciente de Nico delante de mí.

De acuerdo, Frank, respira hondo, y solo ve al grano.

— A mí... Me sigue gustando Hazel, Nico — confieso, con una pequeñísima voz temerosa— Y, me gustaría, yo solo, me preguntaba si tú podrías darme tu...

—No.

Auch.

—¡Nico! — Will le regaña, para luego acercarse enfrente de él y mirarlo con los brazos entrecruzados— ¡Ni siquiera lo dejaste terminar!

—No es necesario. — Nico le contesta, moviendo perezosamente sus ojos para entrecerrarlos con irritación en su dirección— Sé lo que va a preguntar, y la respuesta es: No.

Doble auch. Lo sentí como una roca de una tonelada cayendo sobre mi cabeza. ¡Ni siquiera lo pensó un segundo! ¿Ahora es cuando debo lanzarme por la ventana y fingir que esto jamás ocurrió?, lo considero tranquilamente. ¡No! Mi corazón todavía tiene un latido más que dar antes de caer rendido, y voy a utilizarlo. ¡No puedo rendirme tan rápido!

—¡Debemos trabajar con tu pésima capacidad para escuchar a otros! — Will lo sigue regañando, Nico empieza a ponerle los ojos en blanco.

— Will tiene razón, di Angelo. No me has dejado terminar — Hablo con voz autoritaria, llamando la atención de Nico y Will de inmediato. Tratando de no cagarme en los pantalones, vuelvo a mirar al azabache a los ojos, para que piense que no me intimida aunque sí lo hace y mucho— Lo que quiero decirte es que: Me gusta mucho Hazel, mucho, y eso ya lo sabes, lo que no sabes es que, me haría muy feliz, que tú, su hermano mayor, me des tu aprobación para salir con ella— Nico alza una ceja, inmutable, yo continuo—: Quiero hacer las cosas bien porque te respeto, Nico y para que estés al tanto, de mis intenciones.

Will hincha su pecho con orgullo, y asiente reiteradas veces a escondidas de Nico para indicarme que ya tengo su aprobación, aunque la que necesito es la de su chico, a pesar de eso, se lo agradezco con una pequeña sonrisa ya que me ha ayudado a sentirme más confiado, para agregar:

—No obstante, aunque no me des tu aprobación, Nico, de igual modo saldré con Hazel sin importarme tu opinión. Espero que lo comprendas.

Ocurre un silencio tenso en la habitación, lleno de expectativa, y entonces, Will cierra sus ojos, y se golpea la cara con la palma de su mano. Dice:

— ¿Por qué?, ibas tan bien como ibas, Frank.

Nico reacciona, se levanta de su cama de un salto y camina velozmente hacia mí con sus ojos negros brillando cual incendio descontrolado. Empiezo a retroceder por inercia. Lo sé, físicamente soy más grande y alto que Nico, en circunstancias normales la intimidación debería ser al revés, a pesar de eso, por motivos que yo desconozco, Nico siempre ha logrado hacerme sentir como una pequeña iguana tratando de enfrentarse a un T-Rex. Tal vez todo se resume en la actitud de una persona.

A pesar de mis esfuerzos por mantenerme alejado, Nico se detiene justo delante de mí rostro con una expresión feroz. Incluso sus ojeras me parecen aterradoras, parecen pozos sin fondo, en donde las almas condenadas como yo, quedan atrapadas para la tortura eterna.

—¿QUÉ HAS DICHO?! ¡¿CÓMO TE ATREVES A HABLARME CON ALTANERÍA?! — Nico explota, mi boca se abre pero no me deja siquiera balbucear. — ¡NO DEJARÉ QUE TE ACERQUES A MI HERMANA, HOY, NI MAÑANA, NI EN UN MILLÓN DE AÑOS! ¡TÚ NO TE LA MERECES!

— ¡Claro que no la merezco! Ella es como un pancito de canela, nadie es digno —me apresuro a hablar, manteniendo la cabeza agachada— ¡Pero solo quiero hablarle! ¡JURO QUE MIS SENTIMIENTOS SON PUROS, JAMÁS ME ATREVERÍA A DESHONRARLA!

— ¡ASÍ QUE LO HAS PENSADO, POR ESO LO MENCIONAS! ¡PERVERTIDO DE CUARTA ELLA TIENE QUINCE AÑOS! ¡¿OÍSTE?! ¡ELLA ES UN TEMPLO!

—Sé que no tiene nada que ver pero Poseidón profanó a Medusa en un templo así que... — Nico me agarra de las solapas de mi camiseta, y alza su puño para darme un puñetazo —¡POR FAVOR NO ME MATES! ¡SOLO DECÍA!

—Nico, Nico, por favor— Will aparece de repente a su lado, para sostener el puño de Nico entre sus manos, el azabache lo mira aún furioso, trata de zafarse de su agarre pero Will es muy persistente— Solo respira un momento, ¿quieres? Sabes que hacer esto no es correcto.

—Me importa una mierda si es correcto o no.

—¡Por favor solo dame tu aprobación! — Pido, mitad suplicante, mitad lloriqueando como niña. Nico vuelve a fijarse en mí, con renovada furia.

—¡¿No entiendes el inglés?! ¿Qué tal el italiano, entonces? —su voz adopta aquel cadencioso tono extranjero de sus raíces, y dice—: ¡La risposta è no mai!

Entonces Nico se me queda mirando, con las cejas muy fruncidas, Will observa a Nico con mucha cautela, y yo trago saliva; con voz insegura digo:

—¿Eso se traduce como un: Lo pensarás? —le di una sonrisa esperanzada.

Nico inhala con fuerza con la palabra "Imbécil" saliendo de sus labios, y luego se abalanza hacia mí. Esquivo su puño rápidamente que pasa muy cerca de mi cara, y luego levanto los pies encima de la cama, gimoteando a la vez, para poder empujarme y huir hacia atrás. Nico está colérico, intenta darme otro golpe, por lo que yo inmediatamente agarro una almohada para utilizarla como escudo; sin embargo, el segundo ataque ni siquiera lo siento cerca de mí.

Quito la almohada de mi cara sólo para observar, y me encuentro con que Will Solace ha logrado contenerlo, sosteniéndolo mediante sus brazos alrededor de su cintura. Nico intenta zafarse por supuesto, pero constantemente, es arrastrado hacia atrás, lejos de mí.

— ¡No podré contenerlo por más tiempo! — Will me grita de repente, esquivando al mismo tiempo, un codazo que iba hacia sus ojos ya adoloridos. — ¡Frank, huye!

¿Debería hacerlo? Observo que tengo vía libre para escapar hacia la puerta. Puedo dejar a Will a solas con Nico, y que él se encaragara de "tranquilizarlo" en las formas que solo Will sabe.

—¡FRANK!

—¡NO! — sentencio, tirando la almohada contra el suelo. Will y Nico dejan de forcejear momentáneamente, y se me quedan mirando. Vuelvo a encuadrar los hombros — ¡Lo repetiré las veces que sean necesarias, Nico, hasta que al menos me digas que lo considerarás! Porque, sé que esto sonará increíblemente patético como sacado de un libro cliché, pero Hazel es la única persona que me ha hecho inmensa y genuinamente feliz desde que estoy aquí. Solamente con ver su rostro, me hace sonreír cada mañana.

>>No sé si puedas entenderme, pero imagina que tus días siempre hayan sido de un monótono, miserable y asqueroso color gris, y de repente, alguien fabulosa llega, y esa persona logra que todo se vuelva nuevo y divertido y tú estás tan agradecido por ello, que solo quieres ser su siervo eterno para devolverle toda esa felicidad por cuádruple. Así me siento cuando estoy con ella, nunca intentaría hacerle daño, y en caso contrario ¡podrás matarme incluso si lo hiciera de forma intencional! Pero por favor, déjame tener una oportunidad.

Nico no me responde, tampoco hace movimiento alguno delante de mí, mientras permanece aún en el abrazo de pulpo de Will. Mi boca está seca cuando intento tragar saliva, y mi cuerpo se ha quedado completamente inmóvil como una estatua delante de Nico desde que he empezado a hablar, sin embargo, de alguna manera, siento que lo que he dicho es lo correcto, y que finalmente; he logrado tocar algo dentro de ese tétrico tórax donde debe estar su corazón lleno de telarañas por no haber sido usado en años, o quizá nunca antes.

Tomo otra honda inhalación, y prosigo, esta vez con más seguridad y calma.

— Podré sonar como un completo estúpido, pero créeme cuando te digo, Nico, que solo hablar con ella por dos minutos, provoca en mí una gran alegría que me dura hasta que me quedo dormido — confieso con un murmullo, acompañado de una triste sonrisa, cuando recuerdo a Hazel—. No la merezco, lo sé. Soy tonto, ella lista, yo feo y ella hermosa, y un montón de otros calificativos. Aun así, no seas sólo el único egoísta enamorado, Nico, ¡déjame a mí también, amarla con libertad!

La habitación vuelve a sumergirse en un silencio incómodo cuando termino de hablar. Además, noto que mi corazón ya no late tan deprisa, supongo que, al sobrepasar el límite de pulsaciones frenéticas, solo le resta reiniciarse desde su estado normal. ¿Ahora qué se supone que debo hacer? Y cuando observo a Will y a Nico, quietos, aún en la misma posición abrazados, sé que ellos se hacen la misma pregunta.

Al final, Nico es el primero en destruir su estado inmóvil, al intentar de vuelta, quitarse del fiero agarre de Will. Se mueve de izquierda a derecha en completo silencio, luego hacia el frente. Nada. Desde mi posición, parece que Nico acababa de tratar de romper cadenas de hierro en lugar de unos delgados y amables brazos bronceados.

Con evidente fastidio, Nico coloca sus manos sobre los brazos de Will, y mira el techo poniendo una mueca ofuscada sobre su rostro.

—¿Estás disfrutando de esto, verdad? — la pregunta va claramente dirigida a Will, quien al oírlo, empieza a mirar a otro lado pero sin aflojar su agarre ni por un centímetro. Nico deja salir un suspiro de agotamiento — ¿Podrías soltarme ya?

—Uhmm, no lo sé — Will responde de forma cantarina, mientras sus brazos se estrechan aún más alrededor de Nico y recuesta su frente sobre su cabeza, por lo que ahora parece que comparten más un abrazo de enamorados. — Podrías volver a perder la cabeza e intentar atacar a Frank. No. Mejor un ratito más... ¡auch!

Will quita sus brazos de inmediato y se aleja del cuerpo de Nico, luego de que este lo obligara dándole un pisotón sobre los aún desnudos pies de Will. Acto seguido, el rubio lo mira con cara enfurruñada, sin embargo, esta vez Nico opta por solo ignorarlo, y a la vez, darnos la espalda a ambos para mirar algo invisible sobre su cama.

Por un momento, tanto Will como yo no entendemos lo que está haciendo, ambos nos miramos confundidos; pero de pronto, lo comprendo. Nico está pensando. No quiere que lo sepamos pero sé, que está analizando finalmente mis palabras, y aquello, casi me hace querer correr a abrazar a Will de felicidad, no obstante, me contengo todo lo que es humanamente posible para que Nico no se arrepienta de reconsiderarlo.

Espero, y espero, casi dejando un hoyo en la parte baja de su cabeza de tanto mirarlo. Cuando Nico finalmente se da la vuelta hacia mí, él tiene una expresión disgustada en su rostro, tampoco me mira a los ojos, pero esto no me importa, porque sus siguientes palabras, dichas con sobreesfuerzo, son las que roban mi completa atención.

—Supongo que... Podría reconsiderarlo un poco — Will y yo estamos a punto de agradecérselo, pero entonces, él nos interrumpe antes de empezar — ¡Pero no te hagas muchas esperanzas!, ¿oíste?, y no intentes presionarme. Mi decisión sigue siendo un rotundo "no". Hazel es muy joven para las relaciones, y es demasiado sensible para estar con un idiota como tú.

—Lo sé — Respondo, dejando salir un suspiro de tristeza. — Igual, muchas gracias, Nico.

Nico retuerce sus labios con desagrado, pero asiente comprensivamente en mi dirección, sin demostrar ansias asesinas con el gesto. Will hace un amago de querer aplaudir efusivamente por el progreso de Nico, luego parece pensárselo mejor, y en su lugar, entrelaza sus dedos detrás de su espalda y expresa:

—Excelente conversación, chicos. ¿Ven que el yoga está dando sus frutos, eh? Yo sí.

Dicho eso, Nico hace brevemente contacto visual conmigo, ya no se ve tan furioso como antes, sino más bien, algo preocupado. Después, sus ojos se dirigen hacia Will. Lo mira intensamente como si quisiera decirle algo que le costaría otro esfuerzo sobrehumano, luego vuelve a mirarme como si yo fuera un obstáculo para hacerlo, y al final, se decide por guardar silencio.

—Voy a ducharme —anuncia en la habitación.

Will asiente confundido, también fue consciente de la extraña mirada que Nico le había dirigido. Acto seguido, Nico se mueve con zancadas largas por la habitación hasta llegar al armario, donde saca ropa naranja y ropa interior limpia. Nico nos mira una última vez, resultando todo esto muy incómodo, y finalmente, se encierra en el baño para darse la ducha aclamada.

Will y yo nos quedamos suspendidos en nuestros lugares un rato más, sorprendidos, luego él rompe el silencio:

—¿Viste eso? — Él se ve incluso más feliz que yo — ¡Eso fue un gran paso para él! ¡¿No te parece que Nico es asombro?!

— Me sorprende que sigas pensando que es asombroso, luego de que te haya picado los ojos sin remordimiento — Contesto en su lugar, y ganándome un mohín enojado de Will en respuesta.

Inmediatamente, miro hacia la puerta del baño y presto suma concentración para oír sí el agua de la ducha ha empezado a caer, cuando confirmo que así es, me levanto de la cama rápidamente para ponerme de pie y me acerco tanto hasta Will, que el pobre debe retroceder para evitar ser completamente superado. Sus ojos se abren como platos cuando lo agarro de sus hombros para acercar nuestros rostros y susurrar:

—Will, tienes que ayudarme.

—Claro, ¿pero aléjate un poco, quieres?

—Tienes que hablar con Nico y tratar de convencerlo para que me de una oportunidad.

—¡¿Qué?! — Will mira hacia la puerta del baño asustado, como si Nico fuese a salir para golpearlo con el jabón, luego vuelve a mirarme— ¿Bromeas, cierto? Frank, Nico ni siquiera me hace caso para comer completo el desayuno.

—Eso no es cierto. El otro día empezó a desayunar jugo y rodajas de naranja, ¿no? ¡Eso cuenta! —exclamo entusiasmado. Will me sonrió, retrocediendo un poco, para recuperar su espacio personal.

— Tal vez, pero, Frank — empieza mirándome con pena— aún así conoces a Nico, y creo que es mejor que no lo presionemos. Lo de hoy ya fue un gran avance. Hay que dejarlo pensar por sí mismo ahora.

—¿Y sí lo piensa por más de un año? ¿Y sí dura hasta fin de clases a propósito? — Cuestiono, mirando a Will con rostro preocupado, él no sabe que responder a eso. — Tú eres la única persona que puede ayudarme en esto, Will. Tienes mucha influencia sobre él, ¡Nico está totalmente enamorado de ti!

Las mejillas de Will se ruborizan ante mis palabras, y sus ojos se iluminan. Supe entonces que había encontrado su punto débil.

— ¿Realmente crees eso? — me pregunta, intentando no sonreír.

—Will — empiezo en tono serio — Tú más que nadie sabes cómo era el Nico del pasado, solo bastaba con cruzarte en su mismo camino para que te gruñera o te mirase mal. En cambio, desde que está contigo, incluso se ha vuelto más sociable y capaz de escuchar a otros. —y no estoy inventado nada de lo que digo, todo es completamente honesto de mi parte—. Will, tú tienes mucho poder sobre él.

—Creo que estás sobrevalorando mis capacidades, Frank. Tú mismo lo has dicho, ¡acaba de intentar atravesar mis ojos con sus dedos!

—Pero creo que quizás quiso pedirte disculpas por ello, — me esfuerzo una vez más, sin romper contacto visual— Y no lo hizo, porque yo estaba presente y no quería que yo lo viera en esa faceta suya. Porque Will, a él le importa mucho tu opinión.

Will parece querer decir algo más, pero entonces vuelve a cerrar sus labios y coloca una mirada pensativa en su rostro. Sus ojos miran detrás de mí, a un punto cualquiera, mientras yo espero paciente, a lo que responderá. Al final, Will toma una honda inhalación, y vira devuelta su atención hacia mí con una expresión entusiasmada.

—De acuerdo, déjamelo a mí —me da un puñetazo en el brazo, y luego sonríe varonilmente— ¡Lo atacaré hoy en la noche, directo al cuello! ¡Me oirá y no escapará!

En un arranque de pura felicidad, rodeo la espalda baja de Will con mis brazos y luego lo levanto hacia arriba, entre risas llenas de júbilo, para rápidamente girarlo en volandas en nuestro mismo eje. Will suelta un pequeño jadeo de sorpresa por mi arrebato, observa que sus pies ya no están tocando el suelo y luego se echa a reír cuando empiezo a zarandearlo de izquierda a derecha con gran alegría.

—¡Gracias, gracias, gracias, Will! — Exclamo, apretando más mi abrazo. — No esperaba menos, del tipo que conquistó al chico más temido del instituto.

—Wow, eres muy fuerte. — Will dice, estirando la mano hacia arriba para tratar de alcanzar el techo, sus dedos casi lo rozan— ¿No peso mucho?

—Nah, pesas mucho menos que Clarisse. —aclaro, aún distraído por el millón de posibilidades que ahora se abren ante mí mediante la ayuda de Will.

—Oh, gracias. Creo. —El rubio contesta—. Ahora, ¿puedes dejar de apretarme tanto la espina dorsal? Preferiría no quedarme ciego, y, parapléjico además.

Lo dejo con sus pies en el suelo aún sonriente. Will se estira un poco inmediatamente, haciendo crujir un poco los huesos, y luego, deja salir un suspiro largo.

—Bien. Ahora, deberíamos fingir normalidad. Nico no es estúpido y sí nos ve muy felices, sabrá que he sido vilmente manipulado por un chino canadiense enamorado con el mínimo gesto sospechoso.

—Lo siento — Respondo automáticamente, sintiéndome avergonzado por haber sido descubierto. Will me sonríe como si nada.

—Tranquilo. Yo también he hecho muchas cosas locas por amor, Frank. Lo comprendo. Además, — su sonrisa adopta un tinte malévolo —me lo pagarás tarde o temprano, dejándonos la habitación sola en un futuro cercano.

Camino hasta el comedor para desayunar, siento mi estómago rugir pero quizá se deba a la unión entre preocupación y hambre, y no solo la segunda. Todavía es temprano, así que muchas mesas están vacías. Por más que lo intento, no consigo localizar a ninguno de los chicos con la mirada, así que tomo mi bandeja y voy a sentarme a la única otra mesa en la que sé que soy bienvenido: aquella que ocupa mi hermana, Clarisse.

Ella ya está allí, sentada, devorando su tercer o cuarto desayuno. ¡Quién puede saberlo! Como siempre, gruñe a modo de saludo hacia mí y sigue comiendo sus huevos revueltos. Yo hago lo mismo y me dispongo a degustar mis sagrados alimentos. Esa es nuestra relación en un día normal, sí señor. Es completamente agradable y silenciosa, justo como en los buenos días en casa, cuando mi padre estaba de buen humor.

No pasa mucho tiempo antes de que Leo, Jason y Percy aparezcan por la puerta principal. Los observo caminar hasta la sección de bandejas, llenarlas con pancakes y luego venir lentamente hacia mí. Pero algo está mal, no se desvían a último momento, no cambian su dirección, están tremendamente cerca de esta mesa... La mesa de Clarisse.

¿Qué demonios creen que están haciendo?

Ellos saben perfectamente bien que no deben acercarse a perturbar la paz de Clarisse, ni siquiera cuando yo estoy cerca. Sí, puedo retenerla un poco si la hacen enojar... Pero es que esto es como dejar entrar a tres mocosos hiperactivos a la jaula de un tigre hambriento. ¡No hay guardador del zoológico que pueda mantener a la bestia tranquila!

Intento hacerles señales para que se alejen, sin embargo, me ignoran por completo y terminan por sentarse en la misma mesa que nosotros. Miro a Clarisse de inmediato, esperando por su reacción y noto que ella los observa con ambas cejas levantadas, masticando lentamente, como si no fuera capaz de creer el descaro del trío.

—¿Por qué mierda están en mi mesa?— pregunta Clarisse, furiosa, justo después de tragar. O quizá no está furiosa y ese era su modo habitual de dirigirse a ellos, la verdad yo no estoy muy seguro.

—¿Qué hay, Clarisse?— inicia Leo exagerando su efusividad y clavando un tenedor en su pancake para luego llevar un trozo gigante a su boca y continuar hablando con la boca llena— Frank, ¿qué tal? ¡Hermoso día! ¿No es así?

Mi hermana frunce el ceño, preparándose para atacar, pero antes de que ella pueda ponerse en pie, y antes de que yo pueda intentar salvar la vida de estos imbéciles, Calipso y Hazel se unen a nuestra mesa, al otro lado, frente a mí. Siento calidez cuando nuestras miradas se cruzan por míseros segundos. Ambas sonríen por algo que alguna de las dos venía comentando, y se sientan con tanta naturalidad, que cualquiera diría que esto es cosa de todos los días.

—Buenos días — Hazel interrumpe su conversación para saludar a todos los presentes. Luego, sin miedo alguno (madre mía, ¡qué mujer!) toca una de las trencitas de Clarisse que, creo, ella hizo, y aún se mantienen íntegras por algún milagro que solo el cielo sabrá explicar. — Aún se te ven hermosas. Las estás cuidando bien— sonríe dulcemente, y luego comienza a comer— ¡Buen provecho a todos!

¡Oh, ella es tan tierna!

Calipso da por hecho que ya Hazel ha dicho todo lo que necesita decirse, así que no agrega absolutamente nada más y comienza a comer lentamente sus frutas. Clarisse está empezando a desarrollar un tic en el ojo. Sin embargo, la penuria para mi hermana no está sino comenzando porque, casi de inmediato, Annabeth y Piper, la cacatúa, aparecen detrás de Percy y Jason, ambas los toman de las cabezas y clavan un beso diminuto en los labios de sus respectivos novios, Piper echa una risita, en cambio Annabeth se ruboriza fuertemente pero sin dejar de sonreír, luego van a tomar asiento junto a Calipso. Piper le entrega, sospechosamente, un puñado de monedas a su amiga, como si acabase de perder una apuesta.

Percy no parece enterarse y si se entera, realmente no le importa siempre y cuando se haya visto beneficiado.

Belladona, sin embargo, mira a Annabeth fijamente, aunque dudo mucho que ella esté preocupada por el dinero. La rubia le devuelve la mirada, como si estuviera a la defensiva, Calipso se limita a sonreír, y se acaba el combate no verbal que nadie más ha entendido con excepción de ellas mismas.

—Yo también quiero un besito— lloriquea Leo, en dirección hacia las chicas.

—Uy, pero nadie es tan idiota como para atreverse a semejante atentado contra la dignidad humana— lo bullea Calipso. Leo la imita diciendo "mimimi". Y de pronto mi hermana se da cuenta de que ha perdido por completo el respeto frente a todos los presentes.

—¡¿Por qué están en mi mesa?!— exclama golpeando la superficie con los puños para dar más énfasis. — ¡Esta es mi mesa!

Todos la observan pacientemente, con expresiones casi soñolientas. A nuestro alrededor, un montón de pequeñas criaturitas temerosas han corrido despavoridas a causa de la latente ira de Clarisse. Los miro escapar hacia mesas más alejadas, chillando cual ratoncillos. Sin embargo, en nuestra mesa nadie parece estar dispuesto a largarse.

Leo abre los labios, como si fuese a decirle algo a Clarisse, y puedo ver a mi hermana prepararse para devolver lo que sea que venga con un golpe tres o cuatro veces más fuerte. Pero, antes de que Leo consiga formular cualquier cosa dirigida hacia mi hermana, sus ojos se iluminan por un momento, recordando algo, y voltea nuevamente su atención hacia Percy, luego mira a Annabeth, luego de vuelta a Percy.

—Así que se reconciliaron, ¿eh?— da un par de codazos sutiles a las costillas de Percy y levanta las cejas sugestivamente— ¿Cómo pasó? ¿Eh? ¿Eh? ¿Qué tal estuvo la noche?

Annabeth se pone colorada hasta la punta de la nariz, pero al mismo tiempo su ceño se frunce, lo cual me hace saber que si Leo no se calla ahora mismo, estará en medio de una guerra. Sí, será el trofeo. Clarisse o Annabeth, ¿quién tiene más derecho a matarlo? ¿Y qué estrategia debe utilizar? ¿Estrangulación, paliza extrema? Ambas son buenas opciones a decir verdad.

—No del modo en que crees, elfo pervertido— Percy contesta más como un gruñido que como cualquier otra cosa, y Leo (¡gracias al cielo!) comprende la indirecta de que debe quedarse callado de una buena vez por todas si no quiere ser presa de tres depredadores ultra sanguinarios a la vez. Piper corre en su ayuda, como buena amiga:

—Sí... bueno...— inicia Piper— ¡Qué bueno que todos estamos bien, ahora! Clarisse, te ves bella. ¿Nuevo corte? ¿Te afinaste aún más las cejas? ¿Te teñiste las puntas del cabello? ¿No? Son las pestañas, ¿no es así?

—No sé qué les hace pensar que pueden estar en MI mesa— mi hermana golpea nuevamente la superficie para acentuar la palabra clave— Pero no es así. ¡LARGO!

Piper se encoge, Calipso se pone tensa, Annabeth entrecierra los ojos y Hazel, que es quien está más próxima a mi hermana, la observa casi con pánico; lo cual no hace otra cosa más que preocuparme y avergonzarme. ¿Cómo voy a siquiera conseguir interesarle un poco, si mi hermana es la bestia más monstruosa del Instituto? Tan sociable como un cactus. ¡Al menos Nico estaba dispuesto a compartir la mesa con nosotros!

Y hablando del rey... Aparece, como lo hace habitualmente, salido de la nada. Toma lugar en la cabecera opuesta de la mesa, Will se sienta a su derecha, la bandeja de Nico está casi vacía. La de Will doblemente llena, así que empieza a pasar alimentos de la suya a la de Nico, sutilmente. El chico sombra se da cuenta de ello, lo mira con desdén, pero al final no le dice nada.

—Will, hermano, ¿qué te ocurrió en los ojos? — Leo le pregunta de repente, llamando la atención de los presentes en la mesa sobre él, tanto Will, Nico, como yo, nos ponemos rígidos al instante—. Los tienes muy rojos. ¿La hierba estaba potente, eh? — agrega, dando guiños cómplices a la vez.

—Sí, la "hierba" estuvo, inusualmente, fuerte hoy —Will le responde, girando su cabeza lentamente hacia cierto azabache, y entrecerrarle los ojos. Nico finge indiferencia.

—Como sea, chicos, tenemos trabajo por hacer— Nico sentencia con tono mandón, como si él se tratase de un general del ejército y nosotros sus hombres de confianza— Estamos perdiendo esta guerra y no podemos permitirlo.

—¿Guerra?— Clarisse se muestra desbalanceada por un momento. En un segundo estaba casi a punto de lograr sacar a todos los intrusos de su cuchitril, y al siguiente Nico, el chico sombra, di Angelo había llegado a imponer su presencia como si la mesa fuera suya.

Guerra sería la que desataría mi hermana si esto no se detenía justo ahora.

—¿Perdiendo?— Calipso hace la pregunta casi al mismo tiempo que Clarisse, sin embargo no consigo comprender que ella ha hablado hasta que Nico les contesta a ambas.

—Sí, y sí— dice, rodando los ojos, como si le diera flojera explicarlo— Ayer la sección de Dimitri nos ganó con el profesor acosador de mierda — su mirada se desvía ligeramente hacia Will, y él lleva una mano hacia su pecho teatralmente como diciendo: "disculpa, no me mires a mí cuando mencionas acosadores".

—¡Pues, perdón!— esta vez es Annabeth quien golpea la mesa con frustración— También anotó otro punto contra mí en la tarde, pero me niego a dar explicaciones al respecto— ahora se cruza de brazos, orgullosa. Al final lo mira furiosa, como si todo fuera culpa de Nico— ¡Por si te interesa saber!

Nico la mira con calma, sonríe sutilmente y luego contesta:

—Obtendremos venganza. — dice con voz de ultratumba, para luego soltar una ligera risilla que suena tan malévola como la del mismísimo Chucky.

Eso tranquiliza a Annabeth, puesto que se da cuenta que Nico no está culpándola de nada, y, por el contrario, está de su parte. A decir verdad, creo que nos tranquiliza a todos. Percy ya había cerrado sus manos en puños, pero las afloja y pone su cara de foca bebé tranquila cuando nota que no hay peligro. Sin embargo, lo que más me impacta, es la reacción de mi hermana ante sus palabras, que, en realidad, se traduce en un golpe contra mi espalda que casi termina por asfixiarme.

En serio... El jugo de naranja se va hacia mi nariz a causa del golpe. Un día de estos, ella terminará por matarme, si no lo hace Nico primero.

—¡Al fin!— dice Clarisse mientras yo me ahogo tosiendo— ¡Padre estará orgulloso! Ahora entiendo por qué no se largaban— mira a Nico directamente a los ojos— ¿Cuál es el plan? Estoy dentro, sea lo que sea y contra quien sea.

Nico la observa un momento, como si recién se diera cuenta de que ella estaba allí, luego parece considerar las palabras de mi hermana y al final se decide por contestar:

—Sí... claro, esa es la razón... Ajá— luego vuelve a concentrarse— Aún no tenemos un plan. Primero necesitamos conocer los movimientos del enemigo. ¡Leo, reporte!

Leo saca un cuaderno de sus pantalones (sí, literalmente de ellos. Quizá estaba en medio de sus boxer, yo no quiero comprobarlo). Lo abre dramáticamente, simula acomodarse un monóculo imaginario en el ojo izquierdo, carraspea para mejorar su tono de voz y entonces, procede a hablar:

— Reporte del día: según mis fuentes y luego de comprobarlo, en las últimas semanas Dimitri Belikov ha estado reclutando más delincuentes en su pandilla, haciendo favores y siendo más sociable con la plebe. Desde los chicos de catorce años, hasta los chicos de nuestra edad. —Leo mira a todos con seriedad— Si siguen así, en el caso de que haya otro enfrentamiento, nosotros estaremos en desventaja numérica. Ya que Dimitri tendrá a más de la mitad del instituto de su lado para atacarnos, y nosotros solo somos... Los que estamos en esta mesa, los Stoll y Andrew. Y los Stoll pueden vendernos al mejor postor, mientras que Andrew... bueno... sabemos que no es bueno para los golpes.

—De hecho... si tomamos en cuenta su resistencia ante "las caricias" de mi hermana— intervengo yo— Yo diría que sí es bueno para los golpes.

Si cualquier otra persona lo hubiese dicho, se habría ganado un gancho al hígado por parte de Clarisse, lo sé muy bien. Pero se trata de mí. Mi hermana asume que cualquier cosa que yo diga en referente a su manera de ejercer actos violentos, se traduce en un elogio, no en un insulto... ¡Mi hermana piensa que cualquier insulto de mi parte, y en su contra, es un elogio! Así que se limita a balancear su cabeza, como considerando la idea, y al final se encoge de hombros, dándome la razón.

—Es decir, estamos perdiendo el control del instituto— es más una afirmación, que una pregunta por parte de Percy, aún así, Leo le contesta:

— Si Nico sigue perdiendo súbditos, sí. — Leo le da unos golpecitos a su libreta con aire pensativo —Verán, aún quedan delincuentes que respetan a Nico. Él es atractivo y aterrador, sin embargo, Nico es un monarca frío y distante, en cambio, Dimitri es más cómo un político carismático que ha estado llevando falsas promesas al pueblo; mientras Nico está sentado en su trono de diamante tomando vino, y riéndose del sufrimiento de la clase baja que le besa las botas. ¿A quién seguirían ustedes?

—Sí lo pones así, unirse a Dimitri no suena tan mal —Percy susurra.

—En resumen, — Annabeth habla, luego de lanzar una bolita de cereal a la cabeza de su novio— ¿dices que Nico debería ser más sociable para atraer más aliados? ¿Convertirse en un populista?

—JÁ — nuestra atención es desviada hacia Nico de nuevo, quien ahora está sonriendo de forma sarcástica ante el comentario de Chase—. Yo no hablaré con esos asquerosos delincuentes. La mitad de ellos vienen de los peores suburbios del país y la otra mitad son hijos de estafadores corruptos, nuevos ricos. Gente que piensa que por haber tenido suerte y conseguir unos cuantos billetes verdes, pueden compararse con la verdadera alta estirpe. —Nico hizo un gesto elegante con la mano, rechazando la idea— No son dignos de recibir ni dos palabras mías.

Clarisse vuelve a golpearme la espalda con fuerza, y luego apunta a Nico con el mentón, en un gesto de admiración:

—Me agrada ese sujeto. Odia a todos, tanto como yo.

—Te das cuenta de que acaba de insultarnos a todos los presentes, ¿cierto?— interviene esta vez Jason, con una mueca en el rostro.

—Técnicamente no a ti— le contesta Annabeth— Tu padre desciende de una larga línea de políticos, ¿no es así? Llevan siendo ricos más tiempo que América libre... Tampoco insultó a Calipso, además...

—No pierdas el tiempo defendiéndome, Chase, en realidad, los veo a todos igual de inferiores a mí, sin excepción — Nico trata de sonreír con ternura, pero le sale más una mueca tétrica que asusta a todos

—Ya lo ven. — Leo se encoge de hombros, como si aquello fuera un caso perdido. — Y hay más, Nico, algo delicado...

—Dilo rápido entonces, Valdez

—El asunto es, que alguien le dijo a Isaak, a esa ramera chismosa, que eres el novio de nuestro amiguito rubio, y ahora toooodo el mundo lo sabe — Leo espera un comentario enojado por parte de Nico, pero al recibir sólo silencio, continúa— Y pues, resulta ser que, Nico, el ser GAY aparentemente te quita algo de "hombría " frente a todos. Ah, no te ves sorprendido, ¿ya te lo esperabas?

—No será la primera o la última vez que alguien desprestigia mi valor por mi orientación. — dice, como si no le interesara en lo más mínimo.

—Bueno, así está la cosa. Algunos de los delincuentes más "rudos" y "malos" que antes te tenían en un altar, han empezado a dejar de llamarte "el chico más peligroso del instituto" a... —zarandea su mano al aire— "El chico más marica del instituto".

Hay un momento de silencio en el cual todos están esperando a que alguien agregue algo, lo que sea. Nuestro poderío había disminuído de la noche a la mañana, como si de la energía de un teléfono moderno se tratase. Para estas alturas, el haber sido los únicos en décadas en conseguir escapar del Instituto ya no servía para mantenernos en la cima de la escala evolutiva.

—Lo... lo siento— dijo Will, rompiendo el silencio— Jamás pretendí que esto pasara, yo...

—Solo es un rumor más— intento apoyar (y mantener de buen humor a Nico que es lo que más me conviene).— Jamás te han importado los rumores, ¿o, sí?

Nico me ignora, deja salir un chasquido irritado con la lengua, y se gira para mirar detrás de su espalda con expresión rencorosa. Inmediatamente, los que estamos en la mesa seguimos su mirada, y pronto nos damos cuenta que al que trata de lanzar dagas con los ojos es a Isaak, que está sentado a tres mesas de distancia. Cuando el chico, se da cuenta que está siendo observado, su rostro se mueve y se encuentra con la mirada de todos para detenerse en la de Nico di Angelo.

Entonces, el judío le sonríe divertido, luego con mucho cinismo, alza dos dedos y los pone sobre sus labios fruncidos para enviarle un beso coqueto a Nico; después, vuelve a prestar atención al chismorreo de Drew. Nico vuelve a girar su cabeza al frente de forma brusca, y echa un gruñido gutural con expresión furibunda, que advertía que mataría ahora mismo al primero que le dijera una idiotez. Esa fue la señal de Leo para continuar.

—Y también... — Leo inicia otra vez, y todos en la mesa sueltan bufidos en plan "¿Hay más?". — Además de Nico, antes teníamos a Percy Jackson, el terror de las masas para presumir. Pues ahora que se han enterado de que está saliendo con Chase, también han empezado los rumores contra él, tipo: "El kraken ha sido domado por un par de tetas" O mi favorita: "El tiburón, contenido por las nalgas de..."

—Ya entendimos, — Nico lo corta, harto de tanto jaleo estúpido.

La única reacción en Annabeth y Percy, es un fruncimiento de cejas por ella y un bufido por parte de él. Eso es bueno, la situación ya está lo suficientemente mal como para empezar a discutir entre nosotros o a culparnos los unos a los otros. Ahora, al menos, parecemos un verdadero equipo, si nos hundimos, lo haremos juntos.

—Pues, ese es todo el reporte,— finaliza Leo, pero finge recordar algo más, de último minuto— ¡Oh! Y Andrew Fort descubrió que la asquerosa rata traidora de Chris Rodríguez— le tiembla la voz al pronunciar su nombre, como si le doliera en serio— Se ha saltado varias reuniones de la pandilla del Golova últimamente, y ha preferido pasar el tiempo haciéndole calzón chino a él, o tomándolo como rehén para entregárselo a la bes... digo, a Clarisse.

—Puedo dar testimonio de ello— asiente mi hermana, con desdén.

Piper mira hacia Clarisse con una sonrisa maliciosa en su rostro. Tengo suficiente experiencia compartiendo pupitre con ella, como para saber que se le ha ocurrido algo que decir y que hagamos lo que hagamos, lo va a decir, sin importar si es buena o mala idea. Toma una larga inhalación y entonces habla:

—Eeeeeeeeesas son buenas noticias— inicia sutilmente, pero dejando en claro que la sutileza se acabará pronto— Si Chris está dudando de Golova, y ahora Clarisse está de nuestro lado, eso quiere decir que Chris solo necesita un pequeñitito incentivo para cambiarse de bando... ¿Qué podría ser, eh? A ver, ¿qué se me ocurre?

No deja de mirar a mi hermana y ella no hace otra cosa más que ignorarla y fingir demencia. Siento el impulso de saltar en su defensa y decir algo como: "No. Nunca. ¡Nadie va a tocar a mi hermana!". Pero me doy cuenta, justo a tiempo, de que decir eso sería un completo suicidio por dos razones: La primera, estaría haciendo lo mismo que Nico y no quiero que él sepa que es una posibilidad razonable; y la segunda, Clarisse me degollaría por el simple hecho de inmiscuirme en el asunto.

—¿Tú qué piensas, Clarisse?— insiste Piper— ¿Cómo podríamos convencerlo?

—No— contesta mi hermana. — Sé lo que piensas, y no... no funcionaría, además.

—Claro que sí, solo tienes que...

—No, no y no— se niega Clarisse— Tu coqueteas, yo pateo traseros; tú haces ojitos bonitos, yo les inspiro miedo. ¡Deja las cosas como están!

—Pero...— Piper hace un puchero. Antes de que pueda agregar nada, Calipso la interrumpe.

—Ella no quiere— casi le grita a Piper— No es no, ¡entiéndelo de una vez, déjala en paz!

—No estoy hablando contigo, Belladona— devuelve McLean.

—¡Chicas, no hay que pelear!— interviene Hazel, intentando apaciguar el asunto.

—Exacto— apoya Annabeth— Hay que guardar las energías para usarlas en contra del enemigo— pone ambas manos sobre la mesa, con decisión— Además, quizá no tengamos un plan, pero ya sabemos lo primero que tenemos que hacer. ¿No es así?

—Sí, es cierto— le sigue Leo y luego vuelve a nuestra problemática principal—Sé que te gusta estar solo Nico, pero de ahora en más, deberías permanecer en grupo. Sabemos que puedes manejar los insultos de los demás. Pero justo ahora, lo último que necesitamos es que nuestro rey sea emboscado, y termines tan golpeado que haga desaparecer el último rastro de respeto de tu gente. Estamos al borde de la cuerda floja... Como en el ajedrez, es nuestro turno de proteger al Rey, o será jaque mate.

—¿Estás insinuando que por no tener tantos músculos como Percy? ¿No puedo defenderme sólo? —Nico inquiere, en voz baja y siseante.

—O como Frank— Leo agrega, sin temor a la muerte. Nico me observa de soslayo, para echar un vistazo a mis brazos y luego vuelve a apartar la mirada con disgusto.

Nico se concentra en su comida (mayormente proporcionada por Will) y comienza a ingerirla lentamente, con rabia por saberse débil en la situación actual. Para alguien que había renegado tanto por tomar su lugar en esta batalla, ahora parecía bastante abrumado por estar perdiendo. No le gusta, eso es evidente, y si él se pone de mal humor, eso nos perjudica a todos nosotros. Especialmente a mí, tomando en cuenta las circunstancias.

El ánimo grupal cae al suelo conforme pasa cada segundo. Estoy seguro de que todos los presentes solo desearíamos que pasara algo gracioso, cualquier cosa que nos diera una señal que signifique que aún somos fuertes, que todavía podemos ganar esta guerra.

Entonces, para empeorar todo, Katie y Miranda se acercan a nuestra mesa (ejem, la de Clarisse). Caminan directamente hacia Annabeth, ambas ya con sus bandejas vacías, después de haber llenado sus estómagos delgados y torneados. Por un momento creo que van a lanzarle la basura encima a Annabeth, ayer estaban muy furiosas por lo que pasó en la clase. Nuestra amiga rubia parece pensar lo mismo que yo, porque las observa fijamente, con odio.

—Hola, Annabeth— inicia Katie, cuando está lo suficientemente cerca como para ser escuchada— Sobre lo de ayer... Miranda y yo estuvimos hablando y ambas creemos que exageramos un poco.

—Sí, no fue tu culpa que Drew haya sido más inteligente que tú— apoya Miranda para luego soltar una risilla burlona— Supongo que simplemente nos atuvimos a que tú eras la lista porque siempre presumes de ello, y al final resultó que solo eres una simple mortal como nosotros. ¡Vaya sorpresa!, ¿no?

—Ajá— Katie ríe con Miranda, en serio parecen hacerlo con simpatía— En fin, queríamos pedirte perdón y eso... Estamos bien, ¿cierto?

Conforme avanzaba la hora del desayuno más estudiantes fueron entrando y saliendo del lugar, actualmente, el tránsito de alumnos se mueve de forma bastante fluida. Estamos rodeados de mucha gente, casi nadie nos presta atención, sin embargo, hay bastantes personas en la mesa escuchando la escueta disculpa de estas dos chicas. Usualmente, sería suficiente ofensa como para sacar de quicio a Annabeth, pero, al mirarla, me doy cuenta de que la rubia simplemente sonríe.

—Sí, claro. No hay problema— contesta, mirando a las chicas amistosamente— Sin rencores.

—Genial—Dice Miranda.

—Sí, vales mil Annie— le sigue Katie— Adiós.

Entonces se van, y Annabeth sigue comiendo como si nada hubiese pasado. De hecho, se ve bastante satisfecha de sí misma.

—Wow, Annabeth— Piper es quien se atreve a hablarle primero— Eso fue... ehm... Pensé que ibas a ser un poco más fuerte, con ellas. O sea, ayer fueron una completa pesadilla. Sabes qué amo la paz y todo, pero no estoy segura de sí debiste perdonarlas tan rápido.

—Oh, bueno... ya ves Piper...— inicia a decir ella, encogiéndose de hombros— Yo soy así, perdonando siempre... Ya sabes, con el corazón siempre abierto para todo el mundo. Tienes mucho que aprender de mí aún.

Entonces, algo muy extraño sucede. Katie y Miranda, que apenas y han conseguido dar unos cuantos pasos lejos de nosotros, se detienen súbitamente. Miranda tiene una mano cubriendo su boca, como si tuviera náuseas. Katie la observa, preguntándole qué le pasa, y a continuación, Miranda explota.

Literalmente... Una catarata de restos de desayuno sale en explosión de su boca y cubre por completo el rostro de Katie. Todo sería extremadamente asqueroso para la segunda si no fuera porque ella no tarda en vomitar también... Sí, sobre Miranda.

No tengo el estómago lo suficientemente fuerte como para seguir mirando, así que devuelvo mi atención a la mesa. Piper se queda mirando la escena un momento más, con las cejas levantadas en asombro. Luego devuelve su atención hacia la mesa, y hacia su propio desayuno. Noto, que Annabeth no ha apartado la vista de su comida ni un solo segundo, como si no le interesara. Por alguna razón, un escalofrío ataca mi espalda.

— Sí, tienes razón, Annie— dice Piper, con una diminuta sonrisa sobre sus labios, al tiempo que el sonido de arcadas se intensifica y varios profesores empiezan a acercarse para intentar ayudar a las dos chicas enfermas. Will hace un amago de levantarse, para ir hacia ellas, pero Nico lo sujeta del brazo y se lo impide. — Tú siempre has sido así... Perdonas con facilidad... Eso es lo que más te gusta hacer en el mundo... Perdonar.

Paso #42: Conserva el trono. Defiéndelo tal y como defenderías tu orgullo. Al final del día, es lo único que posees: tu dignidad.

Hola Hola Corazones, soy RLkinn hablandoles desde la suculencia. Amer y yo esperamos que les haya gustado el capítulo. Déjennos muchos comentarios suculentos. Amer dice que si no recibe al menos 700 se va a deprimir :( y se va a dar un tiro en la cabeza... Así que.... pus... comenten.

La cosa es así: Tengo 1977 seguidores en mi cuenta individual. ¡Ayudenme, por fi, a llegar a los 2K! Voy a hacer un especial sorpresa de 2K, creo que iniciaré hoy. Estén atentos porque será en una nueva historia, no en ninguna ya creada.

Ayúdenme a conseguir seguidores, los amo con todo mi cora <3 <3

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