Paso #4: Guardar Apariencias
Se prende un reflector en medio de la habitación, ilumina una máquina de escribir brillante en una mesa con una silla. Empieza a sonar una tonada solemne de magnificencia. Amer salvaje aparece, mira por todos lados, piensa que esta sola entonces... corre endemoniadamente rápido para alcanzar la maquina de escribir. Sus dedos rozan la silla... Entonces, patada voladora de RLkinn aparece de la nada y taclea a Amer. Ambas se miran con intensidad y determinación.
Amer: - Comenzaremos con Percabeth, Loca. Percabeth manda, llegó primero y lo escribiremos en este capítulo!
RLKinn: No sueñes nena, si se dará algo cool en este cap, eso será Solangelo
Amer:SERÁ PERCABETH, escribiremos Percabeth. - Saca su espada y le lanza una tajada a su pecho.
RLKinn: *se aparta hacia atrás y desenvaina su espada* Oh Nena, no quieres meterte con mi Solangelo... Acabas de cometer el peor error de tu vida. POR SOLANGELOOOOOO- grita al tiempo que corre hacia Amer con su espada en alto.
Amer: - POR PERCABETH! TE REBANARE ESE TRASERO Y ME LO PEGARÉ EN EL MÍO - La batalla más intensa del siglo empieza donde dos shipps poderosos se enfrentan con valentía y fervor.
Las espadas chocan y salen chispas, y ambas jadean cual perras protegiendo a su macho... Protegen sus shipps
Amer consigue una estocada cerca de las costillas de RLkinn. Pero RLkinn consigue alejarse a tiempo para evitar que el daño sea más grave. Ambas se detienen durante un momento y se miran a los ojos
-Solangelo es mi vida- dice RLkinn- Lo defenderé hasta la muerte- se adelanta con su espada hacia la cara de Amer. Ella se lanza hacia atrás para evitar el golpe, más no lo suficientemente rápido, por lo que obtiene una cortada en su mejilla
La sangre se resbala por su mejilla hasta sus labios y Amer saca su lengua y se lame el cachete probando el sabor de su sangre. - Percabeth es la pareja más bella que pudo haber existido. Es fundamental para la existencia humana y para satisfacer las ansias obsesivas de los Percazombies. Se trata de la supervivencia, esto ya no es sólo una historia, además... Lo he prometido, AMER NO ROMPE SUS PROMESAS. ESTO ES POR PERSASSY PERRA.
RLKin: Pues aquí y ahora yo digo y proclamo, que en esta historia habrá Solangelo del bueno y empezará HOY. Lo juro por el estigio *suena un trueno a la distancia*
Ambas se lanzan hacia el frente y sus espadas chocan en un filoso estruendo. Pero Amer, usa su pierna para lanzarle una patada a RLkinn y lanzarla contra el suelo, queda desorientada entonces Amer aprovecha para sentarse en la silla y sus dedos golpean las teclas furiosamente mientras fuego se quema en sus ojos.
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El pasillo por donde caminábamos estaba atestado de chicas hiperactivas moviéndose de habitación en habitación charlando animosamente con sus vecinas y algunas quejándose teatralmente por las compañeras que les había tocado. En este momento mi chiflada amiga estaba completamente fuera de sí, sabía perfectamente que cuando se ponía de esta forma "shipper", tan solo tenía que mantenerme callada y escucharla sin interrumpirla o las consecuencias serían aún peores para mí. Piper se tomaba su disque trabajo muy en serio, a decir verdad era bastante talentosa, una vez había sido testigo de cuando logró que se enamorarán dos enemigos que se habían odiado desde el kinder, a base de pequeños empujones entre las sombras, acosando una y otra vez a sus víctimas, día y noche, contra viento y marea, no importaba si llovía, temblaba o se incendiaba el mundo, ella siempre insistía, hasta que sus "clientes" admitían que ella siempre tenía razón. Pero incluso entonces, insistía aun más. Oh no, Piper McLean no se mostraba satisfecha hasta que obtuviera un beso intenso marca paraíso entre los pobres desgraciados que habían tenido la mala suerte de ser catalogados como "su objetivo".
Cuando la nueva chica, Hazel, le había dicho con enojo que el emo-Di Angelo era su hermano, la chica entró en crisis depresiva aclamando que su vida-activa-shipper se había acabado, media hora después de eso, nos dirigíamos en busca de nuestra nueva habitación por todo el edificio femenino estudiantil.
Tenía un libro de biología en manos, tratando de leerlo antes de que comenzará la clase, de esta manera ya tendría conocimientos y una idea concreta de lo que sea que estuviera diciendo el profesor. Así también podría corregirlo cuando se equivocara, los profesores siempre se equivocaban. (Me encanta cuando se equivocan, es mi pasatiempo favorito) Como había dicho, estaba "tratando" de leerlo, era bastante difícil con Piper moviéndose de un lado a otro delante de mí con sus labios abriéndose y cerrándose a ochenta kilómetros por hora, apenas deteniéndose para tomar aire. Cuando pasábamos algunas de las chicas se nos quedaban mirando con curiosidad y a otras les importabamos diez kilos de cagada de búho. Tenía bastante suerte ¿no? Una chica que hablaba hasta los codos y otra chica-bestia que lo más inteligente que soltaba de su garganta eran gruñidos, monosílabos y frases cortas como "muere" o "piérdete de mi vista".
Al menos con Clarisse funcionaría la estrategia de:
"Finge que soy la nada, yo finjo que no existes". Pero con Piper resultaría mucho más difícil, no es que no me agradara, después de todo, extrañamente éramos mejores amigas, pero mi habitación había sido mi único refugio de paz y ahora no quedaba más que la biblioteca con sus sillas incómodas y duras que aplanaban mi trasero. Este sería un año largo y completamente lleno de colores rosas, comentarios de asquerosos besos robados (forzados) y charlas hasta la media noche acerca de que tan sexy era Jhonny Depp.
- Tenía tantas esperanzas puestas en ellos, Annie, gigantescas y colosales. - Exclama con desconsuelo, al mismo tiempo que esquivaba un zapato que una chica había lanzado contra su vecina de enfrente. - Estrategias titánicas para atraparlos y crear la pareja más intensa y fenomenal de todos los tiempos. Un amor mafioso. ¡Es que era perfecto! Solo imagínalo, la chica linda y tierna, se enamora del asesino en serie y conquista su corazón...
Piper ni siquiera necesitaba que yo le contestará, de cualquier forma seguía hablando conmigo como si estuviéramos manteniendo una conversación acalorada entre el barullo del gentío de a nuestro alrededor.
- Devuélveme mi televisión, zorra. - Gritó una chica, se llamaba Nancy Bobofit, a la del frente. - Ya me jodieron lo suficiente cuando logré meter el televisor de mierda de contrabando. ¡No dejaré que te lo quedes!
- ¡Ven a llevar tu chatarra, si te atreves! Anda cobarde, la puerta esta abierta enfrente de tu torcida nariz. - Le contestó a voz en grito la chica, a la que conocían como Kelly la porrista del Diablo marca inframundezca (¿quien rayos inventaba esos estúpidos "Alias"?) solo su cabeza era visible tras la puerta entre abierta. - ¡Un paso en mi habitación y te acuso con el Señor D! ¡Cabeza de zanahoria! - Con ese último insulto, cerró la puerta con un golpetazo.
Compartí una mirada aburrida con Piper, esto era cosa de todos los días entre todos los alumnos. Un "todos contra todos" diario, qué ya no me alarmaría ni siquiera si encontrarán, al día siguiente, un cuerpo enterrado con un tenedor incrustado en la garganta en el campo de fútbol.
- Por cierto, ¿viste a Jason? Claro que lo viste, tendrías que ser lesbiana para que no te fijes en esos pectorales divinos de Dioses olímpicos. - Continuó Piper su cháchara con normalidad, luego ladea la cabeza como si se le hubiera ocurrido algo y me pregunta con el tono más serio que puede adoptar. - No me digas que eres lesbiana, ¡espera! Oh, no lo eres, ahora recuerdo que se te escapó el otro día, por distraída, que Percy se veía mono con las cejas fruncidas cuando se mostraba preocupado mientras estudiaba.
Con eso llamó completamente mi atención, viré mi rostro y la encaré con una ceja levantada. Tratando de no dejar relucir mi vergüenza por aquel desliz de la vez pasada, había sido un comentario cualquiera, poco importante, una redundancia. Solo lo había dicho porque estaba sorprendida, no era común ver a ese idiota estudiando, ¡eso era! como nunca lo había visto así, me llamó la atención momentaneamente, nada del otro mundo, un simple comentario sin importancia. Pero ella no había dejado de molestar con eso y dándole tantas vueltas a la frase sin importar lo que le dijera.
- No, no soy lesbiana. Deja de mencionar ya-sabes-qué. - Le advertí apuntándole con un dedo. - Y no, tú fuiste la única que acosó lo suficientemente a Grace, tanto que estoy segura de que si el señor D te hubiera visto, habría ordenado que te trasladarán a la correccional de mujeres violadoras en serie. El desgraciado rubio se sintió desnudo Piper, ¡pude ver el terror reflejado en sus ojos! Solo te faltó empujarlo contra la pared, cojertelo ahí mismo y dejar en vergüenza al escritor del kamasutra.
Piper chasqueó la lengua sin inmutarse, luego colocó una mirada soñadora en su rostro, sus ojos brillando intensamente y me pregunté si era posible que súbitamente fueran desbordarse arco iris de sus ojos.
- Me hubiera gustado ser esas inmundas gotas y resbalarme por su sensuales pectorales. - Soltó en un ronroneo. Ocultando mi sonrisa, cerré mi libro y traté de acertarle un golpe en la cabeza para que los tornillos de su cabeza volvieran a ajustarse. - ¡Aleja ese libro Annabeth! ¡En la cara no, idiota!
- No me llames idiota, shippeadora compulsiva. - Devuelvo con voz indignada, pongo mi libro debajo de mi brazo y empiezo a mirar las placas que estaban pegadas en la puerta tratando de encontrar nuestro número de habitación. - Creo que has sufrido un trauma severo con sus pectorales. Cuando tenga tiempo, iré con Will, a pedirle medicinas para la psicosis, en caso de que empieces a acosarlo, seguro él sabrá que hacer teniendo en cuenta sus propias manías.
- Podría haberlo limpiado... - Empieza casualmente.
- ¿Tal vez nos tocó las habitaciones del tercer piso...? - Me preguntó más para mí misma.
- Con mi lengua. - Termina Piper, e inflo mis mejillas para soltar un bufido extra exasperado.
- ¡Piper! - La llamó sacándola de su ensoñación, respiro profundamente y habló con toda la calma que me es posible. - Creo que estás pasando demasiado tiempo con Leo, no sé, tengo ese... ligero presentimiento. -
- ¿Tú crees? - Pregunta llevando sus dedos a su mentón en una pose reflexiva. - Yo aún me siento como la misma chica tranquila de siempre que llegó a rastras aquí, contigo, luego de robarnos ese bonito auto del estúpido concejal Belladona.
-No lo creo, estoy segura. - Asevero y ambas empezamos a caminar una a lado de la otra por las escaleras. - ¡Oh mierda! Estaremos subiendo un montón de escaleras por todo un año, qué fastidio.
- Para nada me quejo. - Dice Piper en tono alegre. - Será bueno para mis piernas y glúteos, deberías estar feliz también Annabeth, tu flacidez va a decir adiós.
Cuando terminamos de subir finalmente las escaleras, noté que el pasillo estaba completamente en silencio y podría sentir un ambiente de calma próspero para mis sesiones de estudios y de lectura. Todo sería tan perfecto de no ser por la figura robusta e inquieta de Clarisse esperándonos en la puerta de nuestra habitación con un rostro que a leguas advertía que nos rompería los huesos si la hacíamos tardar dos segundos más. Piper se quedó pálida inmediatamente, y por primera vez en el día se mantuvo absolutamente callada y temerosa.
- ¡¿Dónde mierda estaban ustedes dos, asquerosas lapas?! - Vocifera mientras le da un puñetazo a la puerta que adivinaba era la nuestra. - Abran ahora esta puta puerta, para que pueda cambiarme la ropa mojada. ¡Muevanse más rápido, Joder! ¿O esperan que a las llaves le salgan pies y vengan corriendo hasta a mí?
Nos acercamos con largas zancadas hasta ella, Piper tragó visiblemente y luego me miró significamente, por efecto, Clarisse puso toda su airada atención en mí fulminandome con la mirada. Me quedé absolutamente en blanco, sin tener la mínima idea de que hacer a continuación. Grande cerebro, grande. ¿Ahora te quedas en blanco, malnacido?
- ¿Y bien? ¿Qué demonios estás esperando? - Siseo Clarisse con gotas de agua cayendo de sus mechones castaños. - ¿Te estás burlando de mí, rubia tonta?
- No... Jamás haría eso, con nadie mucho menos contigo. - Empiezo a hablar apresuradamente alzando mis dos manos enfrente de mí en un pobre escudo. - Pero oye, ¿por qué nos has estado esperando? Pudiste haber entrado en la habitación para cambiarte sola desde hace rato.
Un tic nervioso empezó a formarse en una de sus cejas, y este simple gesto también estaba poniéndome un poco nerviosa y con ganas de tirarme por una de las ventanas, hasta que Piper volvió a su estado natural, me da un codazo duro en el costado y murmura en mi dirección mirando al mismo tiempo mi vieja bolsa, la cual descansa en un lado de mi hombro.
- Tú tienes las dos únicas llaves de la habitación, Annabeth. Despierta tu cerebro de una vez. - Rezonga frunciéndome el ceño enojada por ponerla en peligro de muerte.
- ¡Oh, claro! Cierto, las retiré de la sala de profesores antes del castigo... - Me di una cachetada en la cara recordándolo y adopto una expresión apenada, inmediatamente acercó mi bolsa hasta mis manos y empiezo a indagar en su interior. - No hay problema, debe estar en mi bolso. Por aquí en este desastre.
- Apresúrate rubia, o la próxima quien te cacheteara en la cara seré yo. - Advierte Clarisse a la vez que le da una patada frustrada a la puerta y se recuesta en ella con los brazos cruzados esperando con falsa paciencia. - Y lo haré con una paila ardiente. ¡Y voy a disfrutarlo! La gente empieza a cotillear por ahí que me estoy poniendo blanda así que no dudes que pueda utilizarte de ejemplo para todos ellos. Tengo que golpear a alguien de vez en cuando o la gente se olvida de mi reputación. Sobre todo después de lo de hoy con el imbécil de di Angelo.
- Annabeth... - Me llama Piper luego de estar rebuscando entre mis cosas por largos minutos y cada vez con una insistencia más desesperada. - ¡¿Dónde guardaste unas simples llaves?! No me hagas esto ahora chica, adoro mi cara.
Poco duró la paciencia de Clarisse, al escuchar aquello se descruzó de brazos y con pasos pesados se acercó hasta a mí, ella era unos cuantos centímetros más alta que yo así que mirarla levantando un poco mi cabeza no ayudaba mucho a mí valentía. Piper se pegó a mi brazo asustada como si tratará de protegerme pero en realidad apostaba más a que me lanzaría como carnada mientras ella se escapaba despavorida por las escaleras
- ¡Encuentralas de una maldita vez! - Me grita Clarisse en la cara e instintivamente cierro los ojos evitando salpicaduras de saliva. - Apúrate antes de que en nuestra primera clase empiece a atarte el cabello con el de tu amiga la chiflada por las hélices de los ventiladores.
Caigo de rodillas al suelo desparramando todo el contenido de mi bolso, esperando el sonido de llaves chocando contra los azulejos, Piper imita mi acción y mueve todos los objetos esperando que solo estuviera escondido, busco en el agujero clandestino que tiene mi bolso pero no hay más que pelusas y un chicle de menta vencido hace dos años.
- ¿Se habrán caído en algún lado? ¿Quién tomaría nuestras llaves? - Inquiere Piper susurrando con ansiedad. - No puedo creer que nos este pasando esto, con ella aquí. ¡De seguro se cayeron en el baño!
- ¡Tenemos que ir a buscarlas en el baño de hombres! - Un recuerdo aflora en mi mente y abro los ojos de par en par. - Ahora lo recuerdo, Calipso chocó conmigo cuando iba persiguiendo a Valdez y se me cayó el bolso y lo levante con apuro. ¡No puedo creer que se haya caído!
- ¡Es por ese estúpido agujero que tiene el bolso y no lo coses, Annabeth! ¡Te dije mil veces que lo arreglarás! - Me regaña con sus manos moviéndose nerviosamente a su costado, presentía que quería agarrarme de los hombros y zarandearme descontroladamente como siempre lo hacía.
- ¡Ve y busca las llaves! - Demanda Clarisse empujando mi hombro con brusquedad. - ¡Resuelve tu desastre!
- Bueno, iré ahora mismo volando a buscarlas. - Exclama Piper de improviso con un rostro aliviado. - Annabeth, acompáñame. Cuatro ojos buscando son mejores que dos.
Piper toma mi mano y jala de mí dándonos vuelta para escaparnos apresuradamente, no damos ni más de dos pasos antes que las robustas manos de Clarisse salgan disparadas hacia nosotras agarrando un puñado del cabello de cada una. Con un estirón desagradable nos devuelve al lugar donde estábamos, pero ahora luciendo, las dos, expresiones de incomodidad mientras buscábamos inútilmente una posición para que el dolor disminuyera.
- Tú te quedas aquí. - Gruñe a Piper con fastidio. - De este modo me cercioro de que tú vuelvas rápido. - Entonces me suelta con un empujón en la cabeza y me alejó de ellas mirando a Piper con desesperación.
- ¡Annabeth! - Me llama en tono de suplica alzando una mano en mi dirección. - ¡Corre, nena, salvate tú! Diles... Diles a todos que los odio. Y que hagan una fiesta en mi funeral, que la perra de Drew sea la piñata y que aten y metan a Jason en mi ataúd conmigo. Si no es para mí, no es para nadie.
- ¡Oh, Piper! - Jadeo llevando una mano para tapar mi boca, con la otra trató de alcanzar su mano pero sin moverme de mi lugar. - ¡No te dejaré aquí!
- ¡Voy a ir a pegar tu cara contra la trituradora de la cafetería, rubia oxigenada! - Vocifera de golpe Clarisse, doy un respingo y giró sobre mis pies para ir corriendo a bajar por las escaleras de dos en dos.
- ¡Ya me largo de aquí! - Suelto con voz temblorosa.
- ¡Annabeth! - Chilla Piper dando saltitos a lado de una enfurecida bestia que había empezado a crujir sus nudillos. - ¡Confío en ti, maldita! ¡Haz lo que sea necesario para conseguir las llaves! ¡Lo que sea!
Y con esa alentadora despedida, asiento internamente conmigo misma de acuerdo con sus palabras. Haría lo que fuera necesario para tener de vuelta esas llaves en mis manos. No me importa quién se ponga en mi camino, pasaré encima de su cadáver y salvaré a Piper de las garras de la bestia.
Pero que fastidio. Solo yo tenía esta asquerosa mala suerte de compartir habitación con la persona más peligrosa de toda la multitud estudiantil por un año entero. Suspiro hondo con exasperación, apostaba que nadie más que yo en esta institución estaba en semejante peligro de muerte.
Nadie más.
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RLkinn ha cobrado fuerzas, golpea a Amer con la culata de su espada logrando que su adversaria se caiga al suelo. Aprovecha para sentarse en el asiento ahora vacío. Se cruje los dedos y empieza a teclear. Amer aparece detrás de su hombro y empuja a RLkinn con su cadera tratando de hacerse espacio.
- Déjame escribir también, we. - Reclama mientras va apretando las teclas al mismo tiempo que RLkinn. - Uhhh, me encantó eso. Me encantan tus partes sis.
-Claro que te encantan mis partes, nena- exclama RLkinn con todo de obviedad al tiempo que le devuelve el empujón con la cadera- Quitate, pues, me toca escribir a mí.
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¡ES EL MEJOR Y MÁS INCREIBLE DIA DE TODA MI BRILLANTE EXISTENCIA! No, más que eso, es el mejor día en la historia del mundo, tanto que deberían escribirlo en los libros de historia mundial o en los récords Guinnes por ser el día más genial de la vida. En el jardín las rosas florecen, los pájaros cantan, las lombrices deben hacer cosas de lombrices debajo de la tierra como comer y cagar y ayudar con el abono para un césped más verde. Y el sol brilla en todo su esplendor. Nunca antes había visto un sol tan luminoso como hoy. Los ángeles cantan alrededor de mi cabeza... Literalmente, estoy escuchando pequeños angelitos cerca de mis oídos cantando "Walking on Sunshine".
Desde que vi mi nombre escrito en tinta negra y en cursiva en la lista, no he podido dejar de sacarla una y otra vez de mi bolsillo y admirarlo de nuevo como si proclamará la paz mundial. ¡Pero esto era mucho mejor que la paz mundial! Bueno, la paz mundial sería genial pero el punto es... Esto era fabuloso, oh Dioses incluso hasta llegue al extremo de olfatear la hoja arrugada por mis ansiosas manos esperando a que tuviera algún olor excepcional o divino.
¡No me juzguen! Estaba ebrio de felicidad, borracho de dicha. Siento las ganas de saltar desnudo, de correr haciendo volteretas, de volar alto de... de... manejar un carro con caballos alados mientras tiro dracmas por todo el instituto cantando. OK, ok, debo tranquilizarme, Dioses Will deja de comportarte como un drogado o van a pensar realmente que te consumes todas las drogas que andas robando.
Camino por los pasillos del edificio para chicos, buscando la puerta de la habitación 137, conozco perfectamente cuál es, básicamente me sé dónde está cada habitación en el campus, incluso las del edificio de las chicas, es por esta razón que Cali y yo siempre somos los encargados de dar la bienvenida a los estudiantes nuevos. Cuando todos te conocen con fama de "Doctor sin diploma" o que te has robado un montón de medicina. Recibes llamadas todos los días de chicas, con dolores de cabeza, con dolores de panza, con dolores menstruales y un sin fin más. Las chicas eran las más insistentes, y luego... estaban otros pedidos más desagradables por personas aún más desagradables.
- Hey, Solace. - Me saludo Travis Stoll al cruzar cerca de su habitación, de inmediato Connor se hizo lugar bajo el umbral de la puerta empujándolo a un lado. - Siempre nos caíste bien, amigo. Si quieres algo que siempre quisiste y no pudiste conseguirlo, no importa que tan ilegal sea...
- Puedes contar con nosotros para conseguirlo cuando sea. - Termina Connor por él, me guiña un ojo y chasquea los dedos. - Lo que sea por tus últimos días antes de desaparecer misteriosamente de la faz de la tierra.
- No voy a desaparecer, chicos. - Exclamo rodando los ojos. - Dejen de ser melodramáticos y buscar excusas para robar.
- Como sea, nosotros solo queríamos ser buenos compañeros y cumplir con tu último deseo, es ahora o nunca ¡hey Connor! -Travis le da un ligero golpe en el hombro llamando su atención. - ¿Escuchaste el rumor de la vez pasada? Dicen, que Di Angelo tiene completamente decorada, cada rincón de su habitación con los huesos de los desaparecidos.
- No jodas. - Jadea Connor alzando las cejas hasta la coronilla y me lanza una mirada de soslayo con lástima. - Pues yo oí que los huesos los devoraba su perro al que nombró Cerbero y lo tiene escondido en su habitación para atacar a sus...
Retome mi camino ignorando el intenso cotilleo, que sé, que se desatará. Recuerdo cuando Nico di Angelo entró al campus por primera vez, nadie le dio ni siquiera una bienvenida. Él simplemente apareció de un día para otro, en el último asiento en todas las clases como si hubiera emergido de la tierra, sin nadie al lado. Con ese extraño y peculiar aparato en el cuello. Los rumores habían empezado de inmediato, sin un poco de sutileza, solo se necesitaron un par de horas para que todo el Instituto quisiera saber lo que el chico había hecho, para merecer un rastreador en el cuello.
Como de costumbre, Percy, Jason y Leo, lo tomaron como un reto, no, más que eso, lo tomaron como una orden. En la primera ocasión que tuvieron se colaron en el archivo y buscaron su expediente. El hecho de que no encontraran ninguna información allí más que un solitario sello de "clasificado" solo causó que los rumores incrementarán considerablemente hasta el punto de que todo el mundo piensa que el chico era un asesino, un psicópata, o algo peor.
Pero yo no lo creo, nunca lo he creído. A decir verdad, el mundo tiende a comportarse como estúpido cuando algo les asusta o no lo entienden. Estar en el instituto para delincuentes juveniles, con tanta guerra, odio y malas acciones por doquier, únicamente causa que todos anden a la defensiva. No los culpaba por temerle a di Angelo, pero al mismo tiempo no podía evitar alterarme cada vez que alguien decía esos estúpidos rumores porque él no había hecho nada más que respirar nuestro mismo aire y claro en este dia, proteger a su hermana de la bestia.
¡Por todos los dioses! Si tan solo se tomaran el tiempo para intentar conocerlo. ¿Es que acaso nadie más que él notaba la forma en que el chico sombra jugaba con sus lapiceros cuando creía que nadie lo observaba? ¿Nadie veía el brillo en sus ojos cuando se distraía en clase y observaba por la ventana el horizonte? ¿No notaban la forma en que sus cejas se levantaban cada vez que alguien decía algo estúpido? Como diciendo: Cállenlo o lo mato... Pensándolo bien no era buena idea que notaran esta última parte.
Otra puerta a mi izquierda se abre de improviso y sale un muchacho de aspecto musculoso y facciones afroamericanas. Su nombre era Charlie Beckenfor. Notó mi presencia de inmediato.
- Oh, hola, Will. - Me saluda en tono apenado y mirada triste como si me estuviera encaminando a mi ejecución o a la horca. - ¡No te rindas, amigo, demuéstrale quién es el hombre! - Dicho eso, se golpea con fuerza un pectoral y luego va en la dirección contraria a sus clases.
Suspiro hondo, miró mis zapatos al caminar un momento y luego vuelvo a sentir el impulso de sacar la lista de mi bolsillo donde mi nombre estaba escrito a lado del suya. Lo más cerca que he estado de él en mi vida, ¡pero ahora finalmente daré otro paso más grande! ¿Ya mencione que su nombre simplemente era perfecto y cuando la pronunciaba era como si mi lengua pudiera acariciarla.
Una mano empujándose contra mi pecho y estrellándome contra la pared de al lado me sacó de mis pensamientos con brusquedad. Frente a mí estaba Dimitri más conocido como "El búfalo cavernario" mirándome con sus ojos cafés inyectados en sangre. Su respiración se estrella contra mi rostro y su aliento apestoso inunda mis fosas nasales. Tras él, se encuentra toda su pandilla, que consiste en cuatro chicos musculosos y con historial criminal bastante largo (aunque tomando en cuenta que aquí todos son criminales, no es que sea muy importante).
-Sunshine, justo al rubio que quería encontrar - susurra mostrándome su sonrisa amarilla. Iugh alguien necesita un dentista aquí.
- Oh bueno, qué agradable saberlo. ¡¿Qué tal?! - Les pregunto ensanchando mis labios en una sonrisa despreocupada. Tratando de fingir que un tipo acosandome contra una pared fuera lo más normal de mi día. - ¡Muchachos, wow, sigan así y esos músculos serán mejores que de los de la "Roca".
- Escuché que puedes ayudarme con mis necesidades. - Me interrumpe Dimitri con un tinte de fastidio en la voz. Mientras sus lacayos detrás suyo empiezan a cotillear y a susurrar los frutos del gimnasio.
-Si... puede ser- Respondí intentando zafarme de su agarre, noté que a la fuerza no conseguiría nada, así que mantengo mi mejor sonrisa y me relajo para luego seguir hablando. - Tengo que aclarar, qué me desagrada un poquito que me empujen y me mantengan atrapado contra una pared. Dificulta pensar con claridad, y me gustaría hablar contigo como las personas civilizadas que somos.
Dimitri duda durante un par de segundos, pero al final, como siempre, mi sonrisa sale victoriosa y me suelta. Me quedo recostado contra la pared un rato más solo para disimular un poco. Y porque no sabía si mis piernas temblorosas aguantarían mi peso.
-Ahora sí, ¿en qué te puedo ayudar, mi buen amigo? - Le pregunto con una mirada condescendiente y colocó una mano por sobre mi pecho. - Dile al tío Solace tus exigencias, sin vergüenza.
- Necesito Clonex- Contesta él sin dar rodeos, su pandilla se acerca más, encerrándome en un círculo bien compacto, como si yo fuera a escapar en cualquier momento. Ja, ¿A dónde iría de todas formas? - Lo ante posible, ahora mismo si es posible.
-¿Clonazepam? - Pregunto manteniendo mi tono despreocupado. - Ese es un estabilizador de ánimo... ¿Para qué lo quieres? ¿Quieres ayuda para controlar tu ira? Si es así podría mejor pedirle a alguien que te dé clases de yoga. Personalmente me gusta la posición del saludo al Sol, te la recomiendo.
- Eso no te incumbe, ¡y deja de querer distraerme! - Contesta él de nuevo con tono tosco, yo simplemente ladeo la cabeza y coloco la expresión más inocente que tengo en mi rostro.
-Ehhh... No, no tengo. Espera... Si, lo puse ayer en el... Ah, No... ¿O si? Oh no, no, no, no lo tengo lástima - Digo chasqueando la lengua, de inmediato sus ojos se ponen turbios y casi dejo salir un escalofrío, esta a punto de explotar contra mí así que improviso apresuradamente con una excusa cualquiera. - Hoy en la mañana me decomisaron todo lo que traía conmigo, ya sabes como es el Señor D, Ufff, así que... no, no puedo ayudarte. Pero fue un placer hablar con ustedes, chicos. Nos vemos.
Intento caminar fuera del círculo pero por una seña de Dimitri uno de sus hombres se coloca frente a mí y me detengo tragando saliva, de manera imperceptible. Me volteo nuevamente hacia él, con cara de no comprender absolutamente nada.
-¿Te puedo ayudar en algo más? Mi nuevo compañero espera impaciente a que llegue. - Le confieso y le guiño un ojo como si fuera mi cómplice. Trató de enviar vibras tranquilizadoras hacia él, es la mejor forma de tratar a estos tipos, actuar de forma despreocupada y calmada me ha funcionado durante todo el tiempo que he estado aquí. Él se mantiene mirándome, escrutando mi rostro en busca de algún gesto que le haga saber que miento, supongo- No quiero apresurarte, amigo, pero tengo prisa. Quiero ir a mi cuarto a instalarme y a elegir una cama lo bastante cerca de la ventana para poder fisgonear por las ventanas de las nenas, y ya sabes. Obtener un buen espectáculo.
El recuerdo de mi nueva recamara y con quién la compartiré me hace volver a sentir alegría extrema. Quiero ir ya mismo. No me interesa perder el tiempo con estos chicos. Como acto reflejo, vuelvo a escuchar a los angelitos de hace rato junto a mis oídos. Es decir, este era un pequeño juego que me gustaba, siempre imaginaba a mis conciencias malas y buenas hablándome en cada hombro como en los dibujos animados que tanto me gustan. Y a veces como que se me salían de control y hasta yo me adentraba en una ardua conversación conmigo mismo.
- Despídete de ellos, ya, ya. - dice un mini angelito en mi oído izquierdo. - Vamos a ver a di Angelo. ¡Queremos ver a Di Angelo!
-Uhhh, me muero por ver a di Angelo- dice el segundo angelito, el del lado derecho- ¡Queremos a Nico! ¡Queremos a Nico! ¡Queremos a Nico! ¡Queremos a Nico! ¡Queremos a Nico! - Da giros sin control y su mirada es soñadora.
- Chris consiguió unas cervezas. - susurra Dimitri con su marcado acento ruso, y señalando hacia Chris Rodríguez a su lado. El chico mantenía una expresión adusta en todo momento. - Solo necesito esas pequeñas pastillas y podré hacer maravillas. Tenemos diversión asegurada, te invitaré a mi cuarto si me las consigues.
- ¿Drogarse? ¡Qué barbaridad! Te veía como un joven decente y sano ¿sabes?. – digo con fingida sorpresa. - Eso es muy feo Dimitri.
- Aunque no tanto como él. - dice el angelito del lado izquierdo.
-¿Ya viste esa uni-ceja?- le pregunta el del lado derecho. - ¡Temo que si lo miramos por más tiempo nos contagie lo feo! ¡A huir Solace!
-¿Puedes conseguirlas o no?- Demanda Dimitri acercándose nuevamente a mí con impaciencia. - Estoy desperdiciando mi valioso tiempo en vano y me molesta. Me estoy molestando.
-Está bien, Relájate. - Me muevo hacia un lado, tratando de mantener distancia lo máximo posible. - Podría... Pero sería muy caro para ti. Mi idioma es el de los negocios. No creo que puedas pagarlo.
-¿Cuánto?- Inquiere entrecerrando los ojos mirándome con cautela. - ¿Sabes quién es mi padre? Es embajador ruso...
- No me interesa el dinero, tonto. - Le interrumpo con mofa. ¿Quién se cree? Mi padre también tenía tanto dinero como para comprarnos un auto de oro tan brillante como el sol, Duh- Consigue algo que me tiente... Y haremos negocios, sabes donde encontrarme.
Metido en mi papel de vendedor de drogas, me abro espacio entre su pandilla y continúo mi camino hasta mi habitación. Ja, está loco ese idiota si cree que le voy a vender algo.
-Entonces, ¿Por qué no le dijiste que no?- pregunta el angelito del lado derecho.
-Porque eran muchos y me pueden hacer papilla. - contesto en voz alta, fijándome antes claro que nadie estuviera alrededor mío para que pensarán que estaba alucinando a causa de las drogas, que supuestamente consumía. No era ni culpa, que fuera tan inteligente y me gustará hablar conmigo mismo.
-Pero si puedes conseguirla- dice el angelito del lado izquierdo- Lo has hecho antes.
-Claro que puedo conseguirla- contesto encogiéndome de hombros.- Pero no se las daré a ellos. Y fin de la discusión. Shu, largo, los dos.
Me detengo de golpe al notar donde estoy ahora. Aquí estoy. No estoy hiperventando para nada. Finalmente frente a la puerta de mi nueva habitación. Creo que la puerta es diferente a cualquier otra puerta que haya visto en el mundo. Es una puerta especial y única. Los nervios empiezan a embargarme, es el día más importante de toda mi vida. Estoy a pocos segundos de finalmente estar cerca de él. De finalmente poder interactuar con él. Las mariposas en mi estomago parecen estar devorando mis entrañas al momento de abrir la puerta.
Mis manos están sudadas cuando agarro el picaporte y se resbala en mis dedos. Cuando lo abro, lo confirmo, tal y como mi instinto me lo decía, él ya está aquí. Está de pie y ha recostado su hombro contra la pared, en una esquina de la habitación con su típico suéter negro cerrado hasta el cuello. Mira por la ventana hacia el edificio del frente, el edificio de las chicas.
- ¡¡Ahí está, ahí está, ahí está, ahí está!! - comienza a gritar como loco el mini Will angelito sobre mi hombro.
-¡Pero está viendo hacia el edificio de las chicas! - Chilla el otro, a punto de sufrir un ataque epiléptico. - ¡Sácale los ojos para que no las vea!
Y allí esta. Oh por Dios. Ahí mirando por la ventana. Oh Dioses. Finalmente todo un año a su lado. Mi mochila se cae de mis manos con un golpe seco en el suelo cerca de mis pies y eso hace que llame su atención. Se gira y me encara rápidamente y me mira mostrando un rostro lleno de confusión. No esperaba verme al parecer.
Me quedó completamente mudo, en blanco, repentinamente cada parte de mi cuerpo se congeló excepto por mis ojos que se embeben estudiándolo completamente de pies a cabeza. A todo él. Desde su desordenado cabello negro como el ébano, hasta sus zapatos.
Se me queda mirándome, y yo hago lo mismo, ambos hemos creado una burbuja a nuestro alrededor y con un silencio aplastante que empieza a ponerme nervioso, probablemente esperando a que yo diera el primer paso. Trató de pensar en una broma, en una fase ingeniosa, para romper el silencio tenso que empieza a formarse a nuestro alrededor, pero me es imposible por el momento, mientras lo estudio minuciosamente. Es que nunca habíamos estado tan cerca. Sus ojos eran negros, como dos carbones adornadas por largas pestañas y cejas del color de la tinta. Su piel era blanca, con complexión delgada y postura elegante y arrogante.
Todo él, estaba perfectamente hecho, como si las manos más talentosas y entusiastas hubieran trabajado en él, con ganas de crear al espécimen varonil perfecto sin defecto alguno. Y aquí estaba, enfrente de mí.
Nico di Angelo adopta una expresión que no logro reconocer entonces, supongo que también buscaba las palabras adecuadas para empezar a conversar conmigo. Oh Dioses, sabía muy bien que él no permitía que nadie se acercará a él y no tenía amigos de ningún tipo, pero estaba seguro que era porque nadie ponía empeño en acercarse a él. Tal vez, finalmente se había cansado de la soledad y se abriría ante mí como una Flor de Jacinto. Además seriamos compañeros, es obvio que debemos ser más que amigos... er... Con más que amigos me refiero a... "mejores amigos", claro. Eso es todo.
Y entonces empieza él, lo veo. Mueve sus sensuales y remilgados labios con un ligero tono rosa pálido y estoy apunto de ponerme a saltar de felicidad en la cama, sus labios se mueven y dice...
- Necesito que te largues de mi habitación. - Dice con voz hueca. - Ahora mismo.
Luego me da la espalda y vuelve a su trabajo de acosar a las chicas del otro edificio con una mirada cansada y ligero fastidio.
Todo mi ánimo se desploma por los suelos, y suelto una exhalación temblorosa. Llevo una mano contra mi pecho y escuchó atentamente ya que temía que mi corazón había dejado de latir.
- Calladito se ve más bonito. - Dice el Will bueno, en mi hombro izquierdo. - ¡Pero mira esa espalda!
- ¡Digo que le tires tu zapato! - Ordena el Will malvado. - ¡No puede simplemente ignorarnos!
- Ya lo está haciendo. - Pienso, soltando un suspiro y luchando contra el crudo rechazo recibido. - Esto será más difícil de lo esperado, chicos.
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RLkinn: JAJAJAJAJA ves esto Amer. Esto es lo que el público quiere leer. Solangelo es vida
Amer: Ya verás en el próximo capítulo, los Percazombies me adorarán y aclamarán mi nombre ¡ya verás!
RLkinn: Oh pero en el próximo capitulo Will hará lo que esté en sus manos para quedarse en la habitación. ¿¿Sabes lo que eso significa?? Más Solangelo
Amer: *Entrecierra los ojos* No sí yo hago algo jugoso, antes. CHICAS, prepárense para el próximo capítulo. ¡Atajense de sus ponis que se viene PERCABETH!
RLkinn: ¿Saben qué? Me siento inspirada. Así que les ofrezco un trato, mientras más comenten, más rápido publicaremos el nuevo capitulo.
Amer: Comenten, o voy a dejar enfriar el romance Percabeth ¡INSPIRENNOS!
RLkinn: PD: Conocimos a Dimitri. Primer personaje creado por ambas... ¿Que tal?
Amer: Volveremos con más suculencia. Nos vemos.
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